?Cu¨¢nto hay que abrigar a un ni?o en invierno?
En las crudas ma?anas de fr¨ªo, vestir a un hijo es un dilema. ?Nos pasamos o nos quedamos cortos? Seis pautas para acertar
Cada ma?ana, un poco antes de las 9:00 horas, millones de padres y madres se debaten angustiados entre asomarse a la ventana para otear el cielo o consultar AccuWeather. Se acerca el invierno y tememos que esos cinco grados cent¨ªgrados de?fr¨ªo polar hagan mella en la salud de nuestros reto?os, oblig¨¢ndolos a permanecer una semana en cama. El simple atisbo de la tortura que eso supondr¨ªa ¡ªpara los ni?os, naturalmente¡ª nos hace abalanzarnos sobre abrigo, guantes, bufanda, gorro y orejeras y recubrir con ellos a nuestros at¨®nitos e indefensos peque?os. Uno nunca tiene clara la medida exacta en que debe abrigar a sus hijos, pero una cosa s¨ª sabemos: cuanto m¨¢s les abrigamos, mejores padres somos. ?O no es as¨ª?
?Y qu¨¦ pasa si se quitan el jersey en clase? ?O se les ocurre dejar el gorro olvidado en el columpio? ?Deber¨ªamos haberles puesto dos camisetas, en vez de una? El doctor Iv¨¢n Caraba?o, jefe del Servicio de Pediatr¨ªa del Hospital Universitario Rey Juan Carlos-Hospital General de Villalba (Madrid), nos ayuda a despejar todas esas dudas que atormentan a los padres responsables.
- 1. Como sospech¨¢bamos, el fr¨ªo es traicionero. Hay una raz¨®n cient¨ªfica que explica el hecho de que haya m¨¢s resfriados en invierno que en verano. ¡°El fr¨ªo dificulta los movimientos de los cilios (unos pelitos muy finos que recubren por dentro del aparato respiratorio), cuya funci¨®n es atrapar los g¨¦rmenes y expulsarlos¡±, explica el doctor. A bajas temperaturas, con los cilios agarrotados, los g¨¦rmenes llegan para quedarse. As¨ª, el abrigo impide el fr¨ªo, que es solo un factor, entre muchos, de las patolog¨ªas invernales. ¡°En estas ¨¦pocas son muy frecuentes las bronquiolitis o inflamaciones de los bronquiolos, los bronquios m¨¢s peque?itos¡±, dice el pediatra. Las reconocer¨¢ por el recital de toses, los mocos y la fiebre, y puede que por la dificultad para respirar y ruidos en el pecho (los famosos ¡°pitos¡±). Los episodios de bronquiolitis pueden derivar en asma: un estudio de la facultad de Medicina de la Universidad de Vanderbilt, en Nashville, Tennessee (EE. UU.), se?al¨® que el 31% de los ni?os con asma han tenido un historial de bronquiolitis; el 24% durante la temporada de virus invernales. ¡°Tambi¨¦n se dan otras infecciones respiratorias que afectan a las v¨ªas bajas, como la bronquitis o la neumon¨ªa. Pero son m¨¢s habituales las de v¨ªas altas, lo que se conoce como catarros¡±. La causa de la mayor¨ªa de estas dolencias son virus: esos g¨¦rmenes que han ganado la batalla a los cilios. A menudo, contagiosos, dejan las aulas vac¨ªas.
- 2. Hay zonas del cuerpo m¨¢s vulnerables que otras ?Es m¨¢s importante la bufanda que los guantes? ?Es verdad que los resfriados se cogen por los pies? Manos, pies y orejas, confirma el doctor, son partes especialmente sensibles. ¡°En climas muy fr¨ªos, como en zonas de monta?a, podemos encontrarnos con cuadros de saba?ones. Son lesiones de la grasa que tenemos debajo de la piel¡±. Las rachas de viento fr¨ªo afectan especialmente al o¨ªdo. ¡°El o¨ªdo medio es muy sensible a los cambios extremos de temperatura¡±, prosigue. Un gorro que cubra las orejas o unas orejeras son necesarios en d¨ªas ventosos.
- 3. Los ni?os no son m¨¢s sensibles al fr¨ªo que los adultos. ?Sale usted a la calle en invierno vestido como si fuera a practicar esqu¨ª alpino? Entonces, ?por qu¨¦ hacerle pasar ese trago a su hijo? El termostato de los peque?os es igual que el nuestro: sienten el calor o el fr¨ªo con la misma intensidad que nosotros. ¡°Lo que siempre recomiendo a los padres es que utilicen el sentido com¨²n¡±, apunta el doctor Caraba?o. ¡°Por regla general, los ni?os no son m¨¢s sensibles al fr¨ªo que los adultos. M¨¢s bien al contrario: tienden a ser m¨¢s activos. Corren m¨¢s, saltan m¨¢s y eso les facilita el hecho de entrar en calor¡±. Los reci¨¦n nacidos son una excepci¨®n. ¡°Los neonatos, menores de un mes, regulan peor la temperatura. Si no los abrigamos suficientemente, pueden sufrir un cuadro de hipotermia¡±.
- 4. Abrigarles excesivamente no es malo. ¡°En todo caso, puede llegar a ser desagradable. El ni?o sudar¨¢ y el sudor se quedar¨¢ macerado por las sucesivas capas de ropa. Pero m¨¢s all¨¢ de eso, no es perjudicial¡±, afirma el especialista. Valore si un poco menos abrigado su hijo saldr¨¢ a la calle igual de protegido, adem¨¢s de c¨®modo.
- 5. El truco de las capas funciona. Si duda entre poner al cr¨ªo un grueso y pesado forro polar con una camiseta debajo o convertirlo en una especie de cebolla superponiendo prendas, escoja lo segundo. ¡°En climas muy fr¨ªos, lo mejor es utilizar distintas capas de ropa, aunque sean capas livianas¡±, dice el doctor. ¡°Entre una prenda y otra se crea una m¨ªnima pel¨ªcula de aire que tiene un car¨¢cter aislante¡±. El sistema de capas, adem¨¢s, permitir¨¢ al ni?o ir adaptando su grado de abrigo en funci¨®n de la temperatura del cine, la casa o el sal¨®n del vecino.
- 6. Para dormir, no hay que pasarse. No todos los hogares est¨¢n igual de caldeados. Sobre todo en estos tiempos dif¨ªciles, en los que muchos no disponen de una climatizaci¨®n ¨®ptima. En esos casos, habr¨¢ que suplirla abrigando al ni?o convenientemente antes de meterlo en la cama. Si por el contrario disponemos de una buena termorregulaci¨®n, podremos poner al ni?o un pijama normal y corriente. Un aviso importante: ¡°Cuando hay beb¨¦s muy peque?itos, de menos de un a?o, recomendamos que la habitaci¨®n no est¨¦ a una temperatura superior a 24 grados. Es un factor de riesgo para la muerte s¨²bita de los lactantes¡±, alerta el doctor.
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