?Usted es su padre, no su entrenador!
Los ni?os practican deportes por diversi¨®n. Olvidar esta m¨¢xima y generar presi¨®n en los hijos es el mejor camino para conducirles a que lo abandonen
¡°Me siento triste cuando mi padre me rega?a despu¨¦s del partido. Me dice que no he jugado con intensidad, que as¨ª no ser¨¦ nunca un jugador de Primera Divisi¨®n, que fallo en los pases porque me falta concentraci¨®n. Y mi madre le apoya. Dice que juego como si no me importara ganar. Tambi¨¦n me echan en cara que se gasten dinero en m¨ª y que me dedican muchas horas llev¨¢ndome y recogi¨¦ndome del f¨²tbol. A m¨ª me gusta jugar al f¨²tbol, me gusta aprender cosas nuevas, dar un pase de gol, estar con amigos, ganar, pero tampoco me importa mucho perder, porque eso es lo que nos dice el m¨ªster. Pero ¨²ltimamente ya no disfruto, vengo a jugar los fines de semana nervioso, pensando que si no le gusto a mi padre, lo oir¨¦ gritar desde la banda, me dir¨¢ que me mueva, que espabile, y a veces me siento tan nervioso que no s¨¦ ni por d¨®nde va el bal¨®n. Si vale la pena seguir viniendo cuando ya no disfruto. Pero si decido no jugar m¨¢s, tambi¨¦n les voy a decepcionar¡±.?
Son muchos los padres y madres que acompa?an a sus hijos a los partidos, competiciones y entrenamientos. Se sientan en la grada, observan, les dan directrices y se involucran en el deporte de sus hijos como si ellos fueran los que dirigen. Existen diferentes espec¨ªmenes de padres y madres.
Los que asumen papeles positivos. Son aquellos en los que el inter¨¦s del padre est¨¢ en que su hijo disfrute de lo que hace.
Habla cuando est¨¦s enfadado y har¨¢s el mejor discurso que tengas que lamentar¡± Ambrose Bierce
El padre taxista. Acompa?a a su hijo, le deja en el entrenamiento, le recoge. Suele ser un padre al que los deportes le gustan bastante poco, pero le interesa que su hijo sea feliz.
El padre positivo. Anima, refuerza, se preocupa por c¨®mo han ido los partidos. Le transmite entusiasmo sin presi¨®n. Felicita al chaval por el mero hecho de jugar y entrenar.
El padre involucrado. Le gusta participar en las decisiones y propuestas del club. Se interesa por la formaci¨®n de los chavales o porque el centro obtenga ingresos. Este tipo de padres son activos en la divulgaci¨®n de valores en el club y participan con cualquier acci¨®n que pueda mejorarlo.
Existen otros papeles, los negativos. Son aquellos en los que el comportamiento del padre influye negativamente en su hijo, gener¨¢ndole presi¨®n, exigiendo resultados y poniendo unas expectativas por encima de lo que el entrenador o el club esperan del ni?o.
En buena l¨ªnea
CITA
"Lo m¨¢s importante del deporte no es ganar,
sino participar, porque lo esencial en la vida
no es el ¨¦xito, sino esforzarse por conseguirlo"
Bar¨®n Pierre de Coubertin
V¨ªDEOS
¡®L¡¯equip petit¡¯
Roger G¨®mez y Dani Resines
https://www.youtube.com/watch?v=TvLV5Iy6YDk
¡®Seis contra seis¡¯
Marco Fettolini y Miguel Aguirre
con Pepu Hern¨¢ndez (exseleccionador
nacional de baloncesto)
https://www.youtube.com/watch?v=3zfxFAKoZj8
El padre pesado. Se pasa todo el d¨ªa hablando de lo bien que juega, nada o corre su hijo y de que apunta maneras. No presiona directamente al ni?o, pero sin querer le traslada que su valor como chaval est¨¢ en el juego.
El padre entrenador. Grita directrices desde la banda, corrige a su hijo cuando se monta en el coche, incluso contradiciendo las indicaciones del entrenador. Genera confusi¨®n en el ni?o, que por un lado tiene una idea de juego que el profesional trata de inculcarle, y por otro, la versi¨®n de su padre o madre. En deportes como la nataci¨®n, este padre est¨¢ en la grada paseando de punta a punta de la piscina, cron¨®metro en mano, midiendo tiempos y apuntando en una libreta. No es de recibo crear presi¨®n en el ni?o con distintos mensajes. ?A qui¨¦n cree que deber¨ªa obedecer su hijo?
El padre que se cree Cholo Simeone. Trata de motivar, transmitir garra, le pide al hijo que se entregue, que se esfuerce, que se deje la piel en la cancha, que trabaje, que compita como si se le fuera la vida en ello. Pero olvida algo muy importante: ni su hijo es un jugador de Primera Divisi¨®n que tenga que ganarse la vida jugando ni ¨¦l es el entrenador del Atl¨¦tico de Madrid. Solo consigue que su hijo pierda de vista los valores que le transmite el club, donde normalmente prevalece la generosidad por encima de la individualidad, disfrutar y aprender por encima de los resultados, y el juego limpio por encima de competir a cualquier precio.
