El n¨²mero de alumnos repetidores aumenta con fuerza
Las repeticiones de curso vuelven a niveles prepandemia en la mitad de las autonom¨ªas. La subida se concentra sobre todo en las que endurecieron las condiciones para promocionar en contra de la Lomloe
La en¨¦rgica reducci¨®n de alumnos repetidores que se produjo hace dos a?os ha acabado siendo un espejismo. Los problemas que los estudiantes ten¨ªan para seguir las clases durante la pandemia llevaron a los responsables educativos a relajar las reglas de evaluaci¨®n. Y ello se tradujo, en el curso 2020-2021, en una hist¨®rica ca¨ªda a la mitad de la tasa de repetici¨®n, que acerc¨® a Espa?a a los est¨¢ndares europeos, donde repetir se considera una herramienta ineficaz y ha ido cayendo en desuso. Los datos que acaba de publicar el Ministerio de Educaci¨®n y Formaci¨®n Profesional reflejan, sin embargo, que pasada la excepcionalidad del coronavirus, los niveles vuelven a subir con fuerza. El curso pasado la tasa pas¨® en primaria del 1,2% al 2,1%; en la ESO, del 4,2% al 7,6%, y en bachillerato, del 3,4% al 6,9%. Es decir, que crecieron en porcentajes que oscilan entre el 75% y el 103% seg¨²n la etapa educativa.
El repunte se produjo a pesar de que la nueva ley educativa, la Lomloe, que entr¨® en vigor en 2021, establece que la repetici¨®n debe ser un recurso excepcional y desvincula la promoci¨®n del hecho de haber aprobado un n¨²mero determinado de asignaturas. En torno a la mitad de las comunidades aut¨®nomas recuperaron niveles bastante parecidos a los que ten¨ªan antes de la covid. En Murcia incluso aumentaron; es decir, repitieron m¨¢s alumnos que antes de que se aprobara la Lomloe.
En nueve autonom¨ªas las tasas de repetici¨®n volvieron en el curso 2021-2022 a cotas no muy alejadas de las que ten¨ªan en el ¨²ltimo curso que no se vio afectado por la pandemia, el 2018-2019. En realidad, salvo Murcia, en ese periodo todas experimentaron descensos, pero fueron inferiores a un punto en el caso de la ESO (alumnos de 13 a 16 a?os), y cabe inscribirlos por ello en la lenta disminuci¨®n de las repeticiones que viene produci¨¦ndose en el conjunto del pa¨ªs desde hace 15 a?os, una din¨¢mica ajena, por tanto, a los cambios en la legislaci¨®n educativa que se han aprobado en esta legislatura. Este art¨ªculo toma como referencia la ESO al considerarla la etapa m¨¢s representativa en la materia; en primaria (estudiantes de 6 a 12 a?os) las tasas de repetici¨®n llevan tiempo siendo bajas, y el bachillerato (17 y 18 a?os) no es una etapa obligatoria y tiene muchos menos alumnos.
Casos especiales
El an¨¢lisis requiere, en todo caso, de matices. El m¨¢s importante es que entre esos nueve territorios hay dos que antes de la pandemia ya presentaban niveles bajos de repetici¨®n, y ten¨ªan menos margen para seguir disminuy¨¦ndolos. Se trata de Navarra, donde del 5,9% que ten¨ªan en la ESO en 2019 se ha pasado al 5,6% en 2022. Y el Pa¨ªs Vasco, donde la evoluci¨®n ha sido del 5,8% al 5,1%. Catalu?a demuestra, aun as¨ª, que es posible seguir reduciendo dr¨¢sticamente la repetici¨®n pese a partir de cotas bajas: antes de la covid la tasa catalana se situaba en el 4,4% y el curso pasado la redujo al 2,7%. ¡°Creo que es un tema cultural y tambi¨¦n pol¨ªtico¡±, opina Eduard Cirera, director del instituto p¨²blico Neus Catal¨¤, en Cornell¨¤ del Llobregat (Barcelona). ¡°Aqu¨ª ha habido desde hace tiempo una l¨ªnea clara en el sentido de que la repetici¨®n no proporciona grandes beneficios. Que m¨¢s vale que el alumnado promocione y trabajar con un plan individualizado y una atenci¨®n m¨¢s personalizada a la diversidad¡±.
