Cinco ideas para aprovechar y aprender en el veraneo en el pueblo
La historia, la geograf¨ªa, el conocimiento del medio, la autonom¨ªa, la libertad y la felicidad se pueden encontrar en el medio rural. Dos especialistas explican c¨®mo hacerlo
Excursiones llenas de aventuras con la bici, ir a por ranas y renacuajos en la charca, chapuzones en aguas heladas y horas eternas en la pe?a con los amigos de charla hasta la medianoche. Los que tienen la suerte de tener pueblo tienen grabados a fuego recuerdos como estos. Pero lo que probablemente m¨¢s valoran de su vertiente rural en la infancia es la autonom¨ªa imposible en la gran ciudad. Este verano extra?o, el pueblo ha sido el refugio para muchas familias espa?olas. Dos expertos en educaci¨®n en el entorno rural dan ideas para aprovechar y aprender en familia durante un veraneo en el pueblo, sin wifi, que ofrece un universo potent¨ªsimo.
Felix Mart¨ªnez Mo?ux, director del Pueblo Escuela Abioncillo (Soria) con m¨¢s de 30 a?os de historia, describe as¨ª lo que los ni?os de ciudad encuentran en el entorno rural: ¡°Es una sensaci¨®n de libertad indescriptible, se liberan de sus padres, se sienten due?os de su vida con plena disposici¨®n de su tiempo, en un medio a veces m¨¢s humanizado, o m¨¢s natural¡±. Y eso se convierte en una experiencia muy enriquecedora educativamente porque les permite explorar sus l¨ªmites y crecer en autonom¨ªa.
La profesora Isabel Vizca¨ªno, creadora del proyecto reci¨¦n nacido Todxs Tenemos Pueblo, a?ade, adem¨¢s, un aspecto fundamental: ¡°El contacto con los vecinos del entorno es muy valioso y debemos propiciarlo porque ellos atesoran costumbres y conocimiento determinante, pero poco valorado y en v¨ªas de extinci¨®n. Si los ni?os no lo aprenden all¨ª, en la ciudad no est¨¢ a su alcance¡±, explica esta profesora. Y cita algunos: ¡°La tradici¨®n oral, los usos y costumbres rurales y la memoria de esos cuidadores que han sido durante siglos los garantes de la sostenibilidad rural, pura sabidur¨ªa que debemos conservar¡±, concluye la maestra, que ha regresado a Talaveruela de la Vega (C¨¢ceres), tras 20 a?os trabajando en Madrid. Para que el veraneo en el pueblo vaya m¨¢s all¨¢ de la ni?a o el ni?o asilvestrados, esta maestra y este fil¨®sofo y pedagogo ofrecen cinco pistas que permiten el tan necesario encuentro con el universo rural y sus habitantes.
1. La maqueta natural
Para F¨¦lix Mart¨ªnez, un buen comienzo puede ser ubicarse geogr¨¢ficamente. ¡°Mostremos en un mapa d¨®nde estamos, planteemos por qu¨¦ creen que estamos aqu¨ª, que busquen si hay r¨ªos en el mapa, si hay bosques, si est¨¢ elevado o no, los pueblos de alrededor... Es un ejercicio muy b¨¢sico, pero da mucho juego. Y luego, cuando al dar un paseo localizan lo que vieron en el mapa, cobra mucho m¨¢s sentido el recorrido¡±, explica este especialista.
¡°Y una vez que estemos en el campo, hagamos en equipo un croquis o maqueta del paraje donde nos encontremos con elementos naturales: piedras, hojas, palos, semillas para trazar el r¨ªo...¡±, propone. ¡°Esta representaci¨®n del entorno a nivel f¨ªsico es muy ¨²til. Primero, por el contacto con el elemento natural que nos sirve para crear algo. Es pr¨¢ctico porque nos ense?a a ubicarnos en el mapa, ver d¨®nde est¨¢ el norte, el sur... Adem¨¢s, es un trabajo en equipo y comenzar por el espacio y sus elementos es un punto de partida para construir el resto del conocimiento. Y, luego, cada elemento que usemos en la maqueta, como el tipo de piedras, para lo que se usen, o los palos, nos pueden dar para conversar much¨ªsimo con ellos de lo que nos ofrece el entorno¡±, asegura.
Y propone tambi¨¦n en esa visita rural adentrarse en el pueblo y sus alrededores con los cinco sentidos: ¡°Les podemos pedir que localicen cinco tonos distintos de verde, cinco olores diferentes o el canto de cinco p¨¢jaros distintos. Y que se pregunten c¨®mo est¨¢n construidos los edificios, su orientaci¨®n, sus materiales, sus muros, su disposici¨®n. ?Estaba en torno a un castillo? ?Alrededor de un r¨ªo? ?Por qu¨¦ se asentaron all¨ª? Todo ese cuestionamiento dar¨¢ mucha informaci¨®n y surgir¨¢n muchas preguntas como punto de partida¡±, explica el pedagogo.
