La Universidad de Castells y la escuela de Cela¨¢
La educaci¨®n universitaria no es compatible con el modelo de ense?anza en grupo ¨²nico, sino que requiere una mayor diferenciaci¨®n metodol¨®gica
El mismo d¨ªa que la ministra de Educaci¨®n y Formaci¨®n Profesional, Isabel Cela¨¢, expon¨ªa a las Comunidades Aut¨®nomas sus planes de presencialidad absoluta para iniciar el pr¨®ximo curso escolar, el ministro de Universidades, Manuel Castells, difund¨ªa un documento con planes de presencialidad adaptada para iniciar el curso universitario. Los medios de comunicaci¨®n se hac¨ªan eco de los contrastes de ambos modelos formulados por integrantes de un mismo Gobierno para un asunto aparentemente af¨ªn, como es la educaci¨®n.
Como todo lo que resulta dif¨ªcil de entender a simple vista, estas diferencias en los modelos aplicables al curso acad¨¦mico 2020-21 se convierten r¨¢pidamente en fuente de confusi¨®n. En mi opini¨®n, las diferencias entre la educaci¨®n no universitaria y la universitaria, siempre mal entendidas, muchas veces peor explicadas, se encuentran en la ra¨ªz de las soluciones aparentemente contradictorias que han aportado ambos responsables a los problemas en materia de movilidad, grupos de ense?anza, espacios y profesorado.
A un colegio o instituto acuden centenares de ni?os y j¨®venes que residen en las proximidades del centro educativo y que, por tanto, producen una movilidad urbana reducida. Los campus universitarios pasan a aglomerar a miles de estudiantes en un mismo lugar procedentes de m¨²ltiples or¨ªgenes, dando lugar a una movilidad heterog¨¦nea en cuanto a su fuente. A esto se une que la movilidad nacional e internacional es consustancial a la actividad investigadora que tiene reconocida el profesorado universitario.
En su mayor parte, los colegios e institutos organizan sus ense?anzas en torno a grupos ¨²nicos para cada una de las asignaturas y materias, de acuerdo con las conocidas como ratios. La especializaci¨®n inherente a la educaci¨®n universitaria no es compatible con el modelo de ense?anza en grupo ¨²nico, sino que requiere una mayor diferenciaci¨®n metodol¨®gica para cada asignatura en la que podemos encontrar ratios m¨¢s grandes en aulas gen¨¦ricas para las actividades te¨®ricas seg¨²n la titulaci¨®n y ratios peque?as para las actividades pr¨¢cticas en espacios altamente especializados como laboratorios, salas de demostraci¨®n y simulaci¨®n o talleres art¨ªsticos y t¨¦cnicos.
El espacio que predomina en los colegios e institutos es el aula, complementado con otros espacios gen¨¦ricos como comedores, gimnasios o salas de lectura, adem¨¢s de algunos espacios especializados como aulas de inform¨¢tica o talleres de distinto tipo. En el ¨¢mbito universitario las aulas han ido evolucionando a espacios especializados con una configuraci¨®n de grupo reducido y equipamiento altamente tecnificado.
El profesorado de la educaci¨®n no universitaria se agrupa en torno a unas cuantas ¨¢reas de conocimiento, mientras que el profesorado universitario se adscribe a centenares de ¨¢reas de conocimiento muy especializadas, que llega al nivel de asignatura y titulaci¨®n para mejorar la calidad de una ense?anza que est¨¢ ¨ªntimamente ligada al empleo, y cuya contrataci¨®n est¨¢ sometida a distintas reglas condicionantes.
Estas diferencias, aunque habr¨ªa m¨¢s, explican f¨¢cilmente la aparente distancia entre la presencialidad absoluta de Cela¨¢ y la presencialidad adaptada de Castells. La primera, menos condicionada por la movilidad estudiantil y m¨¢s preocupada leg¨ªtimamente por preservar ciertos valores propios de la educaci¨®n en los niveles no universitarios, hace un llamamiento a la modificaci¨®n de los espacios gen¨¦ricos para transformarlos en aulas como espacios predominantes de aprendizaje y a reducir las ratios de estudiantes para crear m¨¢s grupos ¨²nicos. El segundo, m¨¢s preocupado por la movilidad, la aglomeraci¨®n y las elevadas ratios universitarias, llama a volver a las aulas de teor¨ªa si la ocupaci¨®n lo permite, hacer una vuelta rotatoria apoyada en la tecnolog¨ªa si no lo permite y priorizar en todo caso la vuelta de todos a los laboratorios, salas y talleres de pr¨¢cticas.
Ambos desean volver a la mayor normalidad y presencialidad el pr¨®ximo curso acad¨¦mico que pueda conseguirse en un marco de seguridad lo m¨¢s robusto posible a eventuales brotes, cada uno con sus condicionantes. Los claustros universitarios haremos todo lo que est¨¦ en nuestras manos para lograr esta presencialidad segura con adaptaciones, para lo que necesitaremos que la sociedad y los ejecutivos auton¨®micos no caigan en el error que supondr¨ªa asimilar la universidad a la educaci¨®n no universitaria, y mucho menos asumir que todo esto puede hacerse sin una inyecci¨®n adicional de recursos presupuestarios para adecuaci¨®n de espacios y profesorado que pueda adem¨¢s movilizarse con las menores trabas burocr¨¢ticas posibles.
Miguel ?ngel Collado es rector de UCLM y presidente de CRUE-Asuntos Estudiantiles.
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