¡°Los chavales siempre se van a cruzar con el porno, hay que capacitarles para que sepan gestionar lo que se van a encontrar¡±
El psic¨®logo cl¨ªnico y educador sexual Jos¨¦ Luis Garc¨ªa lleva cuatro d¨¦cadas estudiando el efecto de la pornograf¨ªa en los menores: ¡°Cualquier ni?o con un m¨®vil se topar¨¢ con el porno¡±
Jos¨¦ Luis Garc¨ªa lleva m¨¢s de cuatro d¨¦cadas enredado en el porno. En c¨®mo el porno enreda la vida de adolescentes y adultos, pero sobre todo de los primeros. En c¨®mo la paraliza, la cambia y a veces, incluso la anula. En c¨®mo se est¨¢ colando en la vida sexual de chicos y chicas, y en c¨®mo atraviesa la violencia sexual, cada vez m¨¢s frecuente entre la gente m¨¢s joven. Lo ha trabajado desde su consulta como psic¨®logo cl¨ªnico, y tambi¨¦n en el sistema sanitario de Navarra durante 36 a?os, cinco de ellos como director de los Centros de Planificaci¨®n Familiar y Educaci¨®n Sexual de esa comunidad. Lo ha hecho tambi¨¦n desde auditorios, aulas de escuelas, institutos y universidades. Ahora es codirector del primer curso de Experto en Prevenci¨®n de los Efectos de la Pornograf¨ªa en la Salud Afectivo-Sexual que imparte una universidad espa?ola, la Rey Juan Carlos, en Madrid. Al tel¨¦fono desde Navarra, donde vive, habla de lo que ha visto en las ¨²ltimas d¨¦cadas, un ¡°cambio abismal¡± en c¨®mo crecemos, interactuamos y nos socializamos con el porno. Tambi¨¦n de la idea, ¡°inocente¡±, de plantear ¡°acabar¡± con la pornograf¨ªa. Y de una certeza: ¡°Hay que hablar de porno [con los menores], precisamente porque no va a desaparecer. Solo lo har¨¢ cuando deje de consumirse¡±.
Pregunta. ?Y regularlo?
Respuesta. Para eso habr¨ªa que regular internet de manera que no pueda existir el porno violento. Es una tarea muy complicada que no s¨¦ si ser¨ªa posible. Dir¨ªa que es imposible. Hay millones de webs en pa¨ªses distintos, puedes meterte con una y al d¨ªa siguiente salen diez m¨¢s, son empresas muy poderosas.
P. Usted conoce el d¨ªa a d¨ªa de los menores en este sentido: c¨®mo lo ven, desde qu¨¦ dispositivos, qu¨¦ relaci¨®n tienen con la pornograf¨ªa... ?no cree que haya una forma de moderar?
R. Cualquier ni?o con un m¨®vil se topar¨¢ con el porno. S¨ª o s¨ª. Evidentemente, algo hay que hacer desde el punto de vista legal, incidir en poner infinitos obst¨¢culos a los menores, buscar la manera de controlar el acceso. No puede ser que cualquier menor pueda, sin ning¨²n control, acceder a millones de pel¨ªculas en las que muchas se representa una violencia extrema, con el futuro negativo en la educaci¨®n sexoafectiva que conlleva.
P. Pero no es partidario de prohibirlo, o de intentarlo.
R. No, porque no lo veo factible a corto o medio plazo. Adem¨¢s, la historia nos ha demostrado que la prohibici¨®n de las drogas, por ejemplo, aumenta el consumo de aquello que quieres prohibir y el porno es una droga muy poderosa ya que estimula el deseo sexual, y gratis.
P. ?Y de qu¨¦ es partidario?
R. De la educaci¨®n sexual. Capacitar a chicos o chicas desde muy pronto para que aprendan a tomar decisiones. Hablar sobre qu¨¦ es el porno, ense?arles qu¨¦ refleja, argumentar por qu¨¦ no es saludable a nivel emocional, y explicarles que si tienen intereses sexuales, hay otras alternativas no violentas. El ser humano siempre ha buscado est¨ªmulos sexuales y sabemos que el entorno audiovisual es el que llega con m¨¢s impacto a nuestro cerebro, el m¨¢s r¨¢pido. La reacci¨®n del placer y el bienestar son rapid¨ªsimos, especialmente en un cerebro adolescente que est¨¢ en construcci¨®n. Por eso, si van a ver porno, habr¨¢ que capacitarles para que su salud y la salud sexual de aquellos o aquellas con quienes interact¨²en tenga la mayor calidad posible. Doy muchos cursos con chavales y padres y cuando hablamos del alcohol o el tabaco decimos lo mismo: se lo van a encontrar y hay que capacitarles para que decidan, para que sepan gestionar ese tipo de realidades que se van a encontrar. El problema es que no tenemos esas pel¨ªculas er¨®ticas para hacerle la competencia.
P. ?Cree que las familias, profesores, educadores, est¨¢n dispuestos a ello?
R. Pues llevo 45 a?os con ello de forma intensa y apasionada y me ha tra¨ªdo muchas dificultades. Cada vez m¨¢s. Cada vez vamos m¨¢s para atr¨¢s y cada vez hay menos profesionales interesados en este tema. Hace 30 a?os el ambiente era muy favorable, y ahora no se ve esa actitud de forma generalizada.
