El ni?o que cruza la calle sin mirar
Reflexiones sobre el atentado de Par¨ªs del que se cumplen ahora dos a?os
![Un empleado de una imprenta sostiene del semanario franc¨¦s Charlie Hebdo con el t¨ªtulo 'Un a?o despu¨¦s, el asesino sigue en la carrera', en enero de 2016.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/HNAIN2FM37YQXRLNKDJZ24CE7M.jpg?auth=b29a0980e1847375cc355955935fc110ef903d340e5db56991ff87d72ea312a6&width=414)
Creo que hubiera sido preferible que la revista Charlie Hebdo nunca publicara las caricaturas de Mahoma. Me hubiera gustado que esa no publicaci¨®n respondiera, no a alg¨²n tipo de temor de los editores de la revista, sino a una distinta comprensi¨®n de lo que la libertad de expresi¨®n significa.
Por diferentes motivos (la buena suerte entre ellos), Europa es hoy una regi¨®n m¨¢s desarrollada econ¨®micamente que la mayor¨ªa de regiones donde predomina el islam. Tras haber vivido a?os en varios, creo firmemente que los pa¨ªses isl¨¢micos son m¨¢s desarrollados que Europa en determinados aspectos distintos del econ¨®mico.
Nuestra supremac¨ªa econ¨®mica se traduce en que nuestra poblaci¨®n es m¨¢s educada y m¨¢s cultivada. En ese sentido (solo en ese), nosotros los europeos vamos por delante, somos mayores, m¨¢s adultos. No se puede pedir el mismo nivel de responsabilidad a un ni?o que a una persona mayor: Un adulto que cruza una calle sin mirar antes es m¨¢s reprobable que un ni?o que hace lo mismo. El adulto, a diferencia del ni?o y por experiencia y conocimiento, debe saber que antes de cruzar una calle, uno debe asegurarse de que no vienen coches.
Los adultos explican a los ni?os las medidas a tomar antes de cambiar de acera. Con la paciencia necesaria que permita a estos ¨²ltimos aprender. Evitando, en cualquier caso, hacer sentir humillado u ofendido al inconsciente ni?o: Eso ser¨ªa contraproducente.
Nuestra libertad de expresi¨®n debe tener siempre presente su propia historia, siendo un apoyo para aquellas sociedades que se est¨¢n desarrollando
El tiempo es algo relativo. En lo que a permisividad se refiere, algunas regiones del mundo viven hoy lo que en Europa vivimos siglos atr¨¢s: ?Qu¨¦ hubi¨¦ramos hecho en la Europa de la edad media ante una caricatura que tuviera a nuestro Dios como protagonista? Creo que en la Espa?a de la inquisici¨®n hubi¨¦ramos quemado en una hoguera a su autor.
Nuestra libertad de expresi¨®n debe tener siempre presente su propia historia. Nuestra libertad de expresi¨®n debe tambi¨¦n actuar de manera adulta, es decir, siendo un apoyo y no lo contrario para aquellas sociedades que se est¨¢n desarrollando: con respeto y con la paciencia que se le supone a un adulto.
Creo, en definitiva, que hay que hacer un uso responsable de la libertad de expresi¨®n, hay que comprender esa libertad correctamente. En este caso esto pasa por no minimizar lo que significa caricaturizar al Dios de una sociedad donde la religi¨®n est¨¢ aun tan presente. Y es en ese sentido que pienso que las caricaturas de la revista Charlie Hebdo fueron desafortunadas.
Cuando los ¨¢rabes se dan una cita, usan frecuentemente la expresi¨®n insh-Ala, lo que viene a significar si Al¨¢ quiere: ¡°Nos vemos ma?ana, si Ala as¨ª lo quiere¡±. Yo no s¨¦ lo que quiere Al¨¢, pero intuyo lo que no quiere: el Cor¨¢n describe a Al¨¢ como un Dios misericordioso y pac¨ªfico. Un Dios, en cualquier caso, que nunca apoyar¨ªa los actos de barbarie cometidos en Par¨ªs a principio de 2015. El amoroso Dios que Al¨¢ es no apoya, seguro, ni el asesinato ni el crimen.
Yo no s¨¦ lo que quiere Al¨¢, pero intuyo lo que no quiere: el Cor¨¢n describe a Al¨¢ como un Dios misericordioso y pac¨ªfico
Condeno tajantemente, con toda la fuerza de la que dispongo, los atentados que tuvieron lugar en Par¨ªs en enero del 2015. Entre los deplorables objetivos que impulsaron a sus odiosos autores, seguramente figura el de sembrar el caos entre nosotros, el de dividirnos: no lo permitamos. Hasta cierto punto ser¨ªa comprensible que nos dej¨¢ramos llevar por la rabia derivada de ese vil acto de terrorismo. Muchos ser¨¢n seguramente los que, cegados por esa rabia, clamen venganza contra los cor¨¢nicos.
Los europeos podemos enorgullecernos de estar entre las poblaciones que m¨¢s ¨¦ticamente han actuado en muchos ¨¢mbitos. Al menos durante las ¨²ltimas d¨¦cadas. No permitamos que la salvaje brutalidad de unos pocos nos confunda ahora. No dejemos que ensombrezcan nuestras acciones. Guardemos la sangre fr¨ªa y diferenciemos entre aquellos que cometen o justifican deplorables atentados terroristas y el resto del pac¨ªfico pueblo musulm¨¢n. Ayudemos y permitamos a este ¨²ltimo a seguir su trayectoria vital y alcanzar su edad adulta. Como hicimos nosotros, como har¨ªamos con el ni?o que cruza la calle. Al menos hasta que el ni?o crezca. Puede que entonces nosotros le necesitemos a ¨¦l. Y, o mucho me equivoco, o ¨¦l estar¨¢ ah¨ª para echarnos la mano que entonces necesitemos.
Todo mi apoyo, todo mi profundo cari?o y toda mi solidaridad a las v¨ªctimas del atentado de Par¨ªs del pasado 8 de enero del 2015.
Miguel Forcat Luque es economista y trabaja para la Comisi¨®n de la Uni¨®n Europea. Este art¨ªculo no refleja necesariamente el punto de vista de la instituci¨®n para la que trabaja. El prop¨®sito de este art¨ªculo no compromete la responsabilidad de esta instituci¨®n.
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