La fragmentaci¨®n de la selva deja sin territorio a centenares de especies
La mitad de los bosques tienen a menos de 500 metros un paisaje modificado por los humanos
El 20% de los bosques que quedan en la Tierra tienen alguno de sus bordes a menos de 100 metros. La mitad de las selvas tiene una carretera, prado o campo de cultivo a 500 metros de su centro y el 70% de la masa forestal linda con alguna modificaci¨®n humana del paisaje a menos de un kil¨®metro. Tal fragmentaci¨®n est¨¢ alterando la vida y la viabilidad de los animales que viven en el bosque. A muchas especies les ha favorecido tanto cuarteamiento, pero a centenares de ellas las est¨¢ llevando al borde de la extinci¨®n.
El an¨¢lisis de la situaci¨®n en 20 grandes paisajes anta?o dominados por la selva y hoy salpicados de carreteras, fincas deforestadas por la industria maderera la ganader¨ªa o la agricultura muestra que la fragmentaci¨®n en muchas selvitas y bosquecitos est¨¢ alterando los ecosistemas forestales. El estudio, publicado en la revista Nature, cuantifica los cambios en abundancia de casi 1.700 especies de vertebrados. A¨²n quedando un buen porcentaje de arbolado, la fragmentaci¨®n est¨¢ reduciendo la riqueza de vida que queda en el interior del bosque.
Las especies del interior de la selva tienen 3,7 m¨¢s probabilidades de estar amenazadas de extinci¨®n
"Alrededor de la mitad de las especies ganan con el cambio en el bosque, les sientan bien las lindes y evitan la profundidad del bosque, prefiriendo vivir cerca de sus bordes", dice el ec¨®logo del Imperial College de Londres y coautor del estudio Robert Ewers. "La otra mitad pierde, no le gustan los linderos y prefieren la espesura del bosque", a?ade.
Pero no hay empate. Aunque los investigadores han descubierto que el 46% de las especies afectadas por este efecto linde se han visto favorecidas, aumentando su abundancia, y un 39% perjudicadas, el balance neto est¨¢ siendo negativo: Entre las que ganan hay mucha especie oportunista e invasora, como el lobo (Canis lupus), la iguana verde (Iguana iguana) o la boa com¨²n (Boa constrictor). La biodiversidad en el borde se est¨¢ reduciendo.
Entre las especies que pierden, como el pangol¨ªn malayo (Manis javanica), la cacat¨²a f¨²nebre piquilarga (Zanda baudinii) o el tapir centroamericano (Tapirus bairdii), las probabilidades de que aparezcan como amenazadas en la Lista Roja de la Uni¨®n Internacional para la Conservaci¨®n de la Naturaleza se multiplican por 3,7. Son animales que necesitan de un m¨ªnimo de selva para sobrevivir.
El aclarado y parcelado de los bosques no tiene el mismo impacto para una peque?a rana, que necesita humedad constante y para la que atravesar un camino de 3 metros es una odisea, que para un murci¨¦lago, al que la menor densidad de ¨¢rboles puede facilitarle el vuelo. Los autores del estudio determinaron la sensibilidad al efecto linde analizando una serie de trazos de cada especie, desde su tama?o hasta su car¨¢cter ectot¨¦rmico, como reptiles y anfibios, o endot¨¦rmico, como aves y mam¨ªferos. Identificaron as¨ª a 519 especies muy dependientes de la frondosidad del interior del bosque y m¨¢s vulnerables cuanto m¨¢s cerca del borde.
"Los bosques tropicales y los animales que cobijan est¨¢n desapareciendo a un ritmo alarmante pero, para protegerlos, necesitamos saber con exactitud c¨®mo es el impacto de la fragmentaci¨®n del terreno sobre los animales que viven en ¨¦l", comenta la investigadora de la Universidad de Newcastle (Reino Unido) y principal autora del estudio, Marion Pfeifer. "Es algo cr¨ªtico para los centenares de especies que hemos identificado muy dependientes del interior intacto de las selvas. Son especies muy sensibles a los cambios en el h¨¢bitat y, por tanto, las que tienen mayores probabilidades de desaparecer en aquellos paisajes con una proporci¨®n de selva intacta m¨¢s peque?a", a?ade esta especialista en paisajes tropicales modificados por la acci¨®n humana.
El estudio encuentra una distancia a partir de la que el efecto linde se va desvaneciendo. Las porciones de selva con alg¨²n borde m¨¢s all¨¢ de los 400 metros a¨²n aparecen como capaces de sostener una rica comunidad de vida en su interior. El problema es que aproximadamente la mitad del ¨¢rea global forestal tiene alg¨²n borde dentro de los primeros 500 metros. Como dice Adam Hadley, de la Universidad Estatal de Oreg¨®n (EE UU) y tambi¨¦n coautor del estudio: "Quedan pocas zonas sin intrusiones en la selva. Igual deber¨ªamos ir pensando en no poner carreteras en ellas, manteni¨¦ndolas lo m¨¢s remotas posible. Ya no quedan muchas".
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