Jes¨²s San Miguel: atacar el c¨¢ncer de forma individual
El director m¨¦dico de la Cl¨ªnica Universidad de Navarra asegura que para ganar la batalla a la enfermedad hay que enfrentarse a ella con tratamientos ultrapersonalizados.
PARA?Jes¨²s San Miguel, (Almarza, Soria, 1953), hemat¨®logo y director m¨¦dico de la Cl¨ªnica Universidad de Navarra en Pamplona, todo gravita alrededor del paciente. ¡°Te sugieren que deber¨ªas parar un poco, reducir las consultas. Pero me quitar¨ªan el ox¨ªgeno. Ellos son mi fuente de inspiraci¨®n¡±.
El enemigo que combate, el mieloma m¨²ltiple, tiene una biograf¨ªa temible: un c¨¢ncer de la sangre que ocurre en la m¨¦dula ¨®sea, puede lesionar los huesos y padecen anualmente entre 2.000 y 3.000 personas. Hace a?os supon¨ªa una sentencia de muerte. Pero los tratamientos ¡ªsiete nuevos f¨¢rmacos en los ¨²ltimos cinco a?os¡ª han aumentado la curaci¨®n hasta un 30%. Hay una revoluci¨®n en marcha. Cuando los enfermos acuden por primera vez a su consulta, explica San Miguel, a menudo lo hacen con miedo. Hay que ponerse en su piel. ¡°Dejan su salud, en muchos casos temblando, en tus manos. Est¨¢s al otro lado de la mesa, pero recae sobre ti una responsabilidad superior¡±.
San Miguel reflexiona sobre la autosuficiencia contra la que todo m¨¦dico deber¨ªa estar vacunado. La define como un ¡°defecto gen¨¦tico¡± de f¨¢brica que suele marcar muchas hornadas de m¨¦dicos reci¨¦n salidos de las Facultades. Y que hace que el especialista se sienta molesto cuando escucha de su paciente que quiere buscar una segunda opini¨®n, absolutamente necesaria seg¨²n este hemat¨®logo soriano.
Cada c¨¢ncer se expresa de manera distinta en cada persona, por eso es vital tratarlo de forma individualizada
?l abraza la m¨¢xima de Gregorio Mara?¨®n: ¡°No hay enfermedades, sino enfermos¡±. El enfoque adquiere todo el sentido cuando hablamos de c¨¢ncer. Cada patolog¨ªa cancerosa se expresa de una forma diferente en cada persona, por eso es una guerra que se libra en equipo. Aqu¨ª no sirven los personalismos. La paradoja es que para lograr la victoria se hace necesario individualizar al m¨¢ximo los tratamientos. San Miguel lo define como una ¡°medicina de precisi¨®n¡±.
Cuando se traspasan las puertas de esta cl¨ªnica con la esperanza de liberarse de un c¨¢ncer, se pone a trabajar un batall¨®n de especialistas. Diagnostican el tipo de tumor, analizan el genoma y las mutaciones del mal, clasifican y subclasifican al enfermo para aplicarle lo que podr¨ªa funcionarle mejor. La individualizaci¨®n implica, cada vez con m¨¢s asiduidad, la movilizaci¨®n de las defensas del paciente para ?atacar al tumor. ¡°Es una de las armas terap¨¦uticas m¨¢s importantes. Y no es que ahora sienta frus?traci¨®n, pero una de esas expresiones que no tendr¨ªa que haberle dicho a los enfermos en el pasado era que no pod¨ªan hacer nada por controlar o mejorar la evoluci¨®n de su enfermedad. Era una verdad a medias, porque su sistema inmunol¨®gico s¨ª cuenta¡±. En especial, los linfocitos T del enfermo que pueden destruir el tumor. En el laboratorio se extraen y se les entrena mediante t¨¦cnicas de ingenier¨ªa biol¨®gica para que se conviertan en asesinos celulares, reconozcan el tumor y lo ataquen.
Algunos casos de curaci¨®n por la inmunoterapia, se?ala San Miguel, casi parecen milagrosos. Modesto Alcolea (Logro?o), de 49 a?os, pasaba largas horas al sol con su excavadora y desarroll¨® un melanoma avanzado con met¨¢stasis en h¨ªgado y pulmones. Recibi¨® un f¨¢rmaco que potenciaba sus defensas y el c¨¢ncer se ha ido para, de momento, no volver. A David Fern¨¢ndez (Bilbao), de 58 a?os, capit¨¢n de barco, con un c¨¢ncer de pulm¨®n, ahora solo le queda una cicatriz. Hace cinco a?os, a Manuel Castro (Granada), de 76 a?os, le fue diagnosticado un c¨¢ncer metast¨¢sico de pulm¨®n y en ese momento su pron¨®stico de vida era de solo seis meses. El an¨¢lisis gen¨¦tico de su tumor arroj¨® una mutaci¨®n de un gen bastante rara, pero la cl¨ªnica hab¨ªa investigado y desarrollado un f¨¢rmaco experimental para este tipo de variaciones. La personalizaci¨®n de su tratamiento, de acuerdo con los onc¨®logos que le trataron, le ha permitido disfrutar de una calidad de vida excelente a?o tras a?o.
Como director m¨¦dico del hospital en Pamplona, San Miguel se ha encargado de coordinar a los distintos especialistas para que trabajen con la misma filosof¨ªa de equipo. Y ahora se dispone a aplicar el mismo modelo en Madrid, donde la Cl¨ªnica Universidad de Navarra acaba de ?inaugurar una nueva sede ¡ª46.000 metros cuadrados construidos, 500 profesionales, 130 m¨¦dicos, 120 enfermeras y 25 millones de euros en equipamiento tecnol¨®gico¡ª. Frente a la enfermedad, sea cancerosa o de otra naturaleza, tienen que trabajar conectados para individualizar al m¨¢ximo los tratamientos.
Y es inevitable. Cada paciente invita a sumergirse en un universo repleto de historias que conmueven. Como la de un extreme?o con mieloma que se cur¨®, y al que San Miguel no ve desde hace a?os, que le envi¨® el d¨ªa anterior a nuestra visita un saco de casta?as. O la de Sven, un alem¨¢n que descubri¨® la cl¨ªnica en Internet y aterriz¨® en Pamplona en plena celebraci¨®n de los sanfermines, que ahora ¡°est¨¢ en remisi¨®n completa¡±. O la de un joven de gran coraje quien, tras haberse sometido sin ¨¦xito a siete tratamientos distintos, acudi¨® a la cl¨ªnica para probar unos f¨¢rmacos diferenciados que se hab¨ªan desarrollado y ¡°respondi¨® de forma espectacular¡±.
La otra cara de la moneda son aquellos a los que San Miguel no puede salvar. En pacientes con las mismas caracter¨ªsticas, unos responden al tratamiento y otros no. ¡°En ese caso, mi obligaci¨®n es volver al laboratorio para encontrar respuestas. De otra forma ser¨ªa injusto para el enfermo¡±.?
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