Las universitarias desertan del grado de Matem¨¢ticas ahora que tiene pleno empleo. ?Por qu¨¦?
La brecha de g¨¦nero se agranda en cuanto los estudios adquieren prestigio y ¨¦xito. Las mujeres son la mitad en Biolog¨ªa y apenas el 14% en Inform¨¢tica, de donde se esfumaron al a?adirse la palabra ingenier¨ªa
Muchos alumnos de Matem¨¢ticas tienen trabajo antes de haber terminado la carrera y m¨¢s a¨²n si es un doble grado con F¨ªsica o Estad¨ªstica. Ha pasado de ser una carrera que solo exig¨ªa un cinco para entrar a tener unas notas de corte endiabladas: en la Universidad Complutense de Madrid, el alumno con peor nota empez¨® este curso Matem¨¢ticas y F¨ªsica con un 13,85 sobre 14. Es la carrera de moda por su ¨¦xito asegurado, y en este contexto las mujeres, que son mayor¨ªa en la universidad (56%) y presumen de mejores expedientes, se han esfumado. En el a?o 2003 eran algo m¨¢s del 50% de los alumnos, y este curso apenas el 35% (5.100 mujeres de un total de 14.500). Solo un 38% de las tesis son le¨ªdas por ellas, representan el 28% del Personal Docente Investigador (PDI) y el 21% de los catedr¨¢ticos, seg¨²n el Ranking CYD. Las catedr¨¢ticas de Geometr¨ªa se cuentan con los dedos de una mano. ?Qu¨¦ ha pasado?
Entre 2000 y 2005 se redujeron en un 43% las matr¨ªculas en Matem¨¢ticas, que han renacido con los hombres a la cabeza. ¡°Que las mujeres desaparezcan de una carrera no es nuevo. Hace mucho tiempo, cuando en Estados Unidos se empez¨® a programar, no era prestigioso hacerlo, era un trabajo de calculadora, y hab¨ªa muchas mujeres en Inform¨¢tica. Lo prestigioso era hacer el hardware. Ahora el n¨²mero de mujeres es insignificante¡±, explica Laura Saavedra, presidenta de la comisi¨®n de igualdad de la Real Sociedad Matem¨¢tica Espa?ola (RSME). ¡°Pero cuando se termin¨® el hardware, el prestigio pas¨® a la programaci¨®n, y las empresas empezaron a contratar a hombres. Y con las matem¨¢ticas est¨¢ pasando lo mismo¡±, reflexiona esta profesora titular de Ingenier¨ªa Aeron¨¢utica con 40 a?os (algo muy inusual). ¡°Cuando yo estudi¨¦, Matem¨¢ticas serv¨ªa solo para dar clase. Pero ahora que ha surgido el big data y la ingenier¨ªa computacional, en Matem¨¢ticas hay mucho empleo y tiene mucho prestigio. Y como siempre, cuando una carrera tiene ¨¦xito, se masculiniza. Quiz¨¢s las empresas los prefieren a ellos, pero creo que sobre todo las mujeres damos un paso atr¨¢s¡±.
¡°Las matem¨¢ticas te amueblan la cabeza y es algo que siempre ha sido reconocido por las tecnol¨®gicas. Telef¨®nica o Abengoa prefer¨ªan ingenieros, pero tambi¨¦n iban a las facultades a buscar gente¡±, hace memoria Eva Gallardo, presidenta de la RSME desde febrero. ¡°Pero ahora el data science, la Inteligencia Artificial, los algoritmos, la criptograf¨ªa... son el pan nuestro de cada d¨ªa, y las empresas se han dado cuenta de que necesitan personas que testen si las cosas son ciertas o no, y eso lo hacen las matem¨¢ticas. El problema es que, al hacerse atractivas, se han convertido en muy competitivas. Y, en el momento en que entra la competici¨®n, ellas se retraen y dejan de pedir disciplinas STEM [Ciencia, Tecnolog¨ªa, Ingenier¨ªa y Matem¨¢ticas, por su siglas en ingl¨¦s] en general¡±, argumenta Gallardo, catedr¨¢tica de la Universidad Complutense de Madrid.
