Cr¨®nicas del desierto, los desaf¨ªos del cuerpo, el cine marroqu¨ª
El Festival Nacional del Filme de T¨¢nger proyecta los dos largos que se quedaron con los premios mayores del ¨²ltimo cine marroqu¨ª, los que seguramente tendr¨¢n distribuci¨®n europea
Lo individual y lo colectivo, esa dicotom¨ªa, y la efervescencia en la b¨²squeda de libertades, las p¨²blicas y las ¨ªntimas (con todos los silencios que a¨²n se mantienen) tejen la trama cotidiana de nuestros vecinos, su arte. Negar y tambi¨¦n hacer, esconderse y decir, repetir "esquizofrenia", esa palabra que a ning¨²n marroqu¨ª se le cae de la boca. ?Homosexualidad o ate¨ªsmo, de qu¨¦ es m¨¢s dif¨ªcil hablar a viva voz? Amar, atreverse, a pesar de todo.
En el segundo y ¨²ltimo tramo del Festival Nacional del Filme de T¨¢nger, se vieron los dos largos que se quedaron con los premios mayores del ¨²ltimo cine marroqu¨ª, los que seguramente tendr¨¢n distribuci¨®n europea y llegaremos a ver en Europa: Sotto voce de Kamal Kamal, gran premio del Jurado, y Adi¨®s Carmen de Mohamed Amin Benamraoui, como mejor opera prima.
El palmar¨¦s de esta 15? edici¨®n procura reconocer tanto la ambici¨®n de las obras de los consagrados (tal el caso de la pel¨ªcula del compositor Kamal Kamal y el premiado gui¨®n del veterano Jilali Ferhati), como la precisa humildad de Adi¨®s Carmen, un tributo al cine y a los v¨ªnculos humanos que se hacen sin palabras, cuando no hay un idioma com¨²n y todo lo dem¨¢s, alrededor de esas pocas sonrisas, resulta hostil.
Si la propuesta del compositor Kamal Kamal, instalado en Par¨ªs, es ambiciosa, de gestos oper¨ªsticos ampulosos para narrar parte de la Historia africana con may¨²sculas, la del emigrante rife?o Benamraoui ¨Cresidente en Bruselas¨C est¨¢ en las ant¨ªpodas. Benamraoui cuenta unas historias de amor chiquitas, en los m¨¢rgenes de todo, en los a?os setenta, en el por entonces olvidado norte magreb¨ª, entre los refugiados espa?oles y los pobladores locales.
En ese ambiente tan cre¨ªblemente recreado de Adi¨®s Carmen, en el que solo a ratitos se supera la permanente desconfianza, un ni?o cuya madre ha emigrado a Europa va por primera vez al cine de la mano a Carmen, que trabaja en la sala de Nador con su hermano proyectorista.
Mohamed Amin, el director, es (o fue) aquel morito de Nador que dice que nunca aprendi¨® castellano porque despu¨¦s de la dulzura de Carmen solo recibi¨® palos en espa?ol, en Melillla. Ciudadano belga hoy, relata, con l¨¢grimas inmensas, que se ha podido reencontrar con su vecina republicana haciendo esta pel¨ªcula. Sin duda, este sensible y bien construido homenaje al cine y a su idioma materno, el amazigh rife?o, empieza a pasar p¨¢gina a algunos viejos malentendidos entre los exiliados republicanos espa?oles y los habitantes de aquellos lugares que los acogieron, en a?os que eran de plomo a ambos lados de la frontera.
Del Cinema paradiso de Nador al Underground del Sahara, el cine marroqu¨ª se entrena en diferentes registros y lenguajes. A la narraci¨®n cl¨¢sica le nacen hijos con c¨¢maras nerviosas, imagen digital y complicidad de gag televisivo para seguir haciendo catarsis de los tiempos duros. Porque de este lado del mar mor¨ªa Franco pero all¨ª segu¨ªan lidiando con los tiempos.
De aquella persecuci¨®n pol¨ªtica, de aquel desierto, hablan otros dos filmes que han recibido reconocimiento en el Festival que acaba de finalizar. C'est eux les chiens de Hicham Lasri quiz¨¢ sea, dec¨ªamos, una suerte de Underground de Kusturica en el norte de ?frica: un hombre con un n¨²mero (Error: 404) busca a su familia pero primero tiene que encontrar su nombre en alg¨²n registro de alg¨²n ministerio, alguien que se acuerde de ?l, ahora que la Primavera ¨¢rabe ha estallado. El p¨²blico m¨¢s joven acompa?a a 404, con entusiasmo, en un deambular son¨¢mbulo por la ciudad que hoy se manifiesta por los derechos colectivos, estent¨®reamente. Tambi¨¦n de estas apariciones fuera de ¨¦poca da cuenta el corto galardonado: Reglage, una ingeniosa idea de Driss Gaidi e Hicham Regragui, irregular en su resultado.
Las libertades individuales son uno de los retos de la sociedad magreb¨ª que el cine de la regi¨®n refleja
Y en eso llega el otro desaf¨ªo, el de las libertades individuales, el de ser abiertamente gay en un pa¨ªs musulm¨¢n, el de decirlo y ejercerlo (hay quien sugiere que es m¨¢s f¨¢cil ser de izquierdas de la cabeza que serlo con el cuerpo). En eso lleg¨®, dec¨ªamos, el escritor Abdellah Ta?a, que vino T?nger a presentar su largometraje Ej¨¦rcito de salvaci¨®n, sobre su adolescencia de ni?o pobre y homosexual en el barrio de Sal¨¦, en Rabat. Y hubo un sincero abrazo de parte de sus colegas de profesi¨®n, porque el filme es est¨¦tica y afectivamente conmovedor. Con una fotograf¨ªa cuidada y un dolor larvado, Ta?a se retuerce contra los silencios de quienes lo dejaron indefenso frente al acoso. Puede que un lenguaje demasiado literario le reste algo de dinamismo a unas escenas potentes, en las que no hay efectismos ni sexo expl¨ªcito y s¨ª mucho espacio y silencio para mirarse por dentro. El abismo de pertenecer y no pertenecer es el que pinta Ta?a en su novela hecha pel¨ªcula.
Ta?a como Benamraoui, ambos artistas-ni?os en los setenta, evocan el glamouroso cine egipcio y las cintas de Bollywood, con todas esas canciones pegadizas de coreograf¨ªas colorinches en pantalla, como la ¨²nica posibilidad de enso?aci¨®n y evasi¨®n de la infancia de patadas y piedras.
Lejos resuena esa incomprensi¨®n inmensa, desde una sala de prensa atiborrada de gente que quiere acompa?ar a todos sus artistas, discutir con ellos, recomendarles miradas, planos, cuestionarles si usan el amazigh o el dariya, o por qu¨¦ el franc¨¦s (no hay vez que no salga el tema en este pa¨ªs de varios idiomas y culturas que comienzan a encontrarse)... hay una esfervecencia envidiable en la vida marroqu¨ª, hoy, y esa pasi¨®n incluye su cine, claro.
Para la pr¨®xima edici¨®n del Festival oficial, las autoridades del Centro Cinematogr¨¢fico Marroqu¨ª prometen m¨¢s salas, incluso programaci¨®n simult¨¢nea en complejos de Casablanca, para dar cauce a este entusiasmo por el cine, por la vida que se reinventa en este rinc¨®n africano.
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