¡°La percepci¨®n lleva a los docentes a confirmar lo que desean: que la jornada continua tambi¨¦n beneficia al alumnado¡±
Marta Ferrero fue maestra y ahora es profesora en la Facultad de Educaci¨®n de la Universidad Aut¨®noma de Madrid. Su investigaci¨®n sobre los efectos negativos del horario intensivo en los ni?os y sus madres ha generado inter¨¦s y pol¨¦mica
Marta Ferrero fue maestra y orientadora en un colegio de infantil y primaria antes de convertirse en docente de la Facultad de Educaci¨®n de la Universidad Aut¨®noma de Madrid. Nacida en Bilbao hace 40 a?os, Ferrero impulsa la llamada educaci¨®n informada desde la investigaci¨®n, es decir, la toma de decisiones educativas basadas en la ciencia. Su ¨²ltima investigaci¨®n aborda el impacto educativo, social y, por primera vez, econ¨®mico de la jornada escolar continua, incluido el trabajo de las madres, que ganan 1.850 euros brutos anuales menos que las que los llevan a centros con horario completo. Publicado por el Centro de Pol¨ªticas Econ¨®micas de la Escuela de Negocios Esade (EsadeEcPol) junto a Lucas Gortazar y ?ngel Mart¨ªnez, el trabajo ha despertado un gran inter¨¦s y bastante pol¨¦mica, en un asunto que condiciona como pocos la din¨¢mica familiar diaria.
Pregunta. ?Por qu¨¦ no es buena la jornada continua?
Respuesta. Hemos intentado evaluar el impacto de cada tipo de jornada en el rendimiento acad¨¦mico de los escolares, en su bienestar y en su salud, en la conciliaci¨®n familiar y por tanto, por primera vez, en la econom¨ªa de las familias y en el impacto que tiene en las madres. En general, porque luego hay casu¨ªsticas bien diversas, todo parece apuntar a que la jornada que mejor responde tanto a las necesidades del alumnado como de las familias es la jornada partida, no la continua.
P. ?Por qu¨¦ cree que, pese a las evidencias, las familias, y sobre todo las madres, que seg¨²n muestra su informe son las que m¨¢s pierden cuando se implanta, votan en tantos centros a favor de la jornada continua?
R. Yo creo que en general desconocen qu¨¦ dice la investigaci¨®n cient¨ªfica sobre el impacto de los diferentes tipos de jornada en el alumnado y en la conciliaci¨®n familiar. Por otro lado, y esto en general es positivo, las familias tienden a confiar en la informaci¨®n que reciben en los colegios, donde tienen escolarizados a sus hijos y a sus hijas. Y la informaci¨®n que suelen recibir de sus centros escolares es que la jornada continua es la deseable.
P. ?Qu¨¦ les dir¨ªa a las familias de un colegio que tuvieran que votar la jornada continua?
R. Que intentaran recabar informaci¨®n sobre esta cuesti¨®n de fuentes diversas y a poder ser rigurosas. La impresi¨®n que yo he recogido es que la informaci¨®n de que disponen proviene de los centros, y por tanto es m¨¢s limitada que si pudieran acceder a informaci¨®n de fuentes no tan implicadas.
P. ?Y qu¨¦ les dir¨ªa a los docentes de los centros que pueden poner en marcha el proceso para implantarla?
R. Les dir¨ªa tambi¨¦n que trataran de recabar qu¨¦ dice la investigaci¨®n sobre esta cuesti¨®n. Pero uno de los problemas que tenemos en nuestro pa¨ªs es que muchos de ellos no saben d¨®nde acudir, o lo saben, pero no tienen acceso. El lugar principal donde est¨¢ la investigaci¨®n es en bases de datos cient¨ªficos, en este caso de materia educativa. Pero a diferencia de los hospitales, que se consideran centros de investigaci¨®n y cuyos profesionales tienen acceso a las bases de datos sobre medicina, los docentes no lo tienen. Esto es un primer problema, pero hay otros obst¨¢culos m¨¢s profundos.
P. ?Cu¨¢les?
R. Si durante la carrera no se ha sensibilizado a los docentes sobre la importancia que tiene considerar qu¨¦ dice la investigaci¨®n educativa, y no se les ha ense?ado a buscar esa literatura ni a interpretarla, es dif¨ªcil que, aunque tengan acceso desde sus centros, lo hagan. Y consultar la literatura cient¨ªfica, aunque se tuvieran los recursos y las habilidades para hacerlo, requiere de mucho tiempo, y los docentes muchas veces no disponen de ¨¦l. En nuestro pa¨ªs no tenemos una figura mediadora que haga de puente entre los investigadores y los docentes. Es verdad que hay entidades de diferente ¨ªndole que empiezan a trabajar en ello, que cada vez hay m¨¢s eventos de car¨¢cter divulgativo y cient¨ªfico, pero creo que todav¨ªa son insuficientes y que deber¨ªa haber una apuesta m¨¢s de pa¨ªs para salvar esta brecha.
