Descartar una carrera o pasar cuatro horas diarias en el bus: ¡°El alojamiento nos quita muchas oportunidades a los universitarios¡±
En muchos campus p¨²blicos de ciudades con alquileres prohibitivos, los inscritos se desplazan cada d¨ªa desde muy lejos o pierden solicitudes de alumnos de otras partes de Espa?a
Miles de universitarios recorren cada d¨ªa decenas de kil¨®metros para acudir a clase, porque el precio del alojamiento fuera de casa es inasumible para sus familias y las becas ¨Dque el Gobierno pretende revisar porque est¨¢n bajando los beneficiarios cuando m¨¢s dinero se invierte¨D llegan a muy pocos por los bajos umbrales de renta. Otros, directamente, optan por descartar el grado de sus sue?os. Es el caso de Mar¨ªa ?ngeles Guzm¨¢n Moreno, de 21 a?os, que tuvo que renunciar a la carrera deseada aunque logr¨® un apa?o: ¡°El problema del alojamiento quita muchas oportunidades a los j¨®venes. Yo pude encontrar una soluci¨®n, pero literalmente hay gente que no estudia lo que quiere por ese problema¡±.
Ella, alumna brillante, prob¨® suerte hace tres a?os en el grado de Humanidades en la Universidad de Almer¨ªa, donde reside su familia monoparental, pero le result¨® demasiado generalista. ¡°Fue catastr¨®fico, no me gustaba la carrera¡±. Su sue?o era estudiar Historia del Arte en la Universidad de Granada (53% alumnos de otras provincias, 7% extranjeros) atra¨ªda por su plan de estudios, pero descart¨® esa opci¨®n porque el sueldo de su madre, maestra de primaria, no puede estirarse tanto. Finalmente, y no se arrepiente, encontr¨® una soluci¨®n salom¨®nica: se matricul¨® en Historia del Arte, pero en la Universidad de Ja¨¦n, y va y viene cada d¨ªa en autob¨²s desde Mancha Real, el pueblo de 11.000 habitantes a 20 kil¨®metros de la capital donde tiene de siempre una casa familiar. Empieza cuarto. Por ¡°patrimonio¡±, se sorprende, no recibe la beca general del Estado, pero al menos no paga matr¨ªcula, porque en Andaluc¨ªa est¨¢ bonificada al 99% para todos los alumnos que van aprobando desde que Susana D¨ªaz (PSOE) tom¨® esa decisi¨®n en 2017.
Guzm¨¢n Moreno, que est¨¢ involucrada en la Coordinadora de Representantes de Estudiantes de Universidades P¨²blicas (CREUP) y que pretende hacer el m¨¢ster y el doctorado en historia del arte, tiene una hermana a¨²n bachiller que quiere estudiar F¨ªsicas, una carrera ahora de enorme demanda y poca oferta, porque su boom laboral es reciente. No se puede cursar ni en Ja¨¦n ni en Almer¨ªa, y su madre se parte la cabeza buscando c¨®mo hacer para que cumpla su sue?o.
Los maratones diarios de autob¨²s desde provincias lim¨ªtrofes o los largos trayectos en tren ¨DCuenca-Valencia, C¨®rdoba-Sevilla o Valladolid-Segovia¨D son cada vez m¨¢s habituales. Laura ?lvarez, vecina del distrito madrile?o de Aluche, tarda dos horas y diez minutos, si no hay l¨ªo, en atravesar toda la capital en tres metros y llegar a Guadalajara en autob¨²s. All¨ª cursa cuarto de Enfermer¨ªa en un campus de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares. ¡°Estoy muy quemada del transporte. Cuando hago el rotatorio [de pr¨¢cticas] en un hospital a 20 minutos de mi casa, noto que la carrera me gusta m¨¢s que cuando tengo que ir a Guadalajara¡±, reconoce.
Pese a su magn¨ªfico expediente (11,2 en la selectividad), no entr¨® en ninguna universidad p¨²blica madrile?a y comenz¨® su peregrinar diario a Guadalajara en primero de carrera. Baraj¨® cambiarse en segundo, pero hay muy pocas plazas, supon¨ªa muchos gastos en convalidaciones y repetir otras asignaturas ya aprobadas que no se validaban. Ni lo intent¨®. La idea de dormir fuera la hab¨ªa descartado desde el principio. Son cuatro hermanos y aunque la residencia universitaria de la Diputaci¨®n de Guadalajara ¡°no es cara, eran unos 340 euros¡± ¨Dhay tambi¨¦n otra privada¨D, resulta inviable para la econom¨ªa familiar.
Laura no tiene beca, pero al menos abona la mitad por ser familia numerosa y cuenta orgullosa que le resta no pagar materias por sus matr¨ªculas de honor: ¡°El a?o pasado pagu¨¦ 300 euros y este, 400¡å. No ve la hora de terminar. Sus amigos quedan a las ocho, a la hora que ella cena, pues se levanta a las cinco y veinte. Ni hablar de tener una vida universitaria.
