M¨¢s de un 15% de colegios de primaria sin comedor, cifra que sube al 83% en secundaria
En la Confederaci¨®n Espa?ola de Padres y Madres del Alumnado piden terminar con las disparidades auton¨®micas en las condiciones de este servicio y con las diferencias alimentarias entre la educaci¨®n p¨²blica y la concertada
Con los ¨²ltimos coletazos del verano las familias se preparan para la vuelta a las aulas, que para muchos ni?os supone tambi¨¦n el regreso al comedor escolar, un servicio al que no todos los menores en Espa?a tienen derecho. M¨¢s de un 15% de colegios p¨²blicos de educaci¨®n primaria no cuentan con este recurso, cifra que sube al 83,3% en secundaria. As¨ª lo recoge la ONG Educo en su ¨²ltima investigaci¨®n sobre ...
Con los ¨²ltimos coletazos del verano las familias se preparan para la vuelta a las aulas, que para muchos ni?os supone tambi¨¦n el regreso al comedor escolar, un servicio al que no todos los menores en Espa?a tienen derecho. M¨¢s de un 15% de colegios p¨²blicos de educaci¨®n primaria no cuentan con este recurso, cifra que sube al 83,3% en secundaria. As¨ª lo recoge la ONG Educo en su ¨²ltima investigaci¨®n sobre el pr¨®ximo curso escolar. Por otro lado, las becas de comedor apenas llegan al 13% de la infancia, pero el 34,5% se encuentra en riesgo de pobreza y exclusi¨®n. Eso significa que un mill¨®n de ni?os se queda sin la garant¨ªa de recibir una comida diaria completa y equilibrada. ¡°Vuelven a los centros educativos con una mochila muy cargada, tras no haber podido disfrutar de las vacaciones como la mayor¨ªa de sus compa?eros¡±, cuenta la directora general de esta entidad sin ¨¢nimo de lucro, Pilar Orenes.
La presidenta de la Confederaci¨®n Espa?ola de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (CEAPA), Mar¨ªa Capell¨¢n, tambi¨¦n denuncia las diferencias alimentarias entre los estudiantes de la educaci¨®n p¨²blica y los de la concertada. Los primeros, en su gran mayor¨ªa, se quedan sin comedor escolar al cumplir los 12 a?os porque tienen que cambiarse de centro educativo para cursar secundaria, pero los segundos, a su misma edad, siguen gozando de este servicio al continuar en el mismo colegio.
El c¨®digo postal tambi¨¦n determina la alimentaci¨®n infantil. Las diferencias auton¨®micas respecto a la oferta del men¨² escolar son muy grandes. El curso pasado la ONG Educo alertaba de ello mediante el informe Recetas que educan y aseguraba que solo Andaluc¨ªa, Galicia y Pa¨ªs Vasco ofrecen el 100% de la beca de comedor a las familias monoparentales que est¨¢n justo en el umbral de la pobreza ya tengan uno, dos o tres hijos.
En la Comunidad de Madrid un hogar formado por dos adultos y dos menores ten¨ªa que ingresar menos de 12.000 euros anuales para optar al 80% del subsidio, pero en Catalu?a la misma familia con unos ingresos inferiores a 14.321 euros pod¨ªa recibir la totalidad de la ayuda. En Baleares, Cantabria, La Rioja, Navarra y Madrid no conceden nunca la gratuidad total por renta familiar. En Canarias, Catalu?a y Valencia la concesi¨®n de la subvenci¨®n completa requiere una valoraci¨®n por parte de los servicios sociales.
Capell¨¢n pide la eliminaci¨®n de estas desigualdades y alerta de la disparidad de los precios. El curso pasado en La Rioja comer en el comedor escolar costaba 4,5 euros diarios, sin embargo, en Catalu?a ascend¨ªa a los 7 y en Asturias llegaba a los 9. La media estatal del coste del comedor son unos 100 euros al mes. La presidenta de la CEAPA tambi¨¦n advierte de las inequidades en la calidad del servicio alimentario. Algunos centros educativos tienen cocina, pero otros cuentan con catering o reciben la comida trasladada en contenedores frigor¨ªficos que, en ocasiones, es recalentada tiempo despu¨¦s. Unos cuentan con monitores de ocio y tiempo libre, aunque muchos no disponen de este recurso.
