La cooperaci¨®n, mejor entre todos

La arquitectura mundial de la cooperaci¨®n al desarrollo est¨¢ experimentando cambios significativos en los ¨²ltimos a?os. Estos reflejan el car¨¢cter multipolar reinante en las relaciones internacionales, en el que las econom¨ªas emergentes desempe?an un rol cada vez m¨¢s influyente y con mayor peso. Nuevas pol¨ªticas, instituciones, actores, modalidades y pr¨¢cticas aparecen y ganan terreno.

No obstante, el esp¨ªritu cr¨ªtico intr¨ªnseco al mundo de la cooperaci¨®n al desarrollo no cesa con los nuevos protagonistas. Con un estilo distinto, estos no hacen sino lo que han venido haciendo hist¨®ricamente los donantes tradicionales. Esto es, utilizar las pol¨ªticas de desarrollo tambi¨¦n como un elemento vertebrador de soft power. Ganar posiciones en la diplomacia o las relaciones econ¨®micas, a cambio de contribuir al desarrollo de los pa¨ªses que lo necesitan.

El paisaje de la cooperaci¨®n al desarrollo se vuelve irremediablemente multipolar, heterog¨¦neo y complejo, en buena medida gracias a la revoluci¨®n que ha supuesto la cooperaci¨®n sur-sur. En este nuevo escenario, la cooperaci¨®n entre los pa¨ªses del Sur se est¨¢ desarrollando no solo de forma bilateral, sino cada vez m¨¢s a trav¨¦s del sistema de Naciones Unidas, con sus agencias y organizaciones. Adem¨¢s, son los mismos pa¨ªses quienes han confirmado, en repetidas ocasiones y en diversos foros intergubernamentales, su inter¨¦s en un mayor apoyo multilateral a sus maneras de cooperar.

Por consiguiente, la promoci¨®n y el compromiso por parte del sistema de Naciones Unidas con la Cooperaci¨®n Sur-Sur y Triangular (CSST) no es una simple b¨²squeda de nuevas actividades, sino, de alg¨²n modo, un mandato dado por sus miembros que fomenta excepcionalmente el multilateralismo, con un enfoque horizontal y de solidaridad entre iguales, decididamente innovador en muchos aspectos.

A pesar de que la cooperaci¨®n sur-sur es un complemento ¡ªy no un sustituto¡ª de la cooperaci¨®n tradicional norte-sur, su promoci¨®n del multilateralismo refuerza a las instituciones internacionales implicadas (entendidas como el conjunto de pr¨¢cticas y costumbres enfocada a conseguir objetivos comunes). Tambi¨¦n fortalece su papel de vigilancia internacional, al reducir ambig¨¹edades en la regulaci¨®n y los costes de transacci¨®n, algo fundamental en la resoluci¨®n conjunta de problemas y la acci¨®n colectiva. Esta cooperaci¨®n es un elemento vertebrador para una mejor gobernanza global que promueva nuevos c¨®digos de conducta universales y est¨¢ndares en la cooperaci¨®n al desarrollo.

Al tener lugar en el marco del sistema de Naciones Unidas, se facilita, como hace la FAO, la conexi¨®n entre demanda y oferta de cooperaci¨®n sur-sur. Muchos proveedores de este tipo de ayuda todav¨ªa carecen de los marcos institucionales o de la capacidad para contactar con los pa¨ªses receptores donde se puede necesitar su conocimiento. Las organizaciones internacionales se encuentran en una posici¨®n mejor para conocer las necesidades de sus miembros en la esfera de su competencia y mandato.

La CSST llevada a cabo a trav¨¦s de marcos multilaterales garantiza que los asociados en la cooperaci¨®n respeten los compromisos mutuos, y vela por que la tecnolog¨ªa y el conocimiento se adapten a las condiciones locales y sean sostenibles desde el punto de vista ambiental, social y econ¨®mico, as¨ª como incluyentes en el plano social. Tambi¨¦n incrementa la visibilidad y alcance de los socios. Todos estos aspectos redundan en una mayor legitimaci¨®n de las actividades desarrolladas por darse en el contexto de Naciones Unidas.

