Un objeto ca¨ªdo del cielo ha roto mi tejado: la basura espacial empieza a ser un problema
La comunidad internacional aprieta para aprobar normas rigurosas que rastreen y pongan coto a los residuos
La madrugada del pasado Viernes Santo, una estela luminosa surc¨® el cielo del litoral mediterr¨¢neo espa?ol hasta perderse en el horizonte marino. Tras el estupor inicial, los mandos militares encargados de supervisar el espacio informaron de que se trat¨® de un ¡°meteroide rozador¡± y no de un misil bal¨ªstico ni de un sat¨¦lite Starlink, tal y como se baraj¨®. El susto puso encima de la mesa la importancia de controlar la basura espacial que orbita la Tierra.
Seg¨²n los ¨²ltimos datos de la Agencia Espacial Europea (ESA), unas 11.500 toneladas de objetos lanzados al espacio se mueven a gran velocidad sobre nuestras cabezas. La boina de contaminaci¨®n est¨¢ formada por un mill¨®n de desechos de entre uno y diez cent¨ªmetros y 36.500 cuerpos de mayor tama?o. Esto en cuanto al mapa de escombros conocido, porque no todos est¨¢n catalogados y rastreados por las bases de datos creadas tras el inicio de la carrera espacial (la ESA vigila unos 35.150).
Los escombros espaciales o space debris pueden ser tan grandes como un autom¨®vil o tan peque?os como una escama de pintura. ¡°El verdadero peligro es la velocidad a la que se mueven, m¨¢s de 28.000 kil¨®metros por hora, que los convierte en aut¨¦nticos proyectiles¡±, apunta Efr¨¦n D¨ªaz, responsable de tecnolog¨ªa y derecho espacial del Bufete Mas y Calvet y secretario general de la Asociaci¨®n Espa?ola de Derecho Aeron¨¢utico y Espacial (AEDAE). A esta marcha, el choque de una esfera de poco m¨¢s de un cent¨ªmetro podr¨ªa causar el mismo da?o que un coche a 50 km/h.
Hoy, la mayor amenaza se cierne sobre los sat¨¦lites y estaciones ubicadas en la ¨®rbita baja terrestre (desde los 150 a los 2.000 kil¨®metros de altura aproximadamente), LEO por sus siglas en ingl¨¦s. Un lugar que se est¨¢ masificando para llevar internet a todos los puntos del globo, entre otros fines. Solo en 2023 se lanzaron m¨¢s de 2.000 aparatos, la mayor¨ªa Starlink de Elon Musk. Con m¨¢s veh¨ªculos, las autopistas espaciales se vuelven m¨¢s peligrosas. Tanto es as¨ª, apunta V¨ªctor Barrio, asociado senior en Hogan Lovells y vicepresidente de AEDAE, ¡°que son frecuentes las maniobras tanto de sat¨¦lites como de la Estaci¨®n Espacial Internacional (ISS) para evitar colisiones, gracias a las alertas recibidas de los servicios de SST (Space Surveillance and Tracking)¡±.
Los expertos consultados no son alarmistas, pero advierten de que el planeta es bombardeado continuamente con ca¨ªda de basura espacial. ¡°Si bien nuestra atm¨®sfera consigue eliminar la mayor parte de ella, hay objetos que consiguen atravesarla e impactar con la superficie¡±, expone Barrio. Por ejemplo, la NASA est¨¢ investigando la denuncia de un ciudadano de Florida que asegur¨® que los restos de unas bater¨ªas de la ISS se estrellaron contra el techo de su casa el pasado 8 de marzo.
El Convenio sobre la responsabilidad internacional por da?os causados por objetos espaciales de 1972 establece que el responsable es del Estado que lance el objeto o ¡°aquel que haya participado esencialmente en su fabricaci¨®n¡±, interpreta Barrio. Esta regla es m¨¢s f¨¦rrea, explica el abogado, cuando los da?os se producen en la Tierra porque no se exige culpabilidad. En casos como el de Florida, explica, el ciudadano no puede ir por libre, sino que son los Estados los que reclaman por la v¨ªa diplom¨¢tica. ¡°El procedimiento es claro¡±, afirma.
