"Jam¨¢s se ha partido un coraz¨®n en una reanimaci¨®n cardiaca"

Los miembros del Samur que atendieron a ?lvaro Uss¨ªa la noche de su muerte est¨¢n declarando hoy en el juicio por el crimen del Balc¨®n de Rosales que se celebra en la Audiencia Provincial de Madrid, despu¨¦s de que ayer los polic¨ªas que investigaron el caso apuntaran a que "hubo un cuarto portero implicado" en la muerte del joven. "Jam¨¢s se ha partido un coraz¨®n en una reanimaci¨®n cardiaca", ha sentenciado el primer sanitario que ha testificado esta ma?ana. En la misma l¨ªnea se ha pronunciado la m¨¦dico del SAMUR: "Me cuesta mucho creer que por un masaje card¨ªaco se rompa el coraz¨®n. Jam¨¢s he le¨ªdo nada al respecto". La defensa del principal acusado trata de exculparle atribuyendo su muerte al masaje cardiaco que le practicaron los efectivos del Samur.

Seg¨²n el relato del sanitario, Uss¨ªa entr¨® en parada cardiorrespiratoria cuando fue trasladado del suelo, en el que lo encontraron tirado, a la camilla del SAMUR. Los facultativos le encontraron inconsciente en posici¨®n lateral de defensa. El joven, que cuando muri¨® ten¨ªa 18 a?os, "no presentaba ninguna lesi¨®n ni en el cuello ni en la cabeza". Ten¨ªa un ritmo cardiaco de "140 pulsaciones por minuto", lo que supone una taquicardia. Las pupilas cambiaban de tama?o de forma espont¨¢nea, por lo que lo primero que hicieron fue pedir una UVI m¨®vil. Durante el traslado al hospital Cl¨ªnico, Uss¨ªa recuper¨® de manera espont¨¢nea el pulso central, pero no el perif¨¦rico. "Cuando llegamos, el paciente estaba vestido y sin hipotermia", ha afirmado el facultativo del SAMUR.

El testimonio de los sanitarios es clave en el caso. Seg¨²n el relato del fiscal, los porteros acusados de la muerte del joven le propinaron golpes y patadas y el principal acusado, Antonio S¨¢nchez, alias Pito?o, le hizo la zancadilla y le tir¨® al suelo boca arriba. "Intencionadamente, y siendo consciente de que con ello pod¨ªa provocarle la muerte, se arroj¨® fuertemente contra ¨¦l, tir¨¢ndose de rodillas sobre su pecho", recoge el fiscal en su escrito de acusaci¨®n. "Se mantuvo as¨ª mientras le segu¨ªa golpeando, provoc¨¢ndole una rotura traum¨¢tica del coraz¨®n", asegura el ministerio p¨²blico.

Cuando llegaron los facultativos de una UVI m¨®vil del Samur-Protecci¨®n Civil, la v¨ªctima estaba inconsciente y no respond¨ªa a los est¨ªmulos de los facultativos. En ese momento, entr¨® en parada cardiaca. Los m¨¦dicos lograron sacarle de ella durante el traslado al hospital Cl¨ªnico. Las maniobras de resucitaci¨®n duraron media hora, seg¨²n el relato de la m¨¦dico que le atendi¨®, quien ha a?adido que le inyect¨® ant¨ªdotos de droga en vena por si hab¨ªa consumido "coca¨ªna o alg¨²n otro tipo de estupefacientes". Muri¨® a las siete de la madrugada a consecuencia de la rotura del coraz¨®n. La autopsia practicada al cuerpo confirm¨® este extremo. Sin embargo, un informe elaborado a petici¨®n de la defensa de Pito?o apunta a que el joven podr¨ªa haber muerto a consecuencia del masaje cardiaco que le practicaron los efectivos del Samur.

Se mantuvo as¨ª mientras le segu¨ªa golpeando, provoc¨¢ndole una rotura traum¨¢tica del coraz¨®n", recoge el ministerio p¨²blico. Los otros dos acusados impidieron en todo momento que los amigos de Uss¨ªa le ayudaran o le quitaran de en medio a Pito?o. Es m¨¢s, cuando el joven ya estaba moribundo en el suelo, comenzaron a pegarles patadas en el costado. Cuando llegaron los facultativos de una UVI m¨®vil del Samur-Protecci¨®n Civil, la v¨ªctima estaba inconsciente y no respond¨ªa a los est¨ªmulos de los facultativos. En ese momento, entr¨® en parada cardiaca. Los m¨¦dicos lograron sacarle de ella durante el traslado al hospital Cl¨ªnico. Muri¨® a las siete de la madrugada a consecuencia de la rotura del coraz¨®n.

Adem¨¢s de Pito?o, para el que la fiscal¨ªa pide 15 a?os como supuesto autor material del crimen, est¨¢n tambi¨¦n acusados otros dos porteros: David Alonso y David Sancio, considerados colaboradores necesarios y para los que se solicita 13 a?os. Pero los agentes que declararon en la cuarta sesi¨®n del juicio apuntaron a un cuarto portero. El problema a que se enfrentaron es que nunca pudieron demostrar que Rodrigo R. L, que fue identificado entonces como monitor de gimnasio, estuviera en la escena del crimen. Seg¨²n el responsable del Grupo V de Homicidios de la Jefatura Superior de Polic¨ªa de Madrid, Rodrigo "algo tuvo que ver, pero no lo pudimos demostrar".