Las v¨ªctimas del amianto sufren un calvario judicial: ¡°Muchos fallecen durante el proceso y tenemos que sustituirlos por sus herederos¡±
La quiebra de las empresas y el paso de los a?os embarran el camino hacia una compensaci¨®n justa para los trabajadores
El amianto es un tipo de mineral fibroso compuesto de silicatos de cal, al¨²mina y hierro. Durante d¨¦cadas, este material fue uno de los componentes de construcci¨®n m¨¢s populares en el bum inmobiliario del franquismo y de la democracia temprana. De hecho, puede encontrarse en tejados, ca?er¨ªas, dep¨®sitos, revestimientos o fachadas. Incluso en trenes y barcos. Era flexible, f¨¢cil de conseguir, incombustible y barato. Pero en 2002 su uso fue fulminantemente prohibido, cuando los investigadores repararon en el inconfundible rastro de muerte que dejaba el asbesto.
Operarios de f¨¢bricas, estibadores, mozos de astillero, trabajadores de construcci¨®n o de industria. Pero tambi¨¦n familiares. Incluso vecinos. Cualquier grupo de personas en contacto directo o indirecto con esta fibra registraba un repunte an¨®malo de casos de c¨¢ncer, en especial de mesotelioma, un tipo de c¨¢ncer de pleura mortal muy raro, pero que en ciertas regiones multiplic¨® su aparici¨®n. El factor com¨²n era la exposici¨®n al mort¨ªfero polvo.
M¨¢s de veinte a?os despu¨¦s de su prohibici¨®n, los supervivientes de la sustancia (sus familias, pues muchos fallecen) viven atrapados en un laberinto judicial. El Tribunal Supremo ha dejado claro en varias ocasiones que son v¨ªctimas y deben ser indemnizadas, porque las mercantiles no proporcionaron medidas de seguridad tales como taquillas dobles (para no mezclar la ropa del trabajo y de casa) o mascarillas. Pero la ejecuci¨®n de algunas de estas sentencias est¨¢ resultando ser una pesadilla.
Por ejemplo, y seg¨²n traslada el Colectivo Ronda, la cooperativa de abogados que ha defendido a los afectados por asbesto, la declaraci¨®n de insolvencia de Uralita en el 2022, la mayor fabricante y comercializadora de este material en Espa?a durante la segunda mitad del siglo XX, deja ¡°hasta 26 millones de euros en sentencias no ejecutadas¡±, subraya Marta Barrera, letrada del colectivo. Son, llanamente, resoluciones judiciales que amenazan con convertirse en papel mojado. ¡°Es una situaci¨®n tr¨¢gica¡±, lamenta Barrera.
En C¨¢diz, la plataforma Afectados por el Amianto del Sector Naval ha conseguido una importante victoria al vencer en febrero a Navantia en los juzgados. La naviera tendr¨¢ que pagar 500.000 euros a la viuda y los seis hijos de un herrero que estuvo expuesto al asbesto entre 1975 y 1999. ¡°Es hasta la fecha la mayor indemnizaci¨®n obtenida a nivel nacional en reclamaciones relacionadas con el amianto¡±, afirma la abogada Aida Segura H?hr, socia del despacho D¨¢vila & Asociados, despacho que defiende a las v¨ªctimas del amianto desde los a?os 80.
En la ¨²ltima d¨¦cada, los casos de afectados por el amianto en la regi¨®n pueden contarse por centenares. La especialista cuenta que muchos de los trabajadores que entran en su despacho buscando consejo legal no llegan a vivir para ver una sentencia. La burocracia judicial tarda unos tres a?os de media en resolverse, demasiado cuando el reloj del c¨¢ncer est¨¢ en marcha. ¡°Desgraciadamente muchos fallecen a los pocos meses de iniciar el proceso y tenemos que hacer la sustituci¨®n procesal con los herederos. Sobre todo, en los casos de mesoteliomas¡±.
Un reguero de damnificados
El amianto mata a trabajadores, pero tambi¨¦n a familiares. ¡°Algunas esposas fallec¨ªan al entrar en contacto con el polvo del amianto que se quedaba impregnado en los monos de trabajo que lavaban en casa¡±, cuenta Ram¨®n D¨¢vila Guerrero, uno de los primeros abogados en conseguir una sentencia a favor de los operarios en 1980. Hay, incluso, vecinos que han logrado llevarse el gato al agua y demostrar que su salud se ha visto perjudicada por la presencia del amianto en sus pueblos. En 2021, por ejemplo, el Tribunal Supremo confirm¨® la indemnizaci¨®n de 2,3 millones de euros a 39 personas entre las que se encontraban por primera vez vecinos de Cerdanyola del Vall¨¦s (Barcelona) que viv¨ªan cerca de la f¨¢brica de Uralita.
El laberinto judicial para reclamar por el amianto tiene tres fases. En primer lugar, las v¨ªctimas deben luchar contra la Seguridad Social, pues las fuentes jur¨ªdicas consultadas coinciden en que la Administraci¨®n demuestra mano de hierro y no reconoce el car¨¢cter profesional de la enfermedad con facilidad, es decir, que la caus¨® el amianto, y no otros factores como el tabaco o el alcohol. Ello est¨¢ abocando a las familias a ir a juicio. En segundo lugar, si se gana el primer pleito, hay que exigir la actualizaci¨®n en la prestaci¨®n de invalidez (si la v¨ªctima sobrevive) o de viudedad (si el trabajador fallece). Por ¨²ltimo queda lo m¨¢s dif¨ªcil, que la empresa pague. Aqu¨ª la cosa se complica, pues las enfermedades causadas por el amianto tienen un enorme periodo de latencia, es decir, pueden permanecer dormidas a?os. De forma que, cuando el c¨¢ncer da la cara, las empresas responsables pueden, o bien haber desaparecido, o bien mutado en otras sociedades, o bien, simplemente, haberse declarado insolventes. Y reunir documentaci¨®n y testigos de hechos que ocurrieron hace d¨¦cadas puede ser una misi¨®n imposible.
Las indemnizaciones var¨ªan seg¨²n la casu¨ªstica, pues el amianto ha estado presente pr¨¢cticamente en todos los sitios, explica Andrea Peir¨®, socia de la firma especializada en estas reclamaciones Opamianto (pertenece a Cremades & Calvo Sotelo). ¡°En el Ministerio de Defensa suelen ser 90.000 euros para las viudas y 9.000 euros para los hijos¡±, si bien la abogada conoce casos en los que se ha llegado a reconocer indemnizaciones ¡°de hasta 700.000 euros¡±. En 2022, el Parlamento aprob¨® la creaci¨®n de un fondo de compensaci¨®n para las v¨ªctimas del amianto. Dos a?os despu¨¦s, el reglamento necesario para poner en marcha la iniciativa no ha visto la luz.
Las cifras no cuadran
El Gobierno admitió que en España se registran “alrededor de 700 mesoteliomas de media por año”. Sin embargo, en 2018, la Seguridad Social sólo reconoció el origen profesional de veinte casos. Una postura que contrasta con la opinión de los científicos. La Universidad de Washington estimó que, sólo en España, 96.804 personas fallecieron por exposición laboral a la fibra mortal entre 2001 y 2019. Y es previsible que la bola se haga más grande cuando las enfermedades latentes den la cara: según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, las defunciones por el amianto podrían llegar a 130.000 en 2050.
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