La resistencia a Habitat III tambi¨¦n se reuni¨® en Quito
Se celebra una contra-cumbre con m¨¢s de 100 actividades para reflexionar y criticar el crecimiento de las ciudades priorizando el negocio inmobiliario
Un foro urbano alternativo convivi¨® con la conferencia Habitat III de las Naciones Unidas, esta semana en Quito. El boca a boca lo posicion¨® como el contra-Habitat y tuvo alrededor de 100 actividades. Su sede fue la Universidad Central de Ecuador, la escuela superior p¨²blica m¨¢s grande del pa¨ªs. Sus organizadores resaltan las diferencias que mantuvieron con el encuentro de la ONU. ¡°Aqu¨ª hubo libre acceso, posibilidad de debate y de propuesta abierta a todas las personas que acude¡±, dice Manuel Bay¨®n, investigador espa?ol de temas urbanos. No por nada uno de sus eslogans fue precisamente ¡°el espacio de todas las voces¡±.
Parte de la discusi¨®n del foro alternativo se llev¨® al territorio, como la instalaci¨®n del quinto Tribunal Internacional de Desalojos, que se hizo en Monte Sina¨ª (noroeste de Guayaquil), uno de los mayores asentamientos del pa¨ªs, que debe su nombre a un grupo de agricultores cristianos que lo habit¨® en los a?os 80, y que resiste al desalojo desde 2013. El Tribunal de Desalojos, que es un corte popular de opini¨®n, se re¨²ne cada octubre en el marco de las Jornadas Mundiales Cero Desalojo. Esta vez examin¨® 35 casos reportados por varios pa¨ªses, entre todos suman un mill¨®n de personas que corren el riesgo de ser desalojadas.
Adem¨¢s de Monte Sina¨ª, el tribunal se pronunci¨® sobre el desalojo de roman¨ªes en Par¨ªs, la amenaza que pesa sobre los asentamientos informales en Belo Horizonte (Brasil), la presi¨®n por militarizar la Isla de Jeju (Corea del Sur), el no reconocimiento de las villas beduinas en Israel, la expulsi¨®n de vecinos que no pueden pagar sus cuentas de agua en Detroit (Estados Unidos) y la desocupaci¨®n inminente de la isla de Muisne (Ecuador) tras el terremoto del pasado 16 de abril.
El veredicto final reconoce que en todos los casos hubo ¡°desalojos forzosos prohibidos por el derecho internacional¡±. Adem¨¢s se dice que estos procesos son el resultado de ¡°un modelo de desarrollo de las ciudades que prioriza el negocio inmobiliario¡±. Los responsables de los desalojos no atendieron el llamado del tribunal. Por eso hubo una silla vac¨ªa en el tribunal. ¡°Fueron juzgados en rebeld¨ªa¡±, dice el italiano Cesare Ottolini, coordinador de la Alianza Internacional de Habitantes, miembro de la comunidad de vecinos de Padova, y presidente del tribunal de desalojos.
En el documento se pide una moratoria global de los desalojos y se recuerda que los Estados deben proteger el derecho a la vivienda y esta obligaci¨®n engloba al resto de los agentes que intervienen en la ciudad (desarrolladores inmobiliarios, actores del mercado). Se exhorta tambi¨¦n a los Estados y a la ONU a proteger a los defensores de derechos humanos involucrados en los procesos de desalojo, que han sufrido persecucio?n penal y amedrentamiento mediante acciones civiles.
Ottolini espera entregar los casos examinados por el Tribunal de Desalojos a la relatora de la ONU para la vivienda que vino al Habitat III, Leilani Farha. ¡°La informaci¨®n es para que est¨¦ alerta sobre lo que va a pasar en estos siete casos¡±, dice y reniega que en la conferencia de la ONU no se hable lo suficiente de los desalojos. ¡°Ellos hablan de desarrollar las ciudades y los habitantes tienen que ser resilientes. Yo creo que es una blasfemia pedir a los habitantes ser resilientes, es decir, adaptarse al hecho de ser tirados a la basura¡±, se?ala.
Sobre la eficacia de los anteriores veredictos del tribunal popular, el vecino de Padova, dice que solo ¡°cuando hay movilizaci¨®n hay resultados¡± y cita un ejemplo: ¡°En Roma hab¨ªan personas que no pod¨ªan pagar porque no ten¨ªan trabajo, entonces con la movilizaci¨®n de la Uni¨®n de Inquilinos logramos convencer a las autoridades de respetar el derecho a la vivienda y conseguimos una vivienda popular. El Estado tuvo que para pagar una parte del alquiler¡±
Las cr¨ªticas a la agenda urbana de la ONU
Desde el contra-Habitat tambi¨¦n se critic¨® ¡°la agenda neoliberal¡± del foro urbano de la ONU porque seg¨²n los organizadores del foro de resistencia invisibiliza la problem¨¢tica del campo y las razones para el desplazamiento de lo rural a lo urbano. ¡°No debe hablarse de una agenda urbana sino del desarrollo de un ha?bitat digno y respetuoso de los derechos tanto en el campo como en la ciudad¡±, dice Manuel Bay¨®n.
Por esto tambi¨¦n se unieron al contra-evento mujeres ind¨ªgenas y campesinas que vienen luchando hace a?os para que su territorio se mantenga libre del extractivismo, como la mujer waorani Alicia Cawiya que lleg¨® a la Asamblea Nacional en 2013 pedir que no exploten en Yasun¨ª. Ante ellas se devel¨® el inmenso mural que hizo la artista suiza Mona Caron en un edificio ic¨®nico de Quito, todav¨ªa es una obra incompleta, todav¨ªa se debe pintar sobre sus cabezas la tierra que defienden.
El foro de todas la voces tambi¨¦n visibiliz¨® las peque?as luchas de los vecinos de Quito que resisten la transformaci¨®n de sus territorios. El barrio Bola?os, por ejemplo, que ha peleado por su territorio desde el siglo XIX, fue parte de una exposici¨®n en la sede del encuentro. Parte de este barrio ser¨¢ expropiado ahora que se planea construir un puente que conecte Quito con el valle de Cumbay¨¢, donde se ha acomodado la ¨¦lite de Quito. Los vecinos de La Floresta, un barrio que se debate entre la gentrificaci¨®n y la modernidad, expusieron in situ su situaci¨®n. Rocio Bastidas, presidenta de la asociaci¨®n de vecinos, denunci¨® ¡°la perversa alianza¡± que tienen las inmobiliarias con el municipio que ya ha derribado casas patrimoniales y cuestion¨® a los funcionarios de turno que cambian el uso del suelo y cada vez m¨¢s recortan el espacio residencial y ampl¨ªan el comercial. ¡°No queremos ser un Soho, queremos ser La Floresta: un lugar de residencia, con algunos negocios, donde nos conozcamos la mayor¨ªa¡±, dice Bastidas.
Los participantes del foro organizaron dos marchas durante la semana, pero ambas fueron atajadas por los antidisturbios. Ni siquiera pudieron salir de la ciudadela universitaria donde transcurri¨® el foro. Pese a este cerco policial, sus debates y propuestas tuvieron amplia difusi¨®n en los medios de comunicaci¨®n locales e internacionales. Ahora la vigencia y los resultados de sus ideas, como dice Cesare Ottolini, depende de la fuerza de la organizaci¨®n social.
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