La econom¨ªa de EE UU es mejor que ¡°ricitos de oro¡±
La situaci¨®n va lo suficientemente bien como para que Trump insista otra vez en la falsedad de los datos del paro
¡°Seamos sinceros: esta es una buena econom¨ªa¡±. Esto declaraba Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, en su rueda de prensa del mi¨¦rcoles tras la ¨²ltima reuni¨®n sobre pol¨ªtica del banco central. Y tiene raz¨®n, aunque la opini¨®n p¨²blica no est¨¦ del todo convencida. De hecho, Powell lidia claramente con un dilema que muchos pa¨ªses desear¨ªan para s¨ª: ?cu¨¢l es la pol¨ªtica monetaria adecuada cuando las noticias son buenas en casi todos los frentes?
En contra de lo que posiblemente hayan o¨ªdo, esta no es una ¡°econom¨ªa Ricitos de Oro¡±; ?apr¨¦ndanse bien los cuentos infantiles, amigos! Ricitos de Oro encontr¨® un cuenco de gachas que no estaba ni demasiado caliente ni demasiado fr¨ªo. Nosotros tenemos una econom¨ªa que est¨¢ a la vez muy caliente (en lo que se refiere a crecimiento y creaci¨®n de empleo) y refrescantemente fr¨ªa (en cuanto a la inflaci¨®n).
De ah¨ª el dilema de la Reserva Federal. Aument¨® los tipos de inter¨¦s para intentar reducir la inflaci¨®n, aun a riesgo de provocar una recesi¨®n. Ahora que la inflaci¨®n se ha desplomado, ?deber¨ªa revertir r¨¢pidamente esas subidas de tipos, o deber¨ªa mantenerlos altos porque, de hecho, no hemos experimentado una recesi¨®n (todav¨ªa)?
Creo que el riesgo de una desaceleraci¨®n econ¨®mica es mucho mayor que el de un repunte inflacionista y que las bajadas de tipos deber¨ªan producirse m¨¢s pronto que tarde. Pero no es ese el tipo de discusi¨®n que va a dirimirse en las p¨¢ginas de opini¨®n. De lo que quiero hablar es m¨¢s bien de lo que las buenas noticias econ¨®micas dicen sobre la estrategia y la pol¨ªtica.
Antes de entrar en materia, un breve resumen de las buenas noticias de las ¨²ltimas semanas. En primer lugar, la inflaci¨®n. Por razones hist¨®ricas y t¨¦cnicas, la Reserva Federal aspira a una inflaci¨®n del 2%; en los ¨²ltimos seis meses, su indicador de precios preferido ha subido a un ritmo anual del... 2%. La inflaci¨®n ¡°subyacente¡±, que excluye los vol¨¢tiles precios de los alimentos y de la energ¨ªa, se ha situado ligeramente por debajo del objetivo.
La Reserva tambi¨¦n se fija en el crecimiento salarial, no porque los trabajadores hayan causado la inflaci¨®n, sino porque los salarios suelen ser la parte m¨¢s peliaguda cuando suben los precios y, por tanto, un indicador de si la desinflaci¨®n es sostenible. Pues bien, el mi¨¦rcoles, el ?ndice de Coste Laboral se situaba por debajo de las expectativas y ahora es m¨¢s o menos acorde con el objetivo del banco central. El jueves supimos que la productividad ha aumentado r¨¢pidamente, por lo que los costes laborales unitarios son f¨¢cilmente compatibles con una inflaci¨®n baja.
Es cierto que los precios no han vuelto a bajar, pero es normal que se produzca una subida puntual tras una perturbaci¨®n importante, como la vuelta a una econom¨ªa de paz tras la Segunda Guerra Mundial o una pandemia que paraliz¨® temporalmente la actividad normal.
Por ¨²ltimo, el PIB real creci¨® un s¨®lido 3,3% en el cuarto trimestre, lo que hace que todas esas predicciones de una recesi¨®n en 2023 parezcan a¨²n m¨¢s absurdas.
Como suele ocurrir cuando hay un dem¨®crata en la Casa Blanca, los sospechosos de rigor ponen en entredicho los datos oficiales. Pero la fortaleza del mercado laboral y la ca¨ªda de la inflaci¨®n se ven confirmadas por numerosas encuestas independientes a consumidores y empresas.
As¨ª pues, todo son buenas noticias. Podr¨ªa decirse que esta es la mejor econom¨ªa que hemos tenido desde finales de la d¨¦cada de 1990.
?Qu¨¦ dice todo esto sobre la pol¨ªtica?
Aunque algunos en la izquierda se nieguen a creerlo, el presidente Joe Biden ha gastado mucho dinero en prioridades progresistas. Muchos esc¨¦pticos, entre ellos algunos dem¨®cratas, predijeron que este gasto tendr¨ªa efectos catastr¨®ficos. Tal vez el comentario m¨¢s famoso sea el de Larry Summers, un alto cargo en las administraciones de Clinton y de Obama, que calific¨® el Plan de Rescate Estadounidense de 2021 como la pol¨ªtica fiscal ¡°menos responsable¡± de los ¨²ltimos 40 a?os.
Efectivamente, sufrimos un repunte puntual de la inflaci¨®n, pero tambi¨¦n lo hicieron otros pa¨ªses avanzados, y Estados Unidos ha superado ampliamente a sus hom¨®logos en otros aspectos, probablemente debido en parte a que el gasto de Biden ha impulsado el crecimiento y el empleo. Ahora que hemos logrado lo que aparenta ser un aterrizaje suave mejor que el de Ricitos de Oro, la bidenom¨ªa parece bastante buena en retrospectiva. A lo mejor, al final, las pol¨ªticas econ¨®micas progresistas no llevan necesariamente al desastre.
?Y qu¨¦ hay de las consecuencias pol¨ªticas?
Hubo un tiempo en que un presidente que dirigiera una econom¨ªa como la que tenemos actualmente habr¨ªa estado muy bien posicionado para la reelecci¨®n. Pero vivimos en una ¨¦poca de hiperpartidismo, en la que la situaci¨®n de la econom¨ªa parece influir mucho menos en las elecciones que hace unas d¨¦cadas. De hecho, muchos votantes ¡ªsobre todo republicanos¡ª parecen basar su evaluaci¨®n de la econom¨ªa en sus opiniones pol¨ªticas y no al rev¨¦s. En medio de todas las buenas noticias que acabo de exponer, el 71% de los republicanos afirman que la econom¨ªa est¨¢ empeorando, mientras que solo un 7% cree que est¨¢ mejorando.
Por eso no creo que Biden cabalgue hacia una victoria f¨¢cil gracias a su ¨¦xito econ¨®mico. Pero la econom¨ªa va lo suficientemente bien como para que Donald Trump est¨¦ insistiendo otra vez en que las cifras del paro son falsas y afirmando, absurdamente, que, por alguna raz¨®n, hay que atribuirle a ¨¦l el m¨¦rito de la subida del mercado de valores.
Y se ha producido un cambio perceptible en el mensaje de los republicanos, que ha pasado de la econom¨ªa (aunque siguen afirmando que es terrible) a la inmigraci¨®n; otro d¨ªa hablar¨¦ de su estrategia extraordinariamente c¨ªnica sobre este tema. Por ahora, la cuesti¨®n es que Powell tiene raz¨®n: esta es una buena econom¨ªa.
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