¡®Du¨¦rmete ni?o¡¯: el gran negocio del sue?o infantil
C¨®mo duermen nuestros hijos es y ha sido motivo recurrente de agotamiento y preocupaci¨®n de los padres. Al menos de unas d¨¦cadas a esta parte
¡°?Qu¨¦ tal va el tuyo, duerme toda la noche, no son maravillosos?, empezaba. No, le respond¨ªa yo parca y tajante. No, no duerme toda la noche. No, no es maravilloso. A veces pienso que ojal¨¢ no hubiera tenido un hijo¡±, escribe la escritora Jane Lazarre en El nudo materno (1977).
El sue?o de los hijos es y ha sido motivo recurrente de agotamiento y preocupaci¨®n de los padres. Al menos de unas d¨¦cadas a esta parte. Para las antrop¨®logas Cecilia Tomori y Helen Ball, coautoras junto a Melissa Bartick del estudio Beb¨¦s en cajas y los eslabones perdidos del sue?o seguro: la evoluci¨®n humana y la revoluci¨®n cultural, el sue?o infantil normal se ha convertido en un problema ¡°porque las normas socioculturales (y las recomendaciones que se basan en ellas) no son compatibles con las normas biol¨®gicas para el sue?o infantil humano¡±. Las autoras sit¨²an esta desconexi¨®n entre biolog¨ªa y cultura a finales del siglo XIX, ¡°cuando los padres comenzaron a colocar a los beb¨¦s en habitaciones separadas y esperaban que durmieran toda la noche".
Una opini¨®n que tambi¨¦n comparte la antrop¨®loga espa?ola Mar¨ªa Jos¨¦ Garrido, autora del libro Etnopediatr¨ªa: infancia, biolog¨ªa y cultura, que recuerda que en la mayor parte del mundo lo normal sigue siendo el sue?o en compa?¨ªa. Incluso as¨ª lo era en Occidente ¡°hasta hace 200 a?os¡±, cuando en los pa¨ªses industrializados las casas con m¨¢s de un dormitorio no eran la norma: ¡°La idea de que los ni?os duerman solos es algo muy reciente en la historia de la humanidad¡±.
El sue?o convertido en patolog¨ªa
Hoy, y especialmente los urbanitas, vivimos sumidos en el estr¨¦s. A ello se une la soledad con la que en muchos casos se vive la maternidad, lo que no permite un momento de desconexi¨®n y de descanso. El sue?o, por tanto, se vuelve b¨¢sico. Y las noches en vela, con un beb¨¦ o un ni?o peque?o que llora o que se despierta cada breves intervalos de tiempo, en una forma de tortura. No en vano, un estudio publicado en la revista cient¨ªfica Sleep lleg¨® a la conclusi¨®n de que las interrupciones continuas del sue?o eran m¨¢s perjudiciales para la salud que dormir poco.
Sumamos otro obst¨¢culo a nuestra ecuaci¨®n: la preocupaci¨®n y el sentimiento de culpa que nos hacen sentir pediatras y expertos, con sus constantes preguntas sobre si el ni?o duerme bien, si se despierta mucho, si duerme las horas suficientes para tener un correcto desarrollo. En la consulta del pediatra muchos padres entramos en p¨¢nico. M¨¢s a¨²n si nos da por leer la Gu¨ªa pr¨¢ctica sobre trastornos del sue?o del Ministerio de Sanidad, pendiente de revisi¨®n desde su ¨²ltima actualizaci¨®n en 2011, o cualquier documento de instituciones vinculadas al sue?o.
