Manuel Castells:¡°La Universidad p¨²blica debe ser gratuita, pero en esta legislatura no hay capacidad presupuestaria¡±
El ministro defiende la reforma legal emprendida, que espera que logre consensos, para reducir la precariedad de una parte del profesorado y mejorar la calidad del sistema
Manuel Castells (Hell¨ªn, Albacete, 79 a?os) present¨® el pasado martes un anteproyecto de ley de Universidades que impulsa numerosas medidas en favor de la igualdad de g¨¦nero (con unidades especializadas o la posibilidad de establecer discriminaci¨®n positiva en las contrataciones), trata de ordenar la carrera docente, acabar con la precariedad de una parte del profesorado, mejorar la gesti¨®n y la financiaci¨®n de los campus a la vez que le exige m¨¢s rendici¨®n de cuentas para incentivar, aseguran, la mejora de la calidad. El ministro de Universidades elegido por Unidas Podemos, insigne acad¨¦mico, soci¨®logo, profesor de Berkeley y la Universitat Oberta de Catalunya, aseguraba este mi¨¦rcoles en su despacho que esta reforma siempre estuvo en la agenda del Gobierno y que tiene esperanzas de lograr consensos durante la tramitaci¨®n de la ley.
Pregunta. En el contexto actual de polarizaci¨®n pol¨ªtica, ?cree que esta ley, si sale adelante, tiene posibilidades de perdurar en el tiempo?
Respuesta. Hay que guardar un equilibrio, no hacer una ley tan insulsa que todo el mundo est¨¦ de acuerdo pero que no sirva para nada y, al mismo tiempo, sobre temas de fondo en que podr¨ªamos ponernos de acuerdo m¨¢s all¨¢ de las diferencias pol¨ªticas. Llegar a ese consenso. Por ejemplo, con el Grupo Parlamentario Popular tuvimos una excelente reuni¨®n, liderada por la diputada Ana Pastor, la gran personalidad del Partido Popular, y no hab¨ªa desacuerdos que, digamos, imposibilitaran un cierto consenso. Es distinto decir que est¨¢bamos de acuerdo, pero estaba todo dentro de un marco de objetivos y mecanismos relativamente compartidos. Si usted me pregunta si soy tan ingenuo que tengo la esperanza de que podamos hacer un acuerdo con la oposici¨®n de derechas... Desde luego con Vox no, eso est¨¢ claro. Una ley que es profundamente feminista ¡ªporque es la pol¨ªtica del Gobierno y de lo que estoy muy orgulloso¡ª no puede tener el consenso de un partido con la ideolog¨ªa que tiene Vox, pero el PP no es lo mismo. Mi esperanza, tal vez ingenua, es que en los pr¨®ximos meses se vayan despejando las nubes que nos impiden llegar a acuerdos, al menos los importantes sobre temas de Estado, con el PP, hablando claro, y luego con el conjunto de los grupos parlamentarios. Habr¨¢ un pacto, ojal¨¢. Por nuestra parte, toda la disposici¨®n.
P. ?Esta es una ley m¨¢s de Podemos? ?Contempla concesiones al PSOE?
R. Es una ley de coalici¨®n. Es la ley del Gobierno. Le recuerdo que yo soy independiente pero, fuera como fuera, las leyes son del Gobierno. Y no ha habido, pr¨¢cticamente, ninguna divergencia importante dentro del Ejecutivo.
P. En la ley se establece que la Conferencia General de Pol¨ªtica Universitaria fijar¨¢ los l¨ªmites m¨¢ximos de los precios de las carreras. ?Cu¨¢nto debe costar la universidad p¨²blica? ?Qu¨¦ opina de la propuesta que lleva a Podemos en su programa electoral de que la universidad p¨²blica sea gratuita?
R. Personalmente, siempre he defendido que la universidad p¨²blica debe ser gratuita. Podemos o no Podemos pero, en fin, estoy de acuerdo en ese aspecto. Porque no veo ning¨²n sentido a decir que la sanidad p¨²blica es gratuita, que la ense?anza obligatoria es gratuita. Y, entonces, la ense?anza universitaria, ?qu¨¦ es?, ?un lujo? Esto es de otros tiempos, de tiempos pasados, en que era elitismo, en que hab¨ªa quien se pensaba que no hac¨ªa falta realmente formarse en la universidad para tener un buen trabajo. Bueno, pues hoy d¨ªa no es eso. Hoy d¨ªa, para tener posibilidades serias en el mercado de trabajo, se tienen muchas m¨¢s posibilidades con una formaci¨®n universitaria, del tipo que sea. Si eso es as¨ª, ?por qu¨¦ vamos a diferenciarlo de la ense?anza obligatoria?