Saavedra ha hablado con muchas profesoras de ESO que le cuentan que las alumnas tienen la autoestima debilitada: ¡°Creen que si son buenas en Matem¨¢ticas o Ciencias es porque se esfuerzan, mientras ellos son los verdaderos genios que si se esforzasen llegar¨ªan muy alto¡±. Para reforzar esta autoestima, esta profesora universitaria cree que la sociedad deber¨ªa hacer un esfuerzo para mostrar referentes de mujeres matem¨¢ticas. Dentro de las carreras STEM, Matem¨¢ticas se sit¨²a en el medio de la lista: Biolog¨ªa (62% de mujeres matriculadas), Qu¨ªmica (55%) y Arquitectura (50%) son las m¨¢s feminizadas, y las que menos, Ingenier¨ªa Inform¨¢tica (14%), Ingenier¨ªa Mec¨¢nica (17%) e Ingenier¨ªa El¨¦ctrica (19%), seg¨²n el estudio de CYD. Ingenier¨ªa Inform¨¢tica perdi¨® a las alumnas cuando dej¨® de llamarse grado en Inform¨¢tica: el pasado curso hab¨ªa matriculadas 7.900 mujeres frente a 47.500 hombres.
En el curso 2015-2016, no hab¨ªa en Espa?a ninguna universidad privada que ofertase grados en Matem¨¢ticas, y hoy lo hacen 14 junto a estudios de Estad¨ªstica. Mientras que los m¨¢steres privados en este campo han pasado de 1 a 11, seg¨²n un an¨¢lisis de los decanos de Matem¨¢ticas. Esta incorporaci¨®n de centros ha hecho que haya m¨¢s estudiantes de la disciplina, pero proporcionalmente ellas son cada vez menos. En los ¨²ltimos siete a?os, con pleno empleo, el n¨²mero de chicos matriculados ha crecido en 7.000 ¨Dhasta llegar a ser 39.600¨D frente a una subida de 1.200 entre ellas, que son ahora apenas 6.100.
La sociedad matem¨¢tica est¨¢ muy preocupada. ¡°No podemos renunciar a esa mitad de talento que es el femenino, para hacer ciencia necesitas personas con distintos enfoques¡±, subraya Gallardo. ¡°Tenemos que hacerles ver que hay salidas laborales competitivas en empresas y otras que no lo son. Hay unos par¨¢metros sociales que est¨¢n ah¨ª. ?Si eres muy competitivo c¨®mo concilias? Aunque no deber¨ªa ser algo solo de las mujeres¡±, opina. Saavedra recuerda que las mujeres tienden a estudiar carreras que tienen que ver con los cuidados (ciencias de la salud o educaci¨®n), con un componente muy social, y piensa que hay que transmitirles que las matem¨¢ticas son indispensables para hacer frente a muchos retos de la sociedad. Por ejemplo, para hacer un mapa celular de las enfermedades hay que incorporar m¨¦todos matem¨¢ticos que permitan extraer toda la informaci¨®n relevante y a la vez simplificarla.
A la presidenta de la RSME le inquieta tambi¨¦n la imagen que se da de las matem¨¢ticas. ¡°Nadie quiere estar en un mundo de frikis, de raros. Con las redes sociales, con Instagram, muchos j¨®venes lo que quieren es ser influencer. Por eso estamos haciendo acciones de mentorazgo, concursos...¡±, enumera Gallardo, que remarca c¨®mo en los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo hay m¨¢s mujeres que hombres matriculados en Matem¨¢ticas porque el grado ¨Dcomo ocurri¨® aqu¨ª durante d¨¦cadas¨D se cursa para convertirse en profesor de secundaria. En Espa?a, en cambio, escasean los matem¨¢ticos dispuestos a renunciar a un buen sueldo en la empresa por su vocaci¨®n acad¨¦mica.
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