Las madres actuales, esas mujeres orquesta tan poco valoradas
Hace algunos a?os, las progenitoras pose¨ªan una serie de habilidades que hoy en d¨ªa han perdido totalmente su valor
Hace algunos a?os, las madres y amas de casa (era casi imposible ser una cosa sin ser la otra) pose¨ªan una serie de habilidades que hoy en d¨ªa han perdido totalmente su valor. Por ejemplo, recuerdo que muchas familias de mi pueblo criaban pollos y conejos, y llegado el momento, las mujeres los mataban, desplumaban o despellejaban, los troceaban y cocinaban con ellos. No me imagino a m¨ª misma, ni a casi nadie de mi generaci¨®n, haciendo de matarife en su propia cocina. Como mucho, me atrevo a trocear un pollo.
Si me remonto m¨¢s atr¨¢s a¨²n, y pienso en mi abuela y las madres de su ¨¦poca, creo que ellas lo tuvieron muy dif¨ªcil: Sin electricidad, sin lavadora ni secadora, horno microondas o lavavajillas; sin coche, sin ordenador, sin Google, sin m¨®vil, sin WhatsApp, sin todas esas ayudas que hoy tenemos en la mayor¨ªa de los hogares, tan cotidianas, tan ¨²tiles y tambi¨¦n tan tiranas cuando te fallan y las odias a morir. S¨ª, afortunadamente ya no tenemos que ir a lavar al r¨ªo como mi abuela, saber lavar a mano es otra habilidad in¨²til hoy por hoy, y podemos hacer una compra grande en el s¨²per y cargar el coche, o comprar online, en vez de ir al mercado todos los d¨ªas.
As¨ª que a priori, parece que hoy lo tenemos m¨¢s f¨¢cil que ellas. Una prueba clara del avance la tenemos en la libertad de conducir, la independencia de poderte ir a d¨®nde quieras, eso es algo que no tuvieron nuestras abuelas. Lo perverso del asunto, es que lo que parece una gran ventaja, ha acabado de alguna manera volvi¨¦ndose en nuestra contra. Personalmente, hay d¨ªas en los que me siento taxista no remunerada, paso tanto tiempo en llevar y traer a mis hijos del colegio, del instituto, de las diferentes clases extraescolares, de las fiestas de cumplea?os o de las casas de los amigos que se me van las horas al volante.
Teniendo tres hijos, nos tuvimos que comprar un monovolumen de siete plazas para poder llevarlos a ellos y a los amigos. Cuando llevo el coche hasta arriba de ni?os o ni?as, tengo la sensaci¨®n de que conduzco un mini bus. Estoy deseando que vayan solos a todas partes, porque de momento, y eso que dos de ellos ya son adolescentes, con las agendas tan apretadas y las mochilas tan llenas, lo de caminar resulta complicado. Supongo que tendr¨¦ que esperar a que se saquen el carn¨¦ de conducir, aunque mucho me temo que cuando eso ocurra me dejar¨¢n sin coche y estar¨¦ otra vez fastidiada.
Teniendo tres hijos, nos tuvimos que comprar un monovolumen de siete plazas para poder llevarlos a ellos y a los amigos.
Cuando yo era peque?a, mi madre me llevaba al instituto por las ma?anas, ya por entonces empez¨® la moda de las madres taxista, ya se incorpor¨® al curr¨ªculum de las mam¨¢s la habilidad de la conducci¨®n, pero ah¨ª acababa todo, porque ni mis hermanos ni yo est¨¢bamos multi-escolarizados, ¨ªbamos al colegio y punto. Ahora existe una ampl¨ªsima oferta formativa, gracias a las actividades extraescolares, que provocan que nuestros hijos est¨¦n escolarizados tres y cuatro veces cada uno. Adem¨¢s de ir al colegio, van a escuelas de f¨²tbol, de equitaci¨®n, de baile, de idiomas¡
Y para colmo la mayor¨ªa de extraescolares se configuran cuando est¨¢ acabando el curso. De modo que en los meses de mayo y junio, cuando est¨¢s en el punto ¨¢lgido de estr¨¦s y agotamiento, cuando est¨¢s contando los d¨ªas que quedan para las vacaciones de verano, cuando todos los ni?os nacidos en verano celebran sus cumplea?os (hasta siete fiestas hemos llegado a tener en cinco d¨ªas) es entonces cuando te tienes que poner a rellenar las fichas para las extraescolares del curso siguiente y a hacer transferencias bancarias. En ese momento, me dan ganas de no apuntarlos a nada, ?que se queden en casa tranquilos!, y as¨ª de paso que me dejen en paz a m¨ª tambi¨¦n.
Las extraescolares tienen trampa, s¨ª, tienen una serie de efectos colaterales con los que habitualmente no cuentas. Y es que ya no solo hay que ir al festival de fin de curso del cole, sino tambi¨¦n a exhibiciones de patinaje o de yudo, a bailes, obras de teatro, exposiciones de pintura, pruebas de nivel, campeonatos, audiciones¡ As¨ª que, aunque nunca pens¨¦ que fuera a decir esto, voy a usar esa frase que el Juez Calatalyud ha puesto tan de moda: ?se nos est¨¢ yendo la pinza con las extraescolares!, si est¨¢is a¨²n a tiempo de planificar las actividades del curso que viene, resistiros, manteneros firmes y sed selectos, no os dej¨¦is llevar por el frenes¨ª.
