¡°La buena comida no puede ser barata¡±
El fundador de Mercato Metropolitano, Andrea Rasca, propone un modelo alimentario sostenible
Londres, zona de Elephant and Castle. Son las 11 de la ma?ana. En el solar donde se levantaba una f¨¢brica de papel, Mercato Metropolitano es un complejo gastron¨®mico y social que pronto cumplir¨¢ su primer a?o de vida. Vecinos del barrio de Southwark, londinenses en busca de la ¨²ltima atracci¨®n y turistas pululan por los m¨¢s de 4000 metros cuadrados que componen el espacio. De repente, asoma la figura de un hombre afable, calvo, con gafas y de mediana estatura. Vestido con un polo azul, chinos y zapatos de ante, a simple vista es quiz¨¢s otro sibarita culinario. Pero no. Es Andrea Rasca, el fundador del lugar. Tras un apret¨®n de manos, y sin mediar preguntas, comienza a explicar su peque?a revoluci¨®n.
¡°La buena comida no puede ser barata, como el marketing trata de hacernos creer. Eso es una tergiversaci¨®n de la realidad. Lo barato, a la larga es caro en t¨¦rminos de salud y medio ambiente¡±, argumenta Rasca. Por eso el Mercato pretende ofrecer buena comida en un lugar para sociabilizar. Este italiano no ha inventado nada. Recupera, como han hecho en otros lugares, la idea del tradicional mercado de abastos para dar protagonismo a los productores locales.
El objetivo es ambicioso: "mi misi¨®n es cambiar el sistema de distribuci¨®n", proclama Rasca. "Hay que adaptar el mundo actual y hacer que la tecnolog¨ªa sea un recurso, pero no un objetivo", a?ade. La meta final, seg¨²n ¨¦l, debe ser la felicidad y eso, en su opini¨®n, consiste en pasarlo bien con gente que comparte los mismos valores. "Tampoco hay que obsesionarse con el dinero, que viene si uno hace bien las cosas, es feliz y mantiene las amistades. Buena comida, amigos y una mesa para comer. ?Qu¨¦ m¨¢s se necesita?¡±, se pregunta.
Pero la realidad demuestra que el peque?o productor no puede competir con un supermercado abierto las 24 horas del d¨ªa o con la producci¨®n industrial. El tambi¨¦n socio de la cadena italoestadounidense Eataly, sin embargo, se muestra convencido de que parte de la sociedad ha despertado para defender el medio ambiente, el reciclaje o la reducci¨®n del desperdicio.
Mientras devoramos una pizza margarita en el Mercato londinense, Rasca llama a un trabajador y se?ala a una chica discretamente con la cabeza. La joven, que beb¨ªa un refresco, es invitada a tom¨¢rsela fuera del recinto o tirarla a la basura. La regla es tajante: aqu¨ª no caben los productos industriales.
"Est¨¢n en todas partes, pero aqu¨ª no", explica Rasca. "No tengo nada en contra y no me empe?o en pelear contra las multinacionales porque son muy fuertes para m¨ª. Es una cuesti¨®n de decisi¨®n", contin¨²a. En este lugar, dice, intentan romper "el sistema impuesto" y hacer ver a la gente que ese tipo de productos son prescindibles.
¡°Las multinacionales te hacen sentir que las necesitas. Yo intento hacer ver a la gente que son prescindibles¡±
El objetivo, explica el hombre detr¨¢s de la idea, es generar una econom¨ªa "basada en las personas". Por eso se considera director de un centro comercial para peque?os agricultores y emprendedores, a los que ayuda a tener visibilidad. ¡°Necesitamos a los agricultores, pero no bajo subsidio", mantiene. Eso s¨ª, con la misma rotundidad argumenta que tienen que pagar menos impuestos "porque no pueden sobrevivir de otra manera" y agrega que "no deben contribuir lo mismo que alguien que tiene diversos apartamentos y no hace nada". A menos impuestos, seg¨²n la teor¨ªa de Rasca, menos productores utilizar¨¢n pesticidas, que, seg¨²n ¨¦l "est¨¢n arruinando el planeta" junto a los productos gen¨¦ticamente modificados.
Adem¨¢s de complejo gastron¨®mico, el Mercato es un lugar "antiFacebook" donde lo importante es hablar. Aqu¨ª se conecta cara a cara. Junto a los puestos de comida callejera, el recinto cuenta con un gimnasio, una peque?a sala de cine, jardines hidrop¨®nicos, una zona de coworking e incluso se est¨¢ construyendo un diminuto hostal de dos habitaciones. Tambi¨¦n se dan clases de cocina gratis y se celebran conciertos y exhibiciones para crear un lugar de encuentro. ¡°Hay que reevaluar los espacios en vez de destruirlos y levantar edificios de apartamentos. Hay que crear lugares donde la gente pueda reunirse, comer, hablar¡ hay que encontrar el equilibro entre lo econ¨®mico y lo social. No es s¨®lo por generar ganancias sino por un beneficio sostenible¡±.
Este italiano tiene como consigna que ¡°lo peque?o es hermoso¡±. Una idea tomada del economista Ernst Friedrich Schumacher que invita a cuestionar el actual sistema econ¨®mico, su impacto en el medio ambiente y c¨®mo afecta a nuestras vidas. Andrea Rasca est¨¢ empecinado en conseguir su peque?a revoluci¨®n. Mercato Metropolitano es la causa de una lucha que se present¨® en la pasada Exposici¨®n Universal de Mil¨¢n en 2015 y que despu¨¦s traslad¨® a Londres. Tras asentarse all¨ª, pretende exportarla a otras grandes ciudades. No es solo una idea gastron¨®mica, apunta su fundador, sino ¡°una filosof¨ªa con la que queremos conquistar el planeta¡±.
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