Cuarenta investigadores advierten que Espa?a recaba datos educativos a gran escala, pero no los usa
Explotar la informaci¨®n permitir¨ªa crear sistemas de alerta de alumnado en riesgo de abandono, abordar la segregaci¨®n escolar o adaptar mejor el sistema a la ca¨ªda de la natalidad
Cuarenta investigadores en el campo de la educaci¨®n pertenecientes a una treintena de instituciones p¨²blicas y privadas advierten en un informe publicado este mi¨¦rcoles que Espa?a recaba datos educativos a gran escala, pero, a diferencia de lo que sucede en otros pa¨ªses de su entorno, despu¨¦s no los usa. Las administraciones educativas espa?olas apenas explotan la informaci¨®n masiva de que disponen, a pesar de que, anonimizados, los datos podr¨ªan servir para dise?ar mejores pol¨ªticas de ense?anza y ayudar a los centros, docentes y familias a tomar decisiones. Los firmantes aseguran que hacerlo permitir¨ªa crear, por ejemplo, sistemas de alerta de alumnado en riesgo de abandono escolar para intentar atajarlo antes de que se consume; abordar los efectos de la segregaci¨®n escolar, o planificar mejor la adaptaci¨®n del sistema a la gran ca¨ªda de la poblaci¨®n escolar que ya ha empezado a producirse por la ca¨ªda de la natalidad. ¡°La falta de mejoras en los resultados de aprendizaje¡±, alertan los investigadores, ¡°puede tener en parte que ver con un escaso uso de datos¡±.
El problema viene de lejos, se?ala el informe, titulado Ocho propuestas para que el sistema educativo no se quede atr¨¢s en la revoluci¨®n de los datos, cuyos autores principales son Lucas Gortazar, de EsadeEcPol, que es la instituci¨®n que publica el art¨ªculo, y ?lvaro Ferrer, de Save the Children, y al que se han sumado investigadores en educaci¨®n procedentes de campos como la sociolog¨ªa, la econom¨ªa, la pedagog¨ªa y la psicolog¨ªa de universidades espa?olas y extranjeras, as¨ª como de otras instituciones p¨²blicas y privadas. Las carencias han quedado, sin embargo, muy a la vista con la pandemia. Espa?a no ha medido las consecuencias educativas que la covid, con el cierre escolar, los confinamientos y la ense?anza semipresencial, ha tenido en ni?os y adolescentes. Un an¨¢lisis que habr¨ªa ayudado a dise?ar con m¨¢s precisi¨®n las medidas para mitigar las p¨¦rdidas de aprendizaje. Y que s¨ª han realizado muchos pa¨ªses del entorno, como Portugal, Francia, Italia, Alemania o Reino Unido. O, a escala auton¨®mica, territorios, como Euskadi.
Los investigadores mencionan varias razones que, en su opini¨®n, explican por qu¨¦ Espa?a est¨¦ perdiendo la oportunidad de conocer mejor su realidad educativa y decidir as¨ª con m¨¢s criterio sus pol¨ªticas. Un tren que en muchos otros pa¨ªses se est¨¢ viendo impulsado por los avances tecnol¨®gicos y los nuevos enfoques metodol¨®gicos de las ciencias sociales. La primera es la ¡°cultura de la opacidad¡±, no justificada por la actual regulaci¨®n espa?ola, que hace que los datos sean visto como un ¡°monopolio de las administraciones¡±. La segunda, la falta de recursos humanos y materiales en las administraciones educativas, el ministerio y consejer¨ªas, para explotar los datos por s¨ª mismas y para gestionar el acceso de los investigadores a los mismos. Y tercero, el hecho de que tradicionalmente dichos datos hayan sido poco demandados, debido a que la investigaci¨®n educativa espa?ola ha tendido a ser m¨¢s bien ¡°te¨®rica¡±.
Entre los muchos datos que las administraciones recopilan, almacenan y, seg¨²n los firmantes del documento, quedan despu¨¦s infrautilizados figura informaci¨®n socioecon¨®mica y geogr¨¢fica de las familias (a trav¨¦s de los procesos de admisi¨®n de alumnos y solicitud de becas); el progreso educativo del alumnado (con datos de calificaciones, repetici¨®n o asistencia); los pagos de conciertos y salarios al profesorado de la ense?anza concertada; la informaci¨®n salarial y de horas lectivas del profesorado; las inversiones p¨²blicas en infraestructuras y compra de materiales, y la asignaci¨®n de recursos para programas de refuerzo.
