Algo se mueve en la Cooperaci¨®n Espa?ola

Algo se mueve en la Cooperaci¨®n Espa?ola, aunque a¨²n no sabemos si hacia delante. Esta semana se present¨® en el Congreso de los Diputados el documento de recomendaciones de los actores sociales del Consejo de Cooperaci¨®n para la elaboraci¨®n del V Plan Director (PD). A falta del borrador que empieza a circular entre algunas oficinas de Exteriores y que llegar¨¢ a los fans tras el verano, hay que tomarse este primer acto como el pistoletazo de salida de un ejercicio que determinar¨¢ las prioridades y herramientas de la ayuda al desarrollo durante los pr¨®ximos a?os. Nada menos.

Comparto con ustedes mi inquietud sobre algunos asuntos que pueden determinar este proceso:

• El desaf¨ªo pol¨ªtico del nuevo PD es recolocar la cooperaci¨®n oficial en un marco que ha cambiado doblemente. En primer lugar, el desarrollo de la Agenda 2030 en Espa?a, donde la cooperaci¨®n juega un papel minoritario pero angular, y en el que padecemos un retraso estrat¨¦gico intolerable. Solo recientemente se ha puesto en marcha una oficina para los ODS, liderada por un diplom¨¢tico comprometido y capaz pero que limita su ¨¢rea de influencia al Ministerio de Exteriores. Si no se espera el plan formal de Espa?a hasta el High Level Political Forum de 2019 o si se plantea seriamente la posibilidad de una Ley de Desarrollo Sostenible que ampare todas estas actividades pero cuya tramitaci¨®n ser¨¢ larga, ?qui¨¦n garantiza el alineamiento entre ambos procesos?
• El segundo desaf¨ªo es el contexto de un sistema internacional de cooperaci¨®n que se ha transformado considerablemente en los a?os en que el nuestro permanec¨ªa en coma. Y aqu¨ª mi preocupaci¨®n es m¨¢s pedestre, porque nuestro sector est¨¢ anquilosado. La mayor parte de los ponentes (y fueron, ay, unos cuantos) despleg¨® una sucesi¨®n pasmosa de lugares comunes. Las propias recomendaciones del Consejo son todav¨ªa excesivamente gen¨¦ricas. Si queremos afrontar con garant¨ªas los desaf¨ªos de asuntos complejos como la relaci¨®n equ¨ªvoca entre pol¨ªticas migratorias y ayuda al desarrollo, las oportunidades del intercambio de conocimiento para la innovaci¨®n, la constituci¨®n de alianzas p¨²blico-privadas o la nueva generaci¨®n de pa¨ªses donantes necesitamos nuevas y mejores ideas que, hoy al menos, escasean.
• La Administraci¨®n necesitar¨¢ toda la ayuda que pueda encontrar para garantizar el valor a?adido del nuevo PD. Mi sensaci¨®n es que los responsables de este proceso est¨¢n asfixiados, manejando un circo de tres pistas sin apoyo pol¨ªtico ni incentivos claros para la innovaci¨®n y apoy¨¢ndose en una colecci¨®n escasa de expertos que refleja bien la atrofia de los think tanks e instituciones acad¨¦micas espa?olas en este ¨¢mbito. Los grupos parlamentarios pueden ayudar ejerciendo impulso pol¨ªtico y abriendo espacios de debate independiente y creativo en el Congreso (aunque sea en sus formatos decimon¨®nicos), pero no estoy seguro de que sea suficiente.
• Un ¨²ltimo asunto: casi todos los ponentes hicieron referencia al peque?o detalle de los recursos econ¨®micos, que determina en realidad el punto de partida. Si el futuro se parece a estos presupuestos de la Srta. Pepis que tenemos hoy, cualquier plan director puede ser escrito en el reverso de una servilleta. Me emocion¨® particularmente la apelaci¨®n de Fernando Maura (Ciudadanos) a ¡°no caer en el des¨¢nimo¡±. Escuch¨¢ndole a ¨¦l y al representante del PNV hacer un canto de las virtudes de la ayuda al desarrollo, cualquiera pensar¨ªa que los presupuestos de este a?o los negoci¨® el gato.