Los argumentos para ir a guerras en busca de la paz
Recorrido por los principales razonamientos ofrecidos por los partidos pol¨ªticos en los debates sobre el env¨ªo de tropas espa?olas a misiones internacionales
El Ejecutivo pide hoy al Parlamento, por tercera vez desde la aprobaci¨®n de la Ley Org¨¢nica de la Defensa en 2005, autorizaci¨®n para la participaci¨®n espa?ola en una intervenci¨®n militar en el extranjero, en este caso en Libia, para garantizar una zona de exclusi¨®n a¨¦rea, acordada por el Consejo de Seguridad de la ONU. La primera fue en 2006 para acudir a L¨ªbano y la segunda, en 2009 para formar parte de la operaci¨®n Atalanta contra los piratas somal¨ªes. En 2004, el Ejecutivo pidi¨® permiso al Congreso, sin estar obligado a hacerlo, para el env¨ªo de soldados a Hait¨ª.
Desde la participaci¨®n de Espa?a en la primera Guerra del Golfo, tras la invasi¨®n de Kuwait por Irak, todos los presidentes del Gobierno han acudido al Parlamento para explicar la presencia de las Fuerzas Armadas espa?olas en operaciones internacionales. Felipe Gonz¨¢lez lo hizo en 1990. Aznar, en 1999, para debatir sobre la presencia de tropas en Kosovo, en 2001 para hablar de la intervenci¨®n en Afganist¨¢n ,y en 2003 para defender el env¨ªo de soldados a Irak. La mayor¨ªa de los grupos de la C¨¢mara han anunciado su apoyo a la intervenci¨®n en Libia dentro de una coalici¨®n internacional y al amparo de una resoluci¨®n de la ONU. Solo han adelantado su voto en contra Izquierda Unida y el BNG. La coalici¨®n representada por Gaspar Llamazares ¨²nicamente ha sido favorable en el caso del env¨ªo de tropas al L¨ªbano para participar en la misi¨®n de la FINUL de Naciones Unidas: "Por primera vez mi grupo parlamentario va a respaldar la presencia militar espa?ola en un contingente internacional.Lo vamos a hacer con esperanza, con la esperanza de la paz", explic¨® elel portavoz de Izquierda Unida en el pleno del7 de septiembre de 2006 en el que se aprob¨® por unanimidad la participaci¨®n de Espa?a en la misi¨®n de Naciones Unidas en L¨ªbano.
Desde la participaci¨®n de Espa?a en la primera Guerra del Golfo, tras la invasi¨®n de Kuwait por Irak, todos los presidentes del Gobierno han acudido al Parlamento para explicar la presencia de las Fuerzas Armadas espa?olas en operaciones internacionales
En el resto de ocasiones en las que se ha debatido la participaci¨®n de Espa?a en conflictos internacionales, la posici¨®n de la coalici¨®n de izquierdas -con Julio Anguita en el caso de la Primera Guerra del Golfo y de Kosovo, y despu¨¦s con Llamazares en Afganist¨¢n, Irak, Hait¨ª y Somalia,- siempre ha sido favorable a la exclusiva protecci¨®n de los derechos humanos, incluso en los casos en los que el Consejo de Seguridad otorg¨® su aval. En el debate del pleno sobre la presencia del Ej¨¦rcitoen la Guerra del Golfo de 1990, Anguita fue subray¨® la distinci¨®n entre"seguir a los Estados Unidos o seguir la v¨ªa de la ONU",raz¨®n por la que pidi¨® el regreso de la flotilla que el Gobierno hab¨ªa enviado. En la misma l¨ªnea se ha mantenido despu¨¦s Llamazares. En los debates sobre el env¨ªo de tropas a Afganist¨¢n y a Irak, el portavoz de IU sugiri¨® que la decisi¨®n era contraria a la Constituci¨®n. En esta segunda ocasi¨®n introdujo una l¨ªnea argumental similar a la de hoy para oponerse a la intervenci¨®n espa?ola en Libia. El 18 de marzo de 2003 durante el debate parlamentario le dijo al entonces presidente, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar: "?C¨®mo supera usted la paradoja de garantizar los derechos humanos del pueblo iraqu¨ª bombardeando al pueblo iraqu¨ª para garantizar los derechos humanos y su democracia, si no garantiza ni siquiera su vida?".
Posiciones pr¨¢cticamente invariables
Casi todos los grupos pol¨ªticos han mantenido una posici¨®n similar a lo largo de los plenos parlamentarios en los que se ha debatido la participaci¨®n de Espa?a en misiones internacionales. Y es que las premisas suelen ser las mismas en todas las ocasiones: una resoluci¨®n del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas avalando la intervenci¨®n -la661, 665 y 678 sobre la invasi¨®n de Irak a Kuwait; la1401, sobre Afganist¨¢n; la1441, sobre la segunda guerra del Golfo; la1701, sobre L¨ªbano y la1816, sobre Somalia-; el apoyo de la Uni¨®n Europea u otros organismos internacionales, como la Alianza Atl¨¢ntica; y flagrantes violaciones de derechos humanos que requieren una intervenci¨®n. Estos tres factores han sido constantes y a ellos se ha apelado incluso en los dos casos m¨¢s controvertidos: los bombardeos de la OTAN sobre Belgrado y Kosovo, y la invasi¨®n de Irak en 2003. Los ataques de la OTAN no fueron auspiciados por Naciones Unidas, pero en su d¨ªa se autorizaron para frenar el genocidio de la poblaci¨®n kosovar. Es lo que han alegado en todos los debates PSOE, CiU o PNV para justificar su apoyo. En el caso de Irak, tampoco hab¨ªa amparo por parte de la ONU, si bien los partidarios del ataque, entre ellos el PP, se ampararon en una interpretaci¨®n personal de la famosa Resoluci¨®n 1441, no compartida por las propias Naciones Unidas.
