Y la escuela funcion¨® (lecciones derivadas de las pol¨ªticas contra la p¨¦rdida de aprendizaje)
Los centros educativos no solo han actuado como dique de contenci¨®n, han permitido una recuperaci¨®n parcial de la p¨¦rdida de aprendizaje que hab¨ªa supuesto el confinamiento
Hace ahora dos a?os, m¨¢s del 90% de la poblaci¨®n escolar mundial experiment¨® un cierre de escuelas y universidades jam¨¢s visto. Cuando la escuela cerr¨®, la pandemia cay¨® sobre nuestros hombros, coloc¨¢ndonos en una situaci¨®n tan in¨¦dita como hist¨®rica. Ni el dise?o de investigaci¨®n m¨¢s ambicioso hubiera podido prever una situaci¨®n similar, que permitiese a corto, medio y largo plazo validar tantas hip¨®tesis como interrogantes dist¨®picos de una novela de Philip K. Dick. De todos ellos, una pregunta alzaba la voz por encima del resto: ?y esto, c¨®mo afectar¨¢ al aprendizaje?
Hoy, tras tres meses de confinamiento y casi dos cursos despu¨¦s, estudiantes y profesores empezamos a tener respuestas. Los informes publicados por Esade EcPol y la Fundaci¨®n Cotec arrojan los primeros y ¨²nicos datos en Espa?a sobre cu¨¢nto dejaron de aprender los alumnos en el primer a?o de pandemia de la covid-19, y analizan qu¨¦ respuestas, en t¨¦rminos de pol¨ªticas p¨²blicas, se han puesto en marcha para afrontar la p¨¦rdida de aprendizaje. A pesar de recoger solo los datos del Pa¨ªs Vasco, la similitud de pol¨ªticas de cierre y reapertura escolar aplicada en todas las comunidades aut¨®nomas (junto con el hecho de que investigaciones de otros pa¨ªses muestran que las reaperturas parecen paliar, al menos parcialmente, los efectos del confinamiento en t¨¦rminos de aprendizaje) nos hace pensar de manera razonable que la magnitud de la p¨¦rdida de aprendizaje fue similar en el resto de los territorios.
Si tras aquella situaci¨®n de ense?anza remota de emergencia, tratamos de buscar lecciones aprendidas derivadas de aquellos meses de confinamiento, la experiencia y la visi¨®n calmada que ofrece el paso de estos dos a?os, junto con los datos, nos permiten ahora extraer algunas reflexiones en t¨¦rminos de pol¨ªticas p¨²blicas.
En primer lugar, y quiz¨¢s la m¨¢s importante, la escuela presencial es esencial. La primera gran pol¨ªtica para afrontar la p¨¦rdida de aprendizaje ha sido y es, de manera indiscutible, la reapertura de las escuelas. Aunque los datos evidencian una p¨¦rdida de aprendizaje significativa, su magnitud es menor a la encontrada en otros pa¨ªses ¨Daproximadamente la mitad¨D durante el confinamiento. Uno de los principales motivos lo tenemos en el hecho de que Espa?a sea de los pa¨ªses con una pol¨ªtica de reapertura de las escuelas m¨¢s exitosa ¨Del cuarto pa¨ªs de la OCDE que m¨¢s d¨ªas ha tenido las escuelas abiertas¨D, con una apuesta clara por la presencialidad. La escuela ha funcionado, y no solo ha actuado como dique de contenci¨®n, sino que adem¨¢s ha permitido una recuperaci¨®n parcial de la p¨¦rdida de aprendizaje que hab¨ªa supuesto el confinamiento.
Pero adem¨¢s de abrir las escuelas, ?qu¨¦ m¨¢s se ha hecho? Las medidas que han puesto en marcha las comunidades aut¨®nomas recogen buenas iniciativas espec¨ªficas, pero con ausencia de visi¨®n estrat¨¦gica y global. Es preciso articular una estrategia post-covid para la recuperaci¨®n de aprendizaje, que combine el dise?o de programas espec¨ªficos con pol¨ªticas educativas de mayor complejidad y alcance: elaborar un diagn¨®stico de la situaci¨®n ¨Des significativo que los ¨²nicos datos disponibles en todo el pa¨ªs sean los que ha recogido el Pa¨ªs Vasco¨D; programas que permitan intervenciones espec¨ªficas en colectivos prioritarios ¨Del programa nacional de tutor¨ªas del Reino Unido es un buen ejemplo de ello¨D; iniciativas que promuevan pr¨¢cticas inclusivas en los centros que flexibilicen metodolog¨ªas, evaluaci¨®n, curr¨ªculum, agrupamientos, tecnolog¨ªas, etc.; pol¨ªticas de formaci¨®n del profesorado que favorezcan el replicado de buenas pr¨¢cticas y el trabajo en red; acciones de evaluaci¨®n y monitorizaci¨®n de medidas ¨Del Gobierno holand¨¦s, por ejemplo, acompa?a el despliegue de programas de recuperaci¨®n con un estudio sobre su eficacia¨D, o el dise?o de una buena pol¨ªtica de alianzas que integre el dise?o de pol¨ªticas p¨²blicas multisectoriales.
Y por ¨²ltimo, la p¨¦rdida de aprendizaje va acompa?ada de impactos en la dimensi¨®n socioemocional del alumnado. Los datos del Pa¨ªs Vasco permiten relacionar por primera vez p¨¦rdida de aprendizaje con deterioro del bienestar socioemocional del alumnado. Este v¨ªnculo tiene tambi¨¦n implicaciones para las pol¨ªticas p¨²blicas, que deben marcar una tendencia clara por incluir aspectos socioemocionales del aprendizaje en sus programas: las recetas que separan una y otra dimensi¨®n pueden ser menos efectivas. En el contexto pospand¨¦mico, abordar la dimensi¨®n socioemocional implica tambi¨¦n que estamos atendiendo las necesidades acad¨¦micas del alumnado.
La pandemia visibiliz¨® el valor a?adido de la escuela, y las implicaciones cuando esta desaparece. Ahora los datos confirman la gran lecci¨®n del confinamiento. Y confirman que Espa?a lo ha hecho bien: el trabajo de centros, profesores y familias tiene sus resultados. Ahora hay que completar y reforzar lo conseguido, articulando pol¨ªticas que permitan no solo cubrir las carencias que se han identificado, sino que posibiliten un abordaje completo, multidimensional y ambicioso contra la p¨¦rdida de aprendizaje, que integre las buenas iniciativas que se est¨¢n desarrollando en una estrategia global que coloque la desigualdad en el centro de las pol¨ªticas p¨²blicas.
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