Tregua en la batalla por el control del Banco Central de Libia
Las dos administraciones que gobiernan el pa¨ªs norteafricano luchan por la direcci¨®n del organismo monetario
La disfuncionalidad que merma el Estado de Libia, dividido en dos administraciones desde hace a?os, queda al desnudo de forma c¨ªclica en crisis que tienden a presentar una cronolog¨ªa parecida: movimientos pol¨ªticos unilaterales, fragmentaci¨®n institucional, cierre de campos de petr¨®leo, despliegue de tropas y una poblaci¨®n desde?ada. Desde mediados de agosto, el pa¨ªs atraviesa otra de estas pesadillas, desatada ahora por una lucha por el control de su Banco Central, el depositario legal de miles de millones de d¨®lares anuales procedentes del petr¨®leo. El pasado jueves, despu¨¦s de varias rondas de consultas impulsadas por la ONU, se alcanz¨® un principio de acuerdo, pero el conflicto puede estar lejos de terminar.
La crisis estall¨® el 18 de agosto cuando el Consejo Presidencial, que ejerce de jefe de Estado y est¨¢ aliado con el Gobierno reconocido por la comunidad internacional en la capital, Tr¨ªpoli, emiti¨® un decreto para destituir a la junta directiva del Banco Central, incluido a su influyente gobernador desde 2011, Siddiq Al Kabir, y designar una nueva direcci¨®n. Las autoridades del este del pa¨ªs y una poderosa milicia de Tr¨ªpoli rechazaron la decisi¨®n. Pero dos reuniones de altos cargos militares, policiales y de milicias en los d¨ªas siguientes, y la huida de Kabir y otros altos cargos del Banco Central fuera del pa¨ªs, rebajaron moment¨¢neamente la tensi¨®n.
El choque al frente de la instituci¨®n llevaba tiempo gest¨¢ndose. Cuando Abdulhamid Dbeiba se convirti¨® en primer ministro del Gobierno de Tr¨ªpoli en 2021, uno de los primeros aliados que quiso ganarse fue a Kabir, quien no tuvo problemas para acercarse a la que entonces era una estrella emergente. Su luna de miel, sin embargo, dur¨® poco. Y cuando la relaci¨®n entre Dbeiba y las autoridades del este de Libia se tens¨®, Kabir se distanci¨® y empez¨® a cerrarle el grifo y a criticar el ritmo y la opacidad de su gasto p¨²blico, lo que termin¨® por enemistarles.
El guion se aceler¨® a principios de agosto cuando se celebr¨® la elecci¨®n anual del presidente del Alto Consejo de Estado, una de las dos c¨¢maras legislativas del pa¨ªs y clave para aprobar leyes importantes, incluido los presupuestos. El hasta entonces presidente y aliado de Dbeiba, Mohamed Takala, perdi¨® por solo un voto frente al expresidente Jaled Al Mishri, el candidato favorito de las autoridades del este, en una votaci¨®n impugnada por Takala. Al poco de perder el Alto Consejo de Estado, los aliados de Dbeiba lanzaron su ofensiva sobre el Banco Central.
La legalidad de su acci¨®n, sin embargo, ha sido muy cuestionada. ¡°Cualquier cambio relativo al Banco Central tiene que venir del Parlamento [con sede en el este] tras consultarlo con el Alto Consejo de Estado. El Consejo Presidencial no tiene la competencia ni base legal para cambiar al Gobernador¡±, se?ala Kabir desde Turqu¨ªa por tel¨¦fono. Najwa Wheba, portavoz del Consejo Presidencial, discrepa, defiende que tienen el mandato para nombrar a altos cargos, y justifica la medida en parte por ¡°el deterioro de la situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs¡±.
El pasado jueves, representantes del Parlamento y del Alto Consejo de Estado acordaron finalmente una nueva composici¨®n para la c¨²pula del Banco Central, lo que podr¨ªa contribuir a desenredar la crisis. Pero todav¨ªa est¨¢ por ver c¨®mo ser¨¢ recibida la entente por el entorno de Dbeiba y del Consejo Presidencial, y si al final se acaba materializando el traspaso de poder.
Ninguneo internacional
La situaci¨®n es l¨ªmite. Desde el 25 de agosto, el comit¨¦ que nombr¨® el Consejo Presidencial, y que tras el acuerdo del jueves deber¨ªa renunciar, ha asumido las riendas del Banco Central. Pero desde entonces no ha habido indicios de que los grandes bancos centrales y comerciales y las grandes instituciones financieras internacionales reconozcan su junta, lo que hace temer por su posici¨®n en el sistema financiero global. ¡°El da?o es enorme¡±, lamenta Kabir. EL PA?S ha contactado con la oficina de prensa del nuevo Banco Central pero no ha recibido respuesta.
A?adiendo m¨¢s le?a al fuego, las autoridades del este, que controlan la mayor¨ªa de campos de petr¨®leo de Libia, ordenaron detener la producci¨®n y exportaci¨®n de petr¨®leo bajo el pretexto de evitar que sus ingresos, que representan m¨¢s del 90% de los ingresos estatales, acabaran siendo mal gestionados. El 30 de agosto, la compa?¨ªa petrolera nacional declar¨® que la producci¨®n ya hab¨ªa ca¨ªdo en un 63%, y las exportaciones se hab¨ªan contra¨ªdo a principios de septiembre en un 81%, seg¨²n la empresa de datos Kpler.
En la calle la presi¨®n se ha empezado a sentir. La ca¨ªda de la producci¨®n local de petr¨®leo ha agravado la crisis de abastecimiento de combustible de Libia, que es el pa¨ªs con las mayores reservas probadas de oro negro de ?frica. Esto se ha traducido en largos cortes de electricidad y escasez generalizada de gasolina, lo que ha desatado protestas en las ¨²ltimas semanas.
¡°La batalla por el Banco Central es el colof¨®n inevitable de una larga disputa por el control de la econom¨ªa nacional¡±, se?ala Anas El Gomati, director del Instituto Sadeq, un centro de investigaci¨®n libio. Y si la crisis persiste, a?ade, Libia podr¨ªa verse forzada a suspender pagos internacionales y congelar operaciones bancarias. ¡°[Esto] no son solo problemas financieros, son el preludio a cajeros autom¨¢ticos vac¨ªos, dinares sin valor y calles enfurecidas. Y en Libia las carteras vac¨ªas tienen la mala costumbre de convertirse en armas cargadas¡±, advierte.
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