P. ?Qu¨¦ ve?
R. En educaci¨®n hay un mont¨®n de dificultades, el entorno familiar tampoco favorece mucho. ?Qui¨¦n lo pone en marcha? Hay muchos profesores que no quieren meterse en este jard¨ªn: o porque los padres se quejan, o porque no est¨¢n formados, o porque no se incluye en el sueldo. Y hay muchos padres que no quieren ni o¨ªr hablar de hacerlo en la escuela y creen que es algo solo de casa, privado. Y no lo es, pero nadie quiere meterse en este jard¨ªn y es la ¨²nica alternativa. Soy un poco pesimista.
P. ?A pesar de los avances?
R. Las leyes de Libertad Sexual y la reforma del aborto lo son, pero tienen que hacerse efectivas [ambas han incluidos la educaci¨®n afectivosexual obligatoria en todo el curr¨ªculo educativo], desarrollarlas y dotarlas econ¨®micamente, porque si no formamos a los profesores, de una forma amplia, sistem¨¢tica y cient¨ªficamente, no vamos a hacer nada. Catalu?a, Pa¨ªs Vasco y Navarra han propuesto diversas alternativas. Aun as¨ª, lo que yo conozco no llega a todos los niveles educativos ni llega a todos los sitios. Si queremos que llegue y que sea eficiente, que los chavales puedan decidir qu¨¦ tipo de porno ven, o si lo ven o no, no es una cuesti¨®n de un d¨ªa ni de una charlita. Ah¨ª est¨¢ el ejemplo del cond¨®n, porque un chico o chica sepa qu¨¦ es y para qu¨¦ sirve no significa que lo compren ni que lo lleven en el bolsillo ni se lo pongan de forma sistem¨¢tica, su uso requiere preparaci¨®n, conocimiento, informaci¨®n, tomar conciencia del sexo responsable.
P. No hay muchos condones en el porno.
R. No. Son invisibles. Lo que s¨ª hay son todav¨ªa embarazos no deseados y un aumento sin freno desde hace una d¨¦cada de las infecciones de transmisi¨®n sexual y demasiada violencia sexual.
P. ?Lo relaciona directamente?
R. Hay suficiente evidencia cient¨ªfica para hacerlo. El porno es el modelo que siguen para sus relaciones, es el ¨²nico manual de instrucciones que tienen, por lo que es factible que est¨¦ relacionado. Tenemos una generaci¨®n de ni?os y ni?as pornogr¨¢ficos, que se han formado en temas sexoafectivos fundamentalmente tomando el porno violento como referente, viendo c¨®mo un hombre maltrata a una mujer, excitados y sintiendo placer. Es un modelo que transmite valores y actitudes. Y hay estudios que nos hablan de que un 25% antes de los 20 a?os habr¨ªan visto entre 1.000 y 5.000 horas de porno. Por tanto, si un anuncio de 20 segundos influye en la conducta, ?c¨®mo no va a influir esa enorme cantidad de dopamina que genera su visionado?
P. ?Qu¨¦ consecuencias ha percibido a lo largo de su carrera?
R. Ni?os muy activos sexualmente, precoces en sus relaciones, distintos trastornos de consumo de alcohol y drogas, alteraciones en el cerebro, problemas de salud mental, problemas con las parejas porque ¨¦l propondr¨¢ hacer cosas que ella no quiere o no le apetece, de ah¨ª puede derivar en acudir a la prostituci¨®n, la explotaci¨®n sexual de mujeres pobres y vulnerables. Hay tambi¨¦n casos terribles de ni?as que han llevado a cabo pr¨¢cticas sexuales que no desean, como la penetraci¨®n anal o la asfixia, que no tienen el conocimiento para hacerlo pero lo hacen porque su novio se lo pide enamorada o porque ella lo ha visto y ¡°la chica del porno lo hace tan f¨¢cil y se lo pasa tan bien¡±, o porque se lo han dicho sus amigas. Y vienen las lesiones anales, el dolor, alteraciones emocionales...
P. ?Y violencia sexual?
R. Y violencia sexual. Esta idea de la sexualidad basada en el porno es pobre y raqu¨ªtica. El porno es muy perverso, porque en el porno el sexo es violencia sexual, tolerable y aceptable. Da la idea de que es muy f¨¢cil ligar o follar: en ning¨²n v¨ªdeo ning¨²n hombre se queda sin penetrar a la mujer. El mensaje es que tener relaciones sexuales es f¨¢cil, que a las mujeres les gusta que las fuercen y que les peguen y en ¨²ltimo extremo, que las violen. Que ejercer la violencia o someterse a ella es excitante. Que siempre el sexo implica coito, sin protecci¨®n, y vej¨¢ndolas a ellas. El porno altera la capacidad de empat¨ªa y compasi¨®n del ser humano.
P. ?Cu¨¢l ser¨ªa un modelo ¨®ptimo?
R. La sexualidad positiva, con bienestar, pasi¨®n, placer, empat¨ªa y mutuo acuerdo. Una sexualidad saludable que les ense?e que el sexo puede ser una de las cosas m¨¢s maravillosas en la vida de una persona, y que quien usa la violencia se est¨¢ perdiendo, en realidad, esa experiencia.
P. ?Urge que se imponga ese modelo?
R. Mucho. Es un asunto serio y grave, con la suficiente evidencia como para tomar decisiones cuanto antes. Si no lo hacemos, estamos dejando el futuro sexual de parte de nuestros adolescentes a la pornograf¨ªa y vamos a tener generaciones con muchos problemas. Hay que elegir: o el porno violento, o madres, padres y profesores.
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