Sube el nivel de emergencia en RDC
M¨¦dicos Sin Fronteras advierte de la gravedad de la crisis humanitaria en el pa¨ªs africano, con brotes inauditos de c¨®lera y un regreso de refugiados a un territorio asolado
Ha pasado aproximadamente un a?o desde que comenzaran las revueltas en Kasai, regi¨®n del centro de la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo (RDC). Y, seg¨²n datos de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinaci¨®n de Asuntos Humanitarios (OCHA, en sus siglas originales), ya se cuenta cerca de un mill¨®n de desplazados internos, 30.000 refugiados y 38.000 afectados por el c¨®lera. Tambi¨¦n hay al menos 80 fosas comunes y un 10% de desnutrici¨®n severa en menores. La explosi¨®n de violencia entre guerrillas ha desestabilizado una parte m¨¢s de este pa¨ªs africano y se ha unido al conflicto perenne que arrastra a escala nacional desde hace 20 a?os. Por eso, la OCHA ha subido al m¨¢ximo el nivel de emergencia. El mismo decretado para Irak, Siria o Yemen.
M¨¦dicos sin Fronteras (MSF) explica que lo que parec¨ªa un hecho aislado ha tornado en una contienda a¨²n sin resolver. Las fuerzas armadas mataron a un jefe local y esto provoc¨® la rebeli¨®n de los diferentes grupos tribales de una superficie de 95.000 metros cuadrados, como toda Italia. Quemaron viviendas, asesinaron a discreci¨®n y propagaron el terror. Tal acontecimiento se sum¨® a la serie de guerras vigentes desde 1996, cuando el l¨ªder guerrillero Laurent Kabila dio un golpe de Estado contra el mariscal Mobutu Sese Seco en la entonces llamada Zaire.
Ahora se ha reducido la violencia, pero la crisis humanitaria no tiene retorno y se erige como "una de las m¨¢s graves en la actualidad", tal y como subrayan en MSF, que describe c¨®mo empieza a producirse un flujo de vuelta hacia una regi¨®n asolada, Kasai, que comprende cinco de las 26 provincias de RDC y donde residen unos 25 millones de personas. Esta zona goza de un suelo rico en minerales, con alguna de las mayores reservas de diamantes del mundo. Sin embargo, su poblaci¨®n es mayoritariamente campesina. Eso hizo que en los primeros momentos de las revueltas en esta zona, muchos se escondieran dentro del bosque. Al volver, ni sus cosechas ni sus posesiones segu¨ªan all¨ª. Del mill¨®n y medio de desplazados internos que se cifraban con el estallido ya ha regresado "la mitad".
"Unas 8.000 personas viven de nuevo en Kasai, pero el problema es que no poseen nada. Sus utensilios de trabajo han sido robados, la cosecha se ha perdido y ni siquiera tienen semillas para replantar", apuntan los expertos de MSF. "La mayor¨ªa de los centros de salud que hemos visitado en los ¨²ltimos tres meses han sido abandonados o carecen de medicamentos y personal", afirma en un comunicado publicado este martes Gabriel S¨¢nchez, responsable de emergencias de MSF. As¨ª, entre junio y septiembre de este a?o se llevaron a cabo m¨¢s de 5.000 consultas pedi¨¢tricas, m¨¢s de 200 cirug¨ªas y casi 200 tratamientos a supervivientes de lesiones y violencia sexual.?
Mientras, alrededor de 31.000 congole?os se han marchado a pedir asilo a Angola, un pa¨ªs no acostumbrado a recibir refugiados. "Pensaban que iba a ser breve. Organizaron dos instalaciones precarias y se ha terminado poniendo algo m¨¢s estable para favorecer la autonom¨ªa de la poblaci¨®n. Como hay buenas relaciones, muchas familias se han podido reunir y hasta puede que tengan algo de tierra para plantar", destacaron desde MSF.
Se registran casos de c¨®lera en 21 de las 26 provincias del pa¨ªs, algo que nunca hab¨ªa pasado antes
Otra de las causas por las que la ONU elev¨® el nivel de alerta se debe al c¨®lera. Se registran casos en 21 de las 26 provincias del pa¨ªs, algo que nunca antes hab¨ªa pasado. Dos variables tienen la culpa. La violencia, que les ha hecho salir sin nada y buscar refugio sin ning¨²n tipo de condici¨®n sanitaria, que le expone a enfermedades como la malaria o el mencionado c¨®lera, y la sequ¨ªa. "Por la falta de agua en los pozos los ni?os beben agua contaminada", indican fuentes de MSF, "o van a algunos donde ya est¨¢ contaminada". El estado de las infraestructuras y "tareas de prevenci¨®n bastante err¨¢ticas" se a?aden a esta pandemia: la Organizaci¨®n Mundial de la Salud ha informado de 709 muertes y m¨¢s de 38.000 personas afectadas en todo el pa¨ªs. "Si se diagnostica pronto, el c¨®lera tiene una recuperaci¨®n bastante exitosa. En lugares remotos es muy complicado", lamentan.
"Tratamos el agua en casa, pero los ni?os tambi¨¦n comparten la comida y, si la han comprado en la calle, es posible que no est¨¦ hecha de forma higi¨¦nica", comenta Aline Kaendo, de uno de los centros de tratamiento del c¨®lera, seg¨²n informaci¨®n de MSF. Adem¨¢s, en ocasiones falta material o el personal no sabe c¨®mo tratarlo, y lo expande. Los propios centros de salud son focos de infecci¨®n".
Bajo otro estigma viven tambi¨¦n las mujeres v¨ªctimas de violencia sexual. Muchas no se atreven a denunciarlo y algunas presentan enfermedades ven¨¦reas que, por esa supuesta afrenta que cargan, no se tratan y a veces acaban caus¨¢ndoles la muerte, sobre todo si se han contagiado de VIH. Quienes un d¨ªa huyeron del campo a refugiarse en los bosques para esquivar la violencia de la guerra, hoy est¨¢n dejando por segunda vez sus aldeas y se est¨¢n concentrando en ciudades, porque en ellas hay m¨¢s posibilidades. Las principales, como Mweka o Tshikapa, no tienen capacidad para este crecimiento, lo que genera inseguridad.
?Qu¨¦ hace falta para reducir la alerta? La ONU ha lanzado una campa?a de donaciones y espera recaudar unos 700 millones de euros para revertir la situaci¨®n de los desplazamientos, la violencia y el c¨®lera. Califica a la RDC como "una de las crisis humanitarias de larga duraci¨®n m¨¢s complejas del mundo" y espera la implicaci¨®n de efectivos. De momento, el presidente Joseph Kabila ¡ªen el cargo desde 2001¡ª se ha escudado en estas eventualidades para posponer las elecciones que estaban previstas para este a?o hasta diciembre de 2018. Para los trabajadores de MSF venidos de la zona, el escenario es "muy vol¨¢til". Lo resumen as¨ª: "Nos enfrentamos a una crisis invisible, que apenas ha tenido espacio medi¨¢tico ni repercusi¨®n internacional. No ha habido mucha presencia de asociaciones en terreno. Ahora llega alguna m¨¢s, pero las experiencias son tremendamente traum¨¢ticas".
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