C¨®mo explicarle a su hijo qu¨¦ es la muerte y c¨®mo superarla
Seg¨²n los psic¨®logos evitar el tema y edulcorar la realidad no ayuda a los menores. Al contrario, resulta contraproducente.
La desaparici¨®n de un miembro de la familia, de un amigo o de alguien cercano siempre supone un descalabro emocional en el entorno del fallecido. Los ni?os no son una excepci¨®n. La muerte y la enfermedad, sin embargo, est¨¢n cada vez menos presentes en nuestras conversaciones y en nuestros actos. "La sociedad actual ha confundido la vida con un parque tem¨¢tico", explica Javier Urra, doctor en Psicolog¨ªa y en Ciencias de la Salud. "Creemos err¨®neamente que siempre debemos estar divirti¨¦ndonos y alegres. Pero la vida no es eso. Hay momentos en que te disgustas, tus amigos se enfadan y no te hablan, te surge un contratiempo...". Lo mismo, dicen, ocurre en el caso de los ni?os. Evitar hablarles de estos temas para protegerlos, es un error. "Los ni?os lo que necesitan es seguridad. Si no hablamos de algo, sus miedos y ansiedad crecer¨¢n igualmente". Urra, que ha elaborado una gu¨ªa para que los padres ayuden a los menores a afrontar las adversidades de la vida ¡ªel libro Fortalece a tu hijo¡ª, se?ala que "al igual que llevamos a nuestros hijos al mercado porque creemos que es importante que vean los tomates, hay que ense?arles qu¨¦ es un cementerio y que la vida es tan interesante precisamente porque tiene un l¨ªmite".
Para la psic¨®loga cl¨ªnica Victoria Noguerol, en todo proceso de duelo al que se enfrente un ni?o ser¨¢ clave la posici¨®n que adopte su entorno: "Lo que nosotros los adultos les proyectamos a ellos es fundamental: los aspectos socioculturales, nuestras creencias generales sobre la muerte, la vida, la p¨¦rdida¡".
Noguerol, especializada en temas infantiles, a?ade que "es bueno que se acostumbren socialmente a lidiar con este asunto, que sientan y entiendan que la muerte forma parte de la vida". Los adultos no siempre est¨¢n preparados para hablar directamente de la muerte, as¨ª que estas ser¨ªan algunas pautas que aportan los psic¨®logos para ayudar en el duelo de los ni?os:
Mensajes adaptados a cada edad
Seg¨²n el manual pr¨¢ctico Hablemos del duelo, elaborado por la Fundaci¨®n Mario Losantos del Campo ¡ªy que puede descargarse de forma gratuita en su p¨¢gina web¡ª, ser¨ªa recomendable manejar una serie de conceptos b¨¢sicos en funci¨®n de cuatro grupos de edad:
"El duelo se manifestar¨¢, al igual que ocurre con el resto de aspectos de la vida, de forma distinta seg¨²n la edad y las circunstancias personales de cada ni?o", detalla la psic¨®loga Victoria Noguerol. "El impacto y los mensajes cambiar¨¢n, pero los ni?os utilizan siempre un lenguaje muy potente para expresarse. Si no es con la palabra ser¨¢ a trav¨¦s del sue?o, la alimentaci¨®n, la sociabilidad. Hay que estar atentos a sus h¨¢bitos".
"Utilizar el sentido com¨²n y la empat¨ªa siempre viene bien", explica la psic¨®loga. "Hay que decirle frases como ¡®Comprendo tu enfado¡¯, ¡®Es normal que est¨¦s triste, porque yo tambi¨¦n lo estoy¡¯ o ¡®Es una situaci¨®n muy dolorosa y no podemos cambiarla, pero vamos a intentar entre todos que no nos haga m¨¢s da?o¡¯, etc."
- Entre los 3 y 6 a?os: El ni?o, influido por los cuentos y las pel¨ªculas, a¨²n cree que la muerte es reversible y temporal. No existe el concepto de muerte como tal.
- Entre los 6 y 9 a?os: La muerte les despierta curiosidad sobre el cuerpo y los procesos y por conceptos abstractos como el cielo o el m¨¢s all¨¢.
