Espa?a podr¨ªa contratar a 44.000 profesores o dar clases de refuerzo a 2,2 millones de alumnos con lo que le cuesta la repetici¨®n de curso
Un informe de Save the Children analiza las causas y el coste de una medida pedag¨®gica ineficaz que est¨¢ en retirada en casi todos los pa¨ªses desarrollados
?Qu¨¦ podr¨ªa hacer Espa?a con los ingentes fondos que destina cada a?o a costear la repetici¨®n de curso, una medida pedag¨®gica ineficaz seg¨²n la evidencia disponible y que est¨¢ en retirada en la mayor¨ªa de los pa¨ªses desarrollados? Pues con esos 1.441 millones de euros se podr¨ªa dar refuerzo extraescolar a 2,21 millones de estudiantes en grupos peque?os, es decir, al 47% del alumnado de primaria y la Educaci¨®n Secundaria Obligatoria de los centros p¨²blicos y concertados. O contratar a 44.700 docentes extra para extender, por ejemplo, la f¨®rmula de la codocencia (dos profesores juntos en la misma clase). O incorporar a dos formadores-mentores, para que ayudasen a los equipos docentes a renovar sus pr¨¢cticas en los 17.881 centros sostenidos con fondos p¨²blicos de primaria y ESO. O crear 42.200 plazas de orientadores y trabajadores sociales en los mismos centros educativos, para afinar las decisiones que los chavales y sus familias van tomando a la hora de definir sus trayectorias formativas, as¨ª como para mejorar la atenci¨®n que recibe el alumnado m¨¢s vulnerable.
Tanto el c¨¢lculo del coste de la repetici¨®n como las alternativas a las que podr¨ªa destinarse el dinero forman parte de un informe presentado este martes por Save the Children, basado en la investigaci¨®n educativa disponible. La f¨®rmula de las clases de apoyo en grupos peque?os, de dos a cinco alumnos, durante 30 minutos, cinco d¨ªas a la semana a lo largo de un curso, proporciona a los estudiantes, por ejemplo, el aprendizaje equivalente a cuatro meses en la escuela, seg¨²n datos de la Education Endowment Foundation, una instituci¨®n sin ¨¢nimo de lucro del Reino Unido dedicada a analizar las pol¨ªticas educativas creada en 2010 con financiaci¨®n del Gobierno brit¨¢nico.
El informe de Save the Children, coordinado por ?lvaro Ferrer y titulado Repetir no es aprender. Mitos desmentidos y alternativas posibles a una pr¨¢ctica ineficiente e inequitativa, aparece en un momento en el que la tasa de repetici¨®n ha ca¨ªdo con fuerza por la suavizaci¨®n de la evaluaci¨®n durante la pandemia, pero cuando todav¨ªa est¨¢ por ver si dicho descenso ha sido coyuntural o ha venido para quedarse. Y en un escenario en el que la nueva ley educativa, la Lomloe, ofrece herramientas para reducir de forma permanente las repeticiones. Pero varias comunidades, entre las que sobresalen Madrid y Murcia, han aprobado normas encaminadas a reducir su impacto, introduciendo por ejemplo mayor¨ªas reforzadas para que los equipos docentes permitan a los chavales pasar con m¨¢s de dos suspensos.
El an¨¢lisis de Save the Children parte de que en Espa?a el 29% de los alumnos de 15 a?os ha repetido al menos una vez, frente al 11% de media en los pa¨ªses de la OCDE, un dato procedente del ¨²ltimo Informe PISA (de 2018). El porcentaje espa?ol duplica al italiano, cuadriplica al irland¨¦s, multiplica por ocho el de Finlandia y por 11 el de Reino Unido. Como las diferencia entre los resultados que obtienen en dicha prueba los alumnos espa?oles y los de dichos pa¨ªses no justifican ni remotamente las disparidades en las tasas de repetici¨®n, Save the Children concluye que los criterios ¡°empleados en Espa?a para juzgar satisfactorio el progreso escolar son m¨¢s severos que los establecidos por la OCDE y los pa¨ªses de nuestro entorno a la hora de predecir las posibilidades de inserci¨®n social o el grado de desarrollo de las competencias necesarias para el aprovechamiento acad¨¦mico¡±.
La comparaci¨®n internacional muestra, afirman los autores del informe, ¡°no solo que un sistema educativo pueda funcionar con un nivel residual de repetici¨®n de curso, sino que es lo m¨¢s com¨²n en los pa¨ªses desarrollados, que recurren a otras estrategias m¨¢s eficaces de gesti¨®n de la diversidad¡±.
En los pa¨ªses con elevadas tasas de repetici¨®n, prosiguen citando a la Comisi¨®n Europea, estas se explican por la existencia de una ¡°cultura de la repetici¨®n¡±. Es decir, la ¡°creencia asentada¡± por parte de un importante segmento del profesorado, las familias y los responsables pol¨ªticos de que repetir ¡°es bueno para el alumnado, incrementa el rendimiento y la motivaci¨®n escolar, facilita los procesos de maduraci¨®n personal y mejora sus oportunidades de aprendizaje¡±.
