Jos¨¦ Manuel Pingarr¨®n, principal art¨ªfice de la reforma universitaria, abandona el Gobierno tras sobrevivir a tres cambios de ministro
El catedr¨¢tico de Qu¨ªmica, que no pertenec¨ªa al c¨ªrculo de confianza de Morant, vuelve a la Complutense. Le sustituye Francisco Garc¨ªa Pascual
Desde que en 2018 la izquierda se hizo con el poder, las universidades han dependido de cuatro ministros (Pedro Duque, Manuel Castells, Joan Subirats y Diana Morant), tres ministerios (Ciencia, Innovaci¨®n y Universidades primero, luego Universidades y de nuevo juntos desde el pasado noviembre) y dos partidos (PSOE y En Com¨² Podem), pero todos con un nexo en com¨²n: Jos¨¦ Manuel Pingarr¨®n, su secretario general. Hasta este martes, que el catedr¨¢tico de Qu¨ªmica Anal¨ªtica de la Universidad Complutense ha abandonado el cargo y ser¨¢ sustituido por Francisco Garc¨ªa Pascual, que era el jefe de gabinete de la secretar¨ªa de Estado del departamento.
Pingarr¨®n nunca fue del c¨ªrculo confianza de Morant y fue perdiendo competencias desde que situaron por encima de ¨¦l a un secretario de Estado de Ciencia y Universidades, Juan Cruz Cigudosa, exconsejero de Universidad, Innovaci¨®n y Transformaci¨®n Digital de Navarra. Garc¨ªa Pascual, consejero de Educaci¨®n y Universidades de la Generalitat de Catalunya en 2006 y con gran experiencia en el ministerio y en la educaci¨®n superior, era y seguir¨¢ siendo la mano derecha de Cigudosa.
¡°He cedido a mi mejor hombre¡±, comentaba en 2018 entre risas Carlos Andradas, por entonces rector de la Complutense. Pingarr¨®n dej¨® de ser su vicerrector de Transferencia de Conocimiento y Emprendimiento por el ministerio. Mientras actu¨® de n¨²mero dos de Pedro Duque, no se plantearon dise?ar una nueva ley universitaria, al depender su aprobaci¨®n del voto de muchos socios, pero cuando Isabel Cela¨¢ logr¨® sacar a delante su reforma educativa, las tornas cambiaron.
Cuando en enero de 2020 lleg¨® el primer gobierno de coalici¨®n, el Ministerio de Ciencia, Innovaci¨®n y Universidades se desgaj¨® con gran pol¨¦mica en dos para otorgarle a En Com¨² Podem su cuota de poder. Ada Colau escogi¨® entonces como ministro de Universidades a Manuel Castells y el puesto de Pingarr¨®n peligr¨® durante muchos d¨ªas, pues el entorno de Pablo Iglesias, en ese momento vicepresidente del Gobierno y exprofesor universitario, maniobr¨® sin ¨¦xito para situar en el puesto de secretario general a alguien de su cuerda. Se impuso el criterio de Castells, que cambi¨® su c¨¢tedra de Sociolog¨ªa en la prestigiosa Universidad de Berkeley en California por el paseo de la Castellana, a condici¨®n de mantener su independencia.
El reconocido soci¨®logo era muy consciente de que necesitaba apoyarse en alguien que conociese al dedillo la universidad espa?ola tras d¨¦cadas viviendo fuera y Pingarr¨®n, de formas muy cercanas y afables, no solo cumpl¨ªa el requisito, sino que contaba con el total apoyo de la conferencia de rectores, que nunca dej¨® de verle como uno de ellos. Un hecho que a veces incomodaba en las negociaciones a los sindicatos. De hecho, los rectores pidieron a Castells que el secretario general siguiese.
La cuadratura del c¨ªrculo
Pingarr¨®n confes¨® en un acto en la UNED que cerrar la Ley Org¨¢nica del Sistema de Universidades (LOSU) era casi un imposible, ¡°es lograr la cuadratura del c¨ªrculo¡±, pues los intereses de los distintos colectivos (sindicatos, rectores, estudiantes) son a veces antag¨®nicos y contentar a uno supone enfadar a otro. La ley estuvo a punto de descarrilar a finales de 2021 con Castells, cuando los rectores casi se amotinan, y las aguas no volvieron a su cauce hasta la llegada de Subirats en 2022, tras abandonar el soci¨®logo por problemas de salud. Finalmente, la ley sali¨® adelante con los votos a favor de 10 partidos, pero sin grandes defensores. Todos los colectivos han ganado y perdido con la norma, lo que impide que nadie se sienta muy satisfecho.
En este encaje de bolillos tuvo un papel fundamental Pingarr¨®n, el ¨²nico que hab¨ªa vivido el proceso de la reforma desde sus inicios. Por eso Subirats, amigo de Castells y tambi¨¦n elegido ministro por En Com¨² Podem, le mantuvo. Juntos lograron mejorar las tensas relaciones entre los ministerios de Ciencia y Universidades, condenados a entenderse ¨Dten¨ªan much¨ªsimas competencias compartidas¨D para sacar adelante sus pol¨ªticas. Con la llegada de Morant, los responsables de ambos ministerios y vecinos de edificio, comenzaron por fin a reunirse peri¨®dicamente, hasta que la ministra pas¨® a gobernar todo el espacio.
Morant mantuvo a Pingarr¨®n, que conoc¨ªa todos los entresijos de la ley, como secretario general, pero no al equipo de Universidades que sali¨® de golpe; aunque tard¨® en confirmarle p¨²blicamente en el puesto. Cinco meses despu¨¦s est¨¢ fuera del Gobierno y volver¨¢ a su departamento de Qu¨ªmica Anal¨ªtica de la Complutense. Ahora queda por poner en marcha la ley y los c¨¢lculos econ¨®micos se est¨¢n volviendo a hacer.
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