En la pr¨¢ctica, indica Efr¨¦n D¨ªaz, puede ser una tarea compleja. Existen m¨²ltiples factores que pueden obstaculizar una reclamaci¨®n por ca¨ªda de basura espacial. Principalmente, indica, hay un problema de pruebas. Y es que en el espacio no se pueden practicar periciales. ¡°Hay pocos testigos¡±, bromea el experto. Adem¨¢s, decidir qui¨¦n es el responsable es dif¨ªcil, ¡°especialmente si el objeto no est¨¢ registrado¡±. Sorteadas estas piedras, habr¨ªa que fijar la jurisdicci¨®n y las leyes aplicables, por ejemplo, si fue un lanzamiento internacional. Por ¨²ltimo, conseguir una compensaci¨®n puede ser una quimera ¡°si el responsable no est¨¢ dispuesto a indemnizar¡±, lamenta D¨ªaz.
Caos en el tr¨¢fico a¨¦reo
Otro incidente paradigm¨¢tico fue el cierre temporal del espacio a¨¦reo espa?ol que ocurri¨® en el a?o 2022 por la reentrada incontrolada de basura procedente de un cohete chino. Esta situaci¨®n provoc¨® retrasos de vuelos que, seg¨²n la legislaci¨®n europea, no tienen por qu¨¦ cubrir las aerol¨ªneas por tratarse de un suceso extraordinario. Si bien es discutible que Espa?a pueda enarbolar el convenio, porque este exige un da?o f¨ªsico, Barrio defiende una interpretaci¨®n m¨¢s laxa que permita encajar este tipo de situaciones extraordinarias que, sin embargo, son ¡°cada vez m¨¢s comunes¡±.
Los esfuerzos regulatorios se centran actualmente en conseguir un entorno espacial m¨¢s seguro y sostenible. Juan Carlos Cort¨¦s, director de programas e industria en la Agencia Espacial Espa?ola (AEE), asegura que ¡°es posible exigir a empresas y entidades gubernamentales que contribuyan a la reducci¨®n de la basura espacial¡±. El tambi¨¦n vicepresidente del consejo de la ESA pone de ejemplo el plan de la agencia ¡°Zero Debris¡± para 2030. La AEE, adelanta, ¡°est¨¢ dise?ando directrices espec¨ªficas para establecer est¨¢ndares de seguridad, responsabilidad y coordinaci¨®n en el lanzamiento y mantenimiento de sat¨¦lites por entidades privadas¡±.
Hay empresas que desarrollan tecnolog¨ªas para gestionar la vida ¨²til de los sat¨¦lites y eliminar basura espacial. Existen recomendaciones para retirar los obsoletos en un m¨¢ximo de cinco a?os. Una de ellas es la espa?ola GMV, cuyo fuerte son los sistemas de seguimiento, garantizando la seguridad de las operaciones espaciales. Miguel ?ngel Molina, adjunto al director general, explica que actualmente trabajan en ¡°bah¨ªas de enganche¡± para desorbitar aparatos obsoletos (como los que tienen los coches para que los agarre la gr¨²a). Estos esfuerzos permitir¨¢n seguir explorando el espacio y que las futuras generaciones puedan contemplar un cielo limpio de estrellas.
Una tasa para los escombros
La idea de cobrar una de tasa de basura a los países o empresas responsables de estos escombros para financiar la limpieza del espacio se ha planteado en diversas ocasiones, según Efrén Díaz, del bufete Mas y Calvet. El abogado cree que es difícil que se llegue a implementar a corto plazo un sistema así porque necesitaría de un acuerdo internacional y las potencias están en bandos geopolíticos polarizados. “Es una idea atractiva que se enfrenta a desafíos significativos como la identificación de los responsables, dado que las actividades espaciales son realizadas por una variedad de actores”, opina Díaz.
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