- Entre los 9 y los 12 a?os: El ni?o es m¨¢s consciente de lo que supone la muerte y sufre por la realidad que sobreviene: qui¨¦n cuidar¨¢ de ¨¦l o si cambiar¨¢n las circunstancias econ¨®micas.
- Adolescentes: Sufren un duelo m¨¢s cercano al de los adultos y no necesitan explicaciones adaptadas.
Por su parte Javier Urra se?ala que "los ni?os se adaptan muy r¨¢pido. Puede que haya muerto su padre y est¨¦ muy triste, pero si aparece su primo con un bal¨®n a las dos horas puede estar perfectamente jugando al f¨²tbol con ¨¦l. Esto no quiere decir que no tenga afecto por ¨¦l o que en un rato vuelva a estar llorando desconsoladamente. Los ni?os, simplemente, viven el presente".
No mentir ni buscar eufemismos
"Hay que evitar a toda costa frases o expresiones que inviten al ni?o a desarrollar sus propias fantas¨ªas en lo que no es real", explica la psic¨®loga. "No, esta persona no se ha ido de viaje. Su cuerpo ha dejado de funcionar. Es f¨¢cil y sencillo". No hay que dramatizar, pero s¨ª ser sinceros y adaptar el mensaje a cada edad. Pero nunca maquillar, ni ocultar, ni intentar minimizar tenga la edad que tenga el ni?o: "Hoy en d¨ªa existen un mont¨®n de recursos educativos para abordar estos asuntos: v¨ªdeos muy bonitos para los m¨¢s peque?os, cuentos adaptados a todas las edades¡", resalta Noguerol.
"La forma de hablarle a un ni?o, evidentemente, no va a ser la misma que la de un adulto. Hay que hacerlo de un modo que no sea brusco", explica el doctor en psicolog¨ªa Javier Urra. Pero no tergiversar la realidad ni utilizar eufemismos ayudar¨¢ tambi¨¦n a que no aparezcan miedos, porque "lo que no tiene l¨®gica es lo que da miedo e inseguridad".
Otro aspecto a tener en cuenta seg¨²n Urra es "que para los adultos la muerte es una experiencia, ya hemos pasado por ello, pero para los ni?os es solo un concepto. Quiz¨¢s han visto morir a su tortuga, pero no es una vivencia directa, no lo han experimentado. Los ni?os no piensan en la muerte, siempre les sorprende", as¨ª que por eso resulta muy importante que los guiemos en ese proceso.
Las herramientas de cada familia ser¨¢n distintas y deben ser acordes a sus creencias: "Hay muchos mecanismos para sublimar el dolor y deben respetarse", apunta Urra. "Si una persona es religiosa y entiende, por ejemplo, que el fallecido ha ido al cielo y all¨ª est¨¢ mejor, debe respetarse".
"Hay que evitar a toda costa frases o expresiones que inviten al ni?o a desarrollar sus propias fantas¨ªas en lo que no es real". Victoria Nogerol, psic¨®loga cl¨ªnica.
Incluirlos en los ritos de despedida
Los ni?os, si es el caso, deben tambi¨¦n ser parte activa en el duelo de los adultos: "Que vean que est¨¢n contando conmigo, que me tienen en cuenta", resalta Victoria Noguerol. "Y que acudan, si as¨ª lo expresan, a los tanatorios, funerales o entierros".
"En mis a?os de consulta", recuerda la psic¨®loga, "me he encontrado muchos casos de ni?os que manifestaban un enfado profundo porque se les hab¨ªa ocultado una muerte o no les hab¨ªan llevado a despedirse de sus seres queridos. Pr¨¢cticamente nunca me he encontrado el caso contrario: que recriminen el haber estado presentes".
A seg¨²n qu¨¦ edades, visitar el tanatorio o el hospital "forma parte del proceso natural del duelo. Est¨¢ muy bien que acudan y lo vean, siempre y cuando no sean unas circunstancias muy traum¨¢ticas". Lo mismo ocurre cuando podemos anticiparnos a la muerte porque la persona est¨¢ enferma y esta no se produce de forma repentina: "Que puedan despedirse, por ejemplo de su abuelo, le digan lo que le quieren, lo que le van a echar de menos, es muy positivo".
