El laboratorio de ¨¦xito educativo escondido en un peque?o pueblo de Albacete: ¡°Aqu¨ª cada ni?o tiene su habilidad, su sitio¡±
El instituto p¨²blico R¨ªo J¨²car, en Madrigueras, es uno de los 3.600 centros espa?oles que participa en el programa Proa+, dotado con 120 millones al a?o. En su caso ha destinado los fondos a mejorar la atenci¨®n socioemocional de sus alumnos
A Madrigueras se llega despu¨¦s de atravesar kil¨®metros y kil¨®metros de vi?edos, campos de almendros y olivos, y dejar atr¨¢s hileras de las casas bajas y compactas t¨ªpicas de los pueblos manchegos. Uno no esperar¨ªa que en esta poblaci¨®n de 4.650 habitantes, situada a 30 kil¨®metros de Albacete, tras las paredes del edificio de ladrillo rojo que aloja al instituto p¨²blico R¨ªo J¨²car, existiera un laboratorio de innovaci¨®n educativa. Y la clave son los docentes. Y a esta hora, las 11.30 de un viernes de octubre, ocho de ellos se sientan en torno a la mesa de direcci¨®n y preparan una lectura colectiva de Don Juan Tenorio, obra decimon¨®nica a la que, respetando el texto, han decidido dar una vuelta para acercarla a la sensibilidad de los adolescentes en aspectos como la igualdad de g¨¦nero.
El R¨ªo J¨²car es conocido en Castilla-La Mancha por su original sistema organizativo, basado en agrupaciones de docentes (que aqu¨ª llaman ¡°escenarios¡±) de distintas materias que desarrollan proyectos interdisciplinares, y por haber implantado una ense?anza m¨¢s competencial a?os antes de la aprobaci¨®n de la nueva ley educativa, la Lomloe. Formar parte de dichos escenarios es voluntario, pero el 85% de los profesores se han sumado a ellos, y la fama del centro hace que cada a?o sea solicitado como destino por docentes que se sienten atra¨ªdos por una propuesta educativa menos convencional que busca que el ¨¦xito alcance a todo su alumnado. El R¨ªo J¨²car es tambi¨¦n uno de los 3.657 centros que (a fecha de junio) participan en el Proa+, un programa para mejorar el rendimiento educativo recuperado por el Ministerio de Educaci¨®n despu¨¦s de que hace una d¨¦cada, en plena crisis financiera, el Gobierno del PP lo eliminara pese a haber acreditado su eficacia.
En el Proa+, que tiene un presupuesto global de 120 millones de euros al a?o, cada colegio o instituto decide c¨®mo invertir los fondos que recibe dentro del objetivo general de mejorar el rendimiento y el acompa?amiento a los alumnos. Lo m¨¢s habitual (lo elige el 32% de los centros participantes) es realizar ¡°acciones de refuerzo educativo en horario no lectivo¡±, es decir, clases de apoyo, normalmente de matem¨¢ticas o lengua. Pero se han puesto en marcha otras f¨®rmulas, como programas para trabajar con las familias de los alumnos, reforzar las bibliotecas escolares y abrirlas al vecindario, organizar tutor¨ªas individuales con los estudiantes que m¨¢s lo necesitan, o implantar planes de acogida y formaci¨®n para los docentes que llegan al centro por primera vez (de un curso a otro puede cambiar entre un 20% y un 30% de las plantillas debido a la alta proporci¨®n de interinos en la educaci¨®n p¨²blica).
El Proa+ est¨¢ dirigido a centros que presentan circunstancias complejas, como un alumnado socialmente desfavorecido o geogr¨¢ficamente disperso. El R¨ªo J¨²car, que se inscribe m¨¢s en el segundo grupo, lo ha dedicado a mejorar la atenci¨®n socioemocional del alumnado con la incorporaci¨®n de una profesora t¨¦cnica de servicios a la comunidad (una educadora social) que ha reforzado el departamento de orientaci¨®n. Primero, ofreciendo seguimiento psicol¨®gico a los alumnos y mejorando la conexi¨®n con los servicios sanitarios, explica Alicia Mag¨¢n, la orientadora del centro, ya que a ra¨ªz de la pandemia aumentaron los casos de ansiedad, autolesiones e incluso de ideaci¨®n de suicidio. Y, desde este curso, potenciando la inclusi¨®n en la hora del recreo con la organizaci¨®n de actividades tem¨¢ticas (de baile, pimp¨®n, cocina y otros) tras haber constatado que en el patio los chavales tend¨ªan a juntarse fundamentalmente con los de su pueblo: al R¨ªo J¨²car, que tiene medio millar de estudiantes, acude alumnado de siete municipios de la comarca de La Machuela.