Entre las nueve comunidades que han vuelto a cotas parecidas a las de antes de la pandemia se encuentran cuatro de las cinco gobernadas por el PP (Murcia, Madrid, Andaluc¨ªa y Castilla y Le¨®n, la excepci¨®n es Galicia). Tanto estas autonom¨ªas como otras dos gobernadas por el PSOE, Arag¨®n y Castilla-La Mancha, que han tenido una evoluci¨®n similar, aprobaron el a?o pasado normativas que desvirtuaban en buena medida el mandato de la Lomloe para convertir la repetici¨®n en algo realmente excepcional.
En estos territorios, en lugar de dejar a los equipos docentes la decisi¨®n sobre si un estudiante deb¨ªa promocionar y titularse, gui¨¢ndose por lo que el profesorado considere m¨¢s beneficioso para su trayectoria acad¨¦mica, como prev¨¦ la ley, los ejecutivos auton¨®micos introdujeron requisitos adicionales. En general consistieron en exigir mayor¨ªas reforzadas de dos tercios en el equipo docente para que un alumno pueda pasar de curso con m¨¢s de dos suspensos. Una condici¨®n extra que ha favorecido en muchos centros el mantenimiento del criterio que tradicionalmente ha funcionado en Espa?a, por el cual que si un alumno tiene m¨¢s de dos suspensos no puede pasar y debe repetir todas las asignaturas.
El Ministerio de Educaci¨®n ha intentado que las autonom¨ªas retiren dichas limitaciones mediante la negociaci¨®n, pero ha llevado a dos de ellas, Madrid y Castilla-La Mancha, a los tribunales ante su negativa a hacerlo. La Junta castellanomanchega ya acept¨® modificarlo. Y tambi¨¦n lo hizo Murcia, que en diciembre aprob¨® un nuevo decreto ajustado a la Lomloe. Los resultados de este curso dir¨¢n si dicho giro normativo se traduce en un cambio de tendencia en sus tasas de repetici¨®n. La regi¨®n tiene los niveles m¨¢s elevados en primaria (4,9%) y ESO (11,7%), y en bachillerato (10,3%) solo la supera Castilla y Le¨®n (11,6%).
Las comunidades aut¨®nomas que han aplicado la ley sin trucos han experimentado, en general, mayores descensos en las tasas de repetici¨®n respecto a la etapa precovid. As¨ª ha sucedido, por ejemplo, en Canarias, donde la tasa de repetici¨®n en la ESO se ha reducido un 2,5%, hasta quedarse en el 6,5%. O en la Comunidad Valenciana, donde ha bajado un 2,4%, pero que como part¨ªa de tan alto contin¨²a situada por encima de la media, con una tasa del 8,1% de repetidores en la secundaria obligatoria.
Espa?a tiene ahora una normativa ¡°similar a la de otros pa¨ªses donde apenas hay repetici¨®n, como Dinamarca¡±, se?ala Jos¨¦ Saturnino Mart¨ªnez, director de la Agencia Canaria de Calidad Universitaria y Evaluaci¨®n Educativa. El soci¨®logo especializado en educaci¨®n cree, sin embargo, que vencer la resistencia de la tendencia a hacer repetir en Espa?a llevar¨¢ tiempo, porque existe una fuerte ¡°inercia cultural que viene de muy antiguo¡±. Y hace que, seg¨²n el ¨²ltimo informe PISA (una fotograf¨ªa un tanto antigua, porque es de 2018), un 29% de alumnos espa?oles de 15 a?os ha repetido, casi el triple que la media de la OCDE. Mart¨ªnez menciona dos razones que ayudan a entenderlo. ¡°Una es la visi¨®n de la repetici¨®n como un castigo. Una amenaza que sirve para disciplinar al alumnado y abordar los problemas de actitud que algunos muestran en el aula. Y otra es la idea de que todos los problemas provienen de que el alumno o es torpe o no se esfuerza, que no caben muchas m¨¢s intervenciones, y que lo mejor es dejarlo ah¨ª, para ver si con lo poco que hizo un a?o y lo poco que haga el siguiente sale para adelante. El problema de esta concepci¨®n, que podr¨ªamos llamar brutalismo educativo, es que es compartido no solo por una parte del profesorado, sino de las familias y del conjunto de la comunidad educativa¡±.
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