Genitales, placer y privacidad: el tab¨² de la masturbaci¨®n infantil
La falta de educaci¨®n sexual en colegios, para los menores, y en universidades, para los docentes, deja a los profesores sin herramientas para atender el comienzo de la autoexploraci¨®n de ni?os y ni?as
¡°Ten¨ªa a una ni?a que se masturbaba contra la pata de la mesa. Le dije ¡®?Cielo, si¨¦ntate recta!¡¯. Y la redirig¨ª¡±. Esto lo dice una profesora de segundo de primaria ¡ªcuando los ni?os tienen alrededor de siete a?os¡ª sobre una de sus alumnas, en el estudio Autotocamientos, genitales, placer y privacidad: la gobernanza de la sexualidad en escuelas de primaria en Espa?a, que publicaron el pasado marzo Estel Malgosa, Bruna ?lvarez y Diana Marre para la Universidad Aut¨®noma de Barcelona (UAB). La estimulaci¨®n del cuerpo es habitual durante la infancia, y tiene m¨¢s que ver con el descubrimiento y la exploraci¨®n de sensaciones que con la sexualidad. Pero seg¨²n revela la investigaci¨®n, y a pesar de que muchos docentes son a menudo testigos de estas conductas, pocos se sienten c¨®modos abord¨¢ndolas y no tienen las herramientas para gestionarlas.
A veces, los ni?os peque?os se arrastran mucho rato por el suelo. Se frotan con la silla, se sientan de manera extra?a durante mucho rato en el tobog¨¢n o se examinan el cuerpo y el de otros compa?eros mientras juegan a lo que llaman ellos ¡°ir al m¨¦dico¡±. Y los maestros lo ven. Seg¨²n los resultados del informe, cuando un menor de cinco a?os lo hace, no suele preocupar. Algunos profesores fingen no verlo, otros no dicen nada, porque a esas edades se percibe a los ni?os como asexuales y se entiende que las conductas responden al descubrimiento anat¨®mico. Pero, en alg¨²n momento, cuando crecen un poco, estos comportamientos pasan por la mirada y el filtro de un adulto. Y, entonces, se problematizan. Pasan de ser naturales a inapropiados. Es en ese momento cuando no se sabe c¨®mo actuar.
El proyecto de investigaci¨®n de ?lvarez y sus compa?eras comenz¨® en dos escuelas de Barcelona en 2017. Ahora ya cuentan con la participaci¨®n activa de 10 colegios de la provincia, de alrededor de 3.000 alumnos de primaria y 400 profesores, que han seguido metodolog¨ªas y entrevistas participativas mediante las que el equipo investigador implica al equipo directivo, al claustro, al profesorado, a los ni?os y tambi¨¦n a las familias. En concreto, para este informe, el equipo analiz¨® los datos de una muestra de 96 profesores de edades variadas, conseguidos en entrevistas llevadas a cabo entre 2017 y 2020. ¡°Quer¨ªamos saber qu¨¦ conoc¨ªan los ni?os y ni?as sobre sexualidad, y con qu¨¦ situaciones se encontraban los adultos que les acompa?an. Lo primero que nos comentaron los maestros fue que no sab¨ªan qu¨¦ hacer con los autotocamientos¡±, explica Bruna ?lvarez, una de las autoras del estudio y parte del Grupo de Investigaci¨®n AFIN, que estudia en la UAB la vida personal, familiar y social de ni?os.
Reconducir sin avergonzar
Los resultados de la investigaci¨®n reflejan la creciente preocupaci¨®n de los docentes de primaria sobre c¨®mo gestionar estos comportamientos y reconducirlos sin avergonzar a sus alumnos. Son varios los testimonios de maestros que se muestran inc¨®modos con la situaci¨®n. ¡°Esto ocurre porque lo miramos desde una perspectiva adulta. Pensamos que cuando un ni?o o ni?a se toca los genitales, se est¨¢ masturbando. Pero tenemos que repensar esto, porque no tiene por qu¨¦ ser una conducta sexual. Los ni?os crean sus propios mundos¡±, cuenta ?lvarez.
La investigadora expone que, cuando preguntan a un ni?o sobre la parte del cuerpo que m¨¢s le gusta, las respuestas son variadas. Algunos responden que los brazos para abrazar, las piernas para correr, la boca para comer pizza. Y otros muchos responden que tambi¨¦n les gustan la vulva o el pene. ¡°Ya sabemos que los ni?os experimentan estos placeres, y no solo en los genitales. Cuando hablamos de placer, hablamos de placer en todo el cuerpo¡±, apunta ?lvarez. Pero, seg¨²n los resultados de la investigaci¨®n, el tab¨² social que persiste sobre los genitales y el sexo, junto con el concepto de inocencia infantil ¡ªpor la cual se ve a los ni?os como personas asexuales, sin curiosidad, conocimiento u opini¨®n sobre la sexualidad¡ª, llevan a pensar que ¡°la sexualidad de los ni?os peque?os debe ser gobernada para protegerlos¡±. As¨ª, no se habla, y el menor puede no aprender, avergonzarse o, directamente, aprender mal.