Khaoula Marsou, amiga de Laura, viene de a¨²n m¨¢s lejos. De Portillo de Toledo. Coche a un pueblo pr¨®ximo, autob¨²s, dos metros y de nuevo bus a Guadalajara. Total: tres horas cada trayecto. ¡°Al final terminas viviendo en un transporte p¨²blico¡±, resume. Su hermano Adnan le dedica una hora menos, porque estudia en la facultad de ?ptica y Optometr¨ªa de la Universidad Complutense, en la periferia norte de Madrid. Su familia ¨Despa?ola de origen marroqu¨ª, su madre es ama de casa y su padre tiene una peque?a tienda¨D no puede costear que vivan fuera. Sus otros tres hermanos menores ¡°est¨¢n luchando¡± por ir a la universidad. Khaoula quita importancia a su traj¨ªn diario, quiz¨¢s porque otros compa?eros del instituto en Toledo van cada d¨ªa a la Aut¨®noma (al norte de la capital) o porque muchas de sus compa?eras de clase se desplazan desde municipios del sur de Madrid.
Como Guzm¨¢n Moreno, el madrile?o Nicol¨¢s Pingarr¨®n de 20 a?os, un alumno de 10, descart¨® un grado. Quiso estudiar hace tres a?os Derecho y Relaciones Laborales en la Aut¨®noma de Barcelona. Le sobraba media, pero en casa hicieron cuentas y no daba porque no percibe beca, seg¨²n ¨¦l porque no queda constancia de que sus padres est¨¢n separados. Por entonces le ped¨ªan 470 euros solo por una habitaci¨®n y ahora tiene amigos que abonan 530. Nicol¨¢s empieza tercero de Derecho y Ciencias Pol¨ªticas en la Aut¨®noma de Madrid, est¨¢ muy contento y pese a no poder mudarse, se siente ¡°un privilegiado¡±. ¡°Si hubiese nacido en otro lugar quiz¨¢s no habr¨ªa podido estudiar¡±, se?ala. Le gustar¨ªa hacer un m¨¢ster en Barcelona, ¡°pero es m¨¢s imposible a¨²n, cada vez es m¨¢s caro¡±. A la larga sus planes pasan por opositar a la Uni¨®n Europea.
La Aut¨®noma de Barcelona que tent¨® a Pingarr¨®n mantiene sus cifras de for¨¢neos inamovibles. Tampoco sufre problemas de alojamiento, pues su Vila Universit¨¤ria est¨¢ al 90% de su ocupaci¨®n, que alcanza las 2.000 camas, cuentan desde su gabinete de prensa. Mientras que en la Universidad de Barcelona los datos fluct¨²an cada a?o, pero terminan sumando 1.100 estudiantes del resto de Espa?a entre grado y m¨¢ster. Sin embargo, las cifras totales de grado de la Generalitat del pasado julio (8.747 solicitudes del resto de Espa?a, 15,24% del total) son peores que en el pasado curso (9.659 candidaturas, 16,87%) y que el anterior (10.541, el 18,6%). El departamento de Investigaci¨®n y Universidades, ahora en manos socialistas, achac¨® el pasado julio esta bajada a que ¡°se est¨¢n creando muchas universidades en otras comunidades¡±. Pero lo cierto es que los nuevos campus son privados, tienen un tama?o muy reducido y no pueden ser competencia por el momento para Catalu?a, en la cima de calidad, pero con la limitaci¨®n de mucha docencia en catal¨¢n.
El 94% de los estudiantes que hicieron selectividad en Madrid no se mueve de comunidad para estudiar, seg¨²n los datos oficiales del curso 2022-2023 (los del pasado a¨²n no se conocen), pero sus universidades son el gran polo de atracci¨®n para alumnos de fuera. En la Complutense se han matriculado este curso 19.357 alumnos del resto de Espa?a en todos sus estudios, pero conf¨ªan ¨Dla matr¨ªcula no se ha cerrado¨D en llegar a las cifras de a?os anteriores. Sus cinco colegios mayores (800 plazas) est¨¢n a rebosar, pues 950 euros mensuales con comida se ha convertido en un precio competitivo. En el 2023/2024 acogieron a 26.509 matriculados del resto de Espa?a, casi un centenar menos que el a?o anterior, pese a subir los inscritos en la UCM en 600 universitarios. Por contra, est¨¢n subiendo los extranjeros. Tambi¨¦n se percibe una bajada tenue en grado en la madrile?a Rey Juan Carlos, que en dos a?os ha pasado de tener un 24,2% de alumnos del resto de Espa?a al 22,8% el pasado curso.
Aunque en Catalu?a o Madrid las solicitudes de otras partes de Espa?a meng¨¹en, nadie se atreve a afirmar que hay una causa-efecto por la carest¨ªa de la vivienda. En otros campus la tendencia es la contraria. La Polit¨¦cnica de Valencia cada vez matricula a m¨¢s (de 1.400 en 2015 a casi 3.400 el curso pasado) y la Universidad de M¨¢laga ha ganado 150 en el ¨²ltimo a?o. El problema, aun as¨ª, es de una magnitud considerable, pues solo perciben beca el 46% de los inscritos en los campus procedentes de provincias con poca oferta universitaria (Almer¨ªa, Cuenca, Le¨®n, Teruel o Lleida), cuando seis de cada 10 estudian en otra regi¨®n, seg¨²n los datos del estudio Perfil socioecon¨®mico del estudiantado universitario en Espa?a (2024), del Ministerio de Ciencia, Innovaci¨®n y Universidades.