Entre los datos que Espa?a ni siquiera llega a recabar destaca especialmente el hecho de que ni siquiera se realicen evaluaciones diagn¨®sticas estatales en primaria y secundaria. Durante el Gobierno del socialista Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, el Ministerio de Educaci¨®n realiz¨® una evaluaci¨®n en cada etapa, en 2009 y 2010. Tras llegar al poder, un a?o despu¨¦s, el PP cambi¨® dichas pruebas por las rev¨¢lidas, y que no ten¨ªan finalidad diagn¨®stica, sino consecuencias para los estudiantes. No se llegaron a aplicar por la oposici¨®n de la comunidad educativa y de los gobiernos auton¨®micos, pero tampoco se retomaron las pruebas anteriores. Y aunque la Lomloe las ha recuperado, todav¨ªa no se han puesto en marcha. Dicha falta de informaci¨®n propia ha convertido a Espa?a en el mejor cliente del Informe PISA, la prueba internacional que realiza la OCDE, debido a las muestras ampliadas que han ido pidiendo cada vez m¨¢s comunidades aut¨®nomas para sus respectivos territorios. Los autores advierten que ni PISA ni otras pruebas internacionales est¨¢n completamente adaptadas a la realidad del pa¨ªs, pero destacan su utilidad y el hecho de que evitan ¡°el absurdo¡± que supondr¨ªa sostener ¡°a oscuras¡± el debate educativo. Los autores mencionan que algunos territorios, como Euskadi, Catalu?a, Canarias y Baleares s¨ª cuentan con pruebas diagn¨®sticas asentadas.
Mientras las administraciones educativas espa?olas arrastran los pies en materia de generaci¨®n y explotaci¨®n de los datos educativos, otros pa¨ªses desarrollados aceleran. Algunos llevan d¨¦cadas evaluando a su alumnado ¨Dello permiti¨®, por ejemplo, que Estados Unidos registrase el dram¨¢tico retroceso que el coronavirus hab¨ªa provocado en el conocimiento matem¨¢tico de su alumnado¨D. Mientras, otros como Italia han dado (con los gobiernos anteriores al actual dirigido por la ultraderechista Gloria Meloni) un gran impulso a la recogida y an¨¢lisis de datos para, entre otros objetivos, poder tomar medidas adicionales en los centros con rendimientos m¨¢s bajos. Italia ha financiado la iniciativa con los fondos europeos de recuperaci¨®n y los autores instan al Gobierno a hacer lo mismo con las rondas de los mismos que todav¨ªa no se han aprobado. ¡°Las empresas tecnol¨®gicas avanzan a velocidad exponencial en la generaci¨®n y uso de datos educativos¡±, a?aden el documento, ¡°y los poderes p¨²blicos no pueden desaprovechar el capital que disponen a trav¨¦s de sus propios datos administrativos, y que, comparado con datos privados, tienen importantes ventajas en t¨¦rminos de fiabilidad, universalidad, seguridad y calidad¡±.
Ocho actuaciones
El informe propone ampliar la informaci¨®n del Sistema Estatal de Indicadores de la Educaci¨®n que gestiona el ministerio, incorporando la dimensi¨®n de la equidad. Mejorar la coordinaci¨®n entre el Gobierno y las comunidades aut¨®nomas, creando un ¡°marco de objetivos e indicadores educativos¡± parecido al de la UE, donde los pa¨ªses cooperan en materia educativa y la ¡°Comisi¨®n vigila¡±. Conectar los datos de las diversas administraciones a partir del nuevo n¨²mero identificativo del alumno (que lo acompa?ar¨¢ en toda su trayectoria educativa) previsto en la Lomloe. Desarrollar ¡°sistemas de detecci¨®n temprana de desventaja educativa¡±. Potenciar el Instituto Nacional de Evaluaci¨®n Educativa y las agencias auton¨®micas de su clase. Crear, como ha hecho el presidente Emmanuel Macron en Francia, un consejo cient¨ªfico de la educaci¨®n que asesore al ministerio. Y crear una agencia estatal que ponga bajo su paraguas a distintos organismos existentes, destinada a promover, financiar y transferir ¡°la investigaci¨®n educativa hacia las pol¨ªticas y las pr¨¢cticas¡±.
El informe est¨¢ firmado tambi¨¦n por Miquel ?ngel Alegre; Miguel Almunia; Xavier Bonal; Brindusa Anghel; Andreu Arenas; Samuel Bentolila; Antonio Cabrales; Mar Ca?izares; H¨¦ctor Cebolla; Luc¨ªa Cobrebros; N¨²ria Comas; Elena Costas; Sara de la Rica; Alfonso Echezarra; Mercedes Esteban; Mar¨ªa Fern¨¢ndez Mellizo-Soto; Marta Ferrero; Clara Fontdevila; Claudia Hupkau; Jos¨¦ Garc¨ªa-Montalvo; Nagore Iriberri; Marcel Jansen; Matthew Kraft; Francisco L¨®pez Rup¨¦rez; ?scar Marcenaro; Elena Mart¨ªn; Eva Flavia Mart¨ªnez; M¨®nica Mart¨ªnez-Bravo; Xavier Mart¨ªnez-Celorrio; Mauro Mediavilla; Jos¨¦ Montalb¨¢n; Juan Manuel Moreno; M¨°nica Nadal; Pedro Rey; Toni Rold¨¢n; Jenifer Ruiz-Valenzuela; Miguel ?ngel Sancho; Pere Taberner, y Antoni Verger, Adri¨¢n Zancajo, de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona.
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