Ni una asignatura sobre educaci¨®n sexual para los docentes
La soluci¨®n m¨¢s reclamada es la educaci¨®n sexual. Los expertos se?alan que recibirla puede ayudar a prevenir abusos sexuales, contribuye a desarrollarse en salud y a conocerse, retrasa la iniciaci¨®n a las pr¨¢cticas sexuales y contribuye a practicarlas de manera dialogada, consensuada y segura. ¡°Sin educaci¨®n sexual privamos al ni?o de su derecho a saber. Y cuando tienes la informaci¨®n, puedes elegir adecuadamente. Es una herramienta para tomar decisiones¡±, desarrolla la experta. La Ley de Libertad Sexual, que entr¨® en vigor el pasado 7 de octubre, la conocida como ley del solo s¨ª es s¨ª, introduce la educaci¨®n sexual obligatoria en el sistema p¨²blico educativo, adaptada a cada etapa. Tambi¨¦n la ¨²ltima reforma de la ley del aborto. Y diversas comunidades aut¨®nomas, como Catalu?a, tienen legislaci¨®n anterior para ampliar los contenidos sobre sexualidad en los colegios. Pero su implementaci¨®n, tal y como reflejan los resultados del estudio, no es tan sencilla.
Los profesores que participan en el proyecto coinciden en que faltan materiales, recursos, y que el tiempo es muy limitado. Tambi¨¦n expresan que no tienen las herramientas adecuadas para tratar temas sobre sexualidad en clase. ¡°Durante todos los a?os de la carrera de Magisterio no hay una asignatura de educaci¨®n sexual. Es necesario que los futuros docentes aprendan sobre c¨®mo abordar estas cuestiones y haya una asignatura entera al respecto, de seis cr¨¦ditos¡±, asegura ?lvarez.
En otras muchas ocasiones, los profesores denuncian otra dificultad superior: el miedo a exponerse ante las quejas de compa?eros o padres. ¡°Cuando t¨² le dices a un ni?o o ni?a: ¡®aqu¨ª no es el lugar, esto se hace en la intimidad¡¯, est¨¢s reconociendo que los ni?os pueden tener placer, que no es algo malo y que se puede hacer en la intimidad. Pero muchas familias no lo piensan as¨ª¡±. La investigadora cuenta que, a pesar de los avances en la legislaci¨®n, de la expansi¨®n de los materiales pedag¨®gicos y de los talleres que imparten, a los profesores les sigue costando aplicarlos. El problema es que no existe un consenso social alrededor de la educaci¨®n sexual. No hay conformidad sobre sus beneficios. ¡°Siguen siendo temas tab¨² porque los adultos no estamos preparados para tratarlos¡±, asevera.
El juicio del placer femenino
Las investigadoras observaron un patr¨®n en las respuestas del profesorado: que ninguno de ellos hablaba o compart¨ªa historias sobre los chicos. Al preguntarles si los ni?os tambi¨¦n se estimulaban en clase, la respuesta era, sin embargo, un claro s¨ª. ¡°Igual en los chicos es m¨¢s discreto, no te das cuenta, ponen la mano debajo de la bata y se esconde mejor. Por otro lado, el movimiento de las ni?as es m¨¢s evidente, y te las encuentras una y otra vez haci¨¦ndolo en el banco. ?Qu¨¦ haces entonces?¡±, dec¨ªa una de las profesoras participantes en el estudio.
¡°Parece que el hecho de que los chicos se toquen no es tan problem¨¢tico para los profesores como que las chicas lo hagan¡±, explica ?lvarez. Para la experta, la raz¨®n es que el secretismo con el que los adultos tratan el placer sexual femenino se transmite tambi¨¦n a los ni?os, al igual que aprenden que estimularse es tab¨². ¡°El tab¨² social actual est¨¢ sobre el deseo femenino. Lo vemos, por ejemplo, con el revuelo que caus¨® el Satisfyer, o el libro de Cincuenta sombras de grey¡±, cuenta ?lvarez.
Y en las escuelas, lo que se explica sobre sexualidad sigue la misma l¨ªnea. ¡°A las ni?as se les habla mucho m¨¢s del dolor que del placer. Se explica la relaci¨®n entre el ¨®vulo y la regla, que duele. Muchas ni?as nos preguntan que si la primera relaci¨®n sexual hace da?o. En cambio, el espermatozoide se consigue mediante el orgasmo, que se relaciona directamente con el placer. Y, a pesar de que muchos chicos no terminan de entender qu¨¦ es un orgasmo, asocian inconscientemente su papel en la sexualidad al placer. Mientras, muchas ni?as llegan a sexto de primaria sin saber lo que es el cl¨ªtoris¡±, desarrolla.
Los resultados del estudio sugieren que estos patrones desiguales en el aprendizaje se mantienen en el imaginario durante toda la vida ¡ªpor lo que es necesario hacer un trabajo de cuestionamiento y reconstrucci¨®n¡ª, y que estas connotaciones negativas sobre la masturbaci¨®n, desde peque?os, acaban por tener consecuencias cuando se llega a adultos. ¡°Puede ser que los autotocamientos de los chicos no choquen tanto con la idea social de la b¨²squeda de placer masculina y su sexualidad representada como natural o incontrolable. Cuando las ni?as juegan con mu?ecas o a las cocinitas ¡ªactividades relacionadas con la maternidad¡ª no se desencadena un debate, porque esto no se lee como una expresi¨®n de la sexualidad. Sin embargo, cuando las ni?as se frotan en clase, rompen uno de los tab¨²s de la sociedad contempor¨¢nea, que es el placer femenino. Y los profesores problematizan los comportamientos de estas ni?as y se preocupan por su reputaci¨®n sexual¡±, concluye el estudio.
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