El padre que resta en todos los sentidos. Da gritos desde la grada, desacredita al m¨ªster, le dice a su hijo que no entiende por qu¨¦ ¨¦l no juega cuando sus compa?eros son peores que ¨¦l, se comporta de forma grosera con el rival, insulta al ¨¢rbitro y otras impertinencias m¨¢s. Es el padre del que cualquier hijo se sentir¨ªa avergonzado.
Los motivos por los que los padres pierden los papeles son diversos. Muchos esperan que sus hijos les saquen de pobres convirti¨¦ndose en Nadales o Cristianos. Otros desean que su hijo gane todo porque sus victorias son sus propios ¨¦xitos, es la manera de sentirse orgullosos del chaval y presumir de ¨¦l delante de sus amigos y en el trabajo. Otros proyectan la vida que ellos no pudieron tener. Otros no tienen ning¨²n autocontrol. No lo tienen en el partido de sus hijos, ni cuando conducen, ni cuando se dirigen a las personas. Y por ¨²ltimos est¨¢n los que cruzan los l¨ªmites sencillamente porque no tiene consecuencias. Saben que est¨¢ mal, pero su mala educaci¨®n o ausencia de valores les hace comportarse como personas poco c¨ªvicas y desconsideradas.
El valor est¨¢ en hacer deporte, porque es una conducta saludable, pero sobre todo en ser capaces de divertirse y relacionarse con los amigos. Lo dem¨¢s no importa. Si no le presiona para que se supere con la consola de videojuegos, ?por qu¨¦ lo hace cuando va a los partidos? En el momento en el que la palabra jugar pierde valor ¨C¡°jugar al baloncesto¡±, ¡°jugar al f¨²tbol¡±, ¡°jugar al tenis¡±¨C, su hijo dejar¨¢ de disfrutar y no querr¨¢ seguir yendo.
Si es padre o madre, recuerde, por favor, que es un modelo de conducta para su hijo y para sus compa?eros de equipo. A los hijos les gusta sentirse orgullosos de sus padres y, en cambio, lo pasan terriblemente mal cuando se les averg¨¹enza. Ser modelo de conducta conlleva mucha responsabilidad, porque sus hijos copian lo que ven en usted. Y su forma de comportarse debe ser la ejemplar para que facilite el aprendizaje de una serie de valores que acompa?an al deporte.
Si como padre o madre desea sumar, tenga en cuenta el siguiente dec¨¢logo:
1. Recuerde el motivo por el que su hijo hace deporte. El principal es porque le gusta. Existen otros, como practicar una conducta sana, estar con amigos o socializarse. El objetivo no es ganar.
2. Comparta los mismos valores que el club. Busque un centro deportivo af¨ªn a su filosof¨ªa de vida.
3. No d¨¦ ¨®rdenes. Solo ap¨®yele, gane o pierda, juegue bien o cometa errores.
Disfruta del viaje, y deja de preocuparte por la victoria y la derrota¡± Marr Biondi
4. No le obligue a entrenar m¨¢s, ni a hacer ejercicios al margen de sus entrenamientos. Su hijo no es una estrella, es un ni?o. Aunque tenga talento, puede que no quiera elegir el deporte como profesi¨®n y solo lo practique por diversi¨®n.
5. No presione, ni d¨¦ directrices, ni grite, ni increpe, ni maldiga; no haga gestos que demuestren a su hijo que se siente decepcionado por su juego.
6. Respete a todas las figuras que participan en la comunidad deportiva: entrenador, ¨¢rbitros, otros t¨¦cnicos, jardineros¡
7. Controle sus emociones. No se puede verbalizar todo lo que pasa por la mente. Las personas educadas no muestran incontinencia verbal.
8. Nunca hable mal de sus compa?eros. Los otros ni?os forman parte del equipo. El objetivo grupal siempre est¨¢ por encima del individual. Y hablar mal de sus colegas es hablar mal de la gente con la que comparte valores, emociones y un proyecto com¨²n.
9. Modifique su manera de animar. No se trata de corregir al ni?o, sino de reforzarlo.
10. No inculque expectativas falsas a su chaval, como decirle que es un campe¨®n, que es el mejor y que si se esfuerza podr¨¢ llegar donde quiera.
La felicidad de los ni?os est¨¢ por encima de todo. Si¨¦ntase siempre satisfecho con lo que haga, gane, pierda o cometa errores. Felic¨ªtele por participar m¨¢s que por competir. Y recuerde que su hijo hace deporte para divertirse ¨¦l, no para que lo haga usted.
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