El ¡®senegalego¡¯ que escribe con la mirada de un le¨®n
Cheikh Fay¨¦ acaba de publicar 'Ser Modou Modou' una recopilaci¨®n de opiniones y visiones sobre Senegal y Galicia
Hubo un momento, en alg¨²n lugar de su Senegal natal, en el que la mirada paciente de Cheikh Fay¨¦ se qued¨® enredada en las palabras de Chinua Achebe. Tiempo despu¨¦s, y en otro lugar alejado de su tierra y de los suyos, una de las frases del escritor nigeriano, aquella que se hac¨ªa eco de un proverbio africano que dec¨ªa que la historia de la caza siempre hab¨ªa sido contada por los cazadores, regres¨® a su mente. Ocurri¨® cuando sus dedos se posaron sobre la tapa de una libreta que acaba de adquirir. Entonces, not¨® surgir en ¨¦l un torbellino ¨ªntimo, lleno de vivencias, experiencias y recuerdos que ya no pudo taponar por m¨¢s tiempo, y que nac¨ªa de la necesidad de querer contar la historia de la caza desde el in¨¦dito punto de vista del le¨®n. Y empez¨® a escribir.
De esta manera, surgi¨® su blog, que inici¨® en mayo de 2015, y en el que transcribi¨® lo que hab¨ªa ido anotando en su libreta, todo ello en gallego. Lo llam¨® Senegaliza. Se trata de un vocablo inventado, a trav¨¦s del cual Fay¨¦ nos ha querido transmitir algo hermoso. La nueva palabra que da t¨ªtulo a su blog nos habla de dos extremos que se han ido tocando hasta construir un puente: ¡°De Senegal a Galiza, Senegaliza, Senegal-Galiza¡±.
Ahondando en sus mutuas contradicciones, ¨¦l encontr¨® nuevas v¨ªas para el entendimiento y as¨ª su blog se convirti¨® en eco de muchas vidas, de aqu¨ª y de all¨ª, empezando por la suya propia. Fay¨¦ volvi¨® hacia atr¨¢s y recobr¨® el impulso hacia delante, sabiendo que el tiempo es c¨ªclico, y quiso narrar la historia desde las percepciones de aquellos que se han visto arrojados a los m¨¢rgenes del mundo. Le naci¨®, as¨ª, la necesidad de mostrar el dolor lacerante que hay detr¨¢s de tantas vidas duras y dif¨ªciles de aquellos que un d¨ªa se vieron obligados a salir de su tierra. Vidas que en nuestras sociedades tantos intentan, a menudo, pulverizar y hacer desaparecer. Pero quiso tambi¨¦n destacar los destellos de otros, muchos otros, que se niegan a seguir esta senda y se paran, apoyan su mano en sus hombros y les miran de frente.
Su blog se llama 'Senegaliza'. Un vocablo inventado para unir Senegal y Galiza
Una trayectoria, la de Fay¨¦, que leyendo sus entradas en el blog empezamos a conocer. El senegal¨¦s cita con frecuencia a Shengor, primer presidente de su pa¨ªs, su escritor preferido y a quien admira, que parece resumir parte de su propia biograf¨ªa: ¡°La verdadera cultura implica arraigo y desarraigo¡±. De hecho Fay¨¦, quien se define como ¡°campesino, emigrante, humanista¡±, tuvo que marchar de su Gade Escale natal, una comunidad rural, pasados los 40, tras haber sido profesor en Dakar, y cuando las circunstancias no le dejaron otra salida. Elude hablar de los motivos (menciona los bajos salarios, la necesidad de cuidar de la familia extensa¡) que le llevaron a tomar la decisi¨®n m¨¢s extrema, la que contra su voluntad se impuso: partir. Como padre de tres hijos decidi¨® salir, como tantos, para procurarles un futuro mejor. Una vez en La Coru?a, a donde se dirigi¨® aconsejado por los que le indicaron que Galicia era ¡°una tierra m¨¢s tolerante con la gente sin papeles¡±, le fue imposible homologar sus t¨ªtulos y acab¨® sobreviviendo como vendedor ambulante ahorrando lo que pod¨ªa para mand¨¢rselo a su familia.
¡°La vida del emigrante es muy dura¡±, escribe en Senegaliza. Aguantar el clima extremo de feria en feria, de calle en calle, vendiendo todo tipo de cosas a unas personas que, a causa de la crisis, cada vez tienen menor poder adquisitivo y durmiendo algunas veces a la intemperie, sobre cartones. Son 14 a?os ya en los que dice conservar el ¡°sue?o del quincallero¡±, que consiste en llegar a poder tener una tienda propia, con un techo que lo proteja los d¨ªas de lluvia. Mientras, env¨ªa a su tierra las pocas ganancias que obtiene y se cobija en un piso compartido en el que ha ido almacenando tres bicicletas, una para cada uno de sus hijos, que a¨²n no ha podido llevar a Senegal.
