Fresas, manzanas, nectarinas y tomates, ?los alimentos m¨¢s contaminados de 2016?
Una poderosa ONG americana lanza su lista de "los 12 sucios" para animar al consumo de productos ecol¨®gicos. Analizamos el (poco) rigor que hay detr¨¢s
Frutas y verduras son una indiscutible fuente de salud, venerada por los amantes del estilo de vida vegetariano y vegano. ?Alguien podr¨ªa atreverse a dividir fresas, manzanas, aguacates y pi?as en buenos y malos? En Estados Unidos, lo hace desde los a?os 80 el Environmental Working Group (EWG), una organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro que se presenta como ayuda a los consumidores para elaborar una lista de la compra "inteligente, saludable y respetuosa con el medio ambiente". Cada a?o, este grupo de investigadores publica dos gu¨ªas conocidas como Dirty dozen y Clean fifteen, las doce frutas y hortalizas ¡°sucias¡± [que contienen contaminantes en su superficie] que nunca deber¨ªa comprar en el supermercado y las quince ¡°limpias¡± [con menos cantidad de pesticidas] que puede adquirir sin que le tiemble el pulso. Ambos listados pretenden guiar en la compra a sus consumidores: en 2016, seg¨²n ellos, conviene comprar "los doce m¨¢s sucios" en tiendas de alimentaci¨®n ecol¨®gica. Sin embargo, seg¨²n los expertos consultados, esto solo supone una forma de perpetuar un mito ecol¨®gico a ambos lados del Atl¨¢ntico, que alarma innecesariamente a la poblaci¨®n.
Fresas, manzanas, nectarinas, melocotones, apios, uvas, cerezas, espinacas, tomates, pimientos dulces, tomates Cherry y pepinos conforman la lista de 2016 de los malos del mercado seg¨²n EWG, al que se han a?adido tambi¨¦n dos enemigos m¨¢s: las guindillas y las hojas de col rizada. En el bando aliado de la compra se encuentran aguacates, ma¨ªz dulce, pi?as, repollos, guisantes congelados, cebollas, esp¨¢rragos, mangos, papayas, kiwis, berenjenas, melones dulces, pomelos, cantalupos y coliflores. Mientras blogueras influyentes, como Vani Hari, viralizan la informaci¨®n, un art¨ªculo del Journal of Toxicology, en 2011, cuestionaba la validez de ambas gu¨ªas, concluyendo que los niveles de pesticida de diez de los ¡°doce sucios¡± eran ¡°insignificantes para los consumidores". Y que los m¨¦todos aplicados por EWG eran insuficientes para establecer clasificaciones de productos alimentarios. Sin embargo, esa metodolog¨ªa no ha cambiado en los ¨²ltimos cinco a?os.
Estas clasificaciones de alimentos buenos y malos var¨ªan el orden de las frutas y verduras, incluso las renuevan a?adiendo o quitando ingredientes. ¡°Las gu¨ªas de EWG se basan en los datos que publica cada a?o el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA). Si se observa el informe del USDA de este a?o, con datos de 2014, veremos que el contenido de pesticidas en los alimentos estadounidenses es insignificante, por lo que no tienen sentido los listados de sucios y limpios¡±, explica Miguel ?ngel Lurue?a, doctor en Ciencia y Tecnolog¨ªa de los Alimentos, quien recuerda que en Europa tambi¨¦n existen los informes anuales de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). ¡°En 2015, se public¨® el correspondiente a los datos de 2013, a partir del an¨¢lisis de unas 81.000 muestras. Los resultados indicaron que m¨¢s del 97% se encontraban dentro de los l¨ªmites legales establecidos para pesticidas, y en el 55% no se detect¨® residuo alguno. Los alimentos son seguros en este aspecto¡±.
EWG, ?entidad sin ¨¢nimo de lucro?
Para dilucidar si los listados de EWG responden a un objetivo de informar o de alarmar a los consumidores, lo conveniente, apunta Lurue?a, es ir a la propia fuente: ?Qui¨¦n es EWG? Fundada en 1993 por los activistas Ken Cook y Richard Wiles, esta entidad se dedica a ofrecer a los consumidores una herramienta revestida de ciencia para la compra segura y sostenible de alimentos y cosm¨¦ticos, y se presenta sin pretensiones de conseguir beneficios. Sin embargo, sus fuentes de financiaci¨®n, son b¨¢sicamente las empresas que venden productos ecol¨®gicos, seg¨²n Lurue?a Para hacerse una idea, un pepino procedente de la agricultura tradicional, que la ONG desaconseja en 2016, puede costar unos 10 c¨¦ntimos, mientras que el ecol¨®gico triplica este precio. Contin¨²a Lurue?a: "Por un lado, plantean un supuesto problema, y por otro lado ofrecen una supuesta soluci¨®n, que 'casualmente' les reporta alg¨²n beneficio econ¨®mico. En el caso concreto de los alimentos, EWG infunde el miedo a los pesticidas y los alimentos transg¨¦nicos, a la vez que promueve el consumo de alimentos ecol¨®gicos (por supuesto, sin mencionar que en estos tambi¨¦n se emplean determinados pesticidas)".