El pr¨®ximo a?o se cumplir¨¢n 40 a?os del Plan de Acci¨®n de Buenos Aires, que sent¨® las bases para el desarrollo de la cooperaci¨®n entre los pa¨ªses del Sur y logr¨® el consenso necesario para confirmar que la CSST es en instrumento eficaz para catalizar el desarrollo agr¨ªcola y otros elementos de desarrollo, en el que todos los pa¨ªses tienen algo que aportar. Los pa¨ªses se dieron cuenta de que adaptar experiencias que han funcionado bien en un pa¨ªs a otro suele ser exitoso. As¨ª lo han experimentado los pa¨ªses receptores que han acogido positivamente las aportaciones de la cooperaci¨®n sur-sur como asistencia al desarrollo.

Un buen ejemplo de la evoluci¨®n reciente de la Cooperaci¨®n Sur-Sur es la evoluci¨®n del Programa FAO-China, el mayor programa de la Organizaci¨®n en este tipo de colaboraci¨®n, en el que hemos visto c¨®mo ha evolucionado desde peque?os proyectos bilaterales y de alcance nacional, hasta proyectos triangulares o alguno de alcance mundial como el de desarrollo de capacidades en multitud de pa¨ªses para la implementaci¨®n de la Convenci¨®n Internacional de Protecci¨®n Fitosanitaria.

La FAO est¨¢ convencida de que tanto la cooperaci¨®n sur-sur como la Triangular son mecanismos transversales altamente efectivos para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que de por s¨ª ya est¨¢n concebidos como universales, en el sentido de compartir una visi¨®n mundial com¨²n. Esto refuerza la necesidad de trabajar de forma multilateral en este mundo multipolar. Por tanto, la CSST ayudar¨¢ a lograr los ODS de una forma eficiente e innovadora, y particularmente ¨²til a la hora de ofrecer herramientas alternativas a los problemas habituales de financiaci¨®n. Esto no quiere decir que no haya margen de mejora, en particular en los mecanismos de monitoreo y evaluaci¨®n, que es uno de los campos donde se puede generar una mayor interacci¨®n con los donantes tradicionales, que cuentan, estos ¨²ltimos, con sistemas m¨¢s experimentados para llevar a cabo estas tareas.

En este sentido, la cooperaci¨®n triangular es el mecanismo ideal para fomentar esta cooperaci¨®n de norte a sur. En muchos casos, los proveedores de cooperaci¨®n sur-sur todav¨ªa necesitan apoyo t¨¦cnico, financiero y capacidades de los socios triangulares cuando asisten a otro pa¨ªs en desarrollo. Los socios triangulares se benefician asimismo de la capacidad institucional reforzada en el Sur mundial, por la cual incrementan el impacto de su inversi¨®n en ayuda oficial al desarrollo. Una mayor colaboraci¨®n a trav¨¦s de este mecanismo puede resultar eventualmente en el establecimiento conjunto de una agenda com¨²n, que podr¨ªa transformar el mundo de la cooperaci¨®n al desarrollo. Es decir, pa¨ªses dispares como Alemania y China trabajar¨ªan juntos al compartir su manera de entender lo que debe ser la ayuda al desarrollo.

En todo caso, los desaf¨ªos actuales exigen que trabajemos todos juntos para conquistarlos, empezando por el m¨¢s fundamental de todos en mi opini¨®n: ser la primera generaci¨®n que conozca un mundo sin hambre. A pesar de los progresos realizados en la reducci¨®n del hambre cr¨®nica y de la malnutrici¨®n en los ¨²ltimos dos decenios, m¨¢s de 800 millones de personas siguen padeciendo hambre todos los d¨ªas. Es una cifra absolutamente inaceptable, que nos marca un objetivo para el que debemos trabajar todos juntos; organizaciones internacionales, sector privado, sociedad civil, academia¡­ del norte y del sur, mano a mano.

Daniel J. Gustafson es Director General Adjunto (Programas) de la Organizaci¨®n de Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura (FAO).

Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter y Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra newsletter.