En ese sentido, en su libro Hijos y padres felices(Editorial Kailas), los psic¨®logos Alberto Soler y Concepci¨®n Roger hacen referencia a la Clasificaci¨®n Internacional de Trastornos del Sue?o de la American Academy of Sleep Medicine. En ella se clasifica como trastorno de las asociaciones al inicio del sue?o el que un beb¨¦ necesite ser acunado, mamar o utilizar un chupete para dormir. ¡°Por la descripci¨®n de este trastorno, parece ser que todo lo que escape de que el ni?o se duerma solo sin la ayuda de sus padres ser¨ªa patol¨®gico¡±, escriben los autores. ¡°Nosotros no entramos en si es correcto o no que el elemento externo del sue?o de los ni?os sean los padres¡±, afirma por su parte el doctor Eduard Estivill, autor de ¡®Du¨¦rmete ni?o¡¯, que a?ade que desde su cl¨ªnica solo explican que si un ni?o asocia a su sue?o el elemento externo de sus padres, entonces necesitar¨¢ a los padres para volverse a dormir. ¡°En la Asociaci¨®n Americana de Pediatr¨ªa hay estudios que nos dicen que hay ni?os inseguros, con d¨¦ficits afectivos por culpa de esta situaci¨®n¡±, argumenta.
¡°Eso del trastorno de las asociaciones al inicio del sue?o no es m¨¢s que inventar un problema para cada soluci¨®n¡±, afirma por su parte el pediatra Carlos Gonz¨¢lez, autor de bestsellers como B¨¦same mucho, que recuerda que ¡°desde el inicio de los tiempos¡± los beb¨¦s se duermen en el pecho, en brazos o acun¨¢ndolos. "Si prohibimos a los padres mecer, acunar, cantar, dar el pecho y hasta poner el chupete a los ni?os, claro, no duermen, ?y ya hemos creado el problema!", a?ade. A esta valoraci¨®n se suma la neuropediatra Mar¨ªa Jos¨¦ Mas Salguero: ¡°Los ni?os muy peque?os prefieren por naturaleza dormir con sus padres y al cambiar esto generamos problemas donde no los hab¨ªa¡±.
¡°En otros pa¨ªses no existen problemas de sue?o infantil¡±, afirma por ¨²ltimo Mar¨ªa Jos¨¦ Garrido, que explica que algunas sociedades tradicionales de ?frica ni siquiera tienen una palabra para denominar el insomnio ¡°porque saben que los despertares son completamente normales, incluso entre adultos¡±.
¡®Du¨¦rmete ni?o¡¯
Sin embargo, cuando a las condiciones actuales en las que vivimos la crianza se suman estas recomendaciones que convierten todo lo relacionado con el sue?o en un trastorno, que casi convierten el sue?o en una patolog¨ªa que afecta a todos los ni?os que no se duermen solos, se abre la veda a la b¨²squeda de soluciones por parte de los padres. Y el sue?o infantil se convierte en un negocio. Un negocio al que, seg¨²n Mar¨ªa Berrozpe, bi¨®loga y autora de La ciencia del sue?o infantil, ¡°se han subido, desgraciada y bochornosamente, algunos profesionales de la salud e investigadores cient¨ªficos¡±.
¡°S¨ª, el sue?o infantil se ha convertido en un gran negocio¡±, reafirman por su parte las antrop¨®logas. Cecilia Tomori y Helen Ball, para las que muchos de los expertos que dan consejos no comprenden las normas biol¨®gicas del sue?o infantil o la lactancia y ¡°se benefician de la brecha entre las expectativas culturales y las realidades biol¨®gicas¡±. El gran ejemplo de sus palabras de denuncia lo encontramos en m¨¦todos conductistas para entrenar el sue?o infantil, representados en Espa?a fundamentalmente por el libro Du¨¦rmete ni?o, del doctor Eduard Estivill, cuyo m¨¦todo, para Mar¨ªa Jos¨¦ Garrido, es el ¡°mayor ejemplo de confrontaci¨®n entre las necesidades biol¨®gicas y emocionales que tenemos como primates y la cultura¡±.
