La responsabilidad de un gobernador y tres ministros
Por Chido Onumah (*)
Traducci¨®n de Virginia Solans (ver aqu¨ª original en ingl¨¦s)
El gobernador del Banco Central de Nigeria (CBN), Mallam Sanusi Lamido Sanusi, provoc¨® hace unas semanas una tormenta medi¨¢tica al proponer una reducci¨®n de la mitad de los funcionarios de la Administraci¨®n P¨²blica. No es la primera vez que Sanusi enciende una pol¨¦mica, desde luego. En los ¨²ltimos tres a?os y medio al frente del Banco de Nigeria, Sanusi ha sido varias veces criticado y felicitado por adoptar ciertas medidas como el Banco Isl¨¢mico; una iniciativa pol¨ªtica para llevar dinero en efectivo; el establecimiento de un l¨ªmite m¨¢ximo de retirada de efectivo de 150.000 nairas (800 euros aproximadamente), y la introducci¨®n de un billete de 5.000 nairas (25 euros), en un pa¨ªs donde la mayor¨ªa de los nigerianos vive con apenas dos euros al d¨ªa. Era de esperar, por tanto, que su discurso ante el Comit¨¦ Anual del Mercado de Capital celebrado en Warri, en el estado de Delta, llamara la atenci¨®n del p¨²blico.
¡°En este momento, el 70% de los ingresos del Gobierno Federal se destina al pago de los salarios y subsidios de los funcionarios. El 30% restante es para el desarrollo de 167 millones de nigerianos. Esto significa que por cada naira que el gobierno recauda, los funcionarios p¨²blicos gastan setenta kobo. Es necesario despedir a la mitad de los funcionarios porque se supone que los ingresos del gobierno son para los 167 millones de nigerianos. Un pa¨ªs donde el gobierno destina un 70% de los ingresos a los funcionarios tiene un problema. Es algo insostenible¡±, explic¨® Sanusi al p¨²blico presente a?adiendo que no necesitamos a 108 senadores y 360 diputados para hacer leyes. Pidi¨® adem¨¢s acabar con el ¡°despilfarro¡± del dinero empleado para mantener a los presidentes de gobiernos locales, sus asistentes, consejeros y funcionarios de tercera nivel del gobierno, as¨ª como eliminar los Estados que no sean viables.
No sorprende que las respuestas a los comentarios de Sanusi fueran r¨¢pidas y contundentes. Algunas eran aut¨¦nticas. Otras, totalmente oportunistas. Una de ellas lleg¨® del vicepresidente de la Sala de Medios de Comunicaci¨®n y Asuntos P¨²blicos de la Asamblea Nacional, Victor Ogene, que acus¨® a Sanusi de calentar el escenario pol¨ªtico con ¡°sus declaraciones frecuentemente controvertidas¡±.
Seg¨²n Ogene, la Asamblea Nacional ten¨ªa en 2012 un presupuesto total de 150 billones de nairas (mil millones de euros aproximadamente) para atender a 360 diputados, 109 senadores y a miles de funcionarios y asistentes pol¨ªticos, mientras que el Banco de Nigeria contaba con 300 billones de nairas (dos mil millones de euros). A Ogene le pareci¨® sorprendente que ¡°un gestor econ¨®mico presentara una propuesta de ese tipo ante los actuales desaf¨ªos socioecon¨®micos¡±. El se?or Ogene demuestra tener muy poca verg¨¹enza cuando menciona ¡°los desaf¨ªos socioecon¨®micos¡±. ?l que es miembro de una C¨¢mara donde no se hace nada y para quien el esc¨¢ndalo es su divisa. En la ¨²ltima sesi¨®n de control, se supo que Ogene y otros miembros de la sala hab¨ªan pagado 43 millones de nairas (220.000 euros) por lo que se conoce como prestaci¨®n trimestral de votantes (es decir, se hab¨ªan asegurado los votos ya que dif¨ªcilmente se puede encontrar a ning¨²n votante que se beneficie de dichas prestaciones).
Es evidente que Sanusi defiende unas posiciones que tienen que ver con aspectos constitucionales. Pero nada se puede hacer en este asunto a menos que ¨¦l mismo apoye la convocatoria de una aut¨¦ntica constituci¨®n ¡°basada en el pueblo¡± o mejor a¨²n, una constituci¨®n que haga posible la reestructuraci¨®n de Nigeria. Sin embargo, hay que apoyar la propuesta de Sanusi de reducir el n¨²mero de funcionarios sobre todo cuando uno ha tenido ocasi¨®n de conocer a alguno de nuestros funcionarios o ha tenido la mala suerte de acudir a la Secretar¨ªa Federal en Abuja.
Esa secretar¨ªa me recuerda a un d¨ªa cualquiera de un centro comercial, con la gente yendo de un lado a otro sin rumbo fijo. Y mientras tanto, los que est¨¢n en las oficinas aparentemente ocupados, est¨¢n distra¨ªdos. Resulta dif¨ªcil, si no imposible, encontrar a uno de esos ¡°trabajadores fantasma¡± dispuesto a atender cualquier solicitud. El a?o pasado, Isa Bello Asi, Jefe de Servicio de la Federaci¨®n de Nigeria, inform¨® que hab¨ªan descubierto a m¨¢s de setenta mil empleados fantasma en n¨®mina que nos cuestan al a?o nada menos que 28 billones de nairas (130 millones de euros). No cabe duda de que hace falta reducir el exceso de funcionarios para mejorar su eficacia. Aparte de esto, la propuesta de Sanusi no tiene nada de particular. Porque la ineficacia y el pudrimiento de la Administraci¨®n P¨²blica es parte de la ineficacia y el pudrimiento de toda la sociedad. Y Sanusi participa en todo aquello que encarna la cultura de la subvenci¨®n, el despilfarro y el amiguismo.
