?Es el cierre de Space el fin de una era para Ibiza?
Uno de los templos de m¨²sica electr¨®nica de la isla echa el cierre tras 27 a?os en activo. Hablamos con su due?o, Pepe Rosell¨®, para descubrir el destino del club
Hace apenas tres d¨ªas era la pista de baile m¨¢s codiciada del Mediterr¨¢neo. Hoy el parking de Space Ibiza solo parece eso: un parking. El sol cae a plomo sobre los restos de vasos y botellas, formando un tapiz de pl¨¢stico pegajoso. Son los restos de una fiesta que reuni¨® a miles de personas para celebrar el ultimo opening de Space, el canto de un cisne electr¨®nico que se despide esta temporada, tras 27 a?os de andadura.
A escasos 100 metros se alza imponente Ushua?a, la joya del imperio de ocio que Grupo Empresas Matutes est¨¢ extendiendo por Ibiza. El pr¨®ximo local en formar parte de este emporio ser¨¢ Space. El terreno del club pertenece a la familia Matutes (como gran parte de la isla) y esta ha decidido no renovar el contrato de alquiler. Su plan es convertir Space en una discoteca de lujo, manteniendo probablemente el nombre (que compraron hace cinco a?os) pero perdiendo el esp¨ªritu y los colaboradores que la hicieron famosa.
El m¨ªtico dj Carl Cox, ligado irremediablemente a Space desde hace m¨¢s de 15 a?os, ya ha anunciado su renuncia a continuar en el club. ¡°Sin Pepe [Rosell¨®, due?o de Space] al frente, la situaci¨®n est¨¢ fuera de nuestro control¡± comentaba en una mesa redonda organizada por el IMS, plataforma dedicada a la promoci¨®n de la m¨²sica electr¨®nica que premiaba este a?o la labor de Rosell¨®.¡°Estoy siendo muy diplom¨¢tico con estas palabras¡±, a?ad¨ªa el DJ. No era para menos. La mesa redonda se organizaba en el Hotel Hard Rock Ibiza, propiedad, tambi¨¦n, de la familia Matutes. Se hab¨ªa convocado bajo el nombre: ¡°Space: Fin de una era".
Pepe Rosell¨® no contesta muy convencido cuando se le pregunta si esto es el fin de una era, pero asegura que estar¨¢ atento a los cambios, uno no puede mantenerse al margen cuando lleva 55 a?os dedic¨¢ndose a este negocio. Por el momento, observa la deriva de la isla (un lugar donde la entrada a una discoteca var¨ªa entre los 40 y los 100 euros) con cierto escepticismo. ¡°Es la m¨²sica con el lujo y el gasto desmesurado como estandarte. Bombo y humo: Ibiza marcando la decadencia sin frenos¡±, sentencia. Ciertamente no se anda con rodeos. Acaba de recibir el premio Legends del IMS y en la cena que se organiz¨® para la ocasi¨®n, Rosell¨® se mostraba tranquilo y emotivo, flanqueado siempre por Carl Cox y saludando efusivamente a todos los invitados. Era el novio en la boda y se niega a ser el muerto en el entierro, porque aunque Space tenga los d¨ªas contados, aseguraba Rosell¨® en el brindis, su historia le sobrevivir¨¢.
Space se vende como la discoteca m¨¢s premiada del mundo y la verdad es que m¨¦ritos no le faltan. 20 galardones la reconocen como la mejor discoteca de Ibiza, seis como la del mundo y ha sido cuatro veces primera en el preciado ranking de DJMag, la revista de referencia en el sector. Sin embargo Rosell¨®, no destaca su palmar¨¦s a la hora de hacer balance de estos 27 a?os, sino a su historia. En las escaleras del Space uno pod¨ªa encontrarse a Naomi Campbell sentada, compartiendo pelda?o y botella de champagne con sus amigos.
En su famosa terraza uno pod¨ªa alternar con Jay Kay, a.k.a. Jamiroquai, como un clubber m¨¢s, encaramado a uno de sus altillos (y por poco se habr¨ªa matado si Rosell¨® no hubiera intervenido a tiempo). Space era la discoteca anti burguesa por excelencia, el lugar donde famosos, drag queens, bohemios y clubbers de todo el mundo compart¨ªan espacio y sensaciones gracias a una f¨®rmula que Rosell¨® no se cansa de repetir: ¡°m¨²sica, m¨²sica y m¨²sica¡±.
Pero si por algo se hizo famoso este club, all¨¢ por los noventa, fue por su sesi¨®n matinal, una fiesta que aprovech¨® una laguna legal (¡°nos obligaban a cerrar a cierta hora, pero pod¨ªamos abrir cuando quisi¨¦ramos¡±, explica Rosell¨®) para patentar un concepto del que este empresario rehuye: el de los after hours. ¡°Yo lo llamo baile por la ma?ana¡±, dice con una sonrisa, ¡°es mucho m¨¢s fresco¡±.
El after hours naci¨® como concepto de transgresi¨®n y en ellos hab¨ªa un ambiente m¨¢s s¨®rdido, mantiene el art¨ªfice de Space, defendiendo que ellos actuaban siempre ¡°desde la legalidad¡±. Sea como fuere la administraci¨®n no lo vio de la misma forma y acab¨® cerrando las sesiones matinales de Space. ¡°Tienen por sistema vigilar muy de cerca lo que ocurre en las discotecas¡±, argumenta Rosell¨®, ¡°atribuy¨¦ndonos de una forma u otra los desajustes que se crean en la sociedad. Somos los malos de la pel¨ªcula y los m¨¢s expuestos¡±, lamenta.
Aunque tiene su discurso muy estudiado, Pepe Rosell¨® no se corta a la hora de hablar de todo y de todos, desprendiendo sus frases la libertad que dan los a?os y el trabajo terminado. En cualquier caso, el fin de Space no significar¨¢ necesariamente el fin de Pepe Rosell¨®. ¡°La m¨²sica me lo ha dado todo, es hora de que yo le devuelva algo. Voy a trabajar para su recuperaci¨®n,para que vuelva a su lugar¡±. Con esta cr¨ªptica frase, el creador de Space deja entrever que tiene alg¨²n proyecto entre manos, aunque los intentos de concreci¨®n por parte del periodista son infructuosos.
Rosell¨® no quiere hablar de su futuro y prefiere echar la vista atr¨¢s y hacer balance del pasado. ¡°Estos 27 a?os significan muchas cosas¡±, comenta en tono solemne. ¡°El 27 es un s¨ªmbolo: muchos grandes artistas murieron a esa edad, y su m¨²sica, sin embargo, les ha sobrevivido. As¨ª que para nosotros estos 27 a?os representan un mont¨®n de sentimientos, de m¨²sica, de artistas que se quedar¨¢n impregnados en estas paredes. El esp¨ªritu de Space permanecer¨¢ para siempre¡±.
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