Arraigarse y abrirse. Fay¨¦ aprendi¨® gallego, en su opini¨®n su mejor manera de integrarse en la sociedad que le hab¨ªa acogido, y en esa lengua decidi¨® escribir. As¨ª, Senegaliza se llen¨® de opiniones, deseos, lecturas, denuncias, vidas ajenas¡ creci¨®, super¨® las 100 entradas y mut¨®. Lo ¨²ltimo que se puede consultar en su cuaderno de bit¨¢cora son las notas de prensa, en diversos medios de comunicaci¨®n gallegos, que no cesan de aparecer y que hablan de la acogida que est¨¢ teniendo su primer libro. Bajo el t¨ªtulo Ser Modou Modou, editado por la Asociaci¨®n Socio-Pedag¨®xica Galega, la obra se nutre en su mayor¨ªa de los textos que durante estos dos ¨²ltimos a?os ha ido compartiendo en su blog, junto a otros que han sido escritos para la ocasi¨®n.
El senegal¨¦s apareci¨® en las listas del BNG pero, al no tener ni nacionalidad de ning¨²n pa¨ªs de la Uni¨®n Europea, se le impidi¨® participar
La palabra ¡°Modou¡± es la que se ha familiarizado en Europa para designar al ¡°emigrante senegal¨¦s¡±. Vocablo clave en el libro, en torno al cual giran varias piezas en las que el autor nos transmite las complicaciones y los miedos de un camino, lleno de horrores y peligros, muchas veces mortales, que atraviesan aquellos que dan el paso. Europa, reflexiona, no es final de todos los problemas, ¡°muy pocos emigrantes dejan de ser pobres seg¨²n los est¨¢ndares de aqu¨ª¡±. Son palabras que pretenden incidir y abrir las mentes de sus hermanos senegaleses. Pero Fay¨¦ sabe que el problema es m¨¢s complejo. Entre los numerosos autores y obras literarias que menciona a lo largo del volumen, ocupa un lugar importante Mbeke mi, la ¨²ltima novela de Abasse Ndione, que comienza con una cita en la que se subraya el problema de la migraci¨®n como uno de los principales fracasos de la pol¨ªtica en ?frica.
Otro grupo de art¨ªculos giran en torno a las opiniones pol¨ªticas. Fay¨¦ vuelve a citar a otro pensador, esta vez a Sartre, para explicar su propia implicaci¨®n en este mundo: ¡°en la vida no hay neutralidad, de alg¨²n modo estamos en un lado o en otro¡±. En las elecciones municipales de 2015, el senegal¨¦s apareci¨® en las listas del BNG pero, al no tener ni nacionalidad espa?ola ni de ning¨²n estado de la Uni¨®n Europea, se le impidi¨® participar. ?l cree de manera firme en la posibilidad de cambio desde el ¨¢mbito pol¨ªtico. Incluido en su propio pa¨ªs, en el que ha habido elecciones en fechas recientes, y a pesar de que el l¨ªder en el que ¨¦l confiaba, Khalifa Sall, haya obtenido un pobre resultado, tras haber sido encarcelado y no haber podido hacer campa?a en las legislativas que acaban de celebrarse.?
Finalmente, muchos de los cap¨ªtulos de Ser Modou Modou se los dedica a la cultura y tradici¨®n de su pa¨ªs, en los que alterna descripciones sobre la estratificaci¨®n y relaciones sociales senegalesas. A trav¨¦s de ellos muestra los paralelismos de la sociedad gallega con la suya en algunas costumbres y formas relacionales familiares y sociales. En este sentido afirma ¡°hay mucho en com¨²n, el mar, la agricultura y la ganader¨ªa, las personas siempre dispuestas a ayudar cuando hay problemas¡±, habla de la sociedad gallega como ¡°muy abierta¡± e, incluso, llega a la conclusi¨®n de que los seres invisibles que las pueblan, que habitan, por ejemplo, en su tierra en el ¨¢rbol de la palabra son semejantes aunque tengan nombres diferentes: all¨ª se llaman ¡°rap¡± y en Galicia, ¡°mouro/moura¡±.
Un d¨ªa, as¨ª termina su libro, Fay¨¦ visit¨® un colegio de La Coru?a. All¨ª, los ni?os y las ni?as escucharon con atenci¨®n lo que ¨¦l les contaba. Despu¨¦s, le regalaron unos dibujos que hab¨ªan realizado expresamente para ¨¦l y que compusieron una mirada infantil sobre ?frica. Dice que le gust¨® la experiencia, que se sinti¨® contento y que vio que todos escuchaban con inter¨¦s. Quiz¨¢s alg¨²n d¨ªa comprendan en toda su extensi¨®n, gracias a este senegal¨¦s, lo que es ser modou modou, y entiendan la dureza de un camino y la incertidumbre de un final que no arroja, casi nunca, las suficientes luces.
O puede que, alg¨²n d¨ªa, estos ni?os ya adultos oigan hablar sobre un emigrante que quiso contar la historia desde el punto de vista de los que rara vez tienen ocasi¨®n de contarla; para compartir experiencias, intentar provocar un cambio y aprender de todo entre todos. Es posible que, entonces, recuerden al senegalego, aquel hombre que hablaba claro sobre las injusticias y las desigualdades, y les venga a la mente sus palabras que, escritas en gallego, intentaban enlazar mundos.
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