Argentina: la crisis eterna
Los ciudadanos acuden a las urnas con el agua al cuello, con una inflaci¨®n que supera el 113% y que da alas al ultra Javier Milei
La econom¨ªa argentina agoniza. El peso, su moneda nacional, se hunde sin freno pese a los esfuerzos del Gobierno por mantenerlo a flote: vale la mitad que a principios de a?o. Los precios, en cambio, vuelan. La inflaci¨®n interanual supera el 113% y el mercado prev¨¦ que se acerque al 150% en diciembre, cuando asumir¨¢ el cargo el presidente elegido en las urnas el pr¨®ximo 22 de octubre. Uno de cada cuatro habitantes vive en la pobreza y la deuda es del 85% del PIB. Los argentinos, hartos de una crisis que se agrava a c¨¢mara lenta y a la que no ven el final, parecen decididos a dar la espalda al peronismo gobernante y girar a la derecha con un voto a la oposici¨®n. Hacerlo significar¨ªa abrir las puertas al d¨®lar como moneda de curso legal, pero cada plataforma electoral propone un camino distinto.
Despu¨¦s de una d¨¦cada de estancamiento, la situaci¨®n es tan alarmante que la campa?a electoral ha estado centrada en la econom¨ªa y se prev¨¦ que contin¨²e as¨ª en el mes largo que falta hasta la convocatoria a las urnas. Es un terreno de juego en el que se mueve c¨®modo el favorito en las encuestas, el economista ultraliberal Javier Milei, candidato a presidente por el partido de extrema derecha La Libertad Avanza. Su rival desde la alianza peronista Uni¨®n por la Patria, Sergio Massa, lo conoce tambi¨¦n a fondo pero carga con el peso de una gesti¨®n impopular: hace un a?o que est¨¢ al frente del Ministerio de Econom¨ªa. La tercera contrincante, Patricia Bullrich, de la coalici¨®n conservadora Juntos por el Cambio, es la m¨¢s d¨¦bil en ese campo y ha cedido la palabra a quien propone como ministro de Econom¨ªa, el expresidente del banco central Carlos Melconian.
Cualquier diagn¨®stico destaca la falta de crecimiento econ¨®mico. Entre 2011 y 2022, el PIB de Argentina aument¨® s¨®lo un 0,4%, pero la poblaci¨®n creci¨® casi un 1% anual, hasta los 46 millones. Es el mismo pastel, pero toca repartirlo entre muchos m¨¢s, por lo que el ingreso promedio de la poblaci¨®n es un 9% inferior al de 11 a?os atr¨¢s. La distribuci¨®n es cada vez m¨¢s desigual. Desde 2017 hasta mitad de 2023, la participaci¨®n de los salarios en el PIB cay¨® siete puntos (de representar el 55,6% al 48,4%) mientras que las ganancias empresariales avanzaron tres (del 35% al 38,4%).
Otro mal end¨¦mico es la inflaci¨®n. En 2015, cuando asumi¨® Mauricio Macri la presidencia, era del 25%. En sus cuatro a?os de mandato se duplic¨®, hasta el 54%. Fern¨¢ndez entregar¨¢ a su sucesor un pa¨ªs en el que el ritmo de aumento de los precios es casi el triple. Aunque Argentina tiene una inflaci¨®n alta ¡ªla segunda del continente por detr¨¢s de la cat¨¢strofe de Venezuela¡ª los n¨²meros de este 2023 son r¨¦cord en tres d¨¦cadas. El riesgo de hiperinflaci¨®n se mantiene lejos s¨®lo por la existencia de una gran ¡°cantidad de restricciones cambiarias que hacen que los argentinos no puedan huir del peso y dolarizarse¡±, seg¨²n el economista Mart¨ªn Redrado.
La inflaci¨®n galopante ha acelerado el deterioro econ¨®mico, en especial entre aquellos trabajadores con empleos no registrados. Sus ingresos han crecido un 82%, 31 puntos por debajo del avance del 113% que refleja el IPC. Esa brusca p¨¦rdida de poder adquisitivo ha golpeado a familias con el agua al cuello desde hace a?os y a otras que ven c¨®mo les llega a la cintura y no deja de subir. Entre ellas ha calado con fuerza el discurso antisistema de Milei, aunque sus promesas electorales contemplan un tijeretazo al gasto p¨²blico que amenaza con recortarles lo poco que tienen.
