El estilo paranoico de la pol¨ªtica arancelaria de Donald Trump
A un pol¨ªtico no se le deber¨ªan consentir las tonter¨ªas solo porque las diga todo el tiempo
Hace unos d¨ªas, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanz¨® una propuesta econ¨®mica realmente terrible, y de hecho, inviable. Soy consciente de que muchos lectores que suelen leer los medios de comunicaci¨®n pensar¨¢n: ¡°Menuda novedad¡±. Pero al hacerlo, est¨¢n dejando que el candidato del Partido Republicano a las pr¨®ximas elecciones presidenciales que se celebrar¨¢n en noviembre pr¨®ximo se beneficie de la intransigencia blanda de unas expectativas baj¨ªsimas, en lugar de exigirle los est¨¢ndares que deber¨ªan aplicarse a cualquier candidato presidencial. A un pol¨ªtico no se le deber¨ªan consentir las tonter¨ªas solo porque diga tonter¨ªas todo el tiempo.
Pero, en cierto modo, lo m¨¢s interesante de la ¨²ltima idea horrible de Trump es la forma en que ha respondido su partido, con el tipo de sumisi¨®n y paranoia que normalmente se esperar¨ªa en lugares como Corea del Norte con el l¨ªder supremo Kim Jong-un.
Lo que Trump ha propuesto supuestamente es una ¡°pol¨ªtica de todo aranceles¡± en la que los impuestos sobre las importaciones de bienes y servicios sustituyen a los impuestos sobre la renta. ?Por qu¨¦ es una mala idea?
En primer lugar, los n¨²meros no cuadran en el globo sonda que ha lanzado el expresidente. La recaudaci¨®n anual del impuesto sobre la renta en Estados Unidos ronda los 2,4 billones de d¨®lares; las importaciones, los 3,9 billones. A primera vista, esto parecer¨ªa indicar que la idea de Trump requerir¨ªa un tipo arancelario medio de alrededor del 60% para que tuviera sentido econ¨®mico. Pero unos aranceles elevados reducir¨ªan las importaciones, por lo que los tipos arancelarios tendr¨ªan que subir a¨²n m¨¢s para obtener la misma cantidad de ingresos, lo que reducir¨ªa a¨²n m¨¢s las importaciones, y as¨ª sucesivamente en un bucle infernal. ?Hasta d¨®nde tendr¨ªan que llegar los aranceles? Hice un c¨¢lculo somero utilizando supuestos muy favorables a Trump y llegu¨¦ a un tipo arancelario del 133%; en realidad, es probable que no haya un tipo arancelario lo suficientemente alto como para sustituir al impuesto sobre la renta.
Y si realmente sustituy¨¦ramos los impuestos sobre la renta en Estados Unidos por aranceles a la importaci¨®n, estar¨ªamos de hecho aumentando dr¨¢sticamente los impuestos a los estadounidenses de clase trabajadora mientras que a las grandes fortunas del pa¨ªs les regalar¨ªamos una gran rebaja de impuestos, porque el impuesto sobre la renta es bastante progresivo y recae en mayor medida sobre los contribuyentes acaudalados, mientras que los aranceles son, de hecho, una especie de impuesto sobre las ventas que recae en mayor medida sobre la clase trabajadora.
As¨ª que se trata de una idea realmente mala que ser¨ªa muy impopular si los votantes se enteraran de las consecuencias que tendr¨ªa su implantaci¨®n en la econom¨ªa real.
Pero aqu¨ª viene lo bueno: ?c¨®mo respondi¨® el Comit¨¦ Nacional Republicano cuando se le pregunt¨® al respecto? Haciendo que su representante declarara: ¡°La idea de que los aranceles son un impuesto a los consumidores estadounidenses es una mentira impulsada por los subcontratistas y el Partido Comunista Chino¡±.
Ahora bien, los economistas llevan diciendo que los aranceles son un impuesto sobre los consumidores nacionales desde hace m¨¢s o menos dos siglos; supongo que, seg¨²n los argumentos de los miembros del partido republicano, han estado trabajando para China todo este tiempo. S¨ª, hay excepciones y salvedades, pero si se imaginan que Trump est¨¢ pensando en la teor¨ªa de los aranceles ¨®ptimos, tengo un t¨ªtulo de la Universidad Trump que a lo mejor les gustar¨ªa comprar.
De todas maneras, f¨ªjense en c¨®mo respondi¨® el mismo comit¨¦ a una pregunta relevante sobre pol¨ªtica: insistiendo no solo en que las tonter¨ªas del Querido L¨ªder son ciertas, sino tambi¨¦n en que cualquiera que no est¨¦ de acuerdo forma parte de una conspiraci¨®n siniestra que va contra los intereses de Estados Unidos.
No se lo tomen a la ligera. Es una prueba m¨¢s de que el MAGA [acr¨®nimo del eslogan que populariz¨® Trump durante su primera campa?a electoral a las presidenciales ¡°Haz que Estados Unidos vuelva a ser grande¡±] se ha convertido en un culto peligroso.
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