2. Ayudar en el huerto
Y, una vez nos hayamos ubicado en el entorno, debemos hacerlo con sus habitantes. ¡°En cualquier pueblo encontrar¨¢s una se?ora o un se?or felices de ense?arte su huerto, de sentirse ¨²tiles, y es puro aprendizaje experiencial. Lo ¨²nico que necesitas es ofrecerte a acompa?arle y ayudarle¡±, se?ala Vizca¨ªno. ¡°Los mayores son aut¨¦nticos expertos de tratar con la tierra y no suelen tener problemas en difundir sus trucos, sus aprendizajes. A los ni?os suele fascinarles trabajar la tierra o ver c¨®mo crece una semilla, y todo lo que surge alrededor. Y podemos plantear dudas que tienen que lograr responder: ?qu¨¦ cultiva?, ?por qu¨¦ esos productos?, ?c¨®mo deben cuidarse?, ?c¨®mo se dispone el huerto?¡±, apunta Vizca¨ªno. Y, sobre todo, ella valora las conversaciones que surgen: ¡°Si la persona es conversadora, ser¨¢ muy enriquecedor el encuentro, todo un proyecto educativo de conocimiento del medio intergeneracional¡±, explica esta profesora.
F¨¦lix tambi¨¦n propone hacer un experimento con la tierra para que los ni?os eval¨²en cu¨¢l es la mejor manera relacionarnos con ella. ¡°Si existe alguna gran explotaci¨®n agr¨ªcola cerca del pueblo, un ejercicio que solemos hacer es comparar la tierra y la vida que hay en ella en esos terrenos, frente a la que hay en el suelo del bosque o en el de un huerto. Solo hay que coger un cubo de tierra ¡ªdel tama?o de los de playa sirve¡ª, de ambos terrenos y comparar la biodiversidad, contar cu¨¢ntos bichitos hay en ambas, si hay caracoles, hormigas o gusanos. Desde luego, se sorprender¨¢n con lo muerta que est¨¢ la tierra cultivada¡±, asegura el pedagogo. Y a?ade que tambi¨¦n se puede hacer el mismo ejercicio con el agua de una acequia o de un r¨ªo con un poco de limo. ¡°Suele fascinarles la de larvas y vida que hay en un simple vasito de agua si est¨¢ limpia y sin contaminar¡±.
Otra fuente de muchos aprendizajes es hablar del agua. ¡°Podemos plantear desaf¨ªos a los ni?os en la visita a la vecina, como que descubran c¨®mo se riega, si lo hace por goteo o por inundaci¨®n, si viene de un pozo o una balsa de riego, de qui¨¦n es el agua que usa...¡±, propone Vizca¨ªno. Y eso permitir¨¢ hablar del agua como bien com¨²n, su ciclo o la necesidad de cuidarlo. ¡°Y, con suerte, esa ma?ana se llevan los tomates para la ensalada o un par de pepinos¡±, concluye la profesora.
3. Un d¨ªa convertidos en pastores
Otra fuente clave de aventuras y conocimiento son los animales del pueblo. Tanto el pedagogo como la maestra proponen que los ni?os se acerquen a los animales que quedan en el pueblo e incluso se ofrezcan a acompa?ar al pastor o la lechera a pasar un d¨ªa con ellos y sus animales por el campo o hacerlo en familia, si no conocemos el entorno y a sus vecinos.
¡°En algunos pueblos de la zona de la Vera, como en Talaveruela, el ganado sigue utiliz¨¢ndose para abonar los campos de forma n¨®mada y para desbrozarlos. El propio Ayuntamiento gestiona a qu¨¦ campo deben ir los reba?os de cabras para hacer ese desbroce natural y abonado. Tambi¨¦n se hace a veces con las gallinas que, tras recolectar el campo, se comen los granos sobrantes y abonan el terreno antes de ararlo. Esto nos ense?a alternativas para relacionarnos con nuestro entorno¡±, relata Vizca¨ªno. ¡°Y seguro que se puede acompa?ar al pastor en familia o preguntarle si necesita ayuda o si se puede pasar el d¨ªa con ¨¦l para aprender. Lo m¨¢s probable es que se sientan valorados por el trabajo que est¨¢n haciendo. Si es la vaquera, pues le pedimos que nos deje ver c¨®mo orde?a, si tienen gallinas, ayudarles con los huevos o echarles el pienso. Y, si hay colmenas, que los apicultores les expliquen c¨®mo est¨¢n polinizando el monte. Les pueden preguntar por los cuidados y alimentaci¨®n de los animales, por ejemplo. Ah¨ª los ni?os plantear¨¢n much¨ªsimas cosas que no se les olvidar¨¢n jam¨¢s¡±, explica Vizca¨ªno.
F¨¦lix a?ade, adem¨¢s, que la experiencia es m¨¢s completa si se plasma en un diario o un cuaderno de dibujo lo que les ha resultado m¨¢s interesante para que el aprendizaje y el disfrute sea m¨¢s significativo.