P. Su informe plantea que el hecho de que la jornada se decida por votaci¨®n en cada centro, como sucede normalmente, no es lo m¨¢s adecuado.
R. Si, como estamos comprobando en la literatura disponible y en nuestro propio an¨¢lisis, el tipo de jornada no es balad¨ª en el rendimiento, la conciliaci¨®n familiar y la integraci¨®n de la mujer en el mundo laboral, no parece que lo m¨¢s conveniente sea que [la decisi¨®n] recaiga en cada centro escolar. Si realmente tiene este impacto, quiz¨¢ la decisi¨®n debiera tomarse desde instancias superiores en base a la informaci¨®n m¨¢s abundante y rigurosa posible.
P. ?Por qu¨¦ cree que las administraciones educativas no frenan su implantaci¨®n o la revierten?
R. Es complejo, porque por un lado tiene que ver con la autonom¨ªa de los centros escolares. Y por otro, si en general la postura de los docentes y los sindicatos es a favor de una jornada continua, para las administraciones es un tema muy delicado.
P. Su investigaci¨®n muestra que los docentes piensan que la jornada continua es m¨¢s beneficiosa para los ni?os y las familias que para s¨ª mismos.
R. Estoy segura de que lo dicen estando seguros de que es as¨ª. Ellos son parte implicada en este tipo de jornada, y todas las percepciones que desarrollan, el tipo de informaci¨®n que recaban, les va a conducir de manera irremediable a confirmar lo que ellos desean, y es que la jornada continua sea tambi¨¦n beneficiosa para su alumnado. Es lo que se llama el sesgo de confirmaci¨®n, uno ve lo que le conviene ver. Pero no es algo intencionado, nos pasa a todas las personas, creo que no hay enga?o ni mala fe.
P. ?Tiene marcha atr¨¢s la jornada continua?
R. Supongo que es diferente el caso de Canarias, donde la incorporaron en los ochenta, del de otros lugares donde se ha hecho hace menos y la revisi¨®n de uno a otro horario est¨¢ prevista. Igual soy una ilusa, pero creo que informando bien a la comunidad docente con datos objetivos, si estos estudios demostraran de forma firme y sistem¨¢tica que es mejor la jornada partida, el conflicto cognitivo se iba a crear, y quiero pensar que ello ir¨ªa acompa?ado de un cambio en su postura.
P. Usted lamenta que en educaci¨®n las decisiones no se toman en base a lo que muestran las evidencias cient¨ªficas.
R. S¨ª. Existe por otra parte el peligro de pensar que la investigaci¨®n es la ¨²nica fuente de informaci¨®n y la m¨¢s importante a la hora de tomar decisiones. Ni mucho menos. En educaci¨®n entran en juego elementos esenciales, como el conocimiento que ha ido adquiriendo el docente durante su formaci¨®n, su experiencia en el aula, que es valios¨ªsima, la de colegas, sus propios valores, intuiciones que cada uno va desarrollando¡, pero lo que dice la investigaci¨®n suele estar ausente, y es un elemento que tenemos pendiente en este pa¨ªs en los debates educativos y en la toma de decisiones. La investigaci¨®n no tiene que verse como una piedra pesada que entorpece la funci¨®n de los docentes, sino como un recurso m¨¢s que les ayuda en la toma decisiones. Y que les da autonom¨ªa frente a otros agentes, muchas veces externos a la educaci¨®n, que a veces parecen tomar decisiones educativas por encima de los docentes, como por ejemplo algunas tecnol¨®gicas en relaci¨®n con el tipo de recursos o m¨¦todos que hay que adoptar en determinados centros educativos o comunidades aut¨®nomas.
P. En su informe apuntan a que el profesorado fue muy castigado por los recortes de la anterior crisis econ¨®mica, que no se han revertido del todo, y que ello favorece que vean en la jornada continua una mejora alcanzable a corto plazo.
R. Es un colectivo que ha visto c¨®mo en los ¨²ltimos a?os sus condiciones laborales se ve¨ªan muy deterioradas, y esta adopci¨®n de la jornada continua quiz¨¢ puede verse como una forma de revertir un poco esta tendencia.
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