La organizaci¨®n interna puede recaer sobre las asociaciones de padres, los consejos escolares o los ayuntamientos. Adem¨¢s, los precios var¨ªan de un curso a otro seg¨²n la propuesta de adjudicaci¨®n del servicio a las empresas que gestionan los comedores escolares. ¡°Queremos producto ecol¨®gico y de proximidad, con m¨¢s verduras y menos alimentos de escaso valor proteico como la panga o la tilapia¡±, reclama Capell¨¢n.
La vicepresidenta primera del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas de Espa?a, Alba Santaliestra, asegura que la alimentaci¨®n est¨¢ relacionada de forma directa con el nivel cognitivo y el aprendizaje. ¡°Cuanto peor coman los ni?os en verano, m¨¢s dif¨ªcil ser¨¢ la capacidad de concentraci¨®n en septiembre. El rendimiento escolar puede verse comprometido, aunque con una buena nutrici¨®n posterior el problema se revierte¡±, expresa.
Santaliestra apuesta por los ecocomedores porque los proveedores son locales, hay un menor impacto ambiental y pueden aportar una labor pedag¨®gica y educativa. A¨²n son minor¨ªa en los centros educativos. Adem¨¢s, pide que todos los men¨²s escolares sean dise?ados por dietistas y nutricionistas en colaboraci¨®n con el personal docente y las familias. Por otra parte, cree que los platos deben ser atractivos, adem¨¢s de saludables: ¡°No se elabora igual la comida para un ni?o que para un adulto¡±.
Pero lo que considera m¨¢s importante es reajustar los horarios: ¡°Comer a las 14.30 es inhumano para un ni?o. Nuestras hormonas funcionan con los ritmos circadianos y entre las 12.00 y las 12.30 es el momento ¨®ptimo para sentarse a la mesa. Los menores desayunan a las 8.00 o, incluso, mucho antes¡±. Advierte de que en los colegios con jornada continua los estudiantes se quedan sin energ¨ªa para desarrollar las ¨²ltimas horas de clase por este motivo. Tambi¨¦n considera esencial reducir el ruido en los comedores y compartimentar mejor los espacios, sin amontonar a los peque?os, para favorecer la buena predisposici¨®n a la comida.
Una de las quejas m¨¢s repetidas que recibe la CEAPA es la de las familias veganas que denuncian que sus hijos, en muchos centros educativos, no tienen un men¨² acorde a sus peticiones. Reclaman que se atiendan sus exigencias de la misma forma que se cumplen con las demandas alimentarias de otras personas por cuestiones religiosas. Los menores al¨¦rgicos s¨ª cuentan con una dieta alternativa, pero Capell¨¢n asegura que, en muchas ocasiones, es menos variada que la del resto de alumnos porque los cocineros realizan una carta dise?ada para varios ni?os con diferentes alergias e intolerancias. Por falta de presupuesto no suele ser personalizada.
Santaliestra considera que los men¨²s cumplen con los criterios nutricionales establecidos, pero insiste en que se necesita un mayor control de las raciones que se sirven en los platos y de las cantidades que comen los m¨¢s peque?os para conseguir un equilibrio real, aunque pide que no se obligue a los menores a comer para evitar futuros problemas con la alimentaci¨®n.
Recuerda que ¡°aprender a comer bien es responsabilidad de las familias y no del comedor escolar¡±. Pero resalta los h¨¢bitos saludables que los centros educativos fomentan con este servicio como el lavado de manos, el cepillado de dientes, la autonom¨ªa y la socializaci¨®n. ¡°Muchos ni?os en sus casas comen solos, pero compartir e interactuar en la mesa es esencial¡±, advierte.
Orenes insiste en que el comedor escolar aporta mucho m¨¢s que una comida completa y nutritiva al d¨ªa: ¡°Previene la obesidad infantil, potencia el rendimiento, reduce el absentismo escolar porque los ni?os no se van a casa a mediod¨ªa, ayuda a la conciliaci¨®n familiar y garantiza un tiempo libre y de ocio¡±.
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