Transmitir seguridad y amor
El duelo tiene 5 fases que suelen ser comunes: negaci¨®n, ira, negociaci¨®n, tristeza y aceptaci¨®n. Las personas que est¨¢n cerca del ni?o o a cargo de su educaci¨®n deber¨¢n observar sus comportamientos para ver si, llegado el momento, se requiere una atenci¨®n profesional. "Por lo general no suele ser necesario llevarles al psic¨®logo porque son situaciones naturales. M¨¢s que la ayuda de un profesional va a necesitar una red familiar extensa y fuerte a su alrededor".
En esa misma l¨ªnea se pronuncia la psic¨®loga Victoria Noguerol, que recuerda que "el duelo hay que pasarlo". Y que el tiempo que dure ese proceso depender¨¢ de muchas variables: "De c¨®mo se haya producido la muerte, de la respuesta de la familia, el momento vital en el que se encuentra el ni?o y su propia personalidad".
Algunos ni?os no expresar¨¢n sus sentimientos verbalmente, pero s¨ª lo har¨¢n a terceros o a trav¨¦s de otros mecanismos. "Los dibujos, por ejemplo, son muy sintom¨¢ticos", explica Javier Urra, "a trav¨¦s de ellos podemos entender sus sentimientos o ser m¨¢s conscientes de c¨®mo est¨¢n viviendo el duelo".
Seg¨²n este experto en problemas infantiles hay tres cosas que el entorno del ni?o debe intentar transmitirle siempre: seguridad ("Aunque esta persona ya no est¨¦, vas a estar bien, saldremos adelante"); presumidad ("Yo tampoco tengo respuestas para todo)"; y, sobre todo, cari?o y amor: "El ni?o no solo debe ser receptor del sufrimiento, tambi¨¦n puede ser ayudante. Que se acerque a ti si te ve triste y te d¨¦ un abrazo, que pueda sentirse part¨ªcipe".
Y concluye: "Hagamos de la muerte lo que es: una realidad doloros¨ªsima ¡ªque lleva impl¨ªcita mucho sufrimiento¡ª, pero normal. No la patologicemos".
"M¨¢s que la ayuda de un profesional (el ni?o) va a necesitar una red familiar extensa y fuerte a su alrededor". Javier Urra, Doctor en Psicolog¨ªa.
Libros y cuentos para hablar de la muerte
P¨¦rdida de la mascota:
P¨¦rdida de los abuelos:
P¨¦rdida del padre o la madre
P¨¦rdida de los hermanos
P¨¦rdida de los amigos
**El psic¨®logo y escritor Javier Urra recomienda algunos t¨ªtulos que pueden ser ¨²tiles a los padres para introducir el tema de la muerte a los hijos en distintas circunstancias:
- Yo siempre te querr¨¦, editorial Juventud. A partir de 5 a?os.
- Dos l¨¢grimas por M¨¢quina, editorial Anaya. A partir de 9 a?os.
- As¨ª era mi abuelito, Parrag¨®n Ediciones. A partir de 4 a?os
- Te echo de menos, editorial Juventud. A partir de 5 a?os.
- El abuelo de Tom ha muerto, editorial Combel.
- ?D¨®nde est¨¢ el abuelo?, T¨¢ndem Ediciones. A partir de 4 a?os.
- Mi abuelo era un cerezo, SM. A partir de 9 a?os.
- Para siempre, Timunmas. A partir de 4 a?os.
- Julia tiene una estrella, La Galera. A partir de 7 a?os.
- Mim¨® ya no est¨¢ sola, de Cuentos para el adi¨®s, SM. A partir 6 a?os.
- Mam¨¢ se ha marchado, SM. Entre 9 y 11 a?os.
- El duende del lago, de Cuentos para el adi¨®s, SM. A partir de 6 a?os.
- El oso y el gato salvaje, Corimbo. A partir de 6 a?os.
- M¨¢s all¨¢ del gran r¨ªo, Juventud.
- El tren de medianoche, Anaya. A partir de 12 a?os.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.