C¨®mo prevenir millones de muertes por c¨¢ncer con lo que ya sabemos
Se calcula que las muertes por c¨¢ncer en todo el mundo aumentar¨¢n m¨¢s del 50% entre 2015 y 2030
El Panel List¨®n Azul de la Misi¨®n contra el C¨¢ncer?establecida por el exvicepresidente estadounidense Joe Biden ha publicado 10 recomendaciones para acelerar un nuevo esfuerzo nacional que ¡°ponga fin al c¨¢ncer tal y como lo conocemos¡±. Estas iniciativas, centradas principalmente en Estados Unidos, servir¨¢n sin duda en el futuro para alargar la vida de algunos pacientes de c¨¢ncer.
Sin embargo, se calcula que las muertes por c¨¢ncer en todo el mundo aumentar¨¢n m¨¢s del 50% entre 2015 y 2030, principalmente debido al aumento y al envejecimiento de la poblaci¨®n. Ya disponemos de los conocimientos y las tecnolog¨ªas necesarios para reducir esta carga para las futuras d¨¦cadas, sin necesidad de esperar a que se produzcan nuevos avances.
Aproximadamente la mitad de los casos y los fallecimientos por c¨¢ncer en todo el mundo se pueden prevenir. Por ejemplo, los tumores de pulm¨®n y los de h¨ªgado son las causas m¨¢s comunes de fallecimiento por c¨¢ncer en todo el mundo, y el c¨¢ncer de c¨¦rvix es la cuarta causa de fallecimiento entre las mujeres. Y ya sabemos c¨®mo prevenirlos casi todos.
Como muchos de mis compa?eros que estudian la prevenci¨®n del c¨¢ncer, creo que aumentar las intervenciones preventivas actuales y los tratamientos ya disponibles podr¨ªa salvar en dos o tres d¨¦cadas millones de vidas en todo el mundo.?
Reducir el n¨²mero de muertes por c¨¢ncer de pulm¨®n
El c¨¢ncer de pulm¨®n es la causa de fallecimiento por c¨¢ncer m¨¢s com¨²n en Estados Unidos y en todo el mundo, con m¨¢s de mill¨®n y medio de fallecimientos al a?o. Pero en los varones estadounidenses, las tasas de c¨¢ncer de pulm¨®n han descendido en torno al 40% en los ¨²ltimos 25 a?os. En las mujeres, las tasas han alcanzado su punto m¨¢ximo.
Esto se debe a que en Estados Unidos la proporci¨®n de adultos fumadores ha descendido en torno al 50% desde la d¨¦cada de 1960, debido a las campa?as de concienciaci¨®n, a la prohibici¨®n de fumar en espacios p¨²blicos cerrados y al aumento del precio del tabaco debido a los impuestos. Esta reducci¨®n se ha producido a pesar de los continuos esfuerzos de las empresas tabacaleras para combatir estas iniciativas de salud p¨²blica.
En Francia y Sud¨¢frica se han logrado reducciones similares aumentando el precio de los cigarrillos. Sin embargo, el n¨²mero de fumadores sigue aumentando en pa¨ªses como China e Indonesia, donde las empresas tabacaleras buscan nuevos mercados y un amplio grupo demogr¨¢fico de potenciales fumadores j¨®venes entra en la adolescencia.
El Convenio Marco de la Oorganizaci¨®n Mundial de la Salus para el Control del Tabaco es el acuerdo internacional sobre pol¨ªticas para reducir la adopci¨®n del tabaquismo y fomentar el abandono del h¨¢bito en los fumadores.
Estados Unidos es uno de los meros siete pa¨ªses que han firmado el convenio pero no lo han ratificado. Si se toma en serio el control del c¨¢ncer, deber¨ªa unirse a los 180 pa¨ªses que lo han ratificado.
C¨¢ncer hep¨¢tico: centrarse en las vacunas
Los tumores hep¨¢ticos son la segunda causa de muerte por c¨¢ncer en todo el mundo?y matan a unas 750.000 personas al a?o. Son la quinta causa m¨¢s com¨²n de fallecimiento por c¨¢ncer en Estados Unidos.
