Cooperaci¨®n + conocimiento: correcto e inteligente
Es la f¨®rmula adecuada. La nueva ayuda al desarrollo est¨¢ demostrando su valor como palanca de los esfuerzos de innovaci¨®n que realizan actores estatales y no estatales en las regiones pobres del planeta

Una fundaci¨®n espa?ola se al¨ªa con una ONG guatemalteca para acabar con la mortalidad materna de Centroam¨¦rica integrando tecnolog¨ªas adaptadas, formaci¨®n y diagn¨®sticos remotos. Un consorcio entre grandes empresas espa?olas, una universidad madrile?a, una ONG noruega y el ACNUR logra llevar energ¨ªa a un campo de refugiados en el Cuerno de ?frica. Algo m¨¢s al sur, decenas de cient¨ªficos y profesionales sanitarios mozambique?os acarician el sue?o del fin de la malaria gracias en parte a la inversi¨®n y formaci¨®n realizada por la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n y un hospital de Barcelona.
El intercambio de conocimiento puede ser menos sexy que otras herramientas de la ayuda al desarrollo, pero en el momento y el contexto adecuados salva vidas, calienta e ilumina hogares y garantiza la cosecha del pr¨®ximo a?o. En algunos casos, estas alianzas entre actores diversos y complementarios consiguen resolver un problema social o ambiental complejo con propuestas que no solo obtienen resultados inmediatos, sino que permiten la continuidad y la r¨¦plica de las soluciones.
Nosotros hemos llamado a este proceso los C¨ªrculos Virtuosos de la cooperaci¨®n. Los C¨ªrculos est¨¢n inspirados en una parte de la considerable experiencia acumulada por el sistema espa?ol de ayuda al desarrollo a lo largo de d¨¦cadas y en decenas de comunidades por todo el planeta, que hoy puede ser puesta al servicio de la cooperaci¨®n del futuro.
En M¨¦xico, Per¨², Brasil o Etiop¨ªa, empresas espa?olas trabajan con actores locales y de la cooperaci¨®n para garantizar el acceso de poblaciones pobres a fuentes de energ¨ªa limpias, estables y asequibles
En plena revoluci¨®n tecnol¨®gica y embridadas por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) hacia 2030, las estrategias de la cooperaci¨®n internacional ya no responden al contexto del pasado. Aunque en muchas regiones del mundo la transferencia directa de recursos financieros para mitigar la falta de servicios esenciales y proporcionar asistencia humanitaria siguen representando un papel imprescindible, la nueva ayuda al desarrollo est¨¢ demostrando su valor como palanca de los esfuerzos de innovaci¨®n que realizan actores estatales y no estatales en las regiones pobres del planeta. Una transformaci¨®n en la que la creatividad tiene que ir acompa?ada de voluntad pol¨ªtica, de instrumentos financieros apropiados y de un nuevo liderazgo capaz de alinear las capacidades complementarias de instituciones p¨²blicas y privadas en beneficio del inter¨¦s com¨²n.
El sector de la energ¨ªa ofrece un buen ejemplo de esta l¨®gica. En pa¨ªses como M¨¦xico, Per¨², Brasil o Etiop¨ªa, diferentes empresas espa?olas trabajan con actores locales y de la cooperaci¨®n para garantizar el acceso de poblaciones pobres a fuentes de energ¨ªa limpias, estables y asequibles que garanticen sus derechos y oportunidades. La introducci¨®n de tecnolog¨ªas como los sistemas fotovoltaicos domiciliarios de ¨²ltima generaci¨®n no es la ¨²nica innovaci¨®n que aportan algunos de estos proyectos. Las alianzas entre actores, los modelos de operaci¨®n, mantenimiento y negocio o la regulaci¨®n del sector han sido objeto de una reforma orientada a garantizar el impacto de los programas y asegurar su continuidad y ampliaci¨®n en procesos de aprendizaje abierto. Incluso en contextos tan complejos como los de un campo de refugiados, una innovadora alianza entre actores, impulsada desde nuestra Agencia de Cooperaci¨®n, ha logrado ofrecer soluciones mejor adaptadas, m¨¢s eficientes y esperanzadoramente sostenibles.
En el caso del sector de la salud, los recursos de la cooperaci¨®n oficial espa?ola han contribuido de forma determinante al esfuerzo internacional contra las enfermedades de los pobres. Millones de personas se han beneficiado de unas investigaciones realizadas de manera conjunta con equipos locales y que han dado resultados tangibles como el primer prototipo de vacuna contra la malaria o los avances m¨¢s prometedores de las ¨²ltimas d¨¦cadas en la lucha contra el Chagas, una enfermedad parasitaria prevalente en Am¨¦rica Latina que adem¨¢s afecta a 87.000 pacientes en Espa?a. La batalla por la salud global y el papel que la innovaci¨®n puede representar en ella son terreno abonado para una estrategia que ofrece ventajas tanto para los pa¨ªses m¨¢s vulnerables como para la propia capacidad investigadora de los donantes.
Tras siete a?os de recortes, la capacidad de atraer recursos ajenos se ha convertido en una cuesti¨®n de supervivencia para la Cooperaci¨®n Espa?ola
Cada uno de estos casos ¨Cal igual que otros que hemos estudiado en los sectores del agua o la seguridad alimentaria¨C sugiere que es posible dise?ar y poner en pr¨¢ctica estrategias fundamentadas en la creatividad, la colaboraci¨®n, el enfoque sist¨¦mico, la flexibilidad y el aprendizaje continuado. M¨¢s a¨²n, permiten atraer el apoyo econ¨®mico de actores terceros, como los bancos multilaterales o los donantes privados. Tras siete a?os de recortes, la capacidad de atraer recursos ajenos se ha convertido en una necesidad de supervivencia para la Cooperaci¨®n Espa?ola.
Durante los pr¨®ximos meses, la Cooperaci¨®n Espa?ola va a reconsiderar su estrategia pol¨ªtica y presupuestaria, una oportunidad para actualizarse y aprovechar lo mejor de lo aprendido hasta ahora. Este proceso puede acabar de dos maneras: con un Plan Director vintage que replique el tablero gris de sectores, pa¨ªses y actores tradicionales; o con una visi¨®n verdaderamente transformadora, como propugnan los ODS, apoyada en instrumentos renovados y en un conjunto amplio de actores que saben que una cooperaci¨®n buena para el planeta lo es tambi¨¦n para sus propios intereses de futuro.
Algunas empresas, universidades y organizaciones sociales han comenzado a tomar la iniciativa. Las administraciones p¨²blicas pueden aprovechar este impulso, subirse al carro y multiplicar el impacto de sus pol¨ªticas.
Este art¨ªculo forma parte de una serie de cinco piezas que analizan el concepto de los C¨ªrculos virtuosos de la cooperaci¨®n y su relevancia para el futuro de la ayuda al desarrollo espa?ola. Utilizando ejemplos de los sectores de la energ¨ªa, la salud global y la seguridad alimentaria, la serie ilustra la importancia del conocimiento y la innovaci¨®n en la resoluci¨®n de problemas complejos del desarrollo. Los C¨ªrculos virtuosos es una idea concebida conjuntamente por el Centro de Innovaci¨®n y Tecnolog¨ªa para el Desarrollo Humano de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid y el Instituto de Salud Global de Barcelona.
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