P. ?Por qu¨¦ no han planteado, si esa es su opini¨®n, la gratuidad en esta ley, en esta legislatura?
R. Porque hay que ser realista y en esta legislatura, simplemente, no hay capacidad presupuestaria para seriamente hacer eso. Pero es un principio de acuerdo de la coalici¨®n de Gobierno, no solamente de Podemos. Cuando se plante¨® la posibilidad en esta legislatura, resulta que no sab¨ªamos que ven¨ªa una pandemia y una crisis econ¨®mica catastr¨®fica, que hay que considerar. El batacazo ha sido gigantesco. Entonces, cuando nuestra econom¨ªa vaya mejor, se afirme totalmente la recuperaci¨®n, quiz¨¢ en ese contexto se pueda empezar a plantear reformas de calado. Por cierto, curiosamente la gratuidad de las universidades p¨²blicas es lo que est¨¢ planteando el presidente en Estados Unidos, precisamente en Estados Unidos, donde parec¨ªa que era imposible. Todo depende de la voluntad pol¨ªtica. Lo que no puede ser es que los precios p¨²blicos de la universidad espa?ola sean los m¨¢s altos de la Uni¨®n Europea, junto con Holanda, pero m¨¢s altos que Francia, Alemania o Italia. Nuestra propuesta, que fue pasar el precio de los grados a los niveles del 2011, antes de que hubiera una llamarada de aumentos, fue votada a favor con abrumadora mayor¨ªa o casi unanimidad.
P. La futura norma establece que en las universidades no pueda haber m¨¢s de un 20% de contratos temporales. Sin embargo, el plan del Gobierno contra la temporalidad en el sector p¨²blico se ha fijado el objetivo de reducirla hasta el 8%. ?Por qu¨¦ esta disparidad?
R. Bueno, primero porque los niveles de temporalidad actual en las universidades son tales, muy por encima del 50%, que hay que ser un poco realista. Pero, sobre todo, porque la universidad no es exactamente como el resto de la Administraci¨®n p¨²blica. Por ejemplo, los asociados del sistema de salud son temporales. Hay muchos [profesores] asociados legales [profesionales destacados de distintos sectores econ¨®micos y sociales que dedican una parte de su tiempo a ense?ar]. Por tanto, hay una temporalidad precaria y una funcional, porque no todo el mundo tiene que ser permanente. Esto quiere decir que la tasa de temporalidad no puede ser el 8%, porque dejar¨ªamos la universidad sin los abogados, m¨¦dicos, ingenieros que contribuyen a ella.
P. La plataforma de profesores asociados asegura que esta ley no resuelve su situaci¨®n de precariedad [la figura se ha usado durante a?os como una puerta falsa, mal pagada, de entrada a la docencia].
R. Bueno, yo creo que s¨ª. Si no, no lo hubi¨¦ramos hecho. Creo que sentamos las bases. Esta ley es ahora un anteproyecto, no es un punto final, sino de arranque. Hemos establecido una reserva del 15% de las plazas que se convoquen para que los asociados doctores puedan ser integrados. Y soy optimista porque tenemos una oleada de jubilaciones inmediatas en los pr¨®ximos a?os: para el 2030, nuestros c¨¢lculos se?alan que habr¨¢ entre un 30% y un 50% de jubilaciones entre los profesores permanentes. Pero tenemos que sacar a ese grupo de docentes de la precariedad sin comprometer la calidad y, por tanto, tiene que haber una soluci¨®n para los asociados no doctores. Ser¨¢ un contrato temporal de tres a cinco a?os ¡ªa partir de los cuales se tienen que acreditar y obtener una plaza¡ª, para darles tiempo de obtener el doctorado. Es un tema de no comprometer la calidad: no puede haber profesores permanentes en la universidad que no sean doctores.
P. La ley hace mucho hincapi¨¦ en las medidas para fomentar la igualdad de g¨¦nero. ?Hay en la universidad un problema mayor de desigualdad que en otros ¨¢mbitos?
R. No hay un problema mayor, pero hay un problema. Por ejemplo, la idea de hacer un registro salarial obligatorio en todas las universidades es para empezar a tener datos sobre disparidad de g¨¦nero en los salarios. Hoy sabemos que la proporci¨®n de catedr¨¢ticas es ¨ªnfima. Sabemos que la proporci¨®n de rectoras es muy peque?a. Sabemos que hay algunas ramas, sobre todo en ingenier¨ªa, en que todav¨ªa hoy las mujeres, no solo entre profesores sino tambi¨¦n entre estudiantes, son minoritarias. Hay que empezar a corregir todo eso. Primero, porque personalmente estoy absolutamente convencido ¡ªen mi vida universitaria en Estados Unidos he visto esa transformaci¨®n¡ª de lo importante que es eso. Tener el potencial de todos, cualquiera que sea el g¨¦nero. Y, segundo, porque realmente es una pol¨ªtica de Gobierno.
P. La norma dice que las universidades podr¨¢n dar preferencia en las contrataciones ¡°a personas del sexo menos representado en el cuerpo¡± al que va a pertenecer. ?Quiere eso decir que se podr¨ªa primar a los candidatos hombres si se tratara de una facultad muy feminizada?