El informe del USDA de 2016 indica que en m¨¢s del 99% de las muestras de alimentos analizados en EE UU los niveles de pesticidas no superaban los l¨ªmites legales
La alarma o la confusi¨®n dependen de c¨®mo se presenta la informaci¨®n, se?ala Valter Ceppi, director comercial de Koppert, multinacional agr¨ªcola de control biol¨®gico y polinizaci¨®n, que asegura que aunque muchos alimentos contengan residuos, todos ellos est¨¢n controlados por la ley. ¡°Los pesticidas que permanecen en los alimentos se han estudiado desde el punto de vista toxicol¨®gico. Primero, en dosis altas hasta llegar a dosis m¨¢s bajas; y se ha evolucionado en los ¨²ltimos a?os hasta analizar c¨®mo influye en nuestro sistema endocrino, gracias a las nuevas tecnolog¨ªas. Poco a poco, se proh¨ªben m¨¢s pesticidas. Pero esto no quiere decir que las fuerzas malvadas de las grandes multinacionales nos estuvieran enga?ando¡±, concluye. Son los mecanismos por los que ya sabemos que la ciencia cambia de opini¨®n.
Mientras tanto, respire tranquilo. En Europa, al igual que Estados Unidos y otros pa¨ªses, solo pueden emplearse determinados plaguicidas y fitosanitarios, anota Lurue?a: ¡°Antes de ser aprobados, se someten a diferentes estudios en los que se eval¨²a su posible impacto negativo sobre el medio ambiente y los humanos. Se realizan estudios toxicol¨®gicos previos para determinar las dosis que podr¨ªan ser potencialmente peligrosas, y a partir de ellas se establece un amplio margen de seguridad para fijar unos l¨ªmites m¨¢ximos de residuo que son recogidos en la legislaci¨®n y que no pueden ser sobrepasados en los alimentos de origen vegetal o animal. En estas evaluaciones se tiene en cuenta el conjunto de la dieta a lo largo del tiempo, se estudia el posible efecto acumulativo (ya sea por consumo prolongado o por ingesta a partir de diferentes fuentes), adem¨¢s de otros posibles riesgos, como el de los interruptores endocrinos".
Para un riesgo cercano al cero, lave la fruta
Existen opciones m¨¢s baratas de librarse de un altamente improbable riesgo de intoxicaci¨®n por pesticida (al fin y al cabo, son sustancias biocidas, es decir, que da?an la vida, seg¨²n el bioge¨®grafo Joaqu¨ªn Hortal, investigador en diversidad). Y pasa por lavar la fruta antes de consumirla. "Dividir los alimentos en 'sucios' y 'limpios' es un ejemplo flagrante de amarillismo nutricional, como herramienta de m¨¢rketing eficaz y brutal para captar la atenci¨®n de un consumidor que antes no se ha preocupado por estas cosas¡±, ilustra el nutricionista Juan Revenga.
"Dividir los alimentos en 'sucios' y 'limpios' es un ejemplo flagrante de amarillismo nutricional, como herramienta de m¨¢rketing eficaz y brutal para captar la atenci¨®n de un consumidor que antes no se ha preocupado por estas cosas" (Juan Revenga, nutricionista)
Pese a que las listas del EWG pueda recordarles a muchos otros sistemas como el sem¨¢foro nutricional, que la industria alimentaria utiliza para advertir a los consumidores de los niveles de calor¨ªas, az¨²cares y grasas de los productos, Revenga aclara que no hay que confundirlos, a la vez que recomienda la sencilla soluci¨®n de lavar los alimentos. ¡°Puede que si se analizan profundamente las manzanas, el apio, las espinacas y las fresas, contengan un porcentaje m¨¢s elevado de pesticidas que otros alimentos contemplados como 'limpios', pero no es que aquellos sean contaminantes, sino que lo son las sustancias qu¨ªmicas o biol¨®gicas que llevan, que el productor ha utilizado para evitar ciertas situaciones [como las plagas]". Seg¨²n el especialista, basta con poner frutas y verduras bajo el grifo de la cocina, incluso las que llevan piel. "De lo contrario, al quitar la piel, el cuchillo se impregna de los residuos de los contaminantes y afecta a la carne de los alimentos¡±, zanja.
Si todav¨ªa tiene alguna duda, Guillermo Quind¨®s, catedr¨¢tico de microbiolog¨ªa de la Universidad del Pa¨ªs Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU) y miembro del C¨ªrculo Esc¨¦ptico, recuerda que las medidas de control para la seguridad de los alimentos incluyen desde la aprobaci¨®n o prohibici¨®n de productos utilizados en las cosechas hasta las pruebas de laboratorio para comprobar las concentraciones de t¨®xicos y microorganismos. ¡°Su eficacia es elevada. Y se aprecia en la rapidez de actuaci¨®n durante una crisis alimentaria. Hay un n¨²mero importante de laboratorios p¨²blicos y privados de control en todo el mundo. Los alimentos, nunca han sido tan 'sanos' y tan accesibles para la mayor¨ªa de la poblaci¨®n como ahora. La longevidad y la calidad de vida son mayores de forma global. Vivimos m¨¢s y mejor¡±. Sin listas negras.
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