¡°Macri fue malo y Alberto peor. ?Por qu¨¦ no darle una oportunidad a Milei?, es el ¨²nico que a¨²n no me decepcion¨®¡±, pregunta la jubilada Ana Lacamoire. Aunque tiene casa propia y sus hijos ya se han independizado, la pensi¨®n que recibe del Estado es insuficiente para llegar a fin de mes y realiza trabajos espor¨¢dicos de limpieza para redondear sus ingresos. ¡°En 2001 estall¨® todo, fue terrible, pero luego nos recuperamos r¨¢pido. Ahora nos hundimos pasito a pasito en un agujero que no sabemos cu¨¢n hondo es¡±, compara Lacamoire.
El fantasma de la crisis del corralito revivi¨® en las ¨²ltimas semanas, cuando se registraron saqueos a comercios en distintas provincias del pa¨ªs. El conato de estallido social se apag¨®, pero queda una larga transici¨®n hasta el 10 de diciembre. Massa intenta que la bomba no explote en sus manos y ha anunciado el pago de dos bonos equivalentes a 80 d¨®lares a los trabajadores con sueldos m¨¢s bajos. Tiene a su favor tambi¨¦n una vasta red de contenci¨®n social, formada por comedores gratuitos y ayudas estatales, casi inexistente 20 a?os atr¨¢s.
Argentina est¨¢ acostumbrada a la quiebra y la recuperaci¨®n. Desde 1980 ha suspendido cinco veces los pagos de su deuda externa, un r¨¦cord mundial, y es el mayor deudor del Fondo Monetario Internacional, que le concedi¨® un cr¨¦dito de 44.000 millones en 2018. ¡°Las crisis aportan una capacidad extraordinaria para soportar decisiones que no dependen nunca de nosotros¡±, asegura Mario Koch, due?o de la empresa de servicios de seguridad Starx Security. Con 30 a?os de trayectoria y 24 empleados a cargo, recuerda que en uno de los peores momentos tuvo que vender su casa para mantener a flote la empresa, pero despu¨¦s pudo remontar.
Quiebra y recuperaci¨®n
Los empresarios argentinos tienen que echar la vista muy atr¨¢s para encontrar un periodo prolongado de certidumbre econ¨®mica que favoreciese las inversiones. Koch coincide, pero cree que al final no queda otra que manejarse con las cartas que tocan. Hace unos meses decidi¨® dejar de ser s¨®lo un proveedor y comenzar a fabricar sus propios productos en el pa¨ªs y en China. ¡°La seguridad est¨¢ instalada como una necesidad en Argentina y no se revierte por una crisis¡±, dice al justificar la apuesta.
La p¨¦rdida de poder adquisitivo es tan grande que el cobro de una jubilaci¨®n o un sueldo han dejado de ser garant¨ªa para no caer en la pobreza. El desempleo est¨¢ en un nivel muy bajo, del 6,9%, pero hay un n¨²mero creciente de trabajadores precarizados y pluriempleados a los que la inflaci¨®n devora los ingresos. ¡°Argentina no tiene un problema de empleo sino de calidad del mismo¡±, se?ala la consultora Ecolatina en un informe reciente. En ¨¦l se destaca que el 10% de los trabajadores del pa¨ªs tiene dos o m¨¢s empleos, tras un aumento del 25% desde 2018, cuando Argentina entr¨® en recesi¨®n. ¡°Los ingresos bajos estimulan la participaci¨®n en el mercado de trabajo y lo que no se ajusta por cantidades no solo ajusta por precios sino tambi¨¦n por bienestar, reduciendo tiempo de ocio y de educaci¨®n¡±, agrega el informe.
Viajar al extranjero es un lujo para muchos argentinos. Sin embargo, la devaluaci¨®n del peso ha convertido al pa¨ªs en una ganga para los extranjeros. En los pasos fronterizos con Uruguay, Chile y Brasil se forman largas colas de autom¨®viles para entrar al pa¨ªs sudamericano y cargar el carrito de la compra y el dep¨®sito del coche. ¡°Con 100 d¨®lares compro lo mismo que en Uruguay con 300¡å, cuenta la uruguaya Mabel Guti¨¦rrez, quien cruza el puente que conecta Fray Bentos con Gualeguaych¨² una vez al mes para ir al supermercado, a la farmacia y comer en alg¨²n restaurante.