El 75% de los matriculados de familias de bajos recursos de estas regiones tienen beca ¨D1.700 euros de ayuda general fija, un complemento variable que puede estar por encima de los 1.000 euros (depende del n¨²mero de beneficiarios) y otros 2.500 para sufragar el alojamiento si se mudan¨D, pero la prestaci¨®n resulta insuficiente cuando los precios de los pisos est¨¢n desbocados en ciudades muy tensionadas y no se benefician las clases medias. Solo se matriculan en su regi¨®n el 31,8% de los que hicieron selectividad en La Rioja, el 54,4% de Extremadura y el 48,8% de los de Castilla-La Mancha, pero esta cifra ha ido creciendo mucho con los a?os a medida que se abr¨ªan nuevos grados en esas ciudades peque?as.
En Canarias la situaci¨®n es l¨ªmite, porque al poco poder adquisitivo de su poblaci¨®n (22.300 euros de renta per c¨¢pita) se suma que la temporada tur¨ªstica alta coincide con meses de clase, no como en la Pen¨ªnsula. ¡°Las cuatro residencias p¨²blicas de la Universidad de La Laguna [Tenerife] est¨¢n completamente llenas. En los ¨²ltimos dos a?os han vivido un aumento de la demanda impresionante¡±, explica El¨ªas Falc¨®n, presidente del Consejo de Estudiantes de la ULL. ¡°Hay 550 plazas y en el 2022 hubo unas 800 solicitudes, en 2023 unas 1.000 y este curso ha sido r¨¦cord, con unas 1.400¡å. La tarifa resulta muy competitiva, porque el umbral m¨¢s bajo abona 131 euros si duerme en residencia (no dan comida) y 263 en colegio mayor (con manutenci¨®n). El m¨¢s acomodado llega a pagar 733 euros.
¡°Se queda much¨ªsima gente fuera y se ve abocada a buscar piso. Y aqu¨ª en La Laguna, sobre todo en el centro, los pisos son muy antiguos. Aunque la ley estatal dice que no se pueden subir los alquileres, se cometen muchos abusos en las renovaciones. Al ser una ciudad patrimonio de la humanidad, muchos propietarios ponen sus casas en Airbnb¡±, prosigue Falc¨®n. ¡°Hay casos de gente que pagaba 600 euros por todo el piso y ahora le piden 1.000 y se est¨¢ buscando otras soluciones¡±. El presidente del comit¨¦ tinerfe?o sostiene que no se le puede pedir m¨¢s a la universidad, porque est¨¢ ¡°infrafinanciada¡±, pero s¨ª al Cabildo, del que dependen las residencias, al Ayuntamiento ¡°y sobre todo el Gobierno canario¡±. Al menos este a?o ¨Dgracias al empe?o de dos estudiantes de Econom¨ªa¨D el Cabildo ha puesto este curso guaguas desde el sur de la isla directas al campus en menos de una hora. ¡°Antes hab¨ªa gente que tardaba dos horas diarias en llegar¡±. Pero el problema no se ha evaporado para los que provienen de otras islas del archipi¨¦lago, que siguen necesitando un techo en Tenerife o Las Palmas. La Asociaci¨®n Canaria de Estudiantes ha denunciado que el programa de movilidad SICUE ¨Dpara pasar un curso en otra universidad¨D se est¨¢ viniendo abajo por el problema con el alojamiento.
El ¨®rgano de representaci¨®n de los estudiantes CREUP trabaja en un posicionamiento sobre la vivienda que har¨¢ p¨²blico en noviembre. Pero su presidente, Alfonso Campuzano, de 21 a?os, adelanta tres objetivos que le parecen importantes. ¡°Los colegios mayores p¨²blicos que depend¨ªan de las universidades han ido desapareciendo y creemos que tienen que volver con el apoyo de los gobiernos auton¨®micos. Para ellos es m¨¢s rentable una residencia universitaria que sacar pisos concretamente para universitarios¡±, apunta.
¡°Por otra parte, volvemos al tema de los umbrales de las becas, que son superexigentes. Al final sobra dinero de becas, porque se puede acoger un porcentaje de los alumnos muy peque?o¡±, prosigue Campuzano, que estudia Biol¨®gicas en Sevilla, su ciudad. ¡°Por eso reclamamos que haya becas de vivienda con unos umbrales m¨¢s amplios y tener en cuenta en las becas a la poblaci¨®n rural, que muchas veces son los alumnos que tienen m¨¢s complicado ir a la universidad¡±. Y por ¨²ltimo, el presidente de CREUP pide que haya un interlocutor de los estudiantes cuando en el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana de Espa?a o en las autonom¨ªas distintos actores debatan sobre pol¨ªticas de alojamiento. ¡°Tenemos mucho que decir¡±.
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