El m¨¦todo Estivill fue presentado en 1996 por el doctor catal¨¢n, que hac¨ªa una adaptaci¨®n del conocido como m¨¦todo Ferber, desarrollado una d¨¦cada antes. En principio estos m¨¦todos eran una soluci¨®n para un ¡°problema¡± que seg¨²n sus autores la comunidad cient¨ªfica hab¨ªa detectado en los a?os ¡®70 y ¡®80: a saber, que el 30% de los ni?os ten¨ªan problemas de insomnio, el 90% de ellos por un mal aprendizaje del m¨¦todo del sue?o. ¡°Gracias a los descubrimientos en el campo de la cronobiolog¨ªa y a la ayuda de pedagogos conductuales que nos informaron de que el sue?o es un h¨¢bito y todo h¨¢bito se puede ense?ar, llegamos a la conclusi¨®n de que pod¨ªamos ayudar a millones de ni?os en el mundo que duermen mal¡±, afirma Estivill. El m¨¦todo, sin embargo, a trav¨¦s de su difusi¨®n, se empez¨® a aplicar indiscriminadamente a todos los ni?os, tuviesen problemas de sue?o o no. Lo hemos visto poner en pr¨¢ctica, incluso, en programas de televisi¨®n en prime time. ¡°Ni nosotros ni nadie del mundo cient¨ªfico ha declarado nunca que las normas para ense?ar a dormir se han de aplicar a todos los ni?os¡°, defiende el experto, que considera que esta pol¨¦mica ¡°solo existe en internet y solo es rentable para los que opinan lo contrario a las corrientes cient¨ªficas actuales¡±.
¡°El problema de estos m¨¦todos conductistas es que ¡°funcionan¡±. Los ni?os dejan de llamar a los padres, no de despertarse, porque aprenden que no van a acudir. Es algo realmente triste, pues implica que los ni?os dejan de pedir lo que necesitan al resignarse a que nadie responda cuando sienten miedo¡±, reflexiona Mar¨ªa Jos¨¦ Garrido, para la que los padres deber¨ªamos tener informaci¨®n sobre el riesgo que ocasiona dejar al ni?o llorar solo. ¡°Encima te venden que su m¨¦todo, a pesar de que el ni?o llora, se lo aplicas por su bien. En resumen, finalmente, lo que quieren y consiguen es adiestrarte a ti para que seas capaz de obligar a tu hijo a hacer algo que ¨¦l ni quiere ni necesita hacer¡±, a?ade por su parte Mar¨ªa Berrozpe.
La ¨²ltima vuelta de tuerca en este sentido, y muy en l¨ªnea con los preceptos de Estivill, ha sido la aparici¨®n de los coachs del sue?o, una figura a¨²n poco explorada en Espa?a, pero que ya tiene gran influencia en otros pa¨ªses como Estados Unidos. ¡°En lo poco que explican en sus webs hay contradicciones, ya que a veces dicen que "sin dejar llorar" y otras veces que "es muy dif¨ªcil esperar que el beb¨¦ acepte el cambio de inmediato y sin quejas, expresadas a trav¨¦s del llanto". Sobre todo, no comparto el objetivo. No entiendo por qu¨¦ les parece que dormir al ni?o sin mecerlo ni darle el pecho ni hacerle compa?¨ªa es una ventaja para los padres. Es como si alguien me propusiera un m¨¦todo para lograr que mi esposa vaya al cine sin m¨ª¡±, reflexiona al respecto Carlos Gonz¨¢lez.
Medicar el sue?o
Y si el ni?o no duerme como esperamos (o como nos han dicho que deber¨ªa dormir), siempre nos queda tambi¨¦n el recurso a los medicamentos. Seg¨²n datos de la revista Nutrition Business Journal, los consumidores estadounidenses han gastado en 2017 m¨¢s de 437 millones de d¨®lares en suplementos de melatonina, la conocida como hormona del sue?o, lo que implica un crecimiento de casi el 200% respecto a 2010. Se estima que m¨¢s de tres millones de adultos y medio mill¨®n de ni?os en Estados Unidos la toman y, seg¨²n la publicaci¨®n, se espera que ese n¨²mero crezca a¨²n m¨¢s a medida que m¨¢s familias privadas de sue?o clamen por remedios "naturales" de f¨¢cil acceso.