Gualeguaych¨² es una tranquila ciudad del litoral argentino de poco m¨¢s de 100.000 habitantes, famosa por su carnaval. Sus habitantes entienden el comportamiento de sus vecinos uruguayos. Recuerdan que ellos hac¨ªan lo mismo en los a?os noventa, cuando el sistema de convertibilidad que rigi¨® bajo el Gobierno de Carlos Menem los favorec¨ªa con una moneda fuerte: un peso era igual a un d¨®lar.
La crisis del corralito hizo saltar por los aires esa paridad que se mantuvo durante una d¨¦cada. En enero de 2002, el tipo de cambio pas¨® a ser de 1,4 pesos por d¨®lar. A finales de 2019, cuando Alberto Fern¨¢ndez lleg¨® a la Casa Rosada, era de 62 pesos por d¨®lar. Desde entonces ha escalado hasta los 365 pesos por d¨®lar. Pero esa cotizaci¨®n oficial convive con una docena de tipos de cambio paralelos surgidos a medida que se endurecieron las restricciones cambiarias. El d¨®lar MEP, al que recurren empresas y particulares para conseguir divisas a trav¨¦s de operaciones burs¨¢tiles, est¨¢ a 671 pesos por d¨®lar. En las calles del centro de Buenos Aires, los cambistas conocidos como arbolitos, ofrecen el billete verde a 730 pesos a los transe¨²ntes que pasan. Es una operaci¨®n ilegal, pero legalizada de facto, que se realiza sin problemas frente a la polic¨ªa.
El Gobierno ha intentado sostener el valor del peso mediante intervenciones en el mercado de cambios a costa de dilapidar las escasas reservas del banco central, que est¨¢n en n¨²meros rojos. Argentina es un pa¨ªs con d¨¦ficit cr¨®nico de divisas, pero la situaci¨®n es cr¨ªtica en este 2023 debido a una sequ¨ªa sin precedentes que hizo estragos en el campo, el sector que aporta siete de cada diez d¨®lares que ingresan al pa¨ªs.
Las p¨¦rdidas por la sequ¨ªa ascienden a unos 20.000 millones de d¨®lares y han provocado un enorme desequilibrio en la balanza comercial, deficitaria en m¨¢s de 5.000 millones de d¨®lares en los primeros siete meses del a?o. Ser¨ªa a¨²n mayor de no ser por el reci¨¦n inaugurado gasoducto entre la formaci¨®n de hidrocarburos no convencionales de Vaca Muerta, en el sur, con el centro del pa¨ªs. La obra de ingenier¨ªa energ¨¦tica permitir¨¢ un ahorro de m¨¢s de 2.000 millones en la factura energ¨¦tica.
Con el objetivo de equilibrar la balanza comercial y cuidar los escasos d¨®lares disponibles, el Gobierno autoriza las importaciones con cuentagotas. ¡°Estamos teniendo muchos problemas para importar. Est¨¢n todos los permisos frenados¡±, cuenta Koch en su oficina de Buenos Aires, donde se acumulan cajas de compras previas realizadas en China. La situaci¨®n se repite por todo el pa¨ªs. Los importadores temen que el peso se deval¨²e a¨²n m¨¢s despu¨¦s de las elecciones y quieren adelantar todas las compras posibles en el exterior antes de que el precio se encarezca. En el otro extremo, los exportadores esperan a la cita electoral por el motivo contrario: un tipo de cambio m¨¢s alto que aumente sus ganancias.
La renegociaci¨®n con el FMI por el incumplimiento de los objetivos de acumulaci¨®n de reservas y reducci¨®n del d¨¦ficit fiscal ¡ªque posterg¨® dos meses la entrega de los fondos comprometidos¡ª oblig¨® al ministro Massa a llamar a todas las puertas en busca de d¨®lares. Encontr¨® respuesta en China, que autoriz¨® el uso de hasta 10.000 millones de d¨®lares como parte del intercambio de monedas; en Qatar, de quien obtuvo un cr¨¦dito puente de casi 800 millones de d¨®lares; y en organismos internacionales como el CAF - Banco de Desarrollo de Am¨¦rica Latina.
