La ciencia entra en parada
Cientos de proyectos corren peligro por la falta de fondos del Estado "Estamos ante la voladura del sistema de investigaci¨®n p¨²blico", denuncia una bi¨®loga
Una l¨ªnea recta roja se dibuja en el monitor. Suena un pitido intenso. El paciente est¨¢ en parada. Este es el estado de la investigaci¨®n y el desarrollo en Espa?a: el gasto p¨²blico en 2014 se encuentra a niveles de hace 10 a?os, seg¨²n la Confederaci¨®n de Sociedades Cient¨ªficas de Espa?a. La congelaci¨®n de los presupuestos los dos ¨²ltimos a?os ha supuesto que cientos de proyectos m¨¦dicos, ambientales, alimenticios, geol¨®gicos... est¨¦n paralizados o mermados.
Espa?a ha dado un paso atr¨¢s en materia de investigaci¨®n: produce menos ciencia de m¨¢ximo nivel que hace cuatro a?os, seg¨²n un estudio de Scimago Lab, una compa?¨ªa que se encarga de dar visibilidad a los trabajos que desarrollan organizaciones y universidades. Emilio Lora-Tamayo, presidente del CSIC ¡ªel organismo p¨²blico de investigaci¨®n m¨¢s importante de Espa?a¡ª, alert¨® el pasado julio de que la instituci¨®n necesitaba 75 millones de euros para evitar un "cataclismo". El Gobierno respondi¨® con un cr¨¦dito de 25 millones para evitar su hundimiento. El emblema de la investigaci¨®n espa?ola ha pasado de recibir 835 millones en su mejor momento (2009), a los poco m¨¢s de 600 que tiene previstos para 2014.
Desaf¨ªo al c¨¢ncer
"Estamos moviendo cielo y tierra para salvar nuestro proyecto"
En los laboratorios de Elena Ib¨¢?ez, en el Centro de Investigaci¨®n en Ciencias de la Alimentaci¨®n (Madrid), apenas se oye castellano: solo dos de los becarios son espa?oles. Cada mes, alumnos de otros pa¨ªses llegan al instituto para colaborar con esta experta. Cuando el Gobierno les cerr¨® el grifo de la financiaci¨®n, se vio obligada a pedir ayuda a universidades extranjeras para no quedarse de brazos cruzados: "Estamos moviendo cielo y tierra para salvar nuestro proyecto".
La profesora Ib¨¢?ez est¨¢ inmersa en tres investigaciones diferentes y tiene que pelear por mantenerlas. A nivel regional, experimenta con ingredientes naturales que se puedan a?adir a los alimentos para hacerlos m¨¢s saludables; en el ¨¢mbito nacional, estudia los polifenoles, una sustancia qu¨ªmica que se encuentra en el romero y que puede ayudar a prevenir el c¨¢ncer de colon; en una colaboraci¨®n internacional, indaga en las posibilidades de la biorrefiner¨ªa de microalgas, el aprovechamiento de estas plantas marinas para crear combustibles sostenibles.
Sin los estudiantes extranjeros, Ib¨¢?ez no sabe d¨®nde estar¨ªa su trabajo. Viaja al menos una vez al mes para establecer y mantener los acuerdos con las universidades for¨¢neas. La incertidumbre es parte de su trabajo. Pero esta mujer desprende vitalidad, quiere seguir peleando por sus proyectos: "Otros, no pueden".
La vida escondida de las piedras
"Para saber qu¨¦ pasa hoy, hay que conocer qu¨¦ ocurri¨® ayer"
Son kil¨®metros de fina arena en las dunas en Maspalomas, Gran Canaria; gigantes de piedra escarbados por el mar y el viento salado en la playa de las Catedrales, Lugo; pisadas milenarias fosilizadas sobre roca en Cornago, La Rioja. Estos lugares estar¨ªan protegidos por el Instituto Geol¨®gico y Minero de Espa?a (IGME) ¡ªcomo as¨ª lo exige la Ley de Patrimonio Natural¡ª, si no fuera porque en 2009 la iniciativa acab¨® en la papelera.