El instituto, afirma su director, Francisco Selva, intenta no vivir de espaldas a la sociedad a la que pertenece y aspira, en la medida de lo posible, a mejorarla. ¡°La ¨²nica etapa de su vida donde los alumnos de todas estas localidades coinciden es aqu¨ª, y nosotros tratamos de conectarlas. Y que si el d¨ªa de ma?ana montas una empresa en Madrigueras no tengas que irte a Albacete a buscar empleados, que ya conozcas a uno de Mahora con el que has hecho proyectos, que sepas qui¨¦n trabaja bien¡ Al final el mundo rural va a sobrevivir a base de eso¡±.
El director admite que tanto con el Proa+ como con el resto de programas oficiales a los que se suma el R¨ªo J¨²car, lo que busca el instituto son recursos con los que afianzar su proyecto. Un ejemplo de la vocaci¨®n social del centro es el peso que le da al aprendizaje servicio, una clase de proyecto orientado a mejorar el entorno. El director menciona uno, centrado en la residencia de mayores de Madrigueras, que desarrollaron antes de la pandemia alumnos de 4? de la ESO (15 a?os) y que abarc¨® las materias de Educaci¨®n Pl¨¢stica y Visual, Educaci¨®n F¨ªsica y Matem¨¢ticas. Los chavales se reunieron, elaboraron su proyecto¡ Y se equivocaron: hab¨ªan planificado hacer bailar a los residentes, por ejemplo, con reguet¨®n, y al llegar descubrieron que el 80% ten¨ªan la movilidad demasiado reducida como para hacerlo. ¡°Me miraban como diciendo: ¡®Esto nos lo pod¨ªas haber dicho¡¯. Pero es que en la vida, cuando haces un proyecto, primero te equivocas y luego lo corriges, no pasa nada¡±, comenta el director. As¨ª lo hicieron. Analizaron qu¨¦ hab¨ªa fallado ¡ª¡°El an¨¢lisis del contexto y la recogida de informaci¨®n¡±¡ª y lo reelaboraron. Para el curso siguiente, los chavales aprendieron seguidillas manchegas, un g¨¦nero m¨¢s del gusto de los residentes, y las bailaron junto a los mayores que, por sus condiciones f¨ªsicas, pudieron sumarse. Los que no, hicieron de p¨²blico y animaron aplaudiendo.
En el R¨ªo J¨²car los chavales estudian tambi¨¦n los contenidos de forma m¨¢s est¨¢ndar. Pero estas otras actividades, cree el director, sirven para potenciar habilidades a las que normalmente la escuela ha dado poca importancia. ¡°A lo mejor te sorprende un ni?o o una ni?a que acad¨¦micamente, al empollar y memorizar, no es buena, pero en cambio habla muy bien en p¨²blico, y aqu¨ª se le da su sitio. O es muy buena digitalmente, montando v¨ªdeos por ejemplo, y tiene su sitio. O es especialmente extrovertida, y es muy buena relacion¨¢ndose con cualquier instituci¨®n con la que nos relacionamos, y tiene su sitio. Esta es tambi¨¦n la clave de la inclusi¨®n, darle a cada uno su espacio y su momento. Aunque es dif¨ªcil¡±, dice el docente.
Profesores de distintas materias
El instituto R¨ªo J¨²car organiz¨® inicialmente las agrupaciones interdisciplinares de profesores que llaman escenarios de forma tem¨¢tica (utilizando como ejes los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas). ¡°Pero nos dimos cuenta de que eso coartaba, y que es mejor que los escenarios se estructuren de abajo hacia arriba. Los centros educativos somos un nicho de formaci¨®n, aqu¨ª todo el mundo est¨¢ superpreparado, as¨ª que decidimos no cerrar las tem¨¢ticas y que fluyan las ideas, que muchas veces parten de los propios alumnos¡±, afirma el director. El criterio para formar los escenarios es intentar que no haya en ellos profesores de las mismas disciplinas. ¡°El conocimiento en el mundo no se presenta atomizado, por un lado el matem¨¢tico y por otro el ling¨¹¨ªstico. Lo que tienes al final es una factura de la luz, donde viene todo integrado¡±, a?ade.
El horizonte de la selectividad (al menos de la actual selectividad), hace que en Bachillerato la forma de dar clase tenga que ser m¨¢s convencional tambi¨¦n en este instituto. Adela, que tendr¨¢ la Evau en junio, lo entiende, pero echa de menos las metodolog¨ªas que conoci¨® en la ESO. La alumna, que quiere ser m¨¦dica, pero a la que le gusta mucho dibujar, recuerda especialmente un corto de animaci¨®n a la antigua usanza, con dibujos a mano, que hizo con compa?eros de distintas edades. ¡°Yo creo que aquellos proyectos me sirvieron para aprender cosas que de otra forma no habr¨ªa aprendido igual, como a desenvolverme en p¨²blico, desarrollar la creatividad, trabajar en grupo y discutir¡±.
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