El impulso de la inmigraci¨®n

Una de las claves del dinamismo que mantiene la econom¨ªa espa?ola contra viento y marea reside en la incorporaci¨®n de mano de obra extranjera, siendo este un factor favorable que, sin embargo, tambi¨¦n pone de manifiesto las deficiencias de nuestro modelo productivo. Desde el primer trimestre de 2022, el n¨²mero de ocupados originario de otros pa¨ªses o con doble nacionalidad se ha incrementado m¨¢s de un 20%, casi 12 veces m¨¢s que el crecimiento de la ocupaci¨®n entre los espa?oles.

Incluso teniendo en cuenta la sobrerrepresentaci¨®n de los trabajadores inmigrantes en sectores con niveles de productividad inferiores a la media, su contribuci¨®n a la econom¨ªa es innegable, aportando m¨¢s de la mitad del avance del PIB registrado estos ¨²ltimos dos a?os. Esta es adem¨¢s una estimaci¨®n conservadora, basada en una extrapolaci¨®n mec¨¢nica de la contribuci¨®n del empleo a la econom¨ªa, bajo la hip¨®tesis de fungibilidad perfecta entre mano de obra aut¨®ctona y for¨¢nea. El supuesto es poco realista: en los sectores poco atractivos para los espa?oles o que se enfrentan a fen¨®menos de escasez, la actividad se sustenta en parte gracias a los no nacionales.

La inmigraci¨®n obedece sobre todo a motivos laborales, como refleja la composici¨®n por edad, siendo la franja de entre 25 y 54 a?os la m¨¢s representada. Por otra parte, la tasa de ocupaci¨®n de la poblaci¨®n de origen extranjero es pr¨¢cticamente la misma que la espa?ola, a diferencia del d¨¦ficit de empleo que padecen los inmigrantes en la mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos. La brecha es particularmente pronunciada en Alemania, con una diferencia de tasa de ocupaci¨®n entre poblaci¨®n nacional y for¨¢nea superior a 11 puntos, y en Francia con casi 7 puntos. La importancia de Am¨¦rica Latina como origen de la mayor¨ªa de inmigrantes contribuye a explicar la relativa facilidad de su integraci¨®n en el mercado laboral.

Todo ello sirve tambi¨¦n a frenar el envejecimiento poblacional, con efectos relevantes para el sistema de pensiones. La poblaci¨®n extranjera cuenta con 5,6 ocupados por cada persona de m¨¢s de 65 a?os (en Francia, pa¨ªs con una inmigraci¨®n m¨¢s arraigada, la ratio es solo de 3). En comparaci¨®n, la poblaci¨®n espa?ola registra 2 ocupados por cada persona mayor de 65 a?os. La relativa facilidad con que la poblaci¨®n inmigrante encuentra un puesto de trabajo es coherente con un estudio reciente de la OCDE que evidencia un impacto favorable en la Hacienda p¨²blica para el caso de Espa?a: seg¨²n estas estimaciones, los ingresos que aporta la incorporaci¨®n de extranjeros en concepto de impuestos y cotizaciones sociales exceder¨ªan el gasto que ocasionan, particularmente en la sanidad p¨²blica.

Frente al impacto inmediato, a todas luces positivo desde el punto de vista econ¨®mico, la inmigraci¨®n tambi¨¦n exacerba algunos de los principales retos estructurales. El m¨¢s visible es el desequilibrio en el mercado de la vivienda que se cierne como un cuello de botella sobre la econom¨ªa espa?ola. La inmigraci¨®n, por s¨ª sola, tambi¨¦n podr¨ªa reforzar el sesgo ¡°aditivo¡± de nuestro modelo productivo, basado en la incorporaci¨®n de fuerza laboral barata relativamente al coste del capital, pudiendo por tanto actuar como un desincentivo a la inversi¨®n en equipamiento. Si bien la contrataci¨®n de personal extranjero sirve para aliviar los problemas de escasez de mano de obra que han aparecido en algunos sectores, tambi¨¦n hace menos urgente la mejora de las pol¨ªticas de formaci¨®n o la intermediaci¨®n laboral. Tampoco soluciona la debilidad de la productividad, ya que la sobrecualificaci¨®n de los trabajadores extranjeros es a¨²n m¨¢s acusada que para los aut¨®ctonos, redundando en una p¨¦rdida de capital productivo.

La paradoja es que la entrada de mano de obra extranjera est¨¢ aportando dinamismo a la econom¨ªa espa?ola, al tiempo que modera la sensaci¨®n de urgencia para afrontar los grandes desaf¨ªos de inversi¨®n, paro estructural y productividad.

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