"Una de las particularidades de estos bienes es que no son renovables: si los pierdes, ya no los puedes recuperar", explica el investigador Enrique D¨ªaz. ?l fue unos de los precursores de este plan, pero cuando parte de las comunidades aut¨®nomas se quedaron sin dinero, no pudieron acabar el inventario de lugares de inter¨¦s geol¨®gico: "Tuvieron que cancelarlo en mitad del proceso".
El patrimonio natural permite conocer la evoluci¨®n hist¨®rica de la tierra y explica el cambio clim¨¢tico: "Si queremos comprender qu¨¦ pasa hoy, necesitamos saber qu¨¦ sucedi¨® ayer". La historia de la vida est¨¢ impresa en los yacimientos f¨®siles, que "no solo nos ayudan a conocer, tambi¨¦n se convierten en lugares tur¨ªsticos que generan empleo". "Estamos perdiendo muchas oportunidades".
El Instituto Geol¨®gico es el centro de investigaci¨®n p¨²blico que mayor bajada presupuestaria ha experimentado: dispone de 25 millones de euros para 2014, un 43% menos que en 2009.
Donativos para salvar la ciencia
¡°Somos un grupo desesperado¡±
V¨ªdeo cedido por la p¨¢gina salvemoslainvestigacion.org, que pretende recaudar dinero.
En el centro de Biolog¨ªa Molecular Severo Ochoa est¨¢ a punto de morir una investigaci¨®n que podr¨ªa frenar el desarrollo en algunos pacientes de enfermedades como el alzh¨¦imer o la esclerosis m¨²ltiple. ¡°Somos un grupo desesperado¡±. As¨ª describe a su equipo Jos¨¦ Antonio L¨®pez, investigador jefe del proyecto que lleva m¨¢s de 10 a?os estudiando la influencia del virus del herpes simple en estas dolencias.
Su grupo es peque?o: dos investigadores y ¨¦l. A¨²n as¨ª, corre peligro porque no puede garantizar la continuidad del personal. ¡°No tenemos dinero para contratarlos ni becas a las que acudir. Tendr¨¢n que irse¡±, se queja L¨®pez. El cient¨ªfico se refiere a sus compa?eros como ¡°genios¡± cuyo talento no sabe ad¨®nde ir¨¢ a parar.
El parche a esta situaci¨®n es una p¨¢gina web (salvemoslainvestigacion.org) donde aceptan donativos para seguir trabajando. ¡°Algunos expertos que conocen nuestro trabajo se asombran y nos dicen que no nos imaginamos la trascendencia de los resultados que estamos obteniendo¡±, exclama el profesor, que sabe que toda su labor puede perderse este mismo mes de enero.
La investigaci¨®n se viste de marca
"Se est¨¢ empujando a una ciencia con un modelo esponsorizado"
En el mismo edificio que L¨®pez, David Garc¨ªa intenta encontrar un antibi¨®tico que evite la muerte de personas por infecciones en el quir¨®fano. Mejor dicho, intentaba: "Desgraciadamente, si no hay dinero, no podemos seguir". Su presupuesto depende de dos bolsillos: el de una empresa, a la que denunci¨® porque no le pag¨® durante seis meses; y el del Gobierno, que concede una subvenci¨®n a la compa?¨ªa y a la que supuestamente no pod¨ªan acceder.
Garc¨ªa se dedica a la bioinform¨¢tica, una disciplina que estudia la gen¨¦tica. "No solo estamos denunciando los recortes, sino tambi¨¦n los modelos. El ¨²ltimo resto medieval que queda es el sector cient¨ªfico, la relaci¨®n profesor alumno es tan gremial que viene del feudalismo, en un ¨¢mbito que deber¨ªa ser el m¨¢s puntero".