En 2011, los nombres del presidente Goodluck Jonathan, del Fiscal General de la Federaci¨®n Mohammed Adoke y del propio Lamido Sanusi aparecieron en una denuncia de un caso de estafa en la venta irregular de un terreno. Fue una historia rara que no quisieron esclarecer los principales medios de comunicaci¨®n. Mi libro Time to reclaim Nigeria recoge algunos de los detalles m¨¢s s¨®rdidos. Tenemos que agradecer a Saharareporters, un peri¨®dico online valiente, por haber escrito un interesante reportaje de investigaci¨®n. Cuando Saharareporters public¨® la historia pocos d¨ªas despu¨¦s, el Banco de Nigeria envi¨® una respuesta inadecuada y despreciable confirmando que hab¨ªan pagado casi 20 billones de nairas (90 millones de euros) por un trozo de terreno que originalmente perteneci¨® a NITEL, una agencia del gobierno, para construir ¡°un centro de convenciones¡±.
La sensaci¨®n es que nuestros dirigentes conocen bien el mundo de los centros de convenciones. Mientras Sanusi so?aba con adelgazar la Administraci¨®n P¨²blica para hacerla m¨¢s eficaz y rentable, nos enter¨¢bamos de que el Gobierno planeaba gastar 2.2 billones de nairas (11 millones de euros aproximadamente) en construir otro sal¨®n de fiestas para el presidente. ¡°Nos hemos dado cuenta de que no es id¨®neo (el sal¨®n de fiestas que ya tienen); adem¨¢s no contamos con las mismas instalaciones que otros pa¨ªses. Incluso pa¨ªses m¨¢s peque?os que el nuestro tienen centros de conferencias mejores y m¨¢s pr¨®ximos a la residencia del presidente¡±, afirm¨® Bala Mohammed, ministro del Territorio de la Capital Federal (FCT seg¨²n sus siglas en ingl¨¦s), cuando se aprob¨® el vergonzoso proyecto fuera de presupuesto en la ¨²ltima reuni¨®n del Consejo Ejecutivo Federal (FEC). Desgraciadamente, siempre compar¨¢ndonos con lo que tienen los dem¨¢s. Pero nuestros pol¨ªticos son incapaces de ver que en otros pa¨ªses hay una buena red de carreteras, que no hay cortes de electricidad y que las infraestructuras ofrecen seguridad. Que muchos de nuestros j¨®venes, el futuro de este pa¨ªs, tienen que salir a estudiar una carrera a otros pa¨ªses m¨¢s peque?os como Ghana. Est¨¢ claro que al se?or Mohammed no le preocupa nada de esto.
Parece como si el se?or Mohammed estuviera en deuda con el presidente Jonathan y se mueve por eso en un terreno conocido (no va con segundas). Recientemente, en el transcurso de una inspecci¨®n ministerial, el ministro manifest¨® su indignaci¨®n por el retraso en la construcci¨®n de cuatro casas en Maitama Extension (¨¦l mismo la ha renombrado como barrio del Presidente Jonathan), una de las zonas m¨¢s selectas de la capital, para los actuales representantes de la Asamblea Nacional. Los actuales representantes son el presidente del Senado David Mark y el vicepresidente Ike Ikweremadu; el portavoz de la C¨¢mara de representantes Aminu Waziri Tambuwal y Emeka Ihedioha, el vicepresidente.
En el presupuesto de defensa del pasado a?o, el ministro explic¨® la necesidad de construir nuevas residencias fuera del actual distrito legislativo de Apo. ¡°Hemos inspeccionado la zona y no podemos garantizar la seguridad y la protecci¨®n de los representantes de la Asamblea Nacional, de aquellos que toman decisiones sobre asuntos serios y en ocasiones importantes que pueden afectar a la sensibilidad, la percepci¨®n y los sentimientos de los ciudadanos. Es nuestro deber como gobierno proteger a los principales representantes de la Asamblea Nacional¡±, afirm¨®.
Cada una de esas casas lujosas y libres de todo peligro que se construir¨¢n para el presidente y el portavoz del Senado costar¨¢n cerca de 1 bill¨®n de nairas (5 millones de euros). A?adan la misma cantidad para las casas de los vicepresidentes y hagan la cuenta. El ministro no nos defraud¨® cuando present¨® el presupuesto de defensa para 2013. Confirm¨® que su ministerio gastar¨¢ ese mismo a?o la cantidad de 2 billones de nairas (casi 10 millones de euros) como parte de los 7.1 billones de nairas (35 millones de euros) aprobados para construir una residencia ¡°acorde¡± con el cargo de vicepresidente de Namadi Sambo. Y para finalizar el resumen semanal, Diezani Alison-Madueke, nuestra diosa particular del petr¨®leo (en la imagen), nos humilla para explicarnos la inversi¨®n de 6.2 billones de nairas (m¨¢s de 30 millones de euros) que har¨ªa el Ministerio de Recursos Petroleros en una campa?a de sensibilizaci¨®n del Petroleum Industry Bill. Cuanto menos se sepa de esto, mejor.
Mientras docenas de nigerianos mueren cada d¨ªa de enfermedades que pod¨ªan evitarse, a causa de la pobreza y del terror, y de otras dolencias relacionadas, a¨²n hay gente como Sanusi y Okonjo-Iweala que tienen la desfachatez de quedarse s¨®lo en la reduci¨®n del gasto de la Administraci¨®n P¨²blica en lugar de preocuparse tambi¨¦n por acabar de una vez con los descarados casos de corrupci¨®n.
(*) Chido Onumah. Coordinator, African Centre for Media & Information Literacy. Abuja, Nigeria www.africmil.org
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