Moldear las costumbres
Para combatir la obesidad en auge resulta clave inculcar unos buenos h¨¢bitos desde la infancia. Nuestros h¨¢bitos son sedentarios y nos decantamos por comida manufacturada
El estudio Aladino revela que el 44,5% de los ni?os y ni?as espa?oles de entre seis y nueve a?os tienen exceso de peso con respecto a los patrones de crecimiento de la OMS. Esta realidad no es un problema exclusivamente de Espa?a ni del mundo desarrollado, sino que manifiesta un problema global de salud p¨²blica que ya afecta tambi¨¦n a las sociedades en desarrollo. Estas han visto c¨®mo su estilo de vida ha cambiado y acomodan en su d¨ªa a d¨ªa elementos que incitan al sedentarismo y a una dieta doblegada ante los alimentos cal¨®ricos que saben bien.
Nunca en la historia se ha dispuesto de una oferta tan extensa de posibilidades para elegir qu¨¦ comer, una variedad inimaginable hace cien a?os. Sin embargo, a la vez que ha aumentado la diversidad, hemos perdido parte del control sobre lo que comemos y hemos adquirido unas preferencias gustativas disfuncionales. No nos enga?emos: en los pasillos de los supermercados y las tiendas de alimentaci¨®n se ofrecen frutas y verduras, carnes y pescados que eran dif¨ªciles de encontrar hace d¨¦cadas, pero el p¨²blico parece decantarse por productos manufacturados que no dan trabajo.
Los estudios al respecto evidencian que, desde un punto de vista energ¨¦tico, no es que se consuman muchas m¨¢s calor¨ªas que antes, sino que se come de forma m¨¢s desequilibrada. Y eso lo padecen especialmente los m¨¢s peque?os. El sobrepeso y la obesidad son dos de los factores de riesgo m¨¢s importantes en el desarrollo de enfermedades cr¨®nicas no transmisibles. Se estima que un ni?o obeso tiene un 80% de posibilidades de ser obeso tambi¨¦n de adulto. Si no se invierte esta tendencia actual, los estudios vaticinan en el futuro un importante aumento del gasto de salud p¨²blica y, lo que es m¨¢s alarmante, una significativa p¨¦rdida de calidad de vida de estos ni?os cuando sean adultos.
Es importante recordar que los patrones de formaci¨®n alimentaria emergen de un proceso de aprendizaje basado en la experiencia. Somos seres sociales y mim¨¦ticos, por la estrategia adaptativa de nuestra especie, y, como tales, estamos abiertos a las preferencias o aversiones alimentarias de nuestro entorno. Nuestros ni?os son moldeables y especialmente sensibles a las experiencias alimentarias en etapas tempranas. De otra forma no se entender¨ªa que un ni?o ind¨ªgena amaz¨®nico comiese turu, unos gusanos parecidos a las lombrices que se desarrollan en las ra¨ªces de los manglares; uno mexicano saborease escamoles, las larvas de la hormiga, y otro catal¨¢n se chupase los dedos comiendo caracoles o sesos rebozados.
No echemos balones fuera: la responsabilidad del modelo de dieta aprendido por los hijos es principalmente de la familia. Lo afirmo como padre. Ellos integrar¨¢n la alimentaci¨®n que les hayamos ense?ado dentro de un marco favorable y confortable.
Porque, adem¨¢s de lo que se come, es importante c¨®mo se come. La pr¨¢ctica previa va a modular cualquier experiencia futura. Si los recuerdos con comidas poco saludables dificultan nuevos aprendizajes, ?por qu¨¦ no cimentar ¨®ptimos h¨¢bitos desde el principio para prevenir problemas futuros?
Y recordemos: despu¨¦s, a jugar a la calle.
Pizza fr¨ªa de coliflor
Ingredientes
Para 4 personas
La base de la pizza
- 250 gramos de coliflor
- 1 huevo
- 20 gramos de kuzu (Pueraria montana, una hierba utilizada en la medicina china)
- 25 mililitros de agua
- 4 gramos de levadura
- Or¨¦gano
- Sal
- Pimienta
Los complementos
- Una lata de at¨²n en aceite
- 200 gramos de pasta de aceitunas negras
- 20 gramos de alcaparras
- 250 gramos de tomate seco en dados
- Berros
- Cebollino
- Albahaca
- Aceite de oliva virgen extra
Instrucciones
1. La base de la pizza
Cocer la coliflor al vapor hasta que esté tierna. Dejar enfriar. Disolver el kuzu y la levadura en el agua. Dejar reposar 15 minutos. Mezclar la coliflor cocida y fría con el huevo y la mezcla de levadura y kuzu.
Triturar con la batidora. Salpimentar y añadir orégano al gusto a esta masa. Mezclar bien, servir sobre un papel de hornear en una fuente y dejar reposar 5 minutos en un ambiente cálido. Precalentar el horno a 250 grados.
Cocer la masa de la pizza a esa misma temperatura durante 20 minutos. Darle la vuelta y cocer otros 20 minutos más.
Retirar y enfriar.
5. Acabado y presentaci¨®n
Cubrir la base de la pizza con pasta de aceitunas negras. Disponer por encima unas lascas de lomo de atún, alcaparras y tomate. Terminar con las hojas de rúcula y albahaca, y aliñar con unas gotas de aceite de oliva.
La coliflor
La familia de las cruc¨ªferas, a la que pertenece la coliflor, tiene un bajo aporte cal¨®rico, como la mayor¨ªa de los vegetales. Estos alimentos destacan por su contenido en vitamina C, E, folatos y fibra diet¨¦tica. Adem¨¢s poseen propiedades nutricionales que difieren de otras verduras y hortalizas, como polifenoles y glucosinolatos. A pesar de sus virtudes, su excesivo consumo provoca cierto efecto boci¨®geno, que dificulta al organismo la utilizaci¨®n del yodo de la dieta.
elpaissemanal@elpais.es
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