El bioqu¨ªmico denuncia la intromisi¨®n de las empresas en la ciencia: "Se est¨¢ empujando a un modelo neoliberal y esponsorizado". Y da ejemplos: el CSIC ha firmado un convenio con Vichy Catal¨¢n para estudiar los supuestos efectos beneficiosos del consumo de agua mineral para el colesterol. "O lo que es peor", exclama, la marca de lencer¨ªa Women Secret organiz¨® un desfile en el Jard¨ªn Bot¨¢nico de Madrid. "Es el problema de creer que la ciencia debe ser rentable, la sanidad no tiene que ser rentable, debe cuidar a las personas".
Los impagos se solucionaron a primeros de este a?o, pero la compa?¨ªa ha vuelto a incumplir su contrato con el investigador. Harto de esta situaci¨®n, Garc¨ªa ha decidido abandonar el centro en febrero.?
Los l¨ªmites del progreso: el presupuesto
"Es una voladura controlada de la investigaci¨®n p¨²blica"
Su investigaci¨®n ya no es tal, no existe. Le ha dedicado los ¨²ltimos 20 a?os de su vida, pero le han dicho que no hay fondos. Isabel Garc¨ªa Luque est¨¢ sola en su laboratorio. "Hay otros como yo aqu¨ª... ah¨ª va otro sin proyecto". Con aqu¨ª se refiere al Centro de Investigaciones Biol¨®gicas, en la capital espa?ola. Experimentaba con un virus muy agresivo que acaba con el cultivo de pimientos de muchos agricultores y cuyo modo de actuar podr¨ªa usarse para entender el funcionamiento de otros virus emergentes.
Garc¨ªa Luque ha sido investigadora principal de la UE, del Ministerio de Ciencia y de la Comunidad de Madrid. Ahora no puede trabajar. Explica que sin un proyecto no le asignan becarios, a pesar de que todav¨ªa pueda seguir trabajando con el remanente de un? plan anterior. Sin esa ayuda no puede publicar art¨ªculos, que es el principal baremo para acceder a la financiaci¨®n. Es el pez que se muerde la cola.
La cient¨ªfica se ve obligada a pedir a otros centros el material que le hace falta y que ella no puede comprar. Define el momento que vive la ciencia como una "voladura controlada del sistema de investigaci¨®n p¨²blica". Se lamenta del retroceso que ha experimentado en Espa?a, pero se muestra esperanzada: "Yo creo que en dos a?os la crisis cient¨ªfica habr¨¢ acabado".
Proyectos sin futuro
Jara P¨¦rez es un ejemplo de los cientos de j¨®venes que quieren seguir su carrera cient¨ªfica, pero no pueden. El retraso de diez meses en la convocatoria del Plan Estatal de I+D+i, que decide qu¨¦ ideas se hacen realidad y cu¨¢les no, la ha dejado sin opciones. Su plan de estudio para conocer las cualidades beneficiosas en el organismo de los polifenoles (una substancia qu¨ªmica presente en muchos alimentos) va a tener que esperar, al menos, un a?o m¨¢s.
Para conseguir la aprobaci¨®n de un proyecto en el ¨¢mbito nacional se debe garantizar que mientras se trabaje en ¨¦l, se posee un contrato laboral con alg¨²n instituto o centro. P¨¦rez tiene trabajo hasta el 2015. Si la convocatoria del Ministerio de Econom¨ªa hubiese salido a principios de 2013, trabajar¨ªa en su proyecto durante 2014. Pero el plazo no se abri¨® hasta el pasado mes de noviembre, dejando sin oportunidades a P¨¦rez y a otros muchos investigadores en su misma situaci¨®n. Para que P¨¦rez suba un pelda?o m¨¢s en su trayectoria profesional, debe ser jefa de su propio proyecto, un logro que le exigen, pero que le est¨¢n negando.
La cient¨ªfica se queja de que su progresi¨®n no dependa de sus cualidades, sino de la suerte: ¡°Si los plazos para la aprobaci¨®n de un proyecto ya son largos y, adem¨¢s el ministerio les pone retraso extra... es muy dif¨ªcil cumplir los objetivos que te exigen¡±.
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