La oportunidad es ahora: de cambio clim¨¢tico a cambio sist¨¦mico
Han pasado muchas cosas en la COP23, desde la urgencia marcada por los impactos de las cat¨¢strofes ambientales, hasta la esperanza de un diverso y alegre Movimiento por el Clima
Tras haber participado en las ¨²ltimas tres Cumbres del Clima de las Naciones Unidas, empezamos a ver con claridad lo que est¨¢ pasando, las causas y soluciones posibles. Soluciones al cambio clim¨¢tico en clave de oportunidad para transformar por completo nuestro sistema econ¨®mico. Un cambio de rumbo sin precedentes es necesario, posible y seguro, como dec¨ªa el gran Jos¨¦ Luis Sampedro. Podemos aprovechar la amenaza civilizatoria del cambio clim¨¢tico para poner fin tambi¨¦n a las brutales desigualdades y erosiones de derechos actuales; forjando un nuevo pacto social y caminando decididamente hacia la equidad, sostenibilidad, democracia real y, dig¨¢moslo sin tapujos, el verdadero bienestar y felicidad humana.
En Par¨ªs (COP21) se alcanz¨® el hist¨®rico acuerdo marco. En Marrakech (COP22) se proclam¨® la voluntad de cooperar para ponerlo en pr¨¢ctica. En Bonn (COP23) ... en Bonn muchas cosas han pasado: desde la urgencia marcada por los impactos catastr¨®ficos ya del cambio clim¨¢tico; pasando por el nuevo choque frontal contra el problema de fondo; y concluyendo con la esperanza de un diverso y alegre Movimiento por el Clima.
Una cuesti¨®n de supervivencia
La Cumbre de Bonn ha tenido un fuerte car¨¢cter simb¨®lico. Mientras el pa¨ªs organizador ha sido Fiyi, el encuentro se ha celebrado en Alemania (entre los principales emisores hist¨®ricos de carbono), dada la falta de capacidad del primero, diezmada a¨²n m¨¢s si cabe por las dram¨¢ticas consecuencias del cambio clim¨¢tico en este vulnerable estado insular. Hablamos de injusticias clim¨¢ticas y supervivencia; pero tambi¨¦n de una cooperaci¨®n real entre pueblos, en aras del bien com¨²n.
Comenz¨® la cumbre y sonaron las alarmas. Por segunda vez en la historia, una agrupaci¨®n mundial de cient¨ªficos (15.000 investigadores de 184 pa¨ªses) lanz¨® un aviso claro a la humanidad: nuestro futuro como especie corre serio peligro dada la continua degradaci¨®n de la biosfera causada por un desarrollo humano insostenible. Por otro lado, varios estudios publicados recientemente presentan un desgarrador estado de la brecha econ¨®mica a nivel mundial: ocho personas poseen la misma riqueza que la mitad de la poblaci¨®n mundial (3,600 millones).
La econom¨ªa debe enmarcarse en los l¨ªmites biof¨ªsicos de un planeta finito
Aparte del terrible sufrimiento y la p¨¦rdida de derechos humanos generadas, la desigualdad conlleva otras derivas igualmente demoledoras. Una exhaustiva investigaci¨®n muestra la flagrante correlaci¨®n existente entre la concentraci¨®n de riqueza y la implosi¨®n de la democracia. En la misma l¨ªnea, los Papeles del Para¨ªso (o los de Panam¨¢) desvelan la punta del iceberg de las evasiones fiscales, que junto con otras formas de corrupci¨®n y prioridades pol¨ªticas nefastas, acarrean la erosi¨®n del estado del bienestar. Ni que decir tiene que este c¨®ctel molotov acaba prendiendo la llama de soluciones falaces y peligrosas: nacionalismos, racismos, xenofobias... Estamos perdiendo la batalla. En desigualdad, en protecci¨®n de Gaia (el planeta vivo), en democracia y en valores humanos. Reconozc¨¢moslo primero, y acto seguido cuestion¨¦monos profundamente nuestro modelo civilizatorio y modos de vida.