No en vano, aunque los pediatras pueden recetarla, la melatonina tambi¨¦n se puede encontrar en herbolarios e incluso en supermercados como suplemento alimenticio. La Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa, aunque reconoce la eficacia de la melatonina como agente cronobiol¨®gico, apunta que ¡°en la actualidad los datos disponibles sobre los efectos secundarios a medio y largo plazo de su uso en ni?os son escasos¡±. Por ello, recomienda su uso ¡°en ocasiones, para facilitar el inicio del sue?o cuando este est¨¢ dificultado por alteraci¨®n del ritmo vigilia-sue?o¡±, pero nunca en beb¨¦s menores de seis meses. En ni?os de 6 a 12 meses de edad, por su parte, no recomienda su uso m¨¢s all¨¢ de cuatro semanas. Y en todo caso a?ade que su utilizaci¨®n ¡°debe estar indicada y supervisada¡± por el m¨¦dico pediatra o por un m¨¦dico experto en sue?o.
Para Mar¨ªa Jos¨¦ Garrido, el uso de este tipo de productos para ¡°ayudar¡± al sue?o infantil ¡°es una muestra m¨¢s de la medicalizaci¨®n de los procesos vitales en nuestra cultura¡±, que seg¨²n la antrop¨®loga est¨¢ caracterizada ¡°por un alto grado de control e intervencionismo que no respeta el desarrollo natural de procesos naturales del ciclo vital¡±. En ese sentido, adem¨¢s, a?ade que medicar a ni?os cuyo desarrollo no ha culminado le parece ¡°por un lado innecesario, ya que se tapa la verdadera causa, lo que los ni?os necesitan, que es compa?¨ªa para crecer saludablemente; y por otro peligroso, ya que ning¨²n medicamento es inocuo, todos tienen, como m¨ªnimo, efectos secundarios¡±.
¡°Desde luego, no es buena idea dar somn¨ªferos a los ni?os, salvo tal vez en casos muy extraordinarios y bajo control m¨¦dico¡±, explica por su parte Carlos Gonz¨¢lez refiri¨¦ndose a otros productos ¡°naturales¡± que est¨¢n al alcance de los padres para, supuestamente, mejorar el sue?o de sus hijos: ¡°A ver, o es verdad que esa sustancia hace dormir a los ni?os, o es mentira. Si es mentira, ?para qu¨¦ d¨¢rsela? Y si es verdad, pues se trata de un somn¨ªfero, tan somn¨ªfero como una pastilla comprada en la farmacia¡±.
B¨²squeda de soluciones inmediatas
Al final, seg¨²n Mar¨ªa Berrozpe, el desarrollo del negocio del sue?o infantil responde a la demanda de unos padres agotados y ¡°absolutamente desbordados por sus circunstancias y sus sentimientos de inseguridad y culpabilidad¡± que buscan soluciones f¨¢ciles y r¨¢pidas a su falta de sue?o y al supuesto ¡°problema¡± de sus hijos. Por ello para Mar¨ªa Jos¨¦ Mas Salguero es ¡°importante conocer que el sue?o del beb¨¦ y del ni?o no tiene los mismos patrones que el del adulto¡±, algo que facilitar¨ªa a los padres estar tranquilos ante los despertares nocturnos de sus hijos.
¡°Todos necesitamos dormir y no dormir bien es una de las peores torturas, as¨ª que si te venden la moto de que el ni?o tiene que dormir solo y despu¨¦s te aseguran que est¨¢ cient¨ªficamente demostrado que es bueno que le dejes llorar o le mediques y, encima, que todo lo haces por su bien, consiguen que silencies tus propias emociones y sentimientos (esos que te gritan que le est¨¢s haciendo da?o a tu hijo) y compres lo ¨²nico que te permite dormir bien a ti en estas circunstancias¡±, concluye Berrozpe.
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