Las causas m¨¢s comunes de c¨¢ncer hep¨¢tico son las infecciones por virus de hepatitis B o C. En algunos pa¨ªses, la aflatoxina, un contaminante alimentario producido por mohos que crecen en cereales o frutos secos almacenados, exacerba el riesgo de que la infecci¨®n por hepatitis B provoque c¨¢ncer hep¨¢tico.
Las razones del aumento de muertes son principalmente el aumento y el envejecimiento de la poblaci¨®n
La infecci¨®n por hepatitis B es casi completamente prevenible mediante vacunaci¨®n en la infancia. De hecho, en Taiw¨¢n se ha observado un descenso del 80% en la tasa de c¨¢ncer hep¨¢tico en los grupos de poblaci¨®n vacunados en la primera infancia.
Si bien las tasas de vacunaci¨®n contra la hepatitis B en beb¨¦s son elevadas en todo el mundo, muchos siguen sin vacunar. La vacunaci¨®n universal disminuir¨ªa a¨²n m¨¢s la infecci¨®n hep¨¢tica y el c¨¢ncer de h¨ªgado a escala mundial.
La hepatitis C causa alrededor de la cuarte parte de las muertes por c¨¢ncer hep¨¢tico en todo el mundo. Terapias curativas como el Sovaldi quiz¨¢ constituyan otra herramienta para prevenir este tipo de c¨¢ncer. Los investigadores creen que curar a los pacientes infectados de hepatitis C los proteger¨¢ contra el desarrollo de c¨¢ncer hep¨¢tico.
Pero el precio actual de estos nuevos f¨¢rmacos constituye un obst¨¢culo fundamental para su uso tanto en pa¨ªses de rentas m¨¢s bajas como en Estados Unidos.
Sin embargo, en Egipto, alianzas p¨²blico-privadas han conseguido comercializar este f¨¢rmaco a menos de la cent¨¦sima parte del precio cobrado en Estados Unidos. Un vigoroso esfuerzo internacional para usar estos nuevos f¨¢rmacos con el fin de reducir el n¨²mero de infecciones tendr¨ªa un impacto considerable en los c¨¢nceres de h¨ªgado provocados por la hepatitis C.
El consumo excesivo de alcohol tambi¨¦n aumenta el riesgo de desarrollar c¨¢ncer hep¨¢tico (as¨ª como de desarrollar tumores de mama, es¨®fago, p¨¢ncreas, colon y recto). Seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, el consumo ha aumentado en los dos pa¨ªses m¨¢s poblados, India y China.?
C¨¢ncer de c¨¦rvix: vacunas y citolog¨ªas vaginales?
El c¨¢ncer de cuello uterino mata a m¨¢s de 250.000 mujeres al a?o en todo el mundo, lo que lo convierte en la cuarta causa de muerte por c¨¢ncer entre las mujeres a escala mundial. En Estados Unidos, sin embargo, ocupa el decimocuarto lugar. Entre 1975 y 2012, la incidencia de c¨¢ncer de c¨¦rvix en Estados Unidos se redujo a la mitad gracias a las citolog¨ªas vaginales y a la extirpaci¨®n de las lesiones precancerosas.?
El c¨¢ncer de cuello uterino mata a m¨¢s de 250.000 mujeres al a?o en todo el mundo, lo que lo convierte en la cuarta causa de muerte por c¨¢ncer entre las mujeres a escala mundial
Sin embargo, casi todos los casos de c¨¢ncer de c¨¦rvix se deben a infecci¨®n por virus del papiloma humano (VPH), y ahora disponemos de una vacuna contra las principales cepas de VPH. En teor¨ªa, el c¨¢ncer de c¨¦rvix es casi completamente prevenible si la vacunaci¨®n contra VPH antes del inicio de la actividad sexual va seguida por ex¨¢menes en la edad adulta para detectar las lesiones precancerosas provocadas por las cepas del virus no cubiertas por la vacuna. Pero la vacuna no est¨¢ al alcance de la mayor¨ªa de las j¨®venes del mundo.?
El Programa Ampliado de Inmunizaciones de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud garantiza que el 85% de los ni?os del mundo recibe en la actualidad al menos la triple vacuna contra difteria, t¨¦tanos y tosferina. Este programa ha creado nuevos canales de distribuci¨®n de vacunas y podr¨ªa servir de modelo para ampliar el n¨²mero de ni?as preadolescentes que reciben la vacuna contra el VPH.?