R. Bueno, s¨ª, seg¨²n esa redacci¨®n, lo que se establece es la igualdad de g¨¦nero, pero ya sabemos en la pr¨¢ctica lo que ocurre. Lo que estamos diciendo es que en aquellas especialidades donde haya una disparidad importante de g¨¦nero, en caso de igualdad de condiciones, que es lo que se hace en todo el mundo, tendr¨ªan prioridad las personas que est¨¢n en clara desproporci¨®n en el sistema universitario. Es interesante lo que se?ala de que pod¨ªan ser hombres. Ojal¨¢ lleguemos a una situaci¨®n en la que ese fuera el problema.
P. La ley actual ya habla de la rendici¨®n de cuentas de la universidad p¨²blica, de un equilibrio razonable entre autonom¨ªa y transparencia, sobre todo en el tema de la selecci¨®n de entrada de la universidad, de financiaci¨®n por objetivos para incentivar la calidad. ?Por qu¨¦ cree que esta nueva norma va a hacer caminar a la universidad en esa direcci¨®n?
R. Primero, hay muchas cosas que no estaban en la ley anterior, que es de hace 20 a?os, ha habido muchas transformaciones. Y luego hay una serie de elementos clave que no estaban ni mucho menos legislados antes: la pol¨ªtica de becas [como derecho subjetivo del alumno], la pol¨ªtica de precios p¨²blicos [para fijar l¨ªmites]...
P. ?Por qu¨¦ hay que limitar el mandato de los ¨®rganos unipersonales a seis a?os, incluidos los rectores?
R. Todo eso son propuestas a las que hemos llegado a partir de una ampl¨ªsima consulta con todos los sectores. Y una de las ideas que circulaba en la comunidad universitaria, que nos pareci¨® interesante, es c¨®mo evitar que una buena parte del tiempo y la energ¨ªa de los equipos del rectorado y de los dem¨¢s ¨®rganos unipersonales se la llevaran las elecciones. Lo consultamos con los rectores y les pareci¨®, en general, bien. Adem¨¢s, evitamos tambi¨¦n la reproducci¨®n excesiva de los grupos que est¨¦n en el poder en la Universidad.
P. El anteproyecto tambi¨¦n establece una nueva v¨ªa de elecci¨®n del rector: las universidades pueden decidir que lo seleccione un comit¨¦ designado por el claustro. ?Cree que habr¨¢ muchas universidades que la elijan?
R. Pues no lo s¨¦. Hemos pensado en ese sistema, precisamente, porque ha habido parte de la comunidad universitaria, y parte de los rectores, que nos ped¨ªa un modelo m¨¢s ¨¢gil, menos dependiente, de nuevo, de las campa?as electorales. Y para acercarnos a Europa. El sistema de elecci¨®n del rector en Espa?a es minoritario. Pero simplemente estamos dando la opci¨®n. Si hay una universidad que quiere ir por ese sistema, puede ir. ?Cu¨¢ntas lo van a hacer? Pues vamos a ver; es que todo esto es experimentaci¨®n. Lo que hace esta ley es flexibilizar el sistema, dar opciones y permitir que no haya simplemente un m¨¦todo, sino que pueda haber diversas v¨ªas y que la comunidad universitaria sea la que elija siempre. El tema clave es que todo esto, todas las nuevas reformas, se va a instrumentar en los estatutos y estos los designa el claustro.
P. Seg¨²n la redacci¨®n del anteproyecto, el candidato a rector ya no tiene que ser un catedr¨¢tico de la propia universidad, sino que puede ser un profesor (titular o catedr¨¢tico) que cumpla los requisitos de m¨¦ritos, de cualquier universidad espa?ola.
R. S¨ª, pero tiene que ser funcionario. Pero s¨ª, la idea es que no necesariamente un rector tenga que ser la universidad en la que se elige. Puede presentarse alguien de otra. Ahora, si se presenta en el marco del primer modelo [el de elecciones de toda la comunidad universitaria] tal y como est¨¢, ser¨ªa bastante dif¨ªcil que saliera elegido. Pero lo que queremos hacer es evitar rigideces; siempre, en ¨²ltimo t¨¦rmino, son las universidades las que en sus estatutos van a decidir.
P. La norma se fija un objetivo de aumento de la financiaci¨®n p¨²blica en 10 a?os, pero no establece una cifra. ?Tiene alg¨²n objetivo?
R. La financiaci¨®n de la Universidad tiene que insertarse en el marco de la financiaci¨®n global del sistema educativo. Hay un compromiso del Gobierno, que esta ley reproduce, como ya hizo la Lomloe [la ley de ense?anza no universitaria], que dice que dentro de dos a?os acordar¨¢ con las comunidades aut¨®nomas un incremento m¨ªnimo en educaci¨®n antes del final de la d¨¦cada. El objetivo puede ser alcanzar el 5% del PIB espa?ol y ah¨ª entra, obviamente, el incremento del gasto universitario. ?Cu¨¢nto corresponde al gasto universitario? Depende de la negociaci¨®n con las comunidades.
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