Gabriela Ossenbach, experta en manuales escolares: ¡°Con los libros de texto se puede crear f¨¢cilmente alarma social, pero no est¨¢ justificada¡±
La profesora de la UNED ha dirigido desde el centro MANES proyectos de investigaci¨®n sobre los contenidos de las obras educativas de Historia, Literatura o Ciudadan¨ªa
Gabriela Ossenbach (Cartago, Costa Rica, 1953) es profesora en el Departamento de Historia de la Educaci¨®n y Educaci¨®n Comparada de la UNED y directora de MANES, un centro de investigaci¨®n que se dedica al an¨¢lisis de los libros de texto, a estudiar, entre otras cosas, c¨®mo estos manuales sirven, o no, como medios de socializaci¨®n pol¨ªtica. Con la perspectiva de decenas de trabajos suyos y de otros tantos investigadores, Ossenbach describe una evoluci¨®n de los manuales en Espa?a que va de los m¨¢s burdos intentos de adoctrinamiento de los a?os cuarenta y cincuenta, y los m¨¦todos m¨¢s sutiles en torno al desarrollismo de los sesenta y principios de los setenta, a la modernizaci¨®n y progresivo alejamiento de cualquier componente emocional a partir de la Transici¨®n y la llegada de la democracia. Los libros escolares no son neutros, siempre hay una ideolog¨ªa detr¨¢s, pero hoy, asegura, las grandes editoriales, que son al final las que llegan a la inmensa mayor¨ªa de los centros educativos, buscan la manera de evitar los asuntos m¨¢s espinosos, porque se juegan mucho dinero.
Su grupo de investigaci¨®n, entre otros proyectos, ha analizado los contenidos sobre ciudadan¨ªa que han estado presentes desde la Transici¨®n en los manuales, sobre todo en los de Historia, y deteni¨¦ndose en los de Educaci¨®n para la ciudadan¨ªa, la asignatura concreta que cre¨® la ley educativa de 2004 y gener¨® una pol¨¦mica de tal calibre que hasta hubo incluso un movimiento de objeci¨®n de conciencia de padres que se negaron a que sus hijos la cursaran. ¡°Nosotros no encontramos nada en esos libros que justificara la alarma que hab¨ªa. Y, en general, hoy por hoy, creo que es m¨¢s o menos lo mismo¡±, se?ala en referencia a la pol¨¦mica generada por algunos libros de texto adaptados a la reforma educativa en marcha, la Lomloe.
Pregunta. ?C¨®mo llegaron los temas de ciudadan¨ªa a los manuales escolares?
Respuesta. En los primeros a?os de la Transici¨®n, surgi¨® una necesidad de una formaci¨®n para la ciudadan¨ªa que entonces se llam¨® ?tica, pero apareci¨® en los libros de Ciencias Sociales como un apartado m¨¢s. Estaba siempre al final del libro y a las cosas que est¨¢n al final, seg¨²n nos contaron los profesores, muchas veces no se llega. De hecho, nos encontramos con manuales muy curiosos, en los que esa parte final de ciudadan¨ªa no era coherente con el resto del libro, pues sol¨ªa mostrar una mentalidad mucho m¨¢s abierta.
P. Y despu¨¦s de todos esos a?os en las p¨¢ginas finales, ?qu¨¦ pas¨® con los manuales espec¨ªficos de la asignatura de Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa y los Derechos Humanos?
R. Una conclusi¨®n en general es que buena parte de la alarma social que crearon estos libros escolares se bas¨® en informes muy parciales de pocos manuales y poco representativos. Hubo algunos que trataron dos o tres libros que nosotros consideramos que no tuvieron, para nada, influencia. Por ejemplo, uno de la editorial Akal, que era b¨¢sicamente para profesores. Y la gran mayor¨ªa de los manuales que m¨¢s se vendieron, seg¨²n nuestras pesquisas ¡ªque eran los de SM, Santillana y Anaya¡ª, lo que vimos es que, en general, toda la parte de ciudadan¨ªa se dilu¨ªa en la de derechos humanos, las oeneg¨¦s, el tercer mundo, la solidaridad internacional... Temas realmente muy poco conflictivos. La ciudadan¨ªa era una cuesti¨®n mucho m¨¢s light; se trataba de ir a votar un d¨ªa y poco m¨¢s, no hab¨ªa casi nada sobre involucrarse pol¨ªticamente en la gesti¨®n ciudadana.
P. Y ?c¨®mo se trataban las partes conflictivas?
R. Ninguna editorial se meti¨® realmente en ning¨²n tema como para que hubiera la alarma social que hab¨ªa. Por ejemplo, el debate en la calle hablaba de los modelos de familia como un esc¨¢ndalo y eso en realidad se trataba a partir de que el tipo de familia diferente era aquel en el que colaboraban el padre y la madre¡ Nuestra conclusi¨®n es que las editoriales no se la juegan, sobre todo, esas grandes editoriales que tienen un volumen de ventas grande y una proyecci¨®n nacional enorme. Adem¨¢s, la asignatura ten¨ªa muy pocas horas en el curr¨ªculo escolar, as¨ª que en muchos colegios ni siquiera se compraron manuales, que son caros. Los profesores utilizaban v¨ªdeos, cualquier otro material. Lo que nosotros entendemos es que fue una asignatura que no lleg¨® a generar ning¨²n conflicto importante dentro de las escuelas, y no dio tiempo a que se consolidara en el curr¨ªculo porque desapareci¨® al poco tiempo.
P. Entonces, ?por qu¨¦ cree que se arm¨® semejante pol¨¦mica?
R. Creo que es un tema que moviliza much¨ªsimo y por eso se ha utilizado. Y claro, si t¨² sacas tres p¨¢ginas y dices todo el libro es as¨ª, puedes crear alarma social, pero no est¨¢ justificada. Adem¨¢s, siempre insisto en que las escuelas tienen muchos ¨®rganos de representaci¨®n, consejos escolares, asociaciones de madres y padres, y son los colegios, sus departamentos, los que eligen los libros escolares. Las familias tambi¨¦n tienen formas de intervenir si no quieren que un libro se utilice.
P. En los libros de Historia, que muchas veces son objeto de debate ideol¨®gico, ?qu¨¦ han encontrado en sus an¨¢lisis?
R. Desde la Transici¨®n y hasta los a?os ochenta hubo muchas peque?as iniciativas de grupos de historiadores que empezaron a sacar libros escolares renovados. Era algo que ya se hab¨ªa empezado a dar al final del franquismo, con textos que ya conten¨ªan un enfoque de historia social, es decir, una idea de que la disciplina no era solo la historia pol¨ªtica, sino la econom¨ªa, la sociedad, la historia de la gente com¨²n¡. A partir de la Transici¨®n hubo varios intentos de estos peque?os grupos de lanzar sus manuales, pero la mayor¨ªa fueron cooptados por las grandes editoriales o no pudieron competir. Pero en los libros de Historia hay que buscar muy en el fondo los matices ideol¨®gicos, no es que sea algo descarado¡
P. ?Porque la ideolog¨ªa en ellos es muy sutil?
R. Exactamente. Para que veas que la cuesti¨®n es compleja, algunos de los m¨¢s avanzados, en cuanto a su enfoque de la historia social, fueron de SM, que es una editorial que tiene un origen religioso, su fundador era un sacerdote. Contrataron gente muy buena, hicieron unos libros excelentes, mejores que los dem¨¢s. Quiero decir, que en el mercado del libro escolar s¨ª que hay intenciones ideol¨®gicas, pero tambi¨¦n hay una cuesti¨®n de mercado que pesa much¨ªsimo. Hay asuntos, por supuesto, que se tratan de modos distintos, que tienen que ver con los nacionalismos, por ejemplo, con la invasi¨®n francesa napole¨®nica en Espa?a, pero en general son cuestiones sobre las que hay distintas interpretaciones en el propio debate historiogr¨¢fico. Yo no podr¨ªa decir que all¨ª hubiera una intencionalidad ideol¨®gica fuerte.
P. ?Y en otras asignaturas?
R. En los libros de Lengua y Literatura, el canon literario que se estudia en las escuelas s¨ª ven¨ªa siendo definido en buena parte por los textos escolares, no por los programas del ministerio. Pero, llegados al Estado de las autonom¨ªas, muchas empezaron a definir su identidad a trav¨¦s de la literatura. En Andaluc¨ªa, por ejemplo, no ten¨ªan lengua propia, pero quer¨ªan tambi¨¦n tener su identidad, y en su canon empezaron a incluir la poes¨ªa y la literatura andalus¨ª de origen ¨¢rabe.
P. Entonces, mientras muchos se preocupaban por la heterogeneidad de contenidos en Historia, ?las diferencias identitarias estaban m¨¢s en el canon literario?
R. En Historia, lo que se hizo fue a?adir, al libro general, un cuadernillo con la historia de Navarra, por ejemplo. Pero nunca se han quitado los cap¨ªtulos generales. En todo caso, yo creo que ese es uno de los cambios m¨¢s importantes que han sufrido los libros de texto en Espa?a, la incorporaci¨®n de la historia local, la literatura local, pero sin que se haya perdido nada, insisto, de su parte general. Y, adem¨¢s, tampoco podemos pensar que los maestros utilizan el libro y lo toman al pie de la letra. Por ejemplo, dentro de otro proyecto para el que hemos entrevistado a muchos profesores, hemos visto que los colegios que est¨¢n empezando a trabajar con el famoso m¨¦todo proyectos est¨¢n dejando de usar en muchos casos los textos escolares o, al menos, no los utilizan con car¨¢cter exclusivo. Y su funci¨®n la cumple la biblioteca del centro, donde tienen otros materiales para investigar. Es verdad que tambi¨¦n hay muchos maestros que siguen su libro y punto; y eso tambi¨¦n te lo dicen con toda tranquilidad.
P. ?Cu¨¢les han sido los grandes cambios de los libros de texto?
R. M¨¢s que de contenidos, han sido de estructura. Se han ido convirtiendo cada vez m¨¢s en algo que se parece a una p¨¢gina web. Si t¨² coges uno de los a?os sesenta y otro de los a?os 2000 o 2010, la gran diferencia es que la imagen ha ido ganando cada vez m¨¢s terreno al texto escrito. Ahora todo el texto est¨¢ en p¨ªldoras y hay montones de im¨¢genes. Y ah¨ª s¨ª ha cambiado la ense?anza de la Historia una barbaridad. Todo este mundo de lo digital est¨¢ cambiando mucho la manera de leer y la gente que est¨¢ detr¨¢s de las editoriales est¨¢ tambi¨¦n pensando en eso, est¨¢ claro.
Puedes seguir EL PA?S EDUCACI?N en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.