CiU siempre ha defendido las intervenciones que "se adoptan en un marco de multilateralidad y no de unilateralidad", como recalc¨® su portavoz Josep Antoni Dur¨¢n Lleida en el pleno sobre L¨ªbano. Incluso aprob¨® el env¨ªo de soldados en la segunda Guerra de Irak, si bien critic¨® a Aznar que "el derecho internacional no les ampara" y le reproch¨® minimizar el papel de la ONU. El PNV, salvo en el caso de la invasi¨®n a Irak, tambi¨¦n ha apoyado siempre la participaci¨®n de soldados espa?oles en misiones internacionales. En aquella ocasi¨®n desliz¨® un argumento que quiz¨¢s hoy se podr¨ªa volver en su contra. Entonces para oponerse a la intervenci¨®n en el pa¨ªs ¨¢rabe, su portavoz I?aki Anasagasti espet¨® a Aznar: "Dice usted que Sadam Husein es un d¨¦spota, un asesino y tiene que dejar el mando y nosotros coincidimos con ese criterio. Pero, ?qu¨¦ hace usted para que otro d¨¦spota como Kim Jong, en Corea del Norte, deje de obligar a sus s¨²bditos a tener en su casa fotos del dictador [...] ?Qu¨¦ hace para que se vaya?". Hoy al PNV tambi¨¦n se le podr¨ªa preguntar por qu¨¦ la comunidad internacional decide intervenir en Libia y no en Corea del Norte...
En ese debate el entonces l¨ªder de la oposici¨®n, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, rebati¨® el argumento dado por Aznar de que la invasi¨®n a Irak era necesaria para acabar con la tiran¨ªa de Sadam Husein de la siguiente manera: "Ning¨²n pa¨ªs quiere a sus tiranos. El problema es el precio que hay que pagar para acabar con la tiran¨ªa. Por eso no estoy seguro de que los iraqu¨ªes le vayan a agradecer las prisas que le han entrado a usted y al se?or Bush por liberarlos de la tiran¨ªa [...]. Es posible que dentro de 10 a?os, en las aldeas de Irak, algunas familias tengan televisi¨®n en color en sus casas, pero no creo que les parezca un precio razonable tener las fotos de sus hijos muertos durante esta guerra encima de esos televisores". Algo que tambi¨¦n se le podr¨ªa recriminar este mediod¨ªa al actual Presidente.
Argumentos de ida y vuelta
Y es que la sombra de ese debate es alargada y se ha cernido no s¨®lo sobre el resto de deliberaciones parlamentarias, sino sobre los argumentos que los populares han debido esgrimir en ellas: "Ser¨ªa incongruente que nos hici¨¦ramos los sordos. Apoyamos la presencia de nuestras tropas en L¨ªbano por la misma raz¨®n que hemos apoyado la democracia en Afganist¨¢n, el derrocamiento de Sadam Husein y la ayuda al pueblo iraqu¨ª", dijo Rajoy durante el pleno sobre en env¨ªo de soldados al L¨ªbano. El PP siempre ha avalado todas las intervenciones militares de Espa?a, -incluso Aznar adelant¨® a Felipe Gonz¨¢lez su apoyo a otras medidas que su Ejecutivo pudiera adoptar en el caso de que se agravara el conflicto-. Pero tras la intervenci¨®n en Irak sin el auspicio de las Naciones Unidas, el PP no ha eludido criticar la "hipocres¨ªa" de los socialistas "al estar a favor de unas misiones y no de otras" y siempre se ha visto en la obligaci¨®n de poner peros. En el debate sobre el env¨ªo de tropas al L¨ªbano se quej¨® de que la operaci¨®n no era una misi¨®n de paz y de que carec¨ªan de informaci¨®n, algo que tambi¨¦n reiter¨® con ocasi¨®n de la votaci¨®n para autorizar el env¨ªo de tropas al P¨¢cifico para luchar contra la pirater¨ªa en Somalia.
Por su parte, el PSOE y el Gobierno socialista siempre se ha caracterizado por insistir en la legalidad internacional que rodea a todas las operaciones emprendidas bajo su mandato. Lo dijo en su momento el entonces ministro de Defensa, Jos¨¦ Antonio Alonso, cuando solicit¨® permiso para enviar tropas a L¨ªbano: "En esta ocasi¨®n, afortunadamente, no tenemos que hablar de viejas o nuevas Europas, somos todos pa¨ªses de una Europa moderna, [...] que ejerce y aboga por el multilateralismo como modo de decisi¨®n y como forma de soluci¨®n en todas las partes del mundo". Y lo dijo tambi¨¦n Carme Chac¨®n a la hora de pedir autorizaci¨®n para la participaci¨®n en la operaci¨®n Atalanta: "La operaci¨®n, impulsada por Espa?a, est¨¢ ya en marcha. Posee una s¨®lida base legal, fundamentada en hasta cinco resoluciones de Naciones Unidas".
Hoy volver¨¢ a ponerse en cuesti¨®n el contenido de la Resoluci¨®n de Naciones Unidas, las oscuras explicaciones que se dan para solicitar la intervenci¨®n, la tardanza incluso en darlas.... Y ser¨¢ ineludible no recordar que en el debate sobre el env¨ªo de tropas a Irak en 2003, Aznar dijo: "Si el tirano recibe el mensaje de que no va a pasar nada, ?cu¨¢l es la presi¨®n? La presi¨®n no es ninguna salvo la que se ve, desde el punto de vista de un ejercicio, del despliegue de una fuerza, como ha reconocido todo el mundo". El mismo argumento que ha esgrimido ahora la comunidad internacional. Premonitorio.
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