Grito contra los pol¨ªticos
Milei es un reci¨¦n llegado a la contienda electoral, pero supo leer el desencanto social con los pol¨ªticos y comenz¨® a crecer, en especial entre los m¨¢s j¨®venes, con promesas de ¡°echarlos a todos a patadas en el culo¡±. En 2021 consigui¨® un asiento de diputado. Dos a?os despu¨¦s, canaliza como nadie el malestar frente a la en¨¦sima crisis econ¨®mica. Fue el candidato m¨¢s votado (30%) en las elecciones primarias del pasado 13 de agosto, que funcionan de facto como una gran primera vuelta. Gan¨® en 16 de las 24 provincias del pa¨ªs con un voto que atraviesa todas las edades y las clases sociales. Juntos por el Cambio qued¨® a casi dos puntos de distancia y el peronismo a tres.
La promesa estrella de este admirador de Milton Friedman es la dolarizaci¨®n. Con ella toc¨® una cuerda sensible a los argentinos, que ganan en pesos pero piensan en verde como protecci¨®n frente al largo historial de devaluaciones y saltos inflacionarios. Milei dice en voz alta lo que muchos opinan en voz baja: el peso no da para m¨¢s. Los precios de los inmuebles hace a?os que est¨¢n en d¨®lares, los de los autom¨®viles tambi¨¦n y poco a poco la divisa estadounidense se extiende a hoteles y contratos de alquiler.
Las dificultades comienzan a la hora de aplicar la dolarizaci¨®n. En marzo Milei precis¨® que propon¨ªa ir a una banca financiera con 100% de encaje. ¡°Esto quiere decir que funciona como una enorme caja fuerte. Si quer¨¦s sacar tu dinero, lo pod¨¦s hacer pagando una tarifa¡±. El camino hacia la dolarizaci¨®n inclu¨ªa tambi¨¦n la eliminaci¨®n de la superintendencia de entidades financieras para lanzarse a una competencia de monedas y, como ¨²ltima fase, canjear los pasivos monetarios remunerados del banco central por deuda p¨²blica. ¡°El resto, d¨®lares y t¨ªtulos p¨²blicos, los usas para rescatar la base monetaria¡±, dijo Milei al explicar su plan cuatro meses atr¨¢s, cuando a¨²n nadie cre¨ªa que tuviera posibilidades de llegar a la presidencia.
El ascenso de Milei
A medida que el candidato ultraliberal ha crecido en intenci¨®n de voto lo han hecho tambi¨¦n las objeciones a su plan. ¡°Argentina cometi¨® muchos errores en pol¨ªtica econ¨®mica, el ¨²nico que le falta cometer es el de la dolarizaci¨®n¡±, advierte el exviceministro de Econom¨ªa argentino Emmanuel ?lvarez Agis. Seg¨²n este economista, la dolarizaci¨®n es un error desde el punto de vista estructural y tambi¨¦n de coyuntura. En el primer caso, porque Argentina no tiene las mismas din¨¢micas c¨ªclicas y antic¨ªclicas que Estados Unidos y dejar¨ªa a la econom¨ªa expuesta a otros problemas, adem¨¢s de los que ya arrastra. Se quedar¨ªa, por ejemplo, sin una herramienta clave ante cualquier shock externo.
Sobre la coyuntura actual, el fundador de la consultora PxQ advierte de que el Banco Central de la Rep¨²blica Argentina no tiene d¨®lares propios y cualquier dolarizaci¨®n requerir¨ªa un pr¨¦stamo externo que duplicar¨ªa la ya abultada deuda externa del pa¨ªs. Otros economistas creen que ser¨ªa necesario confiscar los dep¨®sitos bancarios y/o una hiperinflaci¨®n que derrita el valor del peso y facilite que la base monetaria pueda ser canjeada con mayor facilidad por los pocos billetes verdes disponibles. La paridad de ingreso oscilar¨ªa entre los 2.000 y los 10.000 pesos por d¨®lar, garant¨ªa de un empobrecimiento generalizado.
Con el paso de las semanas, Milei ha moderado su discurso. De la dolarizaci¨®n instant¨¢nea pas¨® a un proceso paulatino y ahora habla s¨®lo de ¡°competencia de monedas¡±. S¨ª mantiene la propuesta de una reforma estructural del Estado, la flexibilizaci¨®n del mercado laboral y la apertura econ¨®mica de uno de los pa¨ªses m¨¢s proteccionistas de la regi¨®n. En 2022, las importaciones argentinas fueron de 81.523 millones de d¨®lares. Las de Chile, con un tercio de su poblaci¨®n, ascendieron a 104.407 millones.
