?Fuma durante el embarazo? Su hijo podr¨ªa ser un antisocial
Un estudio establece una correlaci¨®n entre el tabaquismo durante la gestaci¨®n y conductas poco amigables en la edad adulta
Si usted est¨¢ embarazada (o lo est¨¢ su pareja) y la madre a¨²n no ha abandonado el h¨¢bito de fumar considere que hoy es el mejor d¨ªa para apagar el cigarrillo. Al menos, hasta que nazca la criatura. A los efectos ya conocidos de la nicotina y otras sustancias t¨®xicas del tabaco sobre el feto ¡ªdesde problemas card¨ªacos a asma, sobrepeso o muerte s¨²bita del lactante¡ª se une otra no menos inquietante a futuro: est¨¢ comprando papeletas para que su v¨¢stago muestre conductas antisociales digna de recibir la visita de Hermano Mayor durante la adolescencia y la edad adulta.
Es la conclusi¨®n de un estudio dirigido por la profesora Angela Paradis, del Departamento de Salud P¨²blica de la Universidad de Brown (Rhode Island, EE UU) y publicado este mismo verano en el Journal of Epidemiology & Community Health. ¡°Aislamos otras variables que suelen incidir en conductas disruptivas, como un historial de enfermedades mentales de la madre o su bajo nivel de escolarizaci¨®n. Simplemente nos fijamos en el hecho de si fumaron o no mientras gestaban. El resultado es una correlaci¨®n que, en cualquier caso, debe entenderse como de peque?a a moderada¡±, se?ala Paradis.
Se trata de un ambicioso estudio a lo largo de m¨¢s de treinta a?os. Participaron m¨¢s de 14.000 nacidos en Boston y Rhode Island entre 1959 y 1966. Un 13,5% de las madres reconoc¨ªa abiertamente fumar de media cajetilla a una entera al d¨ªa durante el embarazo, un 21,8% fumaba una entera o m¨¢s mientras que el 12% se bajaba m¨¢s de 30 cigarrillos al d¨ªa.
Un 13,5% de las madres reconoc¨ªa abiertamente fumar de media cajetilla a una entera al d¨ªa durante el embarazo, un 21,8% fumaba una entera o m¨¢s mientras que el 12% se bajaba m¨¢s de 30 cigarrillos al d¨ªa.
Antes de entrar a juzgarlas con criterios de 2017 hay que tener en consideraci¨®n que a mediados del siglo pasado poco se sab¨ªa acerca de las consecuencias adversas para el feto. Adem¨¢s las mujeres fumaban como gesto de libertad y equiparaci¨®n a los varones. Eran las ¨¦pocas en las que Audrey Hepburn reconoc¨ªa consumir hasta tres cajetillas al d¨ªa y nadie se rasgaba las vestiduras.
M¨¢s a¨²n, la pol¨ªtica antitabaco no cal¨® en Hollywood hasta entrados los a?os 80. Para entonces las escenas cuyos protagonistas exhalaban bocanadas de humo nicotinado empezaron a reducirse de m¨¢s de 10 a la hora a menos de 5. "En la actualidad la prevalencia del tabaquismo durante el embarazo se ha reducido significativamente al 12%", seg¨²n el estudio.
Antisociales, que no delincuentes
Cuando los ni?os alcanzaron los 33 a?os de edad se recopilaron todos los datos respecto a su comportamiento social. Los investigadores contaron tanto con los registros policiales de arrestos (robo, violaci¨®n, homicidio, narcotr¨¢fico¡) como con cuestionarios subjetivos de comportamientos poco ¨¦ticos, violentos o no, aunque no hubieran tenido consecuencias penales (insultos, amenazas, vecinos ruidosos¡).
Los resultados fueron llamativos. Motivos supremacistas habitualmente esgrimidos para justificar la presencia de un mal ciudadano, como ser de cualquier otra raza diferente a la blanca o el nivel de educaci¨®n familiar, no cuadraban con las conclusiones. En cambio, se observaba que los sujetos cuyas madres fumaban m¨¢s de una cajetilla al d¨ªa registraban un 30% m¨¢s de comportamientos antisociales no necesariamente delictivos. Pero, desde luego, no el vecino que uno desea tener al otro lado de la pared ni el mejor compa?ero de trabajo.
Los sujetos cuyas madres fumaban m¨¢s de una cajetilla al d¨ªa registraban un 30% m¨¢s de comportamientos antisociales no necesariamente delictivos.
No es el primer estudio que establece puentes entre fumar durante la gestaci¨®n y patolog¨ªas mentales de la descendencia. La diferencia est¨¢ en que sus predecesores se hab¨ªan centrado en sus efectos en ni?os hasta 10 a?os (hiperactividad, falta de concentraci¨®n¡) y no en sus consecuencias hasta tres d¨¦cadas despu¨¦s.
?Y esto a qu¨¦ conduce? Como experta en salud p¨²blica y bienestar social esta investigadora pone el foco en modificar las campa?as antitabaco dirigidas a los m¨¢s j¨®venes, ya que es en este sector donde en la actualidad se concentra el mayor n¨²mero de madres que aseguran seguir fumando durante el embarazo.
Atajar el tabaquismo ahora podr¨ªa reducir ¨ªndices de criminalidad en el futuro y, de paso, garantizar una mejor convivencia. M¨¢s a¨²n, se cortar¨ªa con un c¨ªrculo vicioso de perpetuaci¨®n (esto es, mujer fumadora, hija de madre fumadora que, a su vez, se convierte en gestante fumadora).
As¨ª lo entiende el epidemi¨®logo Dexter Canoy, de la Unidad de Epidemiolog¨ªa del C¨¢ncer de la Universidad de Oxford: fumar m¨¢s de 10 cigarrillos durante el embarazo aumenta un 5,25% los riesgos de ser un fumador (o fumadora) empedernido en la edad adulta. Una raz¨®n m¨¢s para que toda la sociedad se vuelque en reducir la incidencia del tabaco a todos los niveles.
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