Pero la cosa no acaba aqu¨ª, ahora adem¨¢s de taxista, una tambi¨¦n tiene que ser una buena Community Manager. Para ser mam¨¢ hoy en d¨ªa necesitas saber manejar con soltura WhatsApp, por supuest¨ªsimo, adem¨¢s de otras muchas herramientas, empezando por el correo electr¨®nico, pasando por Telegram, Twitter, Instagram, Facebook y otras m¨¢s espec¨ªficas como Moodle, Phidias, Google Calendar, o blogger. La informaci¨®n y las tareas del colegio llegan por canales tan diferentes que estar al d¨ªa de todo, apoyar a los centros educativos en redes sociales y echarles un cable a los ni?os cuando se atascan con el ordenador y sus tareas en formato digital requieren de unas habilidades nada desde?ables. Y si no es por motivos escolares, al menos por motivos personales hay que estar ah¨ª, para saber cu¨¢l es el uso que hacen tus hijos de las redes sociales.
Las mam¨¢s tambi¨¦n tenemos una faceta de secretaria, no nos olvidemos de ello. Llevamos la agenda de los peques.
Las mam¨¢s tambi¨¦n tenemos una faceta de secretaria, no nos olvidemos de ello. Llevamos la agenda de los peques. Tenemos que acordar con otras mam¨¢s cu¨¢ndo es el mejor momento para que los ni?os hagan un trabajo juntos, queden un fin de semana, o celebren una fiesta de cumplea?os conjunta; vamos a comprar regalos para los amigos; leemos los comunicados que llegan desde el colegio y vamos a las reuniones y las tutor¨ªas; sabemos cu¨¢ndo se van de excursi¨®n y qu¨¦ tienen que llevar a la excursi¨®n y estamos al corriente de los pagos de las cooperativas escolares. Con una agenda as¨ª de apretada, llena de extraescolares, fiestas y revisiones m¨¦dicas, la coordinaci¨®n de las personas a cargo del ni?o es muy importante. Saber en cada momento qui¨¦n trae y lleva a los ni?os de cada lugar, tirando de WhatsApp para hacer cambios, haciendo anotaciones en la agenda, tiene un peligro: el de que el ni?o se quede tirado en la puerta del colegio, del instituto o de la actividad extraescolar de turno.
Comparando las tareas de anta?o y las de ahora, creo que al menos nuestras predecesoras ten¨ªan cierto reconocimiento por lo que hac¨ªan, creo que aunque muchas de las cosas que las ocupaban no eran agradables, por lo menos a m¨ª lo de hacer de carnicera me resulta un tanto gore, pero de alguna manera eran valoradas. Sinceramente, aunque ahora no lavemos en el r¨ªo, y no seamos capaces de ¡°asesinar¡± un pollo, creo que nuestras habilidades no tienen nada que envidiar a las de nuestras abuelas. Lo desalentador es lo poco valoradas que est¨¢n, la escasa visibilidad que tienen. Somos aut¨¦nticas mujeres orquesta, madres de hijos multiescolarizados que requieren horas de nuestro tiempo en ir y venir de escuelas diversas; pluriempleadas, con un empleo y a cargo de la casa, del cuidado de los ni?os y preocupadas por el bienestar y la salud de nuestras familias.
Porque cuidar de la salud tambi¨¦n es importante, hay que estar al d¨ªa de las revisiones m¨¦dicas, y ya no basta con ir al pediatra o a la enfermera, no nos podemos olvidar del oculista y el dentista, como poco. Y entre una cosa y otra, de vez en cuando una incursi¨®n a urgencias, y a la farmacia a comprar la loci¨®n antipiojos justo antes de que cierren. Una obligaci¨®n en la que no hemos avanzado mucho respecto a nuestras madres y abuelas es en la necesidad de despiojar. En la era del hashtag a¨²n no hemos conseguido acabar con los piojos.
As¨ª nos pasa, que se nos van los d¨ªas y no tenemos tiempo de nada. Yo me doy cuenta del tiempo que me quita todo lo anterior en cuanto llega el verano. Llega el final de junio y de repente es como si los d¨ªas se estiraran, como si duraran m¨¢s. Pero cuando de verdad se nota las horas que te roban ese mont¨®n de tareas no agradecidas, el hacer de taxista, de Community Manager o de secretaria es en agosto. Bendito agosto. Parece que haya habido una hecatombe, en agosto no hay rastro de vida humana. Yo adoro agosto, es el mejor mes del a?o. Si no fuera por la famosa ¡°Vuelta al cole¡± de unos conocidos grandes almacenes, que me sacan de mi ensue?o, con sus anuncios, sus vallas publicitarias de ni?os con gorros, bufandas, abrigos de plumas y guantes, cuando los term¨®metros a¨²n rondan los 40? en plena Castellana de Madrid, record¨¢ndome el horror de los meses de colegio, extraescolares, reuniones, revisiones y dem¨¢s, agosto ser¨ªa lo m¨¢s parecido al para¨ªso.
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