El problema de fondo
Pelando capas de la cebolla podemos llegar a un factor com¨²n a casi todos los efectos: la econom¨ªa globalizada, desregularizada, basada en el crecimiento infinito, sustentada en el consumismo. Escuchaba, para mi desesperaci¨®n, a un ponente en un congreso reciente sobre cambio clim¨¢tico, decir lo mismo que dicen y hacen los l¨ªderes mundiales al volver de la Cumbre del Clima cada a?o: ¡°Podemos hacer frente al cambio clim¨¢tico sin salirnos de la senda del crecimiento econ¨®mico¡±. Podemos crecer (fomentando el consumo de bienes materiales y por tanto la extracci¨®n de recursos naturales), pero desacoplando dicho crecimiento de las emisiones de carbono. No se?ores, esto es una falacia, este es el problema con may¨²sculas.
El crecimiento sin medida nos aboga a perder la escala humana: mercados donde las multinacionales dominan y las Pymes se ahogan
Primero porque la econom¨ªa debe enmarcarse en los l¨ªmites biof¨ªsicos de un planeta finito. Segundo porque el crecimiento como fin (de pa¨ªses -PIB-, empresas -balance econ¨®mico anual-, o de personas -posesiones-), nos lleva a considerar todo lo dem¨¢s (incluidos trabajadores y ecosistemas) como medios, desembocando irremediablemente en la desigualdad y destrucci¨®n. Tercero porque la sostenibilidad no solo tiene que ver con la dimensi¨®n temporal (futuras generaciones), tambi¨¦n con la espacial. El crecimiento sin medida en este sentido nos aboga a perder la escala humana: mercados concentrados donde las multinacionales dominan y las Pymes se ahogan, aun cuando estas ¨²ltimas crean la mayor parte del empleo (el 71% en Espa?a, 67% en el mundo) y tejido social, especialmente en comunidades vulnerables (hasta el 80%). Y cuarto y peor si cabe, porque pasado cierto punto (dejado atr¨¢s tiempo ha por las econom¨ªas ¡°desarrolladas¡±), el crecimiento no incrementa el ¨ªndice de desarrollo humano de pa¨ªses (mucho mejor indicador de ¡°progreso¡± que el PIB), ni la felicidad de sus habitantes l¨®gicamente.
Lo dicen investigadores y ecologistas como Bill Mckibben, Naomi Klein, o Juantxo L¨®pez de Uralde. Pensadores como Noam Chomsky. Economistas como Robert Costanza o Herman Dali. 15,000 cient¨ªficos de 184 pa¨ªses. E incluso ya la presidenta de Nueva Zelanda. Hora de abandonar el dogma del crecimiento, y su palanca del consumismo; por una mera cuesti¨®n de supervivencia, sentido com¨²n y calidad de vida.
Esperanza y Revoluci¨®n: el Movimiento por el Clima
Arriba el ¨¢nimo. La COP23 nos trajo el liderazgo firme de los peque?os estados insulares del Pac¨ªfico, empujando la ambici¨®n hacia los 1,5¡ãC de calentamiento global para no desaparecer del mapa. El esp¨ªritu Bula de urgencia, cari?o, inclusi¨®n y transparencia, impregnado por Fiyi, convergi¨® en la realizaci¨®n de una pionera sesi¨®n de Di¨¢logo Talanoa entre los miembros de una Gran Coalici¨®n por el Clima: ciudades, sociedad civil y agentes de proximidad dejando atr¨¢s a los fallidos estados-naci¨®n y mostrando la salida a la humanidad. De las negociaciones maniatadas por los intereses cortoplacistas de unos pocos, hacia el intercambio de modelos de ¨¦xito en pro del bien com¨²n de unos muchos. Ning¨²n ejemplo m¨¢s ilustrativo que el de EE UU., donde ciudades santuario, estados rebeldes y movimientos sociales conflu¨ªan en el #WeAreStillIn, demostrando el inquebrantable compromiso del pueblo americano con el Acuerdo de Par¨ªs. A veces los humanos necesitamos un revulsivo para unir fuerzas, sobreponernos a obst¨¢culos formidables, y evolucionar como sociedad.
Cada a?o que formo parte de este encuentro se reaviva la esperanza en m¨ª. No puedo sino pensar que tantas personas con tanto talento y pasi¨®n no podemos fallar a nuestros hijos. Y no lo haremos. Bonn ha sido un punto de inflexi¨®n. Conocemos la ruta, cambiemos el tablero de juego, pasemos a la ofensiva, y propongamos un nuevo modelo que deje obsoleto al actual. He aqu¨ª nosotras: la Revoluci¨®n.
Continuar¨¢. Continuaremos. Siempre.
Jes¨²s Iglesias Saugar, Coordinador Internacional de Ecoemprendedores por el Clima (ECO4CLIM)
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter y Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra newsletter.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.