Trump y el d¨®lar
No es de extra?ar el inter¨¦s del presidente electo de EE UU de mantener un d¨®lar hegem¨®nico en las reservas internacionales, aunque las formas para conseguirlo no sean las m¨¢s apropiadas
La reciente evoluci¨®n del d¨®lar es el m¨¢s claro exponente de la dicotom¨ªa que las pol¨ªticas econ¨®micas de la nueva Administraci¨®n Trump van a generar entre EE UU y el ¨¢rea euro. La ¡°reflaci¨®n¡± que de las pol¨ªticas econ¨®micas del pr¨®ximo Gobierno se deriva para la econom¨ªa estadounidense, contrasta con la sensibilidad del ¨¢rea euro a las medidas proteccionistas de la Casa Blanca, tanto en su versi¨®n directa ¡ªaranceles a productos europeos¡ª, como sobre todo la indirecta ¡ªredirecci¨®n de flujos en respuesta a aranceles a terceros pa¨ªses, sobre todo China¡ª.
Esa dicotom¨ªa se ha traducido en un incremento de m¨¢s de 100 puntos b¨¢sicos, hasta casi 200, en el diferencial anticipado entre el tipo de inter¨¦s del d¨®lar y del euro. Ese diferencial es sin duda el principal factor explicativo de los m¨ªnimos alcanzados, en torno a 1,05 d¨®lares por euro, frente a niveles superiores a 1,1 hace escasos meses.
Con esa apreciaci¨®n reciente del d¨®lar, no s¨®lo frente al euro sino frente a la mayor¨ªa de divisas, se consolida todav¨ªa m¨¢s el papel clave de la moneda estadounidense en el sistema financiero internacional. Como unidad de cuenta, es utilizado en la denominaci¨®n de m¨¢s del 40% del comercio mundial y sirve como ancla cambiaria para un elevado n¨²mero de pa¨ªses. Como medio de pagos, participa en casi el 90% de las transacciones de divisas en el mundo. Pero sobre todo, y como exponente principal de la hegemon¨ªa financiera del d¨®lar, el mismo concentra cerca del 60% de las reservas internacionales de divisas.
Es cierto que ese peso del d¨®lar en las reservas internacionales era de un 73% a finales del siglo pasado, y desde entonces ha venido cayendo de forma muy paulatina al digerir la irrupci¨®n de nuevos contendientes, como el euro en 1999, la incorporaci¨®n del yuan al sistema monetario internacional en 2015, o los recientes intentos de los denominados pa¨ªses BRICS (Brasil, Rusia, India China, Sud¨¢frica, m¨¢s otros cuatro nuevos candidatos) para desdolarizar sus intercambios comerciales a favor de una divisa virtual respaldada de forma conjunta por los bancos centrales de esos pa¨ªses.
Es precisamente ese intento de los BRICS de avanzar en la desdolarizaci¨®n ¡ªdesde el escaso 5% que actualmente representan el conjunto de monedas de esos pa¨ªses sobre el mercado de divisas¡ª lo que ha provocado la amenaza de Trump de imponer aranceles del 100% a aquellos pa¨ªses que intenten desdolarizar sus transacciones comerciales o sus reservas de divisas.
No es de extra?ar el inter¨¦s de Trump de mantener un d¨®lar hegem¨®nico en las reservas internacionales, aunque las formas para conseguirlo no sean las m¨¢s apropiadas. Frente a una p¨¦rdida de competitividad para su econom¨ªa, que en todo caso va a ser compensada con aranceles, la principal ventaja de un d¨®lar dominante es facilitar la financiaci¨®n internacional de una deuda p¨²blica estadounidense que ya alcanza niveles preocupantes y no va a parar de crecer con la nueva Administraci¨®n.
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