Melconian, referente de Juntos por el Cambio, cree que la dolarizaci¨®n es una fantas¨ªa irrealizable por la falta de d¨®lares. ¡°Es como si invit¨¢s a alguien a comer fideos con tuco (pasta con tomate) y no ten¨¦s fideos ni tuco¡±, compara. Como alternativa plantea un sistema bimonetario similar al uruguayo, en el que se pueda pagar con d¨®lares y pesos por igual. Eso significar¨ªa, seg¨²n Melconian, dejar de lado ¡°la hipocres¨ªa argentina¡± de adquirir ciertos bienes en d¨®lares, pero facturarlos en pesos. Su plan econ¨®mico incluye tambi¨¦n reformas macroecon¨®micas y del sector p¨²blico y privado.
Massa nada contracorriente, con la esperanza de llegar a una hipot¨¦tica segunda vuelta, que se celebrar¨ªa el 19 de noviembre. La disputar¨¢n los dos candidatos m¨¢s votados en el caso de que en octubre ninguno obtenga m¨¢s del 45% de los votos o consiga el 40% con 10 puntos de ventaja sobre el segundo. El ministro de Econom¨ªa y candidato por el peronismo tiene escasos logros que mostrar. Por eso, apela a inyecciones de fondos p¨²blicos que traigan un poco de alivio a los hogares y al miedo a las recetas econ¨®micas ortodoxas aplicadas en el pasado. ¡°Los problemas no se resuelven volviendo para atr¨¢s. Para atr¨¢s est¨¢ la violencia, est¨¢ el dolor, la p¨¦rdida de puestos de trabajo, la p¨¦rdida de poder adquisitivo. Nuestro camino est¨¢ para adelante¡±, dijo a principios de septiembre. Falta por ver qu¨¦ rumbo deciden tomar los argentinos.
Miedo al futuro
Más que miedo al pasado, los jóvenes argentinos tienen miedo al futuro. Uno de los más acuciantes es el de quedarse sin techo. Sólo unos pocos privilegiados, o aquellos que cuentan con una ayuda familiar, pueden soñar con ser propietarios. El crédito hipotecario siempre ha sido muy escaso, pero en 2023 se ha reducido al mínimo, hasta el 0,2% del PIB. En Brasil supera el 10% y en Chile, el 20%. “El crédito hipotecario conecta los deseos de futuro con el presente”, destaca el economista Emmanuel Álvarez Agis. La crisis habitacional, sumada a la incertidumbre económica y electoral, impide cualquier planificación.
Siete de cada diez argentinos de entre 18 y 29 años respondieron que les gustaría irse del país, según una encuesta de la Universidad de Buenos Aires realizada unos meses atrás. El número exacto de quienes pasan de la palabra al hecho es difícil de saber por la ausencia de datos oficiales, pero sí se conocen los destinos más elegidos como país de residencia de los últimos tres años: Brasil, España y Chile.
Los jóvenes que se quedan en el país y no tienen la opción de adquirir una vivienda, intentan alquilar, pero encontrar un piso disponible se ha convertido en un calvario. La merma de los ingresos choca con un aumento de los precios de los alquileres por encima incluso de la inflación debido a una escasez de oferta sin precedentes. La Ley de Alquileres aprobada en 2020, durante la pandemia de covid, extendió el plazo mínimo de los contratos a tres años y ese tiempo es una eternidad en Argentina. La normativa prevé, además, subidas anuales reguladas por un índice oficial. Los meses inmediatos al aumento suponen un desembolso importante para el inquilino, pero con una inflación superior al 100%, los últimos duelen mucho menos.
Algunos propietarios se han mantenido dentro de la ley, pero otros han optado por alternativas negociadas bajo mano. Entre ellas destaca la fijación de un precio en dólares, que hasta hace poco era exclusivo para las viviendas de lujo o con fines turísticos. La mayoría de los escasos anuncios publicados hoy en las plataformas digitales tienen precios en la divisa estadounidense. De llegar a un acuerdo, el inquilino puede abonar después el equivalente en pesos, pero supone un aumento mensual de facto dada la devaluación de la moneda argentina. Los que pueden prefieren mantener vacía la propiedad a la espera de un cambio de Gobierno. Confían en que tanto Bullrich como Milei mantengan su promesa de derogar la ley.
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