Asegurarse de que a m¨¢s mujeres en todo el mundo se les realizan pruebas como las citolog¨ªas vaginales, introducidas hace d¨¦cadas, o las nuevas pruebas de detecci¨®n de VPH, tambi¨¦n ayudar¨ªa a reducir la incidencia de c¨¢ncer de cuello uterino.?
Atacar la leucemia infantil y el c¨¢ncer de mama
En los pa¨ªses desarrollados, la forma m¨¢s com¨²n de leucemia infantil, la leucemia linfoc¨ªtica aguda, se cura con quimioterapia convencional en m¨¢s del 80% de los ni?os afectados. Estos f¨¢rmacos baratos y capaces de salvar vidas est¨¢n disponibles desde hace d¨¦cadas en Estados Unidos. Pero en otras partes del mundo, la mayor¨ªa de los ni?os con leucemia fallecen porque no reciben tratamiento.
F¨¢rmacos como el tamoxifeno y los inhibidores de la aromatasa han disminuido la mortalidad de los c¨¢nceres de mama dependientes de estr¨®genos en el mundo desarrollado. Pero, en su mayor¨ªa, las mujeres del mundo en desarrollo que padecen tumores de este tipo no reciben estas medicaciones baratas.
Si bien la leucemia y el c¨¢ncer de mama requieren de infraestructuras de diagn¨®stico y tratamiento relativamente complejas, no precisan tratamientos nuevos. La pieza que falta todav¨ªa es la voluntad pol¨ªtica y la financiaci¨®n para expandir el acceso a estos tratamientos establecidos hace ya tiempo.
Optimizar la tecnolog¨ªa y los conocimientos que ya tenemos
Centrar nuestras esperanzas en nuevas tecnolog¨ªas no es la ¨²nica forma de reducir las muertes por c¨¢ncer en todo el mundo. Podr¨ªa obtenerse un impacto enorme simplemente garantizando que se difunden a todo el mundo las intervenciones y los tratamientos cuya eficacia conocemos ya.
Un aspecto fundamental es que ya disponemos de modelos que muestran c¨®mo puede hacerse. Programas como el Plan de Emergencia del Presidente para Alivio del Sida y el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria han permitido a los pacientes de VIH acceder a los imprescindibles f¨¢rmacos antirretrovirales mediante la negociaci¨®n de un precio mucho m¨¢s bajo. Los programas han ayudado tambi¨¦n a los pa¨ªses a establecer la infraestructura necesaria para administrar las medicinas y hacer un seguimiento de los pacientes.
Algunos programas han permitido a los pacientes de VIH acceder a los imprescindibles f¨¢rmacos antirretrovirales mediante la negociaci¨®n de un precio mucho m¨¢s bajo
Podemos hacer mucho m¨¢s para prevenir el c¨¢ncer en Estados Unidos. Aunque las tasas de tabaquismo han disminuido, el 17% de los adultos sigue fumando. Menos de la mitad de nuestros adolescentes, tanto ni?os como ni?as, reciben las dosis recomendadas de la vacuna contra el VPH. Siguen existiendo disparidades raciales en el acceso a la detecci¨®n precoz y al tratamiento de tumores.
Para los c¨¢nceres que no podemos prevenir, siempre necesitaremos nuevas y mejores terapias. Pero no deber¨ªamos esperar a las futuras curas para hacer todo lo posible por prevenir las muertes por c¨¢ncer en todo el mundo.
Podemos optar por prevenir muchos c¨¢nceres y muertes por c¨¢ncer en todo el mundo, porque, utilizando las palabras pronunciadas por el presidente John F. Kennedy al lanzar la primera misi¨®n espacial a la luna, ¡°ese objetivo servir¨¢ para organizar y medir nuestras mejores energ¨ªas y aptitudes, porque ese es un reto que estamos dispuestos a aceptar, un reto que no estamos dispuestos a posponer¡±.
David Hunter es titular de la c¨¢tedra Vincent L. Gregory de Prevenci¨®n del C¨¢ncer en la Escuela Harvard T. H. Chan de Salud P¨²blica, perteneciente a la Universidad de Harvard
Cl¨¢usula de divulgaci¨®n
David Hunter recibe financiaci¨®n de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.
Traducci¨®n de News Clips.
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