4. La yincana de los oficios o de los ¨¢rboles
Una de las cosas que m¨¢s preocupan a los docentes de primaria es c¨®mo los ni?os no tienen dificultades para recitar de carrerilla cinco modelos de m¨®vil, pero les resulta imposible hacerlo con especies de ¨¢rboles o de aves. Por eso, el entorno rural puede ser una buena excusa para romper con esa din¨¢mica.
Otro de los retos que se les puede plantear a los ni?os es hacerlo en formato yincana. La tem¨¢tica depender¨¢ del entorno, pero el reto puede ser similar: recopilar, localizar e investigar preguntando en el pueblo hasta conseguir un n¨²mero determinado de ¨¢rboles, con sus an¨¦cdotas e historias ¡ªen muchos pueblos los ¨¢rboles son aut¨¦nticos monumentos repletos de historias¡ª, o bien de aves diferentes o de los oficios que encuentren por el pueblo y que no haya en la ciudad. Incluso pueden plantearse preguntas que deben responder con peque?as entrevistas en el pueblo.
¡°Con un poco de suerte hay un herrero o un alfarero, alg¨²n artesano, el sacrist¨¢n, el molinero, el esquilador, pero solo con localizar los ganaderos y los agricultores ya va a darles mucho juego, porque tendr¨¢n que entrevistarles sobre su profesi¨®n, las ventajas, los inconvenientes, y luego crear una gu¨ªa de oficios, de ¨¢rboles o de aves, que puede tener muchas versiones¡±, explica el pedagogo de Abioncillo. Pueden hacer un ¨¢lbum de retratos dibujados, de cuentos protagonizados por cada personaje o incluso, si hay una vieja c¨¢mara Polaroid en casa, se puede desempolvar, comprar papel fotogr¨¢fico por Internet y hacer una foto de cada personaje haciendo su trabajo, de cada ¨¢rbol o de cada ave diferente.
¡°No se trata de que visiten el pueblo como si fuera un parque tem¨¢tico, sino que se relacionen con ¨¦l y sus gentes y que los vecinos se sientan a la vez ¨²tiles, que tienen mucho que aportar y contar¡±, explica Vizca¨ªno.
5. Historias de la Historia. ?De qui¨¦n sois? ?De d¨®nde ven¨ªs?
Cuando llega la noche, la vida en los pueblos en verano resurge. Con los abuelos y abuelas sentados a la fresca en la puerta de sus casas, es el mejor momento para la ch¨¢chara y las historias. Si tienen abuelo en casa, lo propio ser¨¢ comenzar por ¨¦l, pero si no, una vez superado el ¡°?de qui¨¦n eres?¡± o el ¡°?de d¨®nde eres, majo?¡± y ubicados los apodos, es el momento de conversar.
¡°Les pueden pedir que les cuenten un cuento o sin m¨¢s hablar. Algunas preguntas que dan mucho juego son las relacionadas con su infancia: c¨®mo era la escuela cuando eran ni?os, qu¨¦ echan de menos de aquella ¨¦poca, qu¨¦ les tra¨ªan los reyes magos, cu¨¢les eran sus juguetes preferidos o a qu¨¦ jugaban sin tele ni pantallas. Ser¨¢ tiempo bien invertido¡±, explica Isabel. Para ella, hablar con los mayores es ¡°aprender todo el rato cosas interesant¨ªsimas¡± y, a la vez, cuando les cuenten que ellos ten¨ªan que ir a trabajar en el campo de ni?os, o que no pudieron ir a la escuela a partir de los 10 a?os para ayudar en casa, o les hablen de las cartillas de racionamiento, aprenden a valorar lo que tienen y cambia su percepci¨®n de los mayores, que pasan a ser un referente de conocimiento y experiencia¡±, propone Vizca¨ªno.
F¨¦lix sugiere tambi¨¦n un paseo nocturno por las zonas m¨¢s campestres, con cuidado y siempre con adultos. ¡°Escuchar c¨®mo suena el bosque de noche, tratar de identificar los animales que se escuchan, o estar atentos por si hay alg¨²n sapo o rana es interesant¨ªsimo para ellos, aprenden a mirar de otro modo lo que les rodea, a vivir el mundo de otro modo m¨¢s all¨¢ de las pantallas. Porque lo que s¨ª me doy cuenta es que los ni?os cada vez tienen menos capacidad de interpretar lo que ven. Demasiado v¨ªdeo, demasiada pantalla y poca realidad¡±, concluye el pedagogo.
Cinco planes para disfrutar el verano con hijos en... El bosque
Esta serie de reportajes ofrece alternativas para disfrutar de un verano con ni?os all¨¢ donde le toque pasarlo. Vivir la naturaleza, la ciudad o la playa de forma diferente, con la ayuda de pedagogos y educadores. Aqu¨ª puedes leer la segunda entrega de la serie. Cinco planes para disfrutar (y aprender) en el bosque
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