Lo que muestran dos trabajos publicados en 2021 que revisan la investigaci¨®n realizada acerca de los efectos de la repetici¨®n es, en cambio, que ¡°no parece tener ning¨²n efecto, ni positivo ni negativo sobre el rendimiento acad¨¦mico¡±. Y ello a pesar de ser una medida muy cara: en el curso 2019-2020 le cost¨® en Espa?a 1.441 millones de euros, el equivalente al 6,2% del gasto p¨²blico espa?ol en educaci¨®n primaria y la ESO o a todo el presupuesto de educaci¨®n no universitaria Canarias en 2019. La supuesta neutralidad acad¨¦mica de la repetici¨®n requiere dos matizaciones, advierten los autores. La primera es que las evidencias apuntan a que esta s¨ª puede tener cierto efecto positivo a corto plazo -lo que podr¨ªa ayudar a explicar ¡°la percepci¨®n positiva¡± que tienen de ella ciertos sectores del profesorado-, pero que ¡°dicho efecto desaparece o directamente se vuelve negativo a medida que avanza la escolarizaci¨®n¡±.
Las investigaciones tambi¨¦n apuntan a que el efecto positivo en el rendimiento tiende a apreciarse m¨¢s cuanto antes se produce la repetici¨®n, por ejemplo, al principio de primaria, mientras que se vuelve m¨¢s claramente negativo a medida que avanza la escolarizaci¨®n y sobre todo en secundaria. El dato es relevante porque la mayor¨ªa de las repeticiones se concentran en la ESO, con una tasa casi cuatro veces superior a la de primaria. Y lleva a los autores del informe a recomendar que, ¡°en aquellos casos excepcionales en que se proponga la repetici¨®n, esta debe tener lugar en los primeros cursos de la educaci¨®n primaria e ir vinculada a medidas de individualizaci¨®n del aprendizaje, participaci¨®n en escuelas de verano y refuerzo extraescolar en grupo peque?o¡±.
Peor imagen de s¨ª mismos que los que no repitieron con sus mismas competencias
Los autores afirman que no existen o al menos ellos no conocen ninguna investigaci¨®n ¡°de alta calidad¡±, que permita establecer una inferencia causal, en Espa?a sobre el impacto socioemocional de las repeticiones. Pero la informaci¨®n disponible apunta a que es negativo. Un estudio longitudinal de 2016 basado en una muestra de 6.000 estudiantes asturianos nacidos en 1999, en el que, entre otras cosas, se les pregunt¨® sobre el concepto acad¨¦mico que ten¨ªan de s¨ª mismos y sobre su percepci¨®n de su esfuerzo escolar con varios cursos de diferencia, en cuarto de primaria y segundo de la ESO, reflej¨® que aquellos que hab¨ªan repetido hab¨ªan evolucionado hacia una visi¨®n claramente peor hacia s¨ª mismos que aquellos que no lo hicieron. La comparaci¨®n entre los dos grupos de estudiantes, los que hab¨ªan promocionado y los que no, se hizo cuidando que compartieran ¡°similares variables sociodemogr¨¢ficas, psicol¨®gicas y de rendimiento previo¡±. El estudio, realizado por Rub¨¦n Fern¨¢ndez-Alonso, profesor en la Universidad de Oviedo, tambi¨¦n mostr¨® que el impacto socioemocional era ¡°mucho m¨¢s pronunciado¡± en quienes hab¨ªan repetido en la ESO.
La repetici¨®n es, al mismo tiempo, recuerda el informe de Save the Children, ¡°el mayor predictor del abandono educativo¡±. El alumnado que repite tiene m¨¢s probabilidades de terminar la escolarizaci¨®n obligatoria sin titular. Y no acabarla aumenta las posibilidades de ¡°engrosar la estad¨ªstica de abandono educativo temprano de la educaci¨®n¡± (la poblaci¨®n de 18 a 24 a?os que tiene como mucho el t¨ªtulo de la ESO y no sigue ning¨²n tipo de formaci¨®n que le permita elevar su cualificaci¨®n), un terreno en el que Espa?a ha mejorado en los ¨²ltimos a?os, pero que sigue liderando en la Uni¨®n Europea solo por detr¨¢s de Ruman¨ªa.
El informe destaca tambi¨¦n que no solo repiten menos, en general, los alumnos de clases altas -cuyas familias tienden a proporcionar un entorno acad¨¦mico m¨¢s estimulante, a poder ayudar m¨¢s directamente a sus hijos y a destinar recursos a actividades de refuerzo privadas- que los de clases sociales bajas, lo cual ¡°solo ser¨ªa una evidencia de las dificultades del sistema educativo para compensar las desigualdades¡±, sino que los alumnos pobres tambi¨¦n repiten m¨¢s que los ricos cuando unos y otros chavales muestran un nivel similar de competencias. As¨ª lo mostraron, recuerda el informe, tanto otro estudio publicado en 2019 por Save the Children, basado en datos de PISA, como la citada investigaci¨®n realizada en Asturias, que compar¨® la trayectoria de grupos de alumnos procedentes de uno y otro entorno social que previamente hab¨ªan sido ¡°igualados por sus calificaciones escolares, rendimiento en test objetivos